Volvió a suspirar. Poco a poco se fue relajando y se sentó en aquel sofá, aunque se le notaba preocupado. Llevó sus manos a la cara, hundiendo su rostro entre ellas...
-Debemos de estar preparados para lo que se avecina..
Comentó, hablando, al parecer, para sí mismo.
-¿Que es eso que dices que se avecina?
Habló por primera vez desde que empezó aquella charla entre ambos. Estaba confundida por el porte de aquellas pocas y bien calculadas paladas. No iba a jugar a la paladín si podía evitarlo, pero en la ciudad había gente que no se lo merecía, eso seguro. Aunque hubiera también personas que si, a su punto de ver cada una de las primeras pesaba por dos en la balanza, a la hora de elegir. Pero por encima de eso también quería saber por si misma, había sido una charla muy corta y aparentemente sin frutos contando el trabajo de traerla hasta ahí.
Se mantuvo como estaba, cruzada de brazos y con la espalda apoyada en la pared.
-La llegada de los seis dioses a la tierra.
Comentó, a secas, respirando profundamente y mirando a la muchacha..
-Te mentí. Se lo que es esa magia. No es magia... es el agujero que ha traido a los Avatares de los dioses a la Tierra. Estoy completamente seguro. Después de sus guardianes y de haber localizado a Togul...si no consiguen eliminarlo, bajarán los seis, destruyéndolo todo a su paso... y la Gran Guerra, dará comienzo de nuevo.
-Pues al menos dijiste la verdad ahora y no mas tarde. Bueno, ¿en ese caso que no vendrá también el séptimo?
Se lo estaba tomando con calma para ser semejante noticia.
-Pues primero, ¿que tienes en mente? porque algo tramas, se te nota. Y segundo, no creo que Togul se chupe el dedo y no sepa nada de eso que dices. Algo tendrá preparado.
-El séptimo no vive en el mismo lugar que los otros 6. Vive en otro plano, apartado...por eso quieren provocarlo...quieren eliminar a su representación en la tierra para obligarlo a batallar contra ellos... ¿Mi plan? Por ahora, mi plan consiste en esconder a Togul Barok y evacuar las grandes ciudades para evitar bajas humanas...
-Bueno, podrías venir conmigo directamente a donde él y le dices todo eso, de paso y me haces un favor. Ya luego se ponen de acuerdo. Creo que es lo mas lógico, tu solo no vas a poder hacer todo eso.
Se sentía aturdida y repentinamente cansada. Para que mentirse, aquello era bastante mas de lo que podía masticar.
Oh vamos, menudo primer dia...
El muchacho la observó nuevamente, sonriéndole...
-Si, es una buena opción. Sin embargo, Togul debe de haberse dado cuenta ya. Lo que sucede es que él irá a llamar a su dios...lo cual significa que, si lo consigue, la guerra podria terminar allí o prolongarse miles de años. Lo siento, pero no puedo permitirlo
Tras lo cual se acomodó algo mas.
-Sin embargo, por hoy es información suficiente. Descansa y ponte cómoda, hoy has hecho una genial actuación
No dió señas de moverse de su sitio, mirandole insistentemente.
-Si se dió cuenta ya, lo hará. No veo la diferencia. Además queda mucho día por delante, yo creo que voy a dar una vuelta por la ciudad, creo que traje una capa con capucha para evitar que me vean el rostro. La tipa aquella me hizo perder mi cuchillo y rompió mi espada favorita, así que necesito hacer compras.
Desprendió la capa gastada que traía usualmente, doblandola de forma rápida.
-¿Tan joven y ya cansado? Te haces viejo rápido.
-¿Crees que esas caiditas no gastan energía?
Comentó, alzando una ceja.
-Bueno...ya que traes algo, trae algo de cenar
Comentó, divertido, sonriéndole dulcemente
Fue hasta la habitación, volviendo con la capa con capucha.
-Si encuentro pescado frito y sin espinas pues ya sabes lo que vas a comer.
Comentó medio rezongando. Fútilmente procuraba ocultar una sonrisa.
-Procura no dormirte, o bueno duermete si quieres, que mas me da...
Cubrió la cabeza con la prenda, asegurandose de que no se advirtieran apenas los rasgos del rostro y se dispuso a salir por la puerta, rumbo al pueblo.
-Oh si, pescadito... que bueno
Comentó, sonando dulce y alegre,dejando escapar una carcajada.
-¿Eh? Vale tranquila...te esperaré despierto
Lo ultimo lo dijo alzando una ceja. Sabia que ella no se giraria siquiera a mirarlo, pero ya lo habia dicho
Farfullo una protesta que no llegó a materializarse del todo, antes de cerrar tras de si.
Echó a andar a paso rápido, quizá la caminata le ayudara a despejarse. Empezaba a plantearse demasiadas dudas, y quizá esa pausa pudiera ser de ayuda para disiparlas.
Se llevó la mano a la frente unos segundos, conforme caminaba.
No, enferma no ests, solo tonta si eso.
Poco a poco se fue de allí. La ciudad, en su vertiente mas portuaria era una gran aglomeración de tiendas y gente, vivaz. La gente hablaba bastante alto, por tanto una especie de murmullo incesante viajaba por aquella zona, en conjunto con el ruido de las olas. A algo de distancia, el puerto y con el los barcos, grandes y pequeños, que se abastecían allí para seguir su rumbo hacia tierras lejanas. El suelo era de una especie de granito extraño, mientras que los hogares seguían siendo del mismo material, aunque engalanados. Además allí se encontraban edificios emblemáticos tales como el gobierno o la sede de justicia.
No se apuró demasiado en buscar la armería. Caminó a paso lento, recorriendo con la vista el lugar, aunque centrandose en posibles tenderos y curiosidades relacionadas a la venta. ¿Hace cuanto no había paseado de forma normal? Quizá hasta encontrara algo que no buscaba pero que le pudiera ser útil.
La ciudad parecía bastante animada por su parte, nada que ver de donde venía. Al ser anclaje de barcos seguramente el ajetreo de viajeros era constante, lo cual contribuía a la naturaleza activa de la ciudad.
Solo podía observar tiendas a un lado y a otro, callejuelas repletas de tiendas y el puerto lleno de barcos del que bajaban mercancía que se compraba a buen precio: Recién sacados de la mar, por supuesto.
No parecía haber ninguna persona sospechosa por allí. Era la típica escena de un lugar aglomerado de individuos y de un ambiente profundamente mercantil.
Estuvo vagando un poco entre los locales. Obviamente le daba especial importancia a cualquier sitio donde se comerciaran armas. Ahora que empezaba a reparar había perdido su espada favorita por el hecho de que Yreth intercambiara dos palabras con aquella hechicera. A su entender no había sido una charla muy productiva, aunque quizá luego de meditar aquella mujer decidiera hacer lo que le pedían.
Apartando eso de su mente empezó a meditar quer clase de arma podría adquirir ahora. Un buen cuchillo de tamaño mediano sin duda, ¿pero otra espada de plata? Dudaba que vendieran algo así como si nada. Si no había de otra, de momento tendría que conformarse con un arma corriente de hierro.
Se distrajo de forma aún mas trivial recordando que detestaba el pescado con espinas. Quizá subestimara a los mercaderes de la ciudad en eso, pero no había probado un buen filete de pescado sin una sola espina en ningun mercadillo ordinario.
Creo que habrá que aplacar los gustos caros aquí.
Pensó seriamente que, a comer una carne con espinas prefería buscar otra cosa. Y claro, tampoco tenía ganas de andar lidiando por empanar y cocinar dicha cosa.
Encontró algo alejado de la zona portuaria (Donde andan atracados los barcos), una armería: El letrero de madera bastante viejo llevaba inscripciones que apenas se podían leer
"Armería"
La puerta de madera, parecía ser tan antiguo como todo el local. ¿Realmente seguiría la tienda abierta? Eso parece, el letrero colgando de la puerta de la entrada ponía "Abierto"
Fue acercandose indecisa a aquel establecimiento, saliendo un poco de su ensimismamiento. No perdía nada con intentar entrar, o al menos eso esperaba. Con un poco de suerte no saldría un viejo maniatico con un machete amenazandola cual ladrona (como le había pasado la ultima vez que se había acercado a un local polvoriento).
Colocó la mano en la manija de la puerta y la giró, empujando un poco para ingresar.
Entró sin problemas en la armeria. Era una sala antigua, aunque llena de armas. Iluminada en parte por dos ventanas: Realmente dentro no estaba tan descuidada como fuera. Un hombre con un parche en un ojo miraba a la muchacha con curiosidad, asomándose algo mas al mostrador.
-¿Deseaba algo?
Empezó a echar un vistazo alrededor, por si había algo realmente llamativo o digno de mención. Uno no sabía que buena adquisición podía hacer de improvisto, despues de todo.
-Buscaba una espada, y ver cuchillos y puñales. A ser posible lo de mejor calidad que haya
Procuró no sonar demasiado prepotente, transformando el "no me vayas a enseñar basura" en palabras mas amables.