Partida Rol por web

Salis de vuestro chamizo en dirección al Perro Fiero, que lo encontrais sin demasiados problemas.

Al entrar veis que, efectivamente se encuentra el semiorco albino, con su enorme estatura y un gran hacha apoyado en la barra. En su frente veis un siete marcado en la cara. A su lado veis que se encuentras otros charlando con él, lo que os lleva a pensar que serán los otros compañeros. En total, cerca del semiorco contais otros cuatro más, a parte de otra gente que se encuentra en las mesas bebiendo y charlando.

Al llegar al perro fiero, veo de lejos aquellas marcas, las examino, pero no logro identificar si ellas son las del pasado, Estan demasiado lejos. Sigo con el grupo avanzando

Preparaos, creo que esto va a ser muy divertidodigo al resto de mis compañeros

Avanzo y decido ponerme delante, la rabia y el desconocimiento de las marcas me impulsan a colocarme el primero. Mantengo el aire para no parecer muy excitado con la situacion.

Petrus ingresó en la taberna y miró a su alrededor con curiosidad. De alguna manera sabía que esta taberna era distinta de la que había visitado anteriormente. La catadura de sus parroquianos le daba a entender que aquí las relaciones serían más "peligrosas"

Sin embargo el no iba a ser el que iniciara una pelea... por el momento - Buenos días - saludó en voz alta acercándose al fosos donde suponía que encontraría a los perros. Su presencia resultaba, por lo menos, inquietrante, con su compañero animal rodeándole la cintura y con su lengua bífida entrando y saliendo de su boca estaba claro que era alquien que no temía a los animales

En tanto, en su mano, la lanza que usaba como bastón estaba preparada para ser arrojada si resultaba necesario - Cletus, al piso - le ordenó a su víbora con soltura sin preocuparse de la reacción de los presentes - Y quedate cerca mío, no queremos que te metas en problemas, entendido? -

Cuando te acercas al foso, no ves nada, está vacío al igual que las sillas a su alrededor.

Al decir buenos días, se os quedan mirando.

Kullen con los ojos entrecerrados Vaya, ¿qué hacen aquí los buscadores de niños?

Atento para ver si puede reconocer alguna marca como la del brazo que estaba en el cubiculo del oso-lechuza, Tarvish permaneces en silencio, buscando la macula de los levanta tumbas. Observa tambien al ser albino, mirando sus armas y sus poses fanfarronas.

Ante el comentario del albino, comenta con cierto sarcasmo.  Veo que nuestra fama nos precede, solo hemos hecho un favor a la comunidad de esta ciudad; si esa familia estaba preocupada lo menos que podiamos hacer era ayudarles a encontrar a su hijo. Tristemente ha sido del modo mas lastimoso, pero al menos DESCANSA en paz con los suyos.

(EDITADO)

Torciendo la boca y alzando las cejas

Lo que tú digas, padre.

Petrus mira con curiosidad al semiorco, reconociendo, al igual que sucede en el, los rasgos de sus razas mezcladas. Sin embargo está algo más tranquilo al ver que los comentarios del enano respecto a los perros no son ciertos.

Su víbora, a sus pies repta por el lugar mientras el druida intenta entender el porque del tono burlon de su interlocutor - Si, los muertos deben descansar en sus tumbas - acota como al pasar mientras observa la ubicación de los amigos de Kullen.

El enano hace caso omiso de alusiones y presentaciones. Con un ágil salto se encarama a un taburete de la barra y se acomoda. Con un dedo regordete señala al camarero y le dice.

Cerveza, o eso que los humanos llamáis cerveza, para mi y para el que quiera de mis compañeros.

Luego mira hacia un lado, al semiorco y sus secuaces.

Y que demonios, pon seis cervezas más para Kullen y sus amigos. Que nadie diga que un enano escatima invitando a cerveza.

Observo atentamente todo lo que ocurre alrededor, prestando especial atención a la reacción de Petrus. Al notar que su reacción no es desfavorable, me tranquilizo un poco.

Gracias Heironeous, por no permitirnos llegar mitad de una de esas peleas - rezo agradecido.

Al oír las palabras de Baedal, me sitúo a su lado en la barra, cerca de Kullen.

Creo que tomaré una de esas cervezas - digo con calma, sin dejar de mirar al semiorco fijamente - Si el señor Kullen, y sus amigos, permiten que les acompañemos, claro está - añado, saludando con una inclinación de cabeza - Como veis, también vuestra fama se ha extendido, sois toda una institución para algunos. Vuestros acompañantes también, desde luego - añado - aunque por lo que veo, falta uno. Espero que no le haya ocurrido nada grave...

Si tenía alguna duda de que veníamos en su busca, ya se ha disipado. Esperemos que no desee iniciar una pelea, o nos veremos en complicaciones - pienso, dando un trago a la cerveza sin quitar ojo a Kullen - Veamos por dónde respira este individuo, aunque debemos obrar con cautela. Es sencillamente enorme. No creo que los demás vayan a emprender ninguna acción sin su permiso, le tienen demasiado miedo.

Cyane, al oir las palabras del enano hace un gesto con la mano indicando que ella quiere una cerveza, con pose distraida se apoya en la barra y sin decir palabra observa atentamente al orco y a sus "amiguitos", mirando con cuidado sus armas y protecciones, en busca no solo de lo que se ve a primera vista, sino de bultos en sus botas o bajo las camisas, la joven sabe cuan rápido asoman las dagas en una pelea de taberna. Uno por uno examina sus rostros y sus getos en busca de signos de nerviosismo, intentando discernir cual de ellos, después de su jefe, es el mejor combatiente.

La joven procura no abrir la boca, sabe que su fuerte no son las palabras, y deja que sus compañeros con mayor don de gentes lleven el peso de la conversación, ella está ahí para ayudar si hay problemas, por lo que sigue atentamente la conversación y presta especial atención a las reacciones del grupo de matones.

Ante el gentil ofrecimiento del enano, Petrus se acerca a la barra, dispuesto a compartir con sus compañeros... y sus ¿enemigos? la bebida. Sin embargo, preocupado por su compañero animal no puede menos que agregar - Ah! y además de la cerveza un plato con leche para mi amigo... el alcohol le cae mal - comenta señalando a Cletus

Ante la invitación de Baedal y el comentario de Voll, tampoco notais ninguna reacción especial, salvo que claramente esperan a que kullen sea quien diga lo que tenga que decir, sobre todo Gardzthen y Rasto.

Entrando en el perro fiero noto todas las miradas clavandose en mi cogote, esto lo odio, odio que me miren asi de agresivos.... Logro calmar mi ira esta claro que las marcas no son de los asesinos de mi pueblo, o eso creo. Pero creo que no me gustaria tener una pelea ahora...

Cojo asiento entrando detras de Baedal, tambien la cerveza. Al oir las palabras de Kullen sobre el niño, noto como la ira se vuelve a encender a punto de levantarme las palabras de Tarvish hacen zanjar el tema, por lo que mas tranquilo me quedo y trato de aplacarme.

La situacion se nota tensa, sera mejor estar alerta y preparado