Partida Rol por web

No acabo de entender eso que dices de la Tierra y que todos tenemos una misma madre. Pero da igual. concluye frotándose el estómago complacido.

Realmente no tengo un destino definido, me conformo con no volver a donde estaba por ahora, así que no tengo inconveniente en acompañarte e intentaré que no te mueras como agradecimiento por esta comida, pero por lo que he visto los humanos os morís muy pronto en estos pantanos, haré lo que pueda.

El minotauro gira sobre si mismo tratando de orientarse, luego mira a su nuevo compañero de viaje y le dice:

Te sigo humano. dice apoyándose en la lanza como si fuera un cayado.

El mio es Hank digo mientras estrecho la mano. Me dirijo hacia Pashin, ¿y tu?

Dejas atráis los traicioneros pantanos de la Señora Suprema Negra con un deseo primordial de no tener que visitarlos nunca más.

Cuando créis encontraros a media jornada de Pashin, el cansancio os obliga a deteneros a pasar la noche. Lunitari, la luna roja, no se ve está noche pues está en estado nuevo, pero Solinari, la luna blanca, proporciona una tenue luz ahora que está creciente. El frío invierno hace acto de presencia cuando comienza a nevar débilmente. Afortundamente, os habéis podido guarecer bajo unos árboles.

Los dos elfos silvanesti se observan el uno al otro con incredulez y desconfianza. Desde luego, un callejón en una ciudad controlada por caballeros de Neraka no era parece el lugar más adecuado para encontrar a un hermano de raza.

Mi objetivo es dejar atrás estos yermos y Pashin parece ser la mejor opción para ello...

Tras decir esto señalo en dirección noroeste.

Si no me equivoco debemos encaminarnos en esa dirección. Espero que no sean demasiadas jornadas de viaje. ¿Qué te trae por esta región, Hank?

Mi verdadero objetivo es el Silvanesti pero me temo que los bosques atestados de minotauros y demás criaturas son demasiado para un solitario aventurero. Voy a Pashin en busca de ayuda para enfrentarme a esta nueva aventura. ¿Te gustaria participar? dice a su compañero de viaje y observa su rostro esperando adelantarse a su respuesta.

Amílcar encamina los pasos de los dos aventureros hacia la ciudad de Pashin. A pesar de las pocas palabras que ambos cruzan durante el viaje, tanto al nómada como el minotauro pronto se acostumbran a la presencia y compañía del otro.

Con la caída de la noche, los primeros copos de nieve y la creciente oscuridad invitan a buscar refugio. Únicamente Solinari ilumina el firmamento a modo de incandescente candil.

-Mañana llegaremos a nuestro destino, Kolthar. Ahora lo mejor será que descansemos un poco.

-Encenderé una pequeña fogata en honor a los ancestros para que su luz nos dé calor y su fuerza nos proteja--afirma Amílcar al tiempo que parte algunas ramas de un árbol y se pone manos a la obra.

En principio parece que nuestros destinos nos dirigen a ambos a Pashin. Una vez allí...

El joven Touran va hablando mientras caminan.

¿Qué buscas en la tierra de los silvanesti?

Busco lo que mucha gente ha intentado, los tesoros olvidados. Espero tener más suerte que todos los que no han conseguido volver.   Le responde Hank mientras le sigue caminando.

La respuesta de Hank deja silencioso y pensativo a Touran.

Si hay tesoros en Silvanesti, sus propietarios son los elfos. No creo que sea de la incumbencia de nadie meterse ahí a robarles...

Tras un rato en silencio le dice a su compañero.

¿Sabes si Pashin está muy lejos? Yo estoy un poco despistado con esta región.

A una media jornada de camino despues de abandonar este desierto. Le responde Hank y se queda pensativo pensando en las posibilidades que tendria si lo acompañara un guerrero como el que tenia al lado.

Mientras siguen caminando, Touran conversa de forma esporádica con Hank.

¿Cuánto tiempo llevabas observándome cuando te vi? ¿Encontraste a alguien más en esta árida zona?

El sol ya se ha puesto cuando llegáis a Pashin: una ciudad grande y que cuenta al este con un enclave de caballeros negros de considerables proporciones. Ésta tiene forma octogonal y parece estar rodeada por una muralla. En cuanto ponéis un pie en sus calles, os dáis cuenta de que os convendría encontrar algún lugar en el que pasar la noche. Está comenzando a caer una ligera nevada.

Kolthar se recuesta contra el tronco de un árbol, parándose a descansar por primera vez en varios días, con el estómago lleno y un fuego que le calienta tarda poco en adormilarse.

Hablas raro, pero me caes bien Amílcar. Por fín podré descansar, llevo varios días huyendo y apenas he comido nada. Creo que podría dormir todo aelmont sin despertarme.

Dejando la lanza al lado comienza a adormilarse, antes de dormir le dice.

Me fio de tus ancestros, espero que nos protejan para que no nos asalten en la noche.

-¿Huyendo? ¿De qué diablos puede huir alguien como tú?--se pregunta Amílcar mientras azuza el fuego con destreza, pero sin llegar realmente a plantear la cuestión para que el agotado minotauro pueda por fin relajarse y descansar.

-Descuida--afirma el nómada sonriendo ante el último comentario de Kolthar--Estoy seguro de que velarán por nosotros.

Lanzando una mirada furtiva hacia la entrada del callejón,

¿qué haces aquí? ¿cómo has escapado? susurro mientras avanzo hacia él, preparada por si fuera una trampa

Touran mira la ciudad y suspira aliviado al ver que ya han llegado a su destino. Al ver el destacamento de caballeros negros su expresión se agria un poco y suspira resignado.

Espero que tengan donde quedarnos esta noche. ¿Habías estado antes en esta ciudad, Hank?