Partida Rol por web

Vives en una fortaleza, en la frontera misma de la region, dominada por un noble emparentado con el rey que poco sabe del honor y la justicia, de los que tu padre siempre habla.

Es de noche y tratas de dormir pero te sientes intranquilo en tu cama. Fuera los relampagos resuenan y la lluvia golpea las contraventanas de tu pequeño cuarto pero no es solo eso, es algo mas. Sientes una intranquilidad profunda, como si sintieras que un terrible mal esta a punto de descargar sobre todos vosotros.

Escuchas voces en el otro cuarto, tus padres hablan aunque tratan de no ser escandalosos. Su voz suena preocupada y nerviosa.

Tu padre pregunta.-¿Que puedo hacer? Se que no es justo, que son inocentes pero jure lealtad y la debo...

Tu madre intenta ser consuelo pero no se le ocurre que decir que lo calme.- Es un tirano, es un maldito tirano al que estoy ligado de modo irremediable. ¡Maldicion! Ya no escucha a nadie, nisiquiera a su esposa, ni a los consejeros... Ayer mando azotar a uno de ellos, un anciano, por llevarle la contraria en una tonteria...

Nunca habias oido a tu padre tan desesperado.

Salgo de la cama y sin perder atención en las voces me acerco a la ventana y observo por la misma el panorama que fuera se abre.

Ves que bajo la lluvia, en el patio, se esta preparando un patibulo para un ajusticiamiento. Segun ves se construia con prisas, seguramente, al llegar el alba alguien perderia la vida en el.

Un relampago te deja ver que el mismo Lord Bragost esta supervisando la construccion. Sus ojos se alzan como si presintiera que le observas y te dedica una mirada dura.

Ese hombre estaba perdiendo la razon por momentos, veia enemigos y traidores hasta en los ricones de la cocina pero por alguna razon parecia mostrar una simpatia especial por ti.

Le sostengo un momento la mirada... tanto como me atreva y vuelvo al interior de la habitación... pongo el oído en la puerta o pared para ver si saco algo más de la conversación.

La puerta se abrio mientras te dirigias a ella con una estraña sensacion. Aquel noble tenia algo diabolico en la mirada, lo presentias, sabias que su maldad crecia por momentos.

Cada vez que regresaba de una caceria volvia mas cambiado, mas cruel, mas tiranico con todo el mundo.

Tu padre se sorprendio de verte despierto pero le agrado no tener que despertarte.

- ¿Que haces despierto? Vuelve a la cama, no tientes tu suerte con una pulmonia.- dijo evitando que vieras su preocupacion mas profunda.

Tu madre aparecio detras forzando una sonrisa.- Vamos hijo, obedece a tu padre.
 

Seguro que la cacería no te vuelve un monstruo... estoy seguro de que matar un animal incluso por diversión no supone esa oscuridad en la mirada. Lo más curioso e inquietante es la simpatía que me profesa... serán tonterías mías.

- Me despertó la lluvia padre y quise ver si la ventana estaba bien cerrada... - miento - ... preparan un patíbulo. - agrego en bajito

Mientras camino hacia la cama - ¿Qué le ocurre a Lord Bragost? Padre, madre... las voces en la noche... ¿pasa algo?
 

Tu madre nego con la cabeza pero tu padre resoplo entendiendo que debias saber la verdad.

- El patibulo es para unos niños, poco mayores que tu, hijo. Cometieron el delito de cazar en los dominios privados de Lord Bragost pero no por codicia o maldad. Se morian de hambre y solo querian llevar un bocado a sus hermanos pequeños... No obstante se les ajusticiara como a traidores a la corona y sus familias seran expulsadas de sus casas. Es la ley.... Es su ley pero eso no es justicia hijo.- Te dijo hablandote con seriedad, mirandote directamente a los ojos.- Para colmo el Señor del feudo a pedido una compensacion por las presas cazadas, dos pequeños conejos con menos carne que una mosca. A pedido a las familias de los acusados que le entregen a una de sus hijas antes de irse. Me corresponde ir a buscarlas esta noche.

Viste como sus puños se apretaban hasta ponerse blancos por la impotencia. No queria hacerlo pero no podia negarse.

- Lord Bragost está loco padre, no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante algo así, tiene que haber alguien superior a quien acudir, algo que hacer...- digo con una mezcla de convicción y esperanza ante lo que apunta a una negativa clara

Tu padre puso las manos sobre tus hombros.

-Si, esta el rey. Tres dias a caballo... demasiado tarde para esa pobre gente y no estoy demasiado seguro de que el monarca se encuentre ajeno a esto... Quiero que te vistas y acompañes a tu madre, los dos saldreis de aqui y os pondreis a salvo. Yo sacare a esos chicos de prision y me ocupare de alejarlos de su locura...pero ello me manchara como un traidor ¿Lo comprendes hijo mio?.- Te pregunto mirandote con fijeza a los ojos.

Le sostengo la mirada - Doy gracias a los cielos por tener un padre traidor... - abrazándole

- ¿Volveremos a verte? - con la cara desencajada por la pena

- No me dejare matar si es lo que preguntas.- te respondio.-Pero por el bien de tu madre y el tuyo no me vereis en mucho tiempo. Habras de cuidarla bien y ser fuerte.

Te abrazo infundiendote un animo que no tenias. Tu madre lloraba sin poder evitarlo, mas consciente de lo que iba a suceder que tu mismo.

La mujer se apresuro a preparar ropa para tu padre y para vosotros, lo mas imprescindible. Mientras ella se alejaba tu padre saco algo y te lo dio. Era una daga con una extraña joya en la empuñadura.-Esto era de tu abuelo, ahora es tuyo. Estara mas segura a tu cuidado y espero que te sirva si tienes problemas.

Asiento con la cabeza, guardo la daga en el cinto, salgo a ayudar a mi madre pero antes elijo el libro que más me guste de los que tenga y lo llevo conmigo.

Al tomar la daga sentiste que era algo que te pertenecia. Nunca la habias visto antes pero sabias que era algo ligado a ti por alguna razon, notabas su vinculo con aquella vieja daga.

Cuando estuvistes listo vuestro padre os acompaño al patio y os metio en un carro cubierto, en la parte de atras. El conductor era un viejo amigo de tu padre que perdio medio brazo en una contienda quedando apartado de los combates para siempre.

Tus padres hablaron en privado y se despidieron antes de que os separarais.

El agua caia como una cortina espesa a vuestro alrededor pero eso no era nada comparado a las lagrimas de tu madre.

Bragost pagará con sangre cada una de esas lágrimas...

Salisteis de la fortaleza y la dejasteis muy atras, viajasteis toda la noche pero los caballos se cansaron y el hombre que dirigia la caravana se detuvo un rato. La lluvia estaba pasando y el sol se encontraba a punto de salir.

El hombre te hizo un gesto para indicarte que iba a hacer sus necesidades, se alejo... tardo... no volvia. Tu madre asomo la cabeza y grito. Entro de nuevo con rapidez y te abrazo.

La lona que os cubria fue rasgada de un tajo.

- ¿No es muy pronto para salir de paseo, señora?.- pregunto con una cinica sonrisa.

A su alrededor seis de sus mejores hombres armados y a caballo rodeandoos. El pobre manco tirado al fondo en un charco de sangre os daba una idea de lo que podia pasaros.

- Lord Bragost no íbamos de paseo sino de viaje a Albiona pues la hermana de mi madre ha caído enferma ¿le hemos importunado? - afirmo intentando parecer tranquilo

Tu madre temblaba a tu lado.

El noble rio a carcajadas.- Buen intento chico, muy bueno, eres ingenioso pero no hay necesidad de mentir. Ya casi eres un hombre asi que tratare este asunto contigo. Tu padre a intentado liberar a unos traidores y su cuerpo ya reposa frio en una tumba sin nombre, no obstante aun puedes salvar a tu madre y a ti mismo.... Si eres listo.

- Sin duda soy el más listo de los presentes... - te va a costar caro lo que has hecho... bastardo - ... qué quieres

El noble sonrio.- Desde luego eres listo, si, te quiero y podemos hacer un trato. Si tu padre hubiera sido mas listo habriais vivido tranquilos hasta que fueras mucho mayor pero el destino es duro aveces.- dijo encongiendose de hombros.- Ahora tu madre es viuda y podria ser mi esposa, tu mi hijo, mi heredero en todo. Se que me serias siempre fiel sabiendo que tu madre duerme a mi lado y ella no me traicionara sabiendo que estas tan cerca de mi control.- dijo mirandola a ella de un modo repugnante.

-Piensalo, puedo ser clemente con mi futura esposa y mi hijo adoptivo pero cruel con la familia de un traidor muerto. ¿Que me dices? ¿Aceptas el trato?

- ¿Acaso tengo elección? - Amenazar a una mujer y un niño con seis caballeros... muy noble Lord Bragost; es algo horrible mas sólo hay una manera de vengar a mi padre y hacer justicia... él se sacrificó por nosotros, ahora nosotros debemos sacrificarnos por él, no durará más de lo necesario... eso seguro. Reflexivo y con todo el odio que un niño puede llegar a generar subiendo por el cuello.

- Y decidme Lord Bragost... más allá de mi hermoso rostro y aguzado ingenio por qué me queréis... solo soy "casi un hombre" - agarro fuerte la mano de mi madre