Partida Rol por web

Veo que Pallantides tiene la idea de refugiarnos en una cueva, por que no se le habrá ocurrido antes?

Vamos chicos, que la tormenta arrecia!

Intento subir la pared de roca, pero la visibilidad es muy poca, y lo hace aún más difícil.

Pallantides no tuvo ningun problema en trepar. Lo hizo con soltura y maestria. Marcus aun estaba algo tocado por su accidente pero era fuerte de brazos y piernas, se supo aferrar a la piedra. Estuvo cerca de caer, fue torpe y lento pero logro entrar en la cueva. No obstante Rest no encontraba apoyo, trataba de subir y la piedra humeda por las salpicaduras de la cascada se lo impedia.

La suerte se alio con el joven Rest. Justo cuando la nube negra estaba a punto de caer sobre su cabeza, logro impulsarse y alcanzar la entrada con las manos. Sus compañeros tiraron de el y le metieron dentro en el ultimo segundo. Desde la proteccion de la piedra escabada vieron como la nube parecia desconcertada. Giro sobre si misma y volvio rauda a guscar vida en otra parte.

Apenas hemos logrado escapar a la cueva, observo el comportamiento antinatural de la nube, lo que hace que todos los vellos del cuerpo de me erizen, y que un escalofrío recorra toda mi espina dorsal.

-Por las barbas de mis ancestros, ¿qué diablos ha sido eso?

Miro a mis compañeros como buscando respuestas, aunque sé que todos nos encontramos en la misma situación

Niguno habia oido ni relato ni cuento que hablara de una nube de maldad... Al menos no en los pueblos barbaros. Pallantides recordo lejanamente una leyenda que decia que habria tres señales de que el fin del mundo se acercaba, una de ellas era una ola de oscuridad pero no tenia demasiado claro si esa profecia podia aplicarse a una nube que pasaba sobre sus cabezas.

Palax se sentó a coger aire. El corazón bombeaba sangre demasiado rápido y debía relajarse para regular su respiración, sentía un nudo en el estómago y la garganta.

¿Qué había sido eso? ¿Acaso el mundo está al borde de su fin? ¿O tiene otra explicación?

Aunque Pallantides intentaba buscar una respuesta, su pobre conocimiento y lo grave de la situación no le dejaban pensar con claridad. Las leyendas decían que el Fin del Mundo estaría precedido por la oscuridad...pero no decían nada de que esa oscuridad buscara la vida...Para no asustar a sus compañeros, se mantuvo callado respecto al tema.

- No lo se Marcus...Puede ser cualquier cosa, desde un fenómeno natural al producto de la locura de un hechicero...De momento parece que aquí estamos seguros, inspeccionemos la cueva para comprobarlo y luego pensaremos sobre el tema...aunque no creo que quede nada con vida en esta gruta...

- Dijo el muchacho, todavía nervioso, intentando enfocar su atención en algo más mundano, aunque no podía apartar la mirada del exterior de la cueva...un fenómeno demasiado curioso como para pasarlo por alto...

- Pero sinceramente que es eso... Puede que alguna otra prueba?, muchachos tendremos que salir rapidamente de aqui creo que mientras mas nos quedemos, mas perderemos tiempo..

Marcus escucha las palabras de sus compañeros, medita un tanto y responde

-Creo que mientras aún este oscuro debemos quedarnos acá, me parece buena idea inspeccionar la cueva, y cuando amanezca salir, y tratar de conseguir algún caballo y regresar a la aldea he informar de lo ocurrido

¿Qué diablos le esta sucediendo al mundo que conocemos?. Esta y otras preguntas atormentaban al joven Marcus, mientras esperaba la respuesta de sus compañeros, juguetea con el cuchillo de caza nervioso.

Era una cueva vieja, antigua. El olor a humedad eran fuerte y desagradable. La luz de la luna se colaba por pequeñas aberturas, proyectando caprichosas sombras por todos lados.

La cueva resulto ser una gruta larga y sinuosa, con tramos escurridizos y otros en forma de empinadas rampas. Continuasteis adelante descubriendo pruebas de que en un tiempo remoto otros andaron por el mismo lugar.

- No creo que debamos adentrarnos tampoco demasiado profundo en la cueva...- Susurró Palax después de un rato de andar pesádamente por el interior de la gruta, avanzando todos en silencio y reflexionando sobre lo que había ocurrido...

La luz permitía admirar esa formación natural en el interior de la tierra, que hubiera resultado curiosa y admirable en otra situación, pero que ahora, a pesar de servir como refugio para los jóvenes ante esa ola de oscuridad que había pasado, era un lugar tenebroso y misterioso.

Pallantides se paró para admirar una de las pinturas que había en la pared. Recordó por unos segundos su infancia, en la que él también había pintado pequeños y simples dibujos en la pared de su casa. Pintó a su madre y a su padre, a él, e incluso al hermano que estaba por llegar...y enseguida reflexionó sobre las gente que poblarían este lugar hace tanto tiempo...si habían sido como ellos...si esa mano era de un niño (y en ese momento comparó la suya con la de la pared)...y también, volviendo a la realidad, si ellos habrían visto alguna vez esas nubes de tormenta maliciosas que perseguían la vida.

Mientras estaban quietos, mirando hacia las pinturas, Palax se giró mirando a sus compañeros:

- ¿Os fijasteis en cómo cambió de rumbo cuando nos ocultamos en la cueva? ¿Como si nos estuviera persiguiendo y hubiera perdido el rastro? ¿Qué mueve a una tormenta a perseguir la vida?... -

Estas y otras preguntas fue las que lanzó a sus compañeros, intentando averiguar más de aquel hecho sin duda importante y a la vez terrorífico, ahora que al estar más adentrados en la cueva, parecía que también estaban más protegidos de ese mal que les perseguía.

¿Acaso los dioses han decidido exterminar a los hombres? ¿Tal vez para crear otros mejores? Más honrados y no tan salvajes...

Los 3 recorrían la cueva en silencio, cada cual en sus pensamientos, hasta que Pallantides interrumpe el silencio, diciendo que no debían de internarse más en la cueva, a lo que Marcus responde: -Yo creo que deberíamos seguir, explorarla completamente, después de todo aún falta para que amanezca, y quizás encontramos algo útil- fragmentos de la historia sobre su padre y un dragón corrieron confusamente a su mente, recuerdos de infancia.

Mientras pensaba en esto Marcus empezó a buscar en el suelo elementos con los que hacer una antorcha improvisada, para explorar la cueva y poder apreciar todos sus detalles.

-No sé que mueve a una tormenta a perseguir la vida, pero te aseguro que no saldré de aquí mientras aún sea de noche y esa nube antinatural este por ahí.

¿Acaso hemos sido abandonados por los dioses?, ¿Planean eliminarnos de la Tierra?...¿Qué le está pasando al mundo que conocíamos?

Dentro de la cueva solo hay piedra y humedad, por mucho que buscas no ves nada con lo que puedas fabricar una antorcha pero si hubo gente viviendo en aquel lugar, tal vez mas profundo podrais encontrar algo util.

La gruta continuo durante muchos metros hasta que visteis una luz al final del tunel. Por otro camino serpenteaba mas acia el interior oscuro y siniestro pero las luces del alba os llamaron la atencion cargando vuestro corazon de una tenue esperanza.

Al asomaros a la entrada visteis a una chica de espaldas, una joven que miraba una ciudad perfilada en la lejania que ardia en llamas.

La nube habia pasado por ella y aunque ya no habia dejado rastro en el cielo de su existencia, su maligna presencia habia tocado de lleno a cada ser que habitaba aquel planeta.

El alba despunto.

Escuchaste un ruido a tu espalda.

En la entrada de la gruta por la que habias salido encontraste la figura de tres jovenes barbaros mirandote con una cara de perplejidad asombrosa. No esperaban encontrar alli una joven y habias oido las cosas horribles de las que eran capaces los de hombres salvajes del norte....

Siento que estoy en un problema...pensó inmediatamente. Las olas de caos que estaban por el aire...¿como habrían afectado a gentes que ya de por si tenían malas famas? No quería imaginarselo. Asustada retrocedió un paso, esperando su reacción.

Realmente no sentía que usando las ropas que usaba y con su aspecto encajara demasiado en un bosque.

La noche pasó más rápido de lo que hubieran esperado debido a que los muchachos se habían entretenido en la exploración de la gruta, pero sobre todo, se habían concentrado en sus pensamientos, en esa tormenta, ese manto del cielo que destruía todo a su paso.

Por fin, la luz entró por uno de los agujeros que había en la gruta, y Palax sintió una esperanza que hacía mucho que no tenía.

- ¡Vamos, parece que ya es de día!- Animó a sus compañeros para que siguieran ahora que les faltaba poco.

Una vez se asomaron al exterior, la vista le impresionó, a lo lejos una ciudad ardía en llamas...seguramente por el efecto de la tormenta, que al parecer, ya no estaba presente, ni siquiera en la lejanía.

Pero algo le llamó más la atención aún, pues una chica se encontraba cerca. Parecía que estaba sola, y al verles, comenzó a retroceder sin fiarse del todo, como era lógico. El muchacho se obligó a hablar ya que no quería asustar a la muchacha.

- No, tranquila - Dijo levantando las manos a media altura para influir más en su voz relajada cuando la chica dió unos pasos hacia atrás - no vamos a hacerte daño, nos hemos refugiado esta noche aquí - Dijo señalando la pared de roca en la que se encontraba la cueva de la que habían salido.

- Me llamo Pallantides, y estos son Marcus y Rest - Señalando a sus compañeros - ¿Y tú? - Preguntó con voz baja, que permitía la confianza y la relajación - ¿Cómo te llamas? ¿Sabes qué ha ocurrido exactamente?

Aun así, Pallantides no llega a fiarse del todo, una joven chica en mitad del bosque después de lo sucedido no es algo que se esperara, así que analizó el entorno buscando cualquier acechante u observador. También se detuvo a considerar si estaban en un lugar idóneo para una emboscada, así como la vestimenta, equipo y actitud de la muchacha.

Cuando ya casi creía que la caverna no tendría fin, los haces de luz natural, y el soplo de aire fresco hacen que apresure el paso.

-!Por fin, pensé que nunca llegaríamos al final!- Exclamó mientras una sonrisa cruza mi rostro

Al asomarnos al exterior, mi alegría dura solo un momentos, de fondo una ciudad arrasada por las llamas, y el sentimiento en mi pecho dicta, que los ciudadanos no escaparon de la nube como nosotros pudimos, al oír hablar a Pallantides me percato de la presencia de una chica, antes de que tenga tiempo de abrir la boca Pallantides nos a presentado a todos.

Vaya insensato, si quiere darle su nombre problema de él, no tiene porqué meternos en problemas a nosotros, con el nombre de una persona un brujo podría asesinarlo...

-¿Hola, te encuentras sola?, ¿has visto que le sucedió a la ciudad?

Mientras espero una respuesta me pongo alerta, observo a la muchacha y alrededor, pues aún no es tiempo de confiar en la muchacha, mal que mal, ella podría ser una hechicera, la que conjura la nube o algo peor. O todo podría ser paranoia mía.