Partida Rol por web

La Farsa de Ávila

Escena I. Llegada a Ávila del Rey

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24/01/2022, 19:58
Tomás Arizmendi

Aquella había sido una intervención de la providencia, pero hecha por aquel hombre que les estaba hablando y ayudando. La intervención de su amigo Ramón, podría haberles salido muy cara, ya que el duque se lo había tomado muy mal. Tocaba dar las gracias, y eso hizo sin demora.

-¡Muchas gracias señor Fernando! Un empujón en la atestada taberna, ocasiono que unas salpicaduras manchasen de forma involuntaria a ese noble señor. Y su acertada intervención ha hecho que no se ocasionase un incidente, así que le estamos muy agradecidos señor.-

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24/01/2022, 21:10
Eleazar, el Manco

Como buenamente pudo (y no era tal decir poco, que, a falta de una mano, semejantes tareas podían resultar titánicas) Eleazar se recompuso, recobrando el pie, y un poco de la dignidad perdida. No era el judío un borracho de taberna que acostumbrase a ir regando de vinos a otros, y aquello le producía gran vergüenza.

- No tengo palabras para expresar la gratitud que siento, mi señor. - dijo con franco agradecimiento - Bien me hallo, para la suerte que pudiera haberme deparado este desafortunado tropiezo. - añadió, respondiendo a la pregunta del noble*.

Sacudió las inmundicias que la caída había dejado pegadas a su ropa, deseoso de volver al vaso de vino para ahogar la humillación sufrida, aunque, en tanto aquel Fernando anduviera allí, no le haría el desaire de sentarse.

- ¿Cómo puedo pagarvos la ayuda que me habéis prestado?

Notas de juego

* ¿Conocemos al tal Fernando de Alarcón?

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24/01/2022, 21:32
Ramón

La reacción del noble fue exagerada a mi intervención, pero me la esperaba, sabiendo cómo se las gastaban los tuercebotas aquellos. Solo tenían poder en su apellido, porque por lo demás, eran unos necios. Gracias a la aparición de un tipo serio y con porte noble, que doblegó la enfurecida personalidad del noble, logramos salir con buen aire de esta. Ayudé a Eliazar a levantarse, junto al nuevo anfitrión, y me eché a un lado, para dejarle sitio en la barra. Levanté una ceja cuando Tomás le llamó por su nombre... no sabía que le conocía. Por cómo había apaciguado al membrillo de Rodrigo Alonso Pimentel, noble y militar de profesión y hombre de gran alcurnia, tenía que ser un tipo importante en la villa o alguien muy cercano al arzobispo.

-"Gracias, vuesa merced. Nos habéis salvado de un desagradable contratiempo. No hemos hecho nada malo al noble señor don Rogrigo Alonso Pimentel, que de oídas le conozco de la comitiva. Aún invitándole con la poca guita de la que dispongo, no se lo tomó nada bien. Así que nuevamente, gracias, ¿don...?" Le dije, esperando que se presentara.

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25/01/2022, 14:01
Fernando de Alarcón

Don... Fernando -respondió el tipo ante la pregunta de Ramón, después de escuchar vuestras muestras de gratitud-. Pero dejad los "títulos" para otras "buenas gentes" que por aquí acampan -refiriéndose a la gran cantidad de nobles por metro cuadrado que había en esa noche en Ávila del Rey. Notásteis un tono de sarcasmo constante en sus palabras, sobre todo con respecto a el estamento nobiliario-. Llamadme sólo Fernando -enseguida os dísteis cuenta de que no lo conocíais, aunque realmente os llamaba un poco la atención por algún motivo-. Tranquilos todos, y no hace falta que me pagues por ello..., al menos a mí -decía a Eleazar en especial, pero en enseguida el tal Fernando torció el gesto-. Soy el mayordomo de su Ilustrísima el arzobispo Alonso, y es deseo de éste un asunto en la ciudad... asunto del que no puedo hablaros... aquí, pero en el que tal vez podáis ayudar a su benefactor -se refería al al mismísimo arzobispo, claro, y miró en derredor, moviendo mucho los ojos, pero sin girar un ápice la cabeza, refiriéndose a la gran multitud de aún había en la taberna, habiéndose marchado ya el sol y llegado la noche-. Si sois tan amable, seguidme. Os esperaré fuera...

El tipo no esperó palabra más alguna, sino que se dio la vuelta y atravesó la multitud hasta la puerta, saliendo de la taberna. La chimenea del lugar crepitaba y calentaba el lugar.

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25/01/2022, 17:10
Tomás Arizmendi

Tomás miro a sus compañeros, y a continuación hizo lo único que podían hacer, seguir al mayordomo del Arzobispo al exterior. No entendía como se le había pasado llamarle de Don, pero estaba claro que el mayordomo no era alguien a quien hacer esperar, y menos aun cuando acababa de sacarles de un apuro. Así que mirando a sus amigos, en voz baja les dijo.-¡Vayamos pues, a ver que es lo que se tercia!-

Y tras apurar su cuenco de vino, partió en post del noble. En parte intrigado por ver que es lo que iba a solicitarles, aquel cuando menos, extraño señor. 

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26/01/2022, 21:38
Eleazar, el Manco

Se preguntaba Eleazar si, llevado por el agradecimiento, no habría acabado por enredarse en un asunto más grande que él mismo, y sin duda mayor de lo que le gustaría. Por otra parte, claro era que, de tener interés en pedirles algo el tal Fernando (sin don), bien pudiera haberlo hecho igualmente sin interferir en su tropiezo con el otro (al que Ramón había apellidado de Pimentel, con lo que, le parecía a Eleazar, debía de ser de alta cuna). Negarle a su Ilustrísima (de manos de su criado) una petición no era algo que gentes sin apellido como ellos pudieran permitirse.

- Sea, sigamos a ese Fernando de Alarcón. - y dijo en voz baja - Pero andémonos con tiento, que aquí se cuece algún asunto, y no me sorprendería que acabáremos de cabeza de turco.

Los judíos, bien lo sabía Eleazar, eran buenos para eso, o tal debían pensar los cristianos que quemaban sus barrios y les condenaban a perder la mano por hurtos menores.

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27/01/2022, 00:35
Ramón

¡Vaya, con quién habíamos topado! El mismísimo mayordomo del Arzobispo, ni más ni menos. No me sonaba su cara y era extraño, dado que tan magno personaje debía de ser muy conocido en toda la comitiva. El caso es que estaba allí, nos había sacado de un apuro y ahora quería que le ayudáramos. ¡Increíble! Trabajar para su Ilustrísima podría conllevar muchas e interesantes recompensas... o meternos en alguna cuita de cuidado.

-"Sí, claro, don Fernando. Le seguimos inmediatamente." Dije algo nervioso.

Miré a mis compañeros y les sonreí, guiñándoles un ojo. Parecía que la suerte nos sonreía, después de gafarla antes. Me bebí lo que quedaba del vino en mi vaso y salí detrás del mayordomo sin más dilación.

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27/01/2022, 10:16
Fernando de Alarcón

Apurando los vasos, y no sin cierta reticencia en todo aquel asunto (al menos unos más que otros), salísteis de aquella cazuela de miradas y gentío, y enseguida hubísteis de sentir el frío abulense, y más en la ahora noche llegada a la ciudad. El hombre os estaba esperando bajo uno de los arcos de los soportales de la Plaza Mayor. A su lado había un joven, que no debía llegar a los veinte años. Al acercaros, enseguida se dio la vuelta.

Bien, señores, demos un paseo -añadió Fernando, sin presentar al muchacho que parecía un criado del arzobispo-. Ahí dentro es imposible concretar nada -refiriéndose a la taberna, y el tipo comenzo a andar, y el joven detrás, sin hablar, vosotros haciendo lo mismo-. Enseguida todos comenzásteis a caminar a la par.

Su Ilustrísima, quien ahora descansa en el palacio de los Abrantes -se refería al palacio de los Dávila, una gran fortificación a intramuros pegada a un lienzo de muralla interno, muy bien defendido-, desea formalizar un asunto en esta ciudad -en la noche podían verse algunos candiles encendidos en las ventanas de los edificios sus altos muros, iluminando tenuemente la noche-. No me andaré con rodeos: don Alonso quiere que alguien sea traído a su presencia -entonces llegásteis hasta la misma puerta de la catedral de la ciudad. Pudísteis ver que se trataba de un impresionante edificio-fortaleza y que estaba situado junto a otros palacios señoriales, por lo que servía también de protección de la ciudad. Una vez bajo su arco principal y entrada, continuó hablando. No había nadie en la zona.

Mi siervo -refiriéndose al muchacho que iba con él-, os llevará hasta la vivienda del hombre en cuestión, y una vez le traigáis aquí, que es donde yo me hospedo -hablaba de la Catedral-, habréis de accederlo por la puerta de los Apóstoles -se refería a una puerta de la fachada lateral del templo, más discreta que la principal-. Cuando le recojáis, habréis de ser discretos, aunque a buen seguro que su Ilustrísima sabe cómo sois vosotros tres, por unas razones u otras... ¡Ah! -pareció que el mayordomo se acordaba de algo más-: antes de introducirlo por la puerta de los Apóstoles, vendadle los ojos. ¿Alguna... cuestión?

El criado miraba con la cabeza agachada, sin decir absolutamente nada.

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28/01/2022, 18:41
Tomás Arizmendi

Vaya panorama más oscuro que se les había presentado en un momento. Oscuro y peligroso, traer a alguien hasta la catedral, por una entrada lateral. Y a ver como se negaban, no lo tenían fácil sin contrariar a alguien demasiado poderoso e influyente. Tenían que ceder a sus exigencias, pero al menos intentaría sacar algo más de información, que arrojase algo de luz, sobre tan oscura tarea.-No quisiera yo importunarle Don Fernando, pero podríamos saber de quien se trata, o al menos si este accederá a acompañarnos de buen grado, o si por el contrario tendremos que traerle a la fuerza. Ya que en la noche, puede montar mucho ruido y escándalo que no nos beneficiaría.-

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28/01/2022, 21:32
Fernando de Alarcón

De que no monte escándalo habréis vosotros de procurar... En tal caso hubiera su Ilustrísima mandado a alguno de los suyos soldados bien presto -respondió el mayordomo-. De todas formas, señores, no os costará traerlo hasta la catedral... -siendo tan fácil, la única explicación que debía darse para que ningún súbdito directo del arzobispo fuera a buscar a quien fuera aquél requerido era la discreción eclesiástica que debía mantener el líder de la comitiva..

Notas de juego

Minipost de respuesta.

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28/01/2022, 22:41
Eleazar, el Manco

Iba Eleazar a preguntar aquello en lo que ya se anticipó Tomás. Parecía que el hombre acudiría de buen grado, o, tal vez, símplemente, no atreviéndose a contrariar a su Ilustrísima, como no se atreverían ellos ahora. En buen asunto se acababan de ver envueltos, sin comerlo ni beberlo, sin poder atender a sus hambres y vinos, ni al mandato de sus señores.

- Vayamos pues, y cuanto antes. Resolvamos el asunto con presteza y con la discreción pedida, y si el reclamado no accede a caminar por su propio pie, pues ya veremos qué hacer.

Se dirigía más a sus amigos, aunque, de paso, daba a entender al tal Fernando de Alarcón que atenderían a su solicitud, haciendo así buenas las órdenes de su Ilustrísima. Ya verían si había forma de sacar algo en claro de todo aquello...

Notas de juego

Cuando estemos en marcha querría interrogar un poco al criado, aunque ya me huelo que no nos va a decir ni mu xD.

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30/01/2022, 00:55
Ramón

Me pilló de sorpresa la proposición que nos hizo Fernando. Nos había salvado de quemarnos en la cazuela para después pedirnos que nos tiráramos de cabeza a la hoguera. Pero si no accedíamos, tendríamos problemas muco más graves que los que hubiéramos tenido con el Pimentel. Nos tenía cogido por los cataplines el Mayordomo.

-"Bien, creo que no hay mucha opción para nosotros en este asunto." Dije más para mi que para el resto. "Indicarnos su nombre por lo menos y que el muchacho nos guíe bien y no se equivoque de casa, que por la noche, todos los gatos son pardos." Rezongué.

Estaba claro que el individuo en cuestión no aceptaría venir de buen grado, ya que si no le hubieran mandado llamar por el día. Nosotros teníamos que llevarlo a la catedral de noche, por las buenas o por las malas, y sin saber a donde le llevamos. O sea, que NO podíamos decirle al futuro rehén que nos mandaba la Santa Iglesia a apresarle. Luego se lo comentaría a mis compañeros, para que nada dijeran de Fernando o de su Ilustrísima. Que fueran ellos los que rebelaran su identidad, no nosotros.

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30/01/2022, 09:28
Fernando de Alarcón

El muchacho no se equivocará -respondió el mayordomo a Ramón-. Haced lo que se os dice, y su Ilustrísima os trendrá en buena estima y, por supuesto, seréis bien recompensados -aquello fue novedoso, pues hasta ahora no se había hablado de ningún precio monetario o de otro sentido-. Acto seguido, Fernando se dio la vuelta, miró una última vez a su criado y se internó en la catedral, abriendo una de las puertas. Después dejásteis de verle. Entonces el muchacho esperó unos instantes para que le siguiérais.

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30/01/2022, 09:29
Criado

La noche abulense era fría, muy fría, y sus murallas y palacios debían ser muy robustos para aguantar la acometida de nevadas y ventiscas. Suerte que no caía tal en aquellos momentos, por lo que el obligado paseo nocturno no iba a ser del todo un malestar para muy grande para vosotros.

Por aquí, si son tan amables... -dijo el muchacho, que debía rondar los veinte años-.

Después hubísteis de seguir al siervo del mayordomo a través de las calles de Ávila. Recorrístres un tramo de ciudad a intramuros a través de la Calle de la Cruz Vieja, y enseguida enseguida salísteis por la parte sureste de la misma, a través de la puerta del Alcázar. Allí un soldado vigilaba la puerta, y el criado le mostró una enseña episcopal que os permitió pasar sin problema alguno.

 

Pocos minutos después, llegásteis a la Cuesta de Gracia, una calle donde se agolpan numerosas viviendas humildes. Tras recorrer algunas de ellas El criado del mayordomo se detuvo frente una de las puertas, en una de las tantas viviendas apostadas en fila de madera y algo de piedra en su base.

Es aquí -confirmó-. En el interior estaba oscuro, pues ninguna luz salía por la pequeña y única ventana de la casa. El muchacho se quedó parado, como dando a entender que ahora os tocaba a vosotros actuar.

Notas de juego

Con vuestra intervención, haced con el D100 una tirada de Descubrir. Recordad que en la tirada podéis declarar "Suerte" para invertir puntos de suerte y tratar de transformar una tirada en un éxito.

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30/01/2022, 13:47
Tomás Arizmendi

Un nuevo intento, en este caso de Ramón y la misma respuesta. Nada, el criado nos guiaría hasta la persona en cuestión. Tal vez fuese alguien que no debía ser visto en la catedral, un espía del Mayordomo o del Arzobispo. En fin, a pasar frío y a recorrer la bella ciudad de Ávila. Pronto llegaron, y o bien dormían o nadie había allí. Pues luz ninguna se veía a través de la única ventana de una de las muchas casas humildes de la ciudad. 

En voz baja se dirigió a sus amigos:-Habrá que llamar a la puerta, y ver si hay alguien dentro. Pero hagámoslo sin muchos ruidos, que escándalos a estas horas no es conveniente montar.-

Trato además de ver a través de aquella ventana si había alguien en el interior, y no viendo nada. Antes de llamar a la puerta, pego su oreja a la misma, para ver si se escuchaba algún ruido en el interior de la casa. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tomás tiene muy buen oído, como buen ladrón, y a pesar de que no ve nada, trata de escuchar algo en el interior de la casa.

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30/01/2022, 14:44
Ramón

Seguimos al criado del Mayordomo hasta una zona de la ciudad humilde, alejada del centro. El barrio estaba a oscuras y solo los gatos y las musarañas recorrían las calles a esa hora. Indiqué a mis compañeros con un gesto de que hablaran en voz baja.

-"Sí, llamemos a la puerta, pero con cuidado. Y recordar de no decirle a donde le llevamos, ni quien requiere su presencia. Cuanto menos sepa de nosotros, mejor. Intentemos convencerlo, sin usar la fuerza. ¿Entendido?" Les susurré.

Me acerqué a la ventana, junto a Tomás, y eché un vistazo adentro, por si pudiera ver algo. Aún no había pensado qué decirle al tipo en cuestión cundo apareciera, pero algo se me ocurriría. Era bueno saliendo de situaciones complicadas y tenía buena labia.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto 1 punto de Suerte para sacar la tirada.

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30/01/2022, 22:09
Eleazar, el Manco

Andaba Eleazar intranquilo, siguiendo al muchacho que les guiaba por las oscuras calles mientras se preguntaba qué clase de infortunio era aquel, que pareciendo salvado de una desgracia se veía metido en otra mayor. Nervioso como estaba, el judío no paraba de acariciar el mango de la gumía, disimulada entre sus viejas ropas, y a buen seguro arma poco útil si topaban con cualquier tipo de amenaza, ya fueran truhanes, caballeros ofendidos o alguaciles con mal despertar.

En tanto avanzaban, Eleazar se aproximó al muchacho intentando sonsacarle alguna cosa, hablando en susurros:

- Decidnos, joven, ¿qué sabéis de esta persona que hemos de llevar ante el obispo? ¿Es peligroso, está armado? Algo conviene que sepamos, pues de otro modo poco podremos planear el asunto, y un buen escándalo puede formarse.

Todo esto le decía, según caminaban, a ver si soltaba prenda el mozo. Que de otro modo, andarían a ciegas (literal y figuradamente) en aquel asunto, y mala cosa podía ser.

Una vez frente a la vivienda, Eleazar quedó pensativo, mirando fijamente hacia el interior, y también oteando en derredor. Empero, nada parecían desvelar sus sentidos, ya cansados con los años, y jamás demasiado agudos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Intento sonsacar algo mientras caminamos. Luego, que Dios se apiade de nosotros xD.

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01/02/2022, 22:32
Criado

Mientras andábais, Eleazar trató de sonsacar algo al joven criado.

No señor, no es peligroso, que yo sepa. Ese hombre es alguien humilde, artesano... Escultor, me pareció oir -añadió-. Pero luego agachó la cabeza y calló ante el gesto de Ramón de hablar bajo...

Entonces, una vez delante de la puerta de madera y piedra en cuestión, Tomás trató de escuchar algo en el interior, y Ramón intentó discernir algo que hubiera en el interior de la vivienda al mirar por el ventanuco que presentaba...

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01/02/2022, 22:33
Director

No escuchaste nada dentro de la vivienda, pues estabas seguro por tu fino oído que quien hubiera allí o dormitaba o resultaba que la casa esta vacía. El caso es que, pese a no encontrar malestar en el interior, sí que escuchaste las voces de gentes por el barrio, en la calle: debían ser algún tipo ebrio, recién salido de alguna taberna en mal estado, o tal vez eran susurros de mujeres de mala fama de la ciudad, quién sabía. Aquella zona era amplia y el barrio, pese a ello, era tranquilo.

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01/02/2022, 22:33
Director

No viste nada a través de la ventana. La más oscura negrura se veía por la rendija del postigo de madera que tapaba el ventanuco de la vivienda. Eso sí, cuando quisiste de nuevo volver al asunto de llamar a la puerta, algo oteaste por el rabillo del ojo: te diste cuenta de que al menos dos figuras estaban amparadas en la negrura que proporcionaba una esquina de un callejón cercano, y parecían estar muy atentos a vosotros (al menos te pareció que miraban hacia vosotros...).

Notas de juego

Réstate un punto de Suerte.