Partida Rol por web

Gnart no dice nada, en su interior se pregunta si hizo bien siguiendo a estos humanos.

Mira a sus compañeros y en cuanto estos se ponen en marcha los sigue.

Nos dirijimos hacia la tienda que nos ha indicado. Una vez dentro, dejo mis cosas

Creo que me lavaré un poco en el estanque para quitarme toda esta porquería.

-Sí, lo cierto es que necesitamos recuperarnos un poco--asiente el nómada de las llanuras al amable ofrecimiento de Alaskar--Muchas gracias. Estaremos listos cuando vengais a buscarnos.

Luego Amílcar acompaña al resto del grupo hacia las tiendas en busca de un merecido reposo.

Kolthar tarda sólo unos instantes en quitarse su armadura llena de pinchos y zambullirse desnudo en el estanque como un ñu en un cenagal. Plácidamente juega con el agua como un niño, se frota y trata de limpiar el pelo corporal apelmazado por sangre propia y ajena.

Al llegar al estanque y ver como el minotaura se desnuda y zambulle. lanzo un suspiro de resignación mientras busco un lugar un poco apartado, al abrigo de los árboles, donde quitarme la ropa y darme ese tan merecido baño.

Hank se dirige a lavarse con sus compañeros sin intimidarse con el minotauro por lo que no duda en salpicarlo descaradamente a la vez que empieza a reir. Nos hacia falta relajarnos y pasar un buen rato. No seas tan recatada compañera.

Kolthar bromea con Hank quien pronto se arrepiente de comprobar lo que es una aguadilla de minotauro. El joven mago sale a la superficie manoteando y medio azul mientras Kolthar se parte de risa.

¡Quivalen no huyas!¡Vergonzosa!

Os relajáis tas tantos devenires en el valle de Hurim y después os dirigís hacia la celebración en vuestro honor. Todo son risas, bailas y bromas, algo que os resulta extraño después de los acontecimientos tan recientes en el templo. Llegado un momento, parece que Alakar va a comentaros algo, cuando Asmara, la vidente, os pregunta ya sin rodeos:

Decidnos, ¿qué sucedió en el templo? ¿Está realmente maldito?

Con el agua hasta el cuello, no tengo ningún reparo en acercarme a mis compañeros, eso sí, sin entrar en los "juegos" del minotauro.

Yaaa voyyy, ya voy. ¿No os enseñaron de pequeños a respetar el baño de las damas?

Al finalizar el baño, vuelvo al lugar donde deposité mis prendas para vestirme de nuevo y acudir a la cita con los Mikku.

En el momento que nos pregunta la anciana Asmara asiento con la cabeza

Ese templo ha sido y será maldito hasta que alguna fuerza poderosa pueda expulsar el mal que allí habita. Durante nuestra exploración, fuimos testigos de terribles visiones acerca de la traición y asesinato sufrida por los clérigos de Paladine, a manos de uno de sus fieles y de un ejército de ogros.

Gnart trata de no llamar la atención más de la cuenta y cuando la anciana habla espera a que sus compañeros contesten.

Ef fieto...

Dice el minotauro con la boca llena de dátiles. Tras unos segundos para pasar la pegajosa bola por su garganta, resume lo mejor que puede.

Uno de los clérigos traicionó a sus hermanos permitiendo la entrada a los Ogros que masacraron a los sacerdotes sin piedad. He de aclarar que estos Ogros eran malos, pues he aprendido que también los hay buenos.

Dice mirando a Gnart.

El caso es que cuando entrábamos en algún sitio donde había pasado algo malo, se aparecían visiones de lo que ocurrió. Al principio dan respeto, pero luego tienes ganas de la siguiente visión para ver como sigue la historia y así fue como nos enteramos de que un joven acólito pidió ayuda a Paladine para vencer al mal y como respuesta en las manos de la estatua de Paladin apareció esto:

Desenvaina a Fragmento de Luz para que la anciana pueda verla.

Estaba en el cadaver del traidor, su esqueleto es todo lo que quedaba...

Los murmullos inundan el campamento cuando Kolthar muestra la espléndida arma.

Sin duda que es un arma de los dioses. ¿Es aquello que fuisteis a buscar? ¿Qué haréis ahora?

Antes de contestar, doy un trago a la copita de vino

Uleena se nos presentó una vez fuera de las ruinas del templo maldito. Dijo que fragmento de luz era sólo otra llave, y que debíamos de ir a las ruinas de una ciudad que antes no sentía miedo, pero que ahora se encuentra bajo una sombra de fuego y muerte.

Miro ahora a la anciana Pensamos que se puede tratar de Kendermore, aunque es solo una suposición así que, lo más seguro es que pongamos rumbo a esa ciudad en ruinas.

Sentado junto a Gnart, Amílcar observa y escucha con atención asintiendo a cada una de las explicaciones de sus compañeros.

Cuando Quivalen menciona el nombre de Uleena, un silencio absoluto se hace en el campamento y Asmara asiente. Tras unos interminables instantes, Alakar mira a Asmara y habla.

Kendermore... Tendréis que cruzar la bahía. Khuri-Khan, nuestro destino, está al norte, a una semana. Aunque sois bienvenidos a acompañarnos, pero los rumores dicen que el Khan está planeando una alianza con los caballeros negros. No obstante, Ak-Akhuran queda al noroeste y es una base de la Legión de Acero. Desde allí podrías coger un barco hacia Puerto Balifor. Si es lo que deseáis, no podremos acompañaros, pero sí puedo proporcionaros unos guías que os ayuden a atravesar las Tierras Ardientes. En cualquier caso, la decisión es vuestra.

-Muchas gracias, Alakar. Sin duda, será un noble gesto por vuestra parte--comenta Amílcar con cierto tono de orgullo.

-Ayudándonos en la misión para la que los caprichosos dioses parecen habernos elegido, los Mikku harán gala del buen nombre de los pueblos libres nómadas ante el corrupto y civilizado mundo de Krynn. ¡Ojalá podamos devolveros el favor algún día!

Bien. Haré los preparativos para que podáis partir cuanto antes. Los dioses nos han puesto en vuestro camino para que os ayudemos. Y a buen seguro que lo haremos.

La comida prosigue con la alegría usual de los mikku. Una vez acaba, podéis retiraros a un gran pabellón que se ha levantado especialmente para vosotros.