Partida Rol por web

Preparo mis cosas antes de salir;

• Comida y bebida
• la ocarina para matar el rato
• cuaderno, pluma y tinta
• algo de dinero, por si las moscas
• Mantel y menaje vario
• ropa de baño, si eso.
• motosierra alquímica

¡creo que eso es todo! Digo, satisfecha.

Voy a junto Derguín, y le entrego el petate:

Sé un caballero y libera de este peso a una dama, tio...

Derguín se dispuso a coger los equipos de entrenamiento, cosa no demasiado facil para una sola persona. También cogió su propia espada, la real, por lo que pudiera pasar. Además así podría practicar algunos movimientos con el peso real de las espada. También cogió algo de su dinero y comida. E intentó esconder otra espada de las que se disponían en la casa para Llywelyn por si quería practicar con ella.

Cuando estaba pidiendole ayuda a Tamir con los equipos de entrenamiento, llegó su sobrina a añadirle aun más peso encima.

¿Liberar de peso a una dama? Por supuesto pero, donde está esa dama, aquí no veo ninguna. Y le devolvió el petate mientras sonreía inocentemente.

Bueno, ¿todo listo para irnos?

- Si quieres, te lo puedo llevar yo, Llywellyn - dice Tamir con amabilidad - Soy el que menos cosas lleva. Por mí, podemos marcharnos ya, estoy listo y hace un día excelente.

Soy una señorita...-Digo, sonriendo a Tamir- Tengo que aguantar lo que sea!- Digo, mientras me echo al petate al hombro y lanzo un gesto airado hacia mi tio.

Vamos pues a pasar un alegre día de campo. Dijo Derguín.

¡Kurastas, ya nos vamos!

Los tres salís a la calle bien pertrechados para pasar un agradable día de campo. El día no es malo, aunque podría ser mejor. Se ha levantado un poco de aire, y varias nubes blancas y muy altas tapan el sol, por lo que hace un poco de frío. Sin embargo no parece que vaya a llover. Como mucho, tal vez al caer la tarde refresque demasiado.

Llegáis a una zona cerca de la rivera del río que los días festivos suele estar frecuentada por algunos pescadores. Hoy, en cambio, como es día laborable y no especialmente bueno, estáis vosotros solos, y un anciano pescando truchas a unos cien metros del lugar elegido.

Tamir ayuda a colocar el mantel para que Llywellyn tenga un sitio donde sentarse. Se le ve animado, aunque un poco preocupado al mismo tiempo. Cuando está todo listo, pregunta a Derguín.

- Yo tenía esperanzas de que hoy pudiésemos practicar un poco, aunque sea aquí en el campo. ¿Es posible?

Por supuesto, ¿te crees que me he traido todo esto por deporte? Dijo Derguín refiriendose a los equipos de entrenamiento que traía consigo. Estaba pensando que podriamos probar a ver como de bien recordamos las series de movimientos que enseñan en la academia. De hecho, me gustaría ver que tal lo haces con la del examen para obtener la quinta marca. Yo podría probar con la de la sexta marca. 

La verdad era que Derguín solía practicar esos movimientos cuando podía escaparse un rato o por las noches así que tampoco es que los tubiera muy olvidados.

Espero que no te aburras Lly.

Sonrío al guerrero cuando me echa un cable para colocar el mantel en la hierba.

-Gracias...- Digo, tímidamente...

No te preocupes, Tío, no me aburriré. Además, quiero ver quien tendrá más suerte esta vez, promete ser emocionante.

Y así podré aprender nuevos movimientos...-pienso para mi.

Me fijo en cada uno de sus movimientos, memorizándolos para lueg pornerlos yo en práctica.

- Suelo practicar las Inimyas un par de veces cada semana, para no olvidarlas, pero sin nadie para corregirme, es difícil saber si las estoy ejecutando con suficiente precisión - comenta Tamir -. Algunas veces hasta me animo con la de la sexta marca y hasta la Taniarimya, pero tengo que admitir que me falta habilidad para ejecutar correctamente la Taniarimya. Bien ¿quien empieza?

Tamir y Derguín se ponen de acuerdo para decidir quien empieza y cuando le toca el turno a Tamir, este ejecuta a la perfección su inimya. Es una pena, quizá si no se hubiese marchado de la escuela habría podido llegar a ser un ibtahán de seis marcas, y ¿quien sabe? Quizá con el tiempo se habría podido convertir en tahedorán.

Derguín ejecuto sus movimientos correctamente pero no con maestría. Cuando terminó estaba algo disgustado con el resultado, no había sido nada del otro mundo. Tamir ejecutó su propia inimya habilmente. Como había dicho se notaba que había estado practicando.

Muy bien ib Tamir. Seguro que con un poco más de tiempo hubieras obtenida la sexta marca o incluso ser tahedoran. Pero se me ocurre que...¿qué piensa hacer ahora? Si estas mucho más tiempo aqui, perderas el rastro de tu enemigo, no es que nos moleste tu presencia, pero tengo curiosidad.

- Te agradezco que me hagas esa pregunta Ib Derguín. La verdad es que no quisiera pareceros desagradecido, pero esta será la última noche que pase en vuestra casa. Mañana por la mañana, en cuanto amanezca, tendré que salir a continuar buscando el rastro del asesino de mi hermano. Es un juramento que hice, y no puedo rendirme con él. Aunque os agradezco mucho todo lo que habéis hecho por mí. Llevo tanto tiempo de viaje que ya no me acordaba de lo agrdable que es estar en familia, y con vosotros me he sentido como en mi propia casa. Si hay algo que pueda hacer para agradecéroslo... por favor, decidme de qué se trata.

No nos debes nada Tamir. Gracias a ti de hecho por sacarnos de la rutina. Creo que tu causa es justa y la verdad, no entiendo como has tenido tan mala suerte hasta ahora, yo te veo más que preparado. De hecho, si necesitas cualquier cosa para el viaje no dudes en pedirla.

A Derguín se le pasó por la cabeza el acompañarle, pero tenía obligaciones en casa (o eso solía decirse a si mismo) y sospechaba que Tamir no querría inmiscuir a nadie más en un viaje así.

Tamir hace una reverencia en dirección a Derguín, y otra hacia Llywellyn.

- Creo que no puedo pedir más de lo que ya me habéis dado. Bueno ¿un duelo de revancha? ¡Esta vez me superaré a mí mismo, te lo aseguro!

¿Estas seguro? No quiero dejarte malherido y que no puedas continuar tu viaje. Comentó Derguín con una sonrisa. Lly, necesitaremos tu ayuda con esto. Dijo señalando a todos los bartulos de entrenamiento. ¿Y honraras a estos indignos guerreros oficiando nuestro combate?

Tamir finge asustarse.

- ¡¡Sólo un duelo de prueba ib Derguín!!

A lo mejor en algún momento Llywellyn ha decidido dejar a los chicos divertirse con sus juguetitos e ir a hacer algo por su cuenta. Si es así, avísame y rolearemos algo en privado.

Será un honor! -Digo, levantándome de un salto, como si fuera un muelle. -Pero cuidado, Tamir; Derguín está en su territorio... El  medio del monte.

Me limpio elegantemente las mangas,y añado: Bien, ¿que tengo que hacer?