Partida Rol por web

Las voces llegaban algo más claras, o tal vez eran los pensamientos de los que estaban allí. Cuatro, ocho, doce, dieciséis. Sí, dieciséis tipos que estaban defendiendo esa zona.

-Eh, Charly, ¿qué haces? ¡CHARLY! ¡JODER! -entonces retumbó un único disparo

-¡SE HA VUELTO LOCO! -decía otro, y los disparos se volvieron más caóticos.

Disparos por todos lados empezaron a llevar el caos y pudo notar como al hombre que había embelesado había muerto. se había cargado a dos de sus compañeros y herido a un tercero; pero los disparos eran cada vez mayores.

Mientras caminaba podía ver a siete u ocho hombres y tres cadáveres en lo alto de lo que parecía la rampa de acceso por la que habían bajado a esa especie de garaje. Se habían atrincherado con dos coches a modo de barricadas, pero el fuego que estaban recibiendo era intenso.

Armas automáticas hacían ráfagas de forma que a veces se solapaban y siempre había alguien impactando en el coche o por la entrada. Eloise había vivido las suficientes guerras como para saber que en realidad lo que estaban haciendo era mantenerlos ahí. Mantenerlos mientras que otros les flanqueaban...

-Adiós Charles-dijo a media voz.

Con el estruendo de la munición estampándose contra el metal y el retumbar de los disparos además de lo débil y dolorida que se encontraba, Eloise no podría influenciarles a todos antes de que alguno le diese por girarse y dispararlas. Las balas humanas eran un dolor en el culo pero ella sobreviviría aunque fuese en coma... no podía decir lo mismo de Mykaela.

-Están flanqueando a esos intentos de cazador-dijo a la humana cuando hubo vuelto a su lado, liberándola del collar que la mantenía prisionera-Llegarán en cualquier momento...Cuando lleguen tienes que retirar tu voto. Mi vida siempre es así, vosotros no necesitáis tarados así intentando haceros daño.

Si no había más determinación en la voz de la súcubo era porque el cansancio y el dolor eran mucho más intensos que cualquier decisión que pudiesen tomar. Se alejó de Mykaela un par de metros para atenuar el efecto del tatuaje y se sentó con la espalda contra la pared buscando una forma de apoyar los antebrazos sin tener que forzar el movimiento de las muñecas al apoyar las manos (aunque tampoco podía dejar las manos suspendidas en el vacío porque esto también dolía).

-Algo más de una docena de hombres, tres muertos, un herido-hizo un recuento para que la exmilitar supiese cómo estaban-los hombres mortales son un asco-masculló con un hilo de voz y una mueca de dolor.

-Creo que me iré a Las Vegas y me haré camarera-hizo una pausa e intentó humedecerse los labios- en los cincuenta se vivía muy bien ahí, los de la mafia pueden ser encantadores aunque han perdido mucha clase-sacudió los hombros como si se estuviese riendo pero no hubo ni risa ni humor que acompañase el gesto- lo que no entiendo... es por qué el hombre de fe nos ha metido en todo esto si sólo quería hablar-miró a Mykaela, ladeando la cabeza hacia ella como una muñeca rota, ignorando los mechones que se escapaban de los moñetes en los que se había recogido el pelo cuando salieron del hogar familiar-¿Te duele algo o te ha curado por completo el cabrón de la energía celestial?

El tiroteo se intensificó cuando Eloise llegó a donde estaba Mykaela, y ésta parecía ligeramente consciente aunque algo aturdida.

-No pienso retirar mi voto -dijo sonriente la chica- ésto no es tu culpa, ésto es culpa de los imbéciles que se creen tienen criterio para decidir sobre los demás. Si te vas, te perseguiremos, y lo sabes -esbozó una sonrisa- y ahora tenemos una ligera protección para que no puedas hacernos olvidarnos de ti. Eres de la familia y nunca te dejaremos -negó con la cabeza- solo estoy algo dolorida, pero no más que después de un entrenamiento algo duro.

En ese momento un rugido aterrados sonó y el pánico cundió entre los cazadores. Un coche salió volando y se estrelló contra la pared opuesta a donde estaba Eloise; pero podría haberla atravesado.

Gritos de terror y pánico en estado pudo llenaron la estancia.

Al girarse pudo ver a Bror; pero no era Bror. Era el hombre envuelto en aquella furia primigenia. Cogía un coche y lo lanzó contra los otros hombres que huían sin ningún tipo de miramiento. Podía notar en él un brillo sobrenatural, algo más allá de lo inhumano. Los ojos brillaban con una furia primigenia que prometía mutilación para todos los presentes. Tenía un aura a su alrededor, como si todo a quince o veine metros de él se llenara de ozono y electricidad estática.

Daba auténtico miedo.

-Te confundes, Ethiel -dijo la voz del reverendo en la cabeza de la mujer- yo no he montado esto; pero quiero ver si eres capaz de controlarle. Es necesario que lo hagas. Si sobrevives, hablaremos largo y tendido.

-Recuerda que yo te he soltado y que yo he curado a tu amiga. No soy el enemigo, a no ser que quieras que lo sea.

-No me llames así...Dejar a Mykaela aquí a ver si Bror nos mata o no tampoco se puede decir que sea de amigos, Reverendo-se tocó la sien y negó con la cabeza cuando la mujer la miró-El hombre de fe es un entrometido mental.

Se puso en pie y las rodillas se le doblaron, sólo quería salir corriendo pero en dirección contraria.

-Vamos, qué es lo peor que puede pasar.... que me despedace y se bañe en mi sangre-empezó a hablar consigo misma- pero al menos eso me quitará los problemas de los cazadores para siempre-razonó mientras se apoyaba en la pared para mantenerse en pie- ¿Cuando váis a ganar dinero también se vuelve así o esto es sólo en las ocasiones especiales?-preguntó a Mykaela aunque no esperaba respuesta. No quería ir hacia él, todo su cuerpo vibraba por la necesidad de salir corriendo en dirección contraria y no mirar atrás.

Pero tenía que hacerlo, mataría a todos los presentes o al menos parecía más que capaz de hacerlo.

-Mo chridhe-le llamó yendo hacia él aunque cada paso le costaba más y más hacerlo. Extendió su influencia hacia él, rodeándole poco a poco con la esencia de Ethiel para atraer su atención y mantenerla sólo en ella- ¿Dónde está el fuego?-sonrió débilmente y se inclinó hacia delante ,como un felino agazapándose-Aquí no hay sitio para moverse, cariño-se movió hacia él pero manteniendo la distancia de seguridad asegurándose de que no desviase la mirada de ella. El aura de depredador hacía que se le erizase la piel y que el corazón le latiese tan rápido que estuviese a punto de reventarle. Una cosa era fingir ser la presa dejando que otros se sintiesen cómodos en su papel de controlador pero otra muy distinta era lo que tenía delante.

-...Vamos, mo chridhe-le invitó cuando hubo llegado  a su altura, retrocediendo- cógeme-estoy muerta. Y, apenas hubo terminado de hablar formulando la juguetona (y suicida) invitación,echó a correr sin pararse a evitar los cuerpos de los cazadores y rezando para que los demás se quitasen de su camino si se les cruzaba.

La mujer miró extrañada a Eloise.

-¿Qué hombre de fé? -preguntó. Y parecía que preguntaba de verdad, pues el reverendo Stone había dormido a la mujer antes de curarla, como si no quisiera que ella lo viera.

-Nunca antes lo había visto así -aseguró Mykaela con un tono de voz ligeramente asustado- nunca en el tiempo que le conozco.

Bror giró la cabeza mientras sujetaba por el cuello con una mano a uno de los cazadores. Éste le disparó; pero la bala pareció no surtir efecto. Ni siguiera parecía sangrar ante ese arma, y con un gesto de la otra mano, sin apartar la mirada de Eloise, arrancó la cabeza del cuerpo del hombre mortal como si fuera una tapa de un refresco, y luego dejó caer el cuerpo, girándose hacia Eloise.

-Mo...chri...de -dijo con una voz tan grave y gutural que a penas se consiguió entender las palabras. Tenía el brazo izquierdo cubierto de sangre y la mano derecha también; pero no parecía importarle.

Cuando Eloise se agazapó hacia delante, el enorme hombre hizo lo mismo. Durante un instante apoyó los dos puños cerrados sobre el suelo y esbozó una sonrisa que no podría decirse que era cruel, pero tampoco alegre. 

En cuanto la chica comenzó a correr, el hombre salió disparada tras él. No era precisamente rápido, no más que un mortal; pero parecía no tener que esquivar las cosas, ya que embistió a un cazador que se puso en medio y ésto no le aminoró ni un momento.

Cómo coño se sale de aquí, me cago en mi vida.

Zigzagueó esquivando cazadores aunque alguna herida se llevó, siseando por el contacto de las armas.

¿¡Pero cómo coño siguen aquí!?

Le dolía al respirar por el rato de carrera, le dolían las muñecas, le dolía cada herida que le habían hecho durante la carrera aquellos mortales estúpidos y no iba a dar mucho más de sí pero si paraba tenía verdadero pánico de lo que podía pasarles. Buscó llevar a Bror hacia la salida pero ni siquiera sabía dónde estaba y, a mitad de rampa se giró y se encontró con Bror.

-Venga, mo chridhe,-con un último esfuerzo corrió hacia una de las paredes donde se encontraban un par de cazadores heridos y les usó de escudo  antes de quedarse frente a frente con Bror, que había despachado a los mortales.

¿Siempre ha sido tan alto?

-Vuelve conmigo, Bror-intentó negociar con él mientras seguía la pared hasta poner un coche entre ambos. Ethiel, aunque débil y sin poder usar el castigado cuerpo de Eloise envolvió a Bror al extender su influencia sobre el capó del coche que les separaba y le atrajo hacia sí intentando ofrecerle algo más allá de las palabras que el instinto del inhumano pudiese reconocer más allá de la furia y la sed de sangre.

La enorme mole que era Bror parecía más grande por el mero hecho de ser algo así como imparable. Había seguido a la súcubo realizando una línea recta durante todo el rato, dándole igual lo que se pudiera por medio.

Cuando la mujer se situó tras un coche, Bror bajó el ritmo y caminó hacia ella. Caminó de forma tranquila y sin apartar esa mirada. Mantenía esa amenaza a su alrededor, ese hormigueo, ese olor a ozono que había a su alrededor se mantenía; pero la ira, la amenaza, el ser peligroso y aterrador parecía que se había vuelto algo curioso, como un animal que ha crecido mucho en menos de un año y sigue teniendo la mente de un cachorro, solo quiere jugar y no es consciente de la fuerza que pueda desarrollar.

-Mo chridhe -dijo con esa voz que parecía surgir de lo más profundo del mundo- Bror... -apoyó las manos sobre el capó del coche y con un salto se sentó sobre el capó del coche.

-Eloise -dijo divertido, mirando la cara de la mujer- ¿Estáis bien?

-Mykaela está bien-no tenía sentido mentir, Bror tenía ojos en la cara-Estás... ¿Esa sangre es tuya?-evitó apoyar el peso sobre las manos al tocar el capó, inclinándose hacia él- no vuelvas a darme un susto así, mo chridhe.-estiró una mano hacia él y acarició una de las mejillas del hombre, arañando con las uñas la piel al rasparle con la barba-¿Qué te parece tan divertido?-le regañó a media voz, separándose un poco- la próxima vez te tiraré un ovillo de lana en vez de correr yo.-refunfuñó encogiéndose sobre sí misma.

Bror cerró los ojos ante el contacto de Eloise en su rostro, y cuando los abrió parecía que era el Bror normal y corriente. Con un movimiento rápido se abalanzó sobre Eloise y cogió el rostro de la súcubo entre sus manos.

-¿Estás bien? -preguntó preocupado- yo... era como ver un video, no podía intervenir por mucho que quería. Solo quería matar a aquellos que os estaban haciendo daño, que te habían hecho daño -acarició suavemente con el pulgar la mejilla de la joven- algo en mí interior se rompió al escuchar los tres tonos en el móvil de Mykaela, eso junto con la llamada desde la cafetería a la policía y de la jefa a nosotros -negó con la cabeza como si se quisiera quitar los pensamientos de su mente.

-Creo que el ovillo no tendría tanto efecto -esbozó una sonrisa ligera- si algo me ha ayudado a centrarme fue la forma en que me llamaste, esa forma tan personal me permitió recuperarme.

Miró a su alrededor, y desde la rampa de acceso bajaban varias personas con armas. Quitando a Stacy, Joy, Chiqui y Chico, todos estaban allí. Pistolas, subfusiles, fusiles, rifles, escopetas, tenían un auténtico arsenal y podía ver como Jotun estaba sacando ese machete, que era tan grande como el brazo de Eloise, del cuerpo de uno de los cazadores. No parecía tener ningún tipo de escrúpulos, incluso pateó dos veces el rostro del cadáver.

Leona se lanzó a dar un abrazo a Eloise; pero rápidamente se fue a ayudar a Mykaela, que subía con paso lento hasta acercarse a la posición en la que todos parecían estar reuniéndose.

Cerró los ojos cuando Bror se lanzó sobre ella pero al abrirlos sólo se encontró la preocupación reflejada en los ojos de Bror.

-Eso me suena-dijo apoyando la mejilla contra una de las palmas de Bror, cerrando un instante los ojos-¿roto?,yo te veo muy entero, mo chridhe-entornó los ojos un instante y acarició el dorso de las manos del hombre- tu otro tú es un cachorro inconsciente con muy mal humor-reconoció- pero no le caigo mal del todo... ¿seguro que con un ovillo no vale? Puede ser uno grande.

-No aprietes, dulzura-dijo abrazando con cuidado a Leona cuando ella se lanzó a sus brazos, con cuidado de no mover nada más que la articulación del brazo para envolverla mientras se fue a por Mykaela que no las tenía todas consigo al avanzar hasta ellos.

-...está algo desorientada pero está bien-iba a comentar algo sobre el Reverendo cuando se acordó de la intromisión mental del hombre de fe-El Reverendo no ha montado todo esto-se miró las muñecas "vendadas" y se frotó el cuello, allí donde le habían puesto el collar para encadenarla- alguien tenía que venir a por mí y si tardaba nos matarían a las dos en una hora-siguió murmurando para sí, como repitiendo todos los diálogos de los cazadores-había uno que hablaba por teléfono, el que nos sacó de la cafetería-se alejó del coche y de Bror pero no se acercó a nadie de la familia, pasando entre los cadáveres buscando el que llevaba el móvil y parecía mandar sobre el grupo de cazadores.

-Si quieres probar... -dijo con un tono divertido, como si quisiera quitarle peso a la situación- pero prefiero que no se vuelva a repetir, no es algo que me gustaría de ver, ¿hm?

-Esperaban a Clark O'Brian -dijo Jotun mientras caminaba y le quitaba la camiseta a uno de los cazadores. Tenía en la espalda el mismo tatuaje que Jotun; pero a los lados, en lugar de tener dos lados negros planos tenía dos palabras.

Homo Superior

-Ellos se creen que son algo más por encima de los hombres y se creen los guardianes de la humanidad frente a los terrores de la noche -dio un puñetazo a la cabeza del cadáver para desfogarse- lo que no les importa es llevarse por delante a los "mundanos" como llaman a los humanos normales -negó con la cabeza- suelen ser bastante resistentes a los efectos sobrenaturales; pero no es así, ¿verdad?

-Mejor si nos vamos, ¿verdad? -dijo Mykaela- no me gusta nada este sitio, me pone la piel de gallina.

-Tranquilo, mo chridhe, no volverán a atrapar a ningún humano de la familia. Me ocuparé de evitar esas situaciones-aseguró mientras pasaba por encima de uno de los cadáveres aunque la voz de Jotun hizo que volviese hacia él la atención de forma más brusca de la que le hubiese gustado mostrar. Como un cervatillo que escucha algo más allá de los sonidos normales del bosque.

-Bueno,Mykaela lleva tatuado una inhibidora de frecuencia inhumana, tenían un plus de resistencia- se estremeció- y hierro... y plata-giró para no darle a ninguno la espalda y llevó los brazos hacia atrás mirando a Jotun desde donde estaba, manteniendo la distancia por instinto de conservación por mucho que su mente le repetía que él ya no era un cazador, que era el mismo oso enorme que trabajaba en un menhir moderno. Pero Eloise no estaba para ser racional con los detalles.

-Todos delante, por favor-aunque sonó a petición no dio ninguna muestra  para darles opción a negarse. 

Mientras se movían, Eloise pasó a mirar a un cuerpo cercano tirado en el suelo. ¿Por qué había un grupo de cazadores radicales buscándola? Ella no era poderosa, no llamaba la atención (al menos no en el sentido de ir dejando cadáveres a su alrededor con una firma grabada en las paredes) y tampoco entendía los motivos del párroco para ir sobrevolando por sus cabezas como un ave carroñera.

Hará casi ochenta años de la última vez que tuve que huir por los cazadores... casi se había olvidado de lo que era una situación así pero al menos aquella vez no estaba en Alaska, como aquella vez. Levantó la cabeza y miró a su alrededor como si esperase que el siniestro reverendo apareciese de entre las sombras antes de seguir a la familia. Los mortales no traen nada... casi nada bueno.

-Ni inhumano -dijo Mykaela quedándose al lado de Eloise, y entoncea alzó un momento la voz- Ha amenazado con irse para no traer problemas, así que no pienso dejarla sola ni un solo momento -esbozó una sonrisa triste- mal día para hacerse un tatuaje, ¿eh?. Siento haber sido una molestia y preocupación más que otra cosa.

-No vas a tener que evitar estas situaciones -dijo Jotun que parecía querer acercarse y dar una abrazo tremendo a Eloise; pero no lo hacía por el afán por mantener la distancia con él- ahora mismo estamos bastante lejos de la zona por la que nos movemos, y lo normal es que un inhumano que ve descubierta su guarida huya a otra zona, por lo que mantenernos en la misma será lo más seguro.