Partida Rol por web

Una vez hechas las presentaciones y formado el nuevo grupo, los héroes se despiden de la mujer y se adentran aún mas en la gruta.

Según avanzan el calor se hacia mas insoportable a la vez que el aire olía a azufre y resultaba difícil de respirar sin sufrir un ataque de tos. Al parecer la montaña era en realidad un volcán inactivo desde hacia mucho tiempo pues de algunas grietas de las paredes rocosas chorreaba lava como si esta fuera la propia sangre de la montaña.

A medida que se introducían más hacia el interior de la montaña el aire parecía más denso y el caminar se hacia mas pesado. Los drows eran una raza subterránea y a pesar de que Nhyria había vivido toda su vida en la superficie, aparentemente la resistencia de su estirpe aun se mantenía en su sangre y esas condiciones eran al menos soportables para la hechicera.

-Por los dioses que este calor parece aumentar a cada paso... -Dijo, mientras se llevaba un pañuelo al rostro para tratar de respirar con menor dificultad.

Dorn, habituado a este tipo de cuevas en las que llevaba desde que nació practicamente, no se vió afectado por el vapor que emanaba de la roca y el calor que hacía, al menos de momento.

Uriel continuaba el camino junto a sus nuevos compañeros, el cambia le habia venido bien, pero aun asi despues del desierto el ahora casi interior de un volcan era demasiado. Sus sentidos le indicaban normalidad o eso creia el pero la sensacion de agobio no se reducia.

Parecía que al dracónido le estaba afectando la adversa atmósfera que se habían encontrado. Con cada paso que daba su tos se hacia más frecuente y se le empezaban a irritar los ojos. No estaba acostumbrado a ese ambiente y se apreciaba.
El aciago dracónido, no podía más que centrarse en resistir tal entorno sin mediar palabra.

Adentrándonos más en el lugar, comencé a sentir más calor que en la entrada de la montaña. Igualmente, no era un calor agobiante ni mucho menos: el las tierras en las que había nacido siempre hacía calor, más de lo que había en éste lugar. Pero lo que sí me afectaba era el extraño olor que impregnaba el aire. Para combatirlo, use una larga bufanda que tenía en mi mochila para filtrar el aíre que respiraba, tanto por la boca cómo por la nariz.

El grupo resistía bastante bien el calor y el ambiente cargado, avanzando sin dejar que esto hiciera mella en su determinación. El grupo duda durante un breve momento estar hiendo por el camino correcto cuando al tomar un nuevo camino ven sombras humanoides moviéndose. Una vez mas el grupo hecha mano de sus armas, listo para entrar en acción.

Una vez el grupo entra ve nuevamente a dos diablos de las cadenas llevando a la fuerza a cuatro humanos malheridos. Siguiéndoles de cerca había otro duergar, para evitar que escaparan en el remoto caso que consiguieran soltarse de las cadenas que los sujetaban de muñecas y cuello.

A ambos lados de la rocosa sala veis a dos murcielagos formados de fuego colgando boca abajo, los cuales parecían estar acostumbrados a la presencia de estos siniestros seres pero que gritan y aletean al entrar vosotros. A causa de estos los secuestradores se dan cuenta de que son seguidos, evitando ser víctimas de un ataque sorpresa.

Diablo de las cadenas

Duergar guardián

Murciélago de fuego

Una vez mas los rivales resultaban mas rápidos que el grupo. Uno de los diablos se lanza contra el grupo mientras que el otro se mantiene cerca de las victimas, amenazándolas con matarlas si se movían o intentaban algo.

El diablo de las cadenas se mueve hasta tener al grupo al alcance de sus cadenas. Dorn reconoce los movimientos y esquiva uno de los ataques mientras que Adrash reacciona por instinto, evitando la segunda intentona del diablo contra él.
 

Una vez mas los enemigos se abalanzaban contra el grupo, que a pesar de ser grandes aventureros no eran demasiado veloces en cuanto a reflejos.

Otro de esos horribles diablos con cadenas intento herir a sus compañeros, y casi como un acto reflejo la vara de la drow le apunto y un proyectil morado salio disparado contra la criatura.

-¡Te reunirás en la muerte con tu compañero!

Uirle observo atentamente la distribucion de los oponentes, uno de los Diablos se habia perfilado como un agresor serio al intentar golpear a varios de ellos en un mismo movimiento de sus cadenas. Canalizando las escamas del dragon sobre su cuerpo se desplazo para colocarse a un lateral del Diablo y señalandole como su nueva victima, o eso esperaba, lanzo un terrible tajo con su espada envuelta en rayos.

El ataque de Uriel habría sido fatal para el diablo de haber seguido en su posición, pero el infame ser era un rival muy ágil sobre ir cargado con cadenas y había conseguido alejarse del mágico de la espada antes de que pudiera herirle.

El sitio libre que el diablo había dejado rápidamente es ocupado por el duergar, el cual no vacila ni un segundo mas y se lanza en un estado de frenesí sobre el mágico de la espada (-13pg, -5pg al inicio del turno de Uriel y queda señalado).

Los problemas para el grupo no terminaban ahí. Los murciélagos de fuego revolotean por la caverna, haciendo que Nhyria y Uriel sientan el calor de su ardiente estela al pasar volando por encima de ellos, pero no tan cerca como para que se quemen.

Cerca mio y de Nhyria había un de los murciélagos de fuego. Podría atacarlo con un hechizo, pero... Me di vuelta y vi cómo tres enemigos se organizaban para atacar a Uriel. Será mejor que lo ayude a él. Concentré mi magia para crear una esfera de fuerza pura y se la arrojé al Duergar, esperando que las esquirlas de la explosión dañaran al Diablo de las Cadenas y al Murciélago de Fuego que había cerca del retorcido enano. Pero supongo que el calor del lugar me efecto más de lo que había pensado...

Cerca mio y de Nhyria había uno de los murciélagos de fuego. Podría atacarlo con un hechizo, pero no sé si será lo mejor. Me di vuelta y vi cómo tres enemigos se organizaban para atacar a Uriel. Será mejor que lo ayude a él. Desde la posición en la que me encontraba no podía ver bien cómo se desarrollaba la batalla en torno al mago espadachín. Así que para tener una clara visión de los enemigos, me moví hasta estar atrás de Adrash, aunque un poco más a la derecha. Desde esa posición podía ver bien a los enemigos que acosaban al nuevo miembro del grupo. Concentré mi magia para crear una esfera de fuerza pura y se la arrojé al Duergar, esperando que las esquirlas de la explosión dañaran al Diablo de las Cadenas y al Murciélago de Fuego que había cerca del retorcido enano.

El hechizo de la eladrín surte efecto contra el duergar pero parece ser que el daño que el murciélago recibe por las esquirlas es mayor. Por su parte del diablo de las cadenas no parece afectarle la onda y se mantienen impasible.

El Dracónido parecía sorprendido por la rápida reacción de sus enemigos, esos murciélagos habían delatado su presencia y eso le había enfurecido. No podía dejar que esos seres tomaran la iniciativa, viendo que prácticamente habían sido rodeados, Adrash coge aire y emite un temible rugido, esperando causar pánico entre sus enemigos.
Tras ello, esgrime su alabarda y se dispone a atacar al murciélago que tiene frente a el de forma espontanea.

El rugido del dracónido hace temblar la gruta, haciendo que diablo, duergar y murciélagos teman por sus vidas. Haber hecho enfurecer al dracónido había sido tan poco inteligente como entrar en el cubil de un auténtico dragón*.

Con un movimiento lacerante Adrash hiere aun mas a la criatura. Su fuego y vida parecen estar apagándose.

Dorn, vio a los enemigos y reaccionó tarde, por lo que se encontró en una posición de combate, no muy efectiva.

Cuando se quiso poner en movimiento, solamente el muercielago de fuego malherido estaba a accesible para su ataque, por lo que se vio obligado a rematarlo, haciendo un ataque que intentó garantizar su exito, sacrificando potencia.

Muere maldito murcielago y vuelve al magma del que naciste!