Partida Rol por web

- Nada útil - comenta el semiorco al ver el contenido del cofre - Supongo que se podrá vender... pero yo diría de hacer una recorrida antes de irnos de aquí. Ahora será solo peso muerto -

- Creo que es mas importante encontrar un lugar donde descansar que ocuparnos de esas baratijas -

Petrus está en lo cierto, necesitaremos descansar... - apruebo, algo ausente como si estuviera sumido en mis pensamientos - Pero primero usaré la varita para mitigar el dolor de nuestro servidor de Pelor...

Concentrándome en el poder del objeto que porto, arrodillado junto a Tarvish, uso su poder curativo.

¿Necesitas más de este poder...?, ¿alguien más está herido? - pregunto a todo el grupo - Quizá deberías volver a portar tú este valioso objeto, Petrus. Por el momento, ha cumplido su cometido, aunque a punto hemos estado de caer - añado, devolviendo la varita al druida.

En cuanto a este lugar, debe ser limpiado. Ahora lo veo con claridad, Heironeous me ha puesto a prueba. No ha querido bendecirme con sus dones durante el combate para saber si estaba preparado y yo..., he llegado a dudar de Él - declamo con gran emoción - Pero ya no hay dudas en mi corazón, he pasado la prueba y nunca volveré a dudar del poder del Invencible...

PADRE SAGRADO, PURIFICARÉ EN TU NOMBRE ESTE LUGAR Y LOS OBJETOS QUE PORTABAN NUESTROS ENEMIGOS, PARA QUE PUEDAN SER EMPLEADOS AL SERVICIO DE LO QUE ES BUENO, Y JUSTO, Y REMEDIEN DE ALGUNA MANERA TODO EL MAL QUE HAN CAUSADO... - rezo en voz alta - HOY, GRACIAS A TU FUERZA Y A MIS COMPAÑEROS, HEMOS VENCIDO A TU GRAN ENEMIGO, EN SU PROPIO TERRENO. UNA GRAN HAZAÑA QUE LOS HOMBRES RECORDARÁN, Y SERVIRÁ DE ENSEÑANZA PARA LOS QUE ESTÉN TENTADOS A ESCOGER EL CAMINO DEL MAL...

El semiorco toma la varita que le ofrece el paladín - Bueno... entonces usémosla para curar a quien haga falta - comenta con una sonrisa mientras mira a los presentes

Sin embargo, su observación se ve interrumpida por la declamación de Volldamius que escucha con atención antes de darse vuelta y susurrar al resto de los presentes - Siempre fue así? o ese loco lo hechizó de alguna manera -

Cyane, sigue apoyada en la pared, exhausta por el reciente combate, va comprobando sistematicamente todas y cada una de las heridas y mientras, escucha con cierta impaciencia la cháchara religiosa de Voll.

Cuando Voll se calla y Petrus ofrece la curación, Cyane le hace un gesto con la mano mientras le sonrie con agradecimiento.

A mi me vendría bien que me curases, tengo tantos golpes y heridas como un jabalí en una cacería de perros.

Mientras el semiorco se dedica a curarle, Cyane observa el montón de objetos sobre los que Voll acaba de rezar a su dios, y nota en falta un objeto en particular.

Oye Baedal, ¿no tenía la estatuauna gema en la cabeza? ¿por qué no la pillas?

- Por supuesto... para esto compramos la varita - le contesta a la guerrera mientras la mueve con gestos seguros y toca con su punta el cuerpo, herido, de quien le requiere curación.

El semiorco la rodea con cuidado tocando varias veces hasta que, aparentemente, las heridas estan casi cerradas del todo - Creo que ahí está más o menos bien. Con descansar un poco estarás 10 puntos - le informa antes de girar y mirar al resto de lso presentes - Alguno más que necesite algún varitazo de ayuda? -

Luego iremos a por esa gema...

Dice riendo el enano mientras entra en la habitación que ha habierto con la llave robada. lentamente comienza a inspeccionarlo todo buscando trampas y posibles escondrijos donde pueda haber un botín.

Esta claro que un gema así no podía pasar desapercibida para los ojos de una chica, ¿verdad?

El semiorco al ver el estado del clerigo sonríe mientras usa la varita otra vez - Espero que Pelor no se ofenda porque un servidor de Elhonna os de su ayuda - comenta como al pasar - Despues de todo, es lo justo, su poder me ha curado más de una vez - agrega intentando justificar al clérigo

Al notar el comentario sobre la gema, su tono se vuelve más serio - Las estatuas de los dioses malignos suelen ser una fuente de sorpresas... haremos bien asegurarnos que no haya más problemas antes de sacarla de allí... y asegurarnos que estamos con todos nuestros recursos. Señor Enano... creeis que habrá un lugar seguro para descansar por aquí? -

Antes de salir de la capilla, Baedal rebuscar en el tapiz, descubriendo un panel oculto. Confiado, mete la llave y, de repente siente un toque frío y un dolor agudo que le sube por todo el brazo. Tras un gruñido y unas palabras nada agradables, saca lo que hay dentro del panel: hay un caliz de oro, dos símbolos de hextor de plata, y una perla que brilla con la misma magia que la que tiene Tarvish.

Continua inspeccionando las otras salas.

Al oeste hay otra sala que Baedal ha abierto sin problemas con las llaves que tenían los clérigos.

La luz de un par de antorchas crea extrañas sombras sobre sus paredes rojas como sangre. Hay dos sillas de madera una en frente a la otra alrededor de una mesa redonda. Sobre la mesa descansa un libro encuadernado con cuero, una daga herrumbrosa, un tintero, una pluma y varias hojas de pergamino. Una pantalla de madera parte la habitación en dos cerca de una cama grande con sábanas y pieles.

Tras buscar por la sala, Baedal encuentra un cofre escondido bajo la cama. Tras unos segundos de duda y de una inspección minuciosa, procede a introducir las diferentes llaves que ha encontrado. Finalmente, la que portaba la clériga entra sin problemas. Dentro, saca una bolsa con 200 po, una varita y un brazalete enjoyado.

Más al oeste (hacia abajo) hay un pasillo con dos puertas.

La del sur muestra:

Una habitación con dos grupos de camas que se hallan en la pared más lejana, con una alfombra de piel de oso entre ellas. Tres taburetes de madera se encuentran sobre la alfombra, y hay un armeros con numerosas jabalinas, un arco, varios carcajes con flechas y una espada.

La del oeste (la de más abajo) está abierta y da a la sala donde os enfrentasteis a los tiflines y a los zombis.

Mientras Baedal inspecciona el resto del complejo, Tarvish y Voll examinan el diario del clérigo, siendo lo más interesante el siguiente estracto que comentan

"Loado sea el Azote de la Batalla,

El Sin Rostro está cada vez más ansioso. Es criatura inmunda de Grallak Kur nos ha mostrado más signos de la naturaleza del Dios Supremo. Los mensajes que nos manda hablan de gusanos, de un poder durmiente que debe ser despertado, pero poco más. Desearía que volviera el oscuro pozo que lo engendró si no tiene más que ofrecer.

El Sin Rostro me dice que esto tiene que ver con una figura ancestral, un ser de gran poder. Por supuestro, me cuenta poco más. Se divierte manteniendo sus secretos, pero se olvida que prosperan solo gracias a la protección de Hextor. Su última provocación a sido un pergamino que, según él tiene todas las respuestas que busco. Por supuesto, el muy canalla lo cifró. Si no fuera por las órdenes de la Triada de Ébano, mandaría mis tropas a su lamentable laberinto y mataría hasta el último pájaro y mago que estuviera dentro.

Grallak es la clave. Gracias al Azote que confía en mi y no en el Sin Rostro, dudo que el Sin Rostro se moleste en contarnos nada a nosotros. No podemos confiar en esos magos. Cuano el Dios Supremo se alce, creo que será el momento de resolver algunas viejas rencillas

Bajo el Ojo Vigilante del Heraldo Conquistaremos,
Grallak Kur me ha dado por fin una pista útil. Lo llevé personalmente al laberinto, y el Sin Rostro se puso como a reir como un berserker hambriento de sangre. Grallak volvió a hablar de gusanos, por supuesto. Dijo que incluso ahora se arrastran y se retuercen. El mundo es como una manzana infectada por ellos. Todo parece estar bien ahora, pero pornto, ellos surgirán de la piel y se esparcirán por el mudno. Aun asi, parte de esta visión me intriga. Grallak habla de un gran poder tras ellos, pero la Tríada de Ébano nos enseña que esos gusanos despertarán al Dios Supremo. ¿Hay algo en ese poder, que no vemos? ¿Es aliado o enemigo?

El Sin Rostro sabe más, pero obviamente no dice nada. Quizás Grallak se lo inventó todo. Su monstuoso pueblo es pequeño y se hallan cansado por su peregrinaje desde la infraoscuridad. Si es un impostor o un timador, necesitará irse de aquí. Para esta eventualidad nuestros agentes deben proporcinarnos equipo. Seis rollos de cuerda, y quizás arcos y flechas serán suficiente. Con unos voluntarios guiando la marcha podremos descubrir cualuquier tipo de emboscada que tengan preparada en el risco."

La situación resultaba sumamente extraña para Petrus que observaba las búsquedas del enano y la lectura de los más alfabetizados intentando entender lo que estaba pasando.

Sin embargo, estaba claro que los seres civilizados eran demasiado complicados para el semiorco. Simplemente permaneció cerca de quienes tenían tareas acariciando la escamosa cabeza de Cletus mientras intentaba entender.

Solo hizo una pausa en su importante tarea cuando observó el rictus de dolor del enano - Esto no es bueno, déjame ayudarte - comentó volviendo a usar la varita