Partida Rol por web

Lo siento chicos, creo que por hoy a sido todo, la noche ya se nos cae encima, mañana veremos la forma de recuperar el tiempo, en cuanto a la misión algo haremos...Yo iré a probar suerte pescando.

Me dirijo cabizbajo hacia el río, con un palo afilado dispuesto a alimentar a mis compañeros al menos, además me voy fijando en el camino y alrededores en busca de frutas, verduras o plantas comestibles.

Imbécil, por qué hice eso?, me puse en riesgo a mí, a mis compañeros y a la misión...

- Descansemos y que  se recupere, con suerte, mañana encontraremos un caballo...y sino mala suerte...no voy a arriesgar nuestras vidas por lo que digan los ancianos... - Dijo Palax secamente, la verdad es que los nervios estaban empezando a salir a flor de piel, hasta entonces había conseguido calmarse, pero no había que olvidarse de la situación tan difícil en la que se encontraban...y todo por unas tradiciones bárbaras...a veces se hartaba de todo eso.

Mientras Marcus fue a pescar, Pallantides comenzó a encender una hoguera. Colocó uno de los palos de madera fina encima de una poca yesca que había recogido, se colocó apoyado sobre una rodilla y con la fuerza de su cuerpo comenzó a frotar con otro palo más duro encima del que había dejado en el suelo. Movimientos constantes y rápidos para encender el fuego.

Sigo en la pesca.

Pallanties trato de pescar, no era lo suyo, los peces parecieron reir de sus habilidades como pescador. Por el contrario Marcus tenia un don para ello. Uno tras otro saco tantos peces como quiso, alguno realmente grande, mientras Rest preparaba una fogata de llamas altas para calentarse, asustar a las bestia y poder cocinar el rico pescado.

Ya calientes y secos, agotados por las aventuras del dia y saciados, los ojos comenzaron a pesaros.

Por lo menos he podido alimentarlos compañeros, lamento todo lo sucedido, de alguna forma lo arreglaremos, ahora es momento de descanzar, propongo que hagamos turnos, al ser 3 será aún más fácil, yo me ofresco para la primera guarida.

Dicho esto busco un apoyo para mi espalda me cubro con la manta y con el cuchillo de monte agudizo la punta de uno de los palos para afilar, para tener algún arma en caso de que algo/alguien nos ataque. Recomiendo que hagan lo mismo, después vayan a dormir, y traten de conciliar un buen sueño,

Mientras tanto mi mente divaga en pensamientos oscuros, solo iluminados por un rostro femenino que me parece de extraordinaria belleza..

Al parecer, Marcus estaba ahora más animado después de haber conseguido cena para todos, no era de extrañar.

Pallantides asintió a sus palabras: - De acuerdo, haz la primera guardia, yo haré la segunda- Decía mientras terminaba de afilar el palo que había usado para intentar pescar. No había conseguido nada de comida, pero el palo servía para atravesar la carne si se hacía con fuerza suficiente.

- Mañana nos despertaremos pronto e intentaremos atrapar uno de los caballos si hay suerte, antes de que acabe el día tenemos que haberlo conseguido, sino, tendremos que volver con las manos vacías...

Y al acabar de hablar se fue a dormir.

La primera guardia paso en calma... la segunda no. Una nube cruzo, poniendose en contra del viento, oscura como el mal mismo, por la lejania. Tenia algo en ella que hacia pensar en horrores, era como un jiron de pesadillas cruzando el horizonte. Algo hecho por un mago o algo peor.

Los animales corrieron escapando de ella, hasta los insectos y las aves emprendieron un exodo escapando, dejando crias y huevos abandonados, con un terror tan profundo que se golpeaban entre ellos por uir. La estampida hizo que el suelo retumbara bajo vuestros pies pese a estar viendo aquello desde mucha distancia.

Pallantides quedó perplejo por aquella visión. La luna se oscurecía como absorvida por millones de sombras fúnebres que bailaban y avanzaban sigilosas. Causando el pánico por allí por donde pasaban.

Rápidamente el muchacho, al ver la reacción de alimañas y bichos salvajes, fue corriendo a despertar a sus compañeros.

- ¡Marcus!, ¡Rest!, ¡Algo pasa! ¡Levantad!- Dijo, mientras el suelo comenzaba a templar por la estampida de todos los animales del bosque.

El grito de alerta de Pallantides me saco del sueño que acababa de conciliar, noto inmediatamente como el aire se ha puesto denso, la luna oscurecida por una nube negra, que da la impresión de ser cualquier cosa menos natural, el temblor en el suelo delata a las manadas de animales huyendo del fénomeno.

Me pongo de pie, con la lanza dispuesta y con el cuchillo a punto, miro a mis compañeros y digo:-¿Ahora que hacemos, que diablos es eso?

Por los dioses, no me dejeís morir sin haber conocido el cálido roce del cuerpo de una mujer

Pallax en el acto recogió todo lo que era de valor:

- ¡Démonos prisa y busquemos un refugio! Sigamos la pared de roca, nos protegerá de la tormenta un poco, y podemos encontrar una grieta que nos sirva para cubrirnos - Dijo Pallantides, mientras consideraba o mejor dicho, esperaba que las bestias salvajes que pudieran encontrar en una cueva hubieran huído también de la tormenta, o al menos, no se acercaran al exterior de la cueva.

En la escarpada piedra visteis una cueva, tal vez no muy profunda, a unos tres metros sobre vuestras cabezas. Trepar era complicado en la noche pero se veian buenos apoyos para pies y manos.

Mientras la nube cambio, como si os hubiero oido y tuviera inteligencia para encontrar la vida, moviendose rapido hacia vuestra posicion.

- ¡Vamos, puede ser nuestra mejor opción!- Gritó Pallantides, para que su voz se oyera por encima del revuelo que causaba la tormenta.

Su elevación hacía posible que estuviera vacía, al menos, de los animales más grandes.

Palax comenzó a escalar por la roca por los accesos que veía, intentando afianzar sus pasos antes de seguir subiendo, para no golpearse contra el suelo.

Rest se levanto y de repente mira a todos sus compañeros que paso, algo que nunca le habia pasado, lo habian levantado de un sueño muy bueno.

- Pero.. Que demonios pasa aca... Pallantides que pasa con esto..