Partida Rol por web

Así que sí me recordaba, aunque no sé de que me sorprendo. Yo mismo lo había dicho, nunca olvidaba nada relacionado con uno de sus "experimentos".

- No creo que sea el momento para esas preguntas.- contesto con evasivas minetras miro alrededor en busca de ayuda, ni me apetecía que podía seguir comiendo pero que realmente no saciaba mi apetito, ni el miedo que tenía que mi infección se pasase a cualquiera con el que tuviese relaciones. Aprovecho que Lyashi-san ha llamado la atención Ohsumi y escucho la conversación entre Tomohiro-dono y el capitán asintiendo cuando el primero me mira con una clara pregunta, lamentablemente antes de que pueda confirmarlo del todo el doctor vuelve a centrarse en mí y se me tuerce el gesto cuando me llama obra maestra.- No estaría tan seguro de eso...- es lo único que digo a media voz recordando lo ocurrido con Sonbei-san.

Se sorprende cuando Izume les lleva a la zona donde se crean las capas,ni ella misma la conoce bien pues evitar ir por allí sin embargo el equipo que hay sobre la mesa hace que olvide al resto de los presentes mientras se acerca a inspeccionar aquello tarareando una canción bastante alegre

Ante la orden de Izume la chica se lleva la mano a la visera de la gorra 

-"Será un placer"-dice mientras empieza a coger lo necesario sin dejar de silbar.Aquello le está pareciendo increíblemente divertido y para colmo va a haber fuegos artificiales,su especialidad.Si aquello sale bien será apoteósico el polvazo que eche una vez esté a salvo así que cierra su mente y sus oídos a todo lo que no sea fabricar a su pequeña

Las preguntas a las que el científico somete a Hideo serían divertidas (de hecho mi primer impulso es soltar una carcajada) hasta que me fijo en la mirada del mecánico. Lo está pasando mal, y frunzo el ceño.

-Ohsumi-san, quizás deberíamos dejar el admirar a Hideo para cuando no estén intentando devorarnos, si no tiene inconveniente.- Con gesto resuelto y bastante directo me acerco al mecánico, provocando que el acceso del científico (y su lupa) se interrumpa y dándole algo de espacio personal al otro chico.- Que no es ninguna cobaya, por cierto.

Yo soy el primero que considera los kabane dignos de estudio, pero ni en mis peores pesadillas se me ocurriría usar a nadie como experimento humano. Para mí la plaga es una enfermedad que debe curarse, no algo que pueda aprovecharse. Los recientes acontecimientos de Mibu no hacen más que provocarme cierta repulsa ante los experimentos del hombre. Las “capas miméticas” me parecen una buena idea. Lo que le ha hecho a Hideo no, y ahora mismo me sueno los mocos con el “escalafón evolutivo”, quizás se deba a que estoy agotado. Sin querer aprieto los dedos de Arisa y luego me giro hacia Mogami-sama, asintiendo.

-El cañón debería estar listo y preparado para un disparo en estático, señor.- Me encojo de hombros.- No debería tener dificultad en volar la puerta si se nos niega el acceso.- Sonrío de medio lado.- O en fingir que puedo hacerlo, en el peor escenario posible.

Pestañeo al escuchar a la soldado silbando y con gesto preocupado vuelvo a escudar levemente a la pelirrosa, lo que le falta ahora mismo es llevarse un golpe por culpa de la lunática de las bombas.

Mientras todos parloteaban sin para Yûki se dedicó a inspeccionar el lugar, a revisar su rifle a ver que podia haber sucedido antes y a comprobar el estado de su señor. No habia salidas aceptables de alli salvo la propuesta del boquete en la pared. Su rifle simplemente tenia un cable desconectado, quizás cuando saltó con aquella mujer en brazos a lo alto de la Ryugujou, y Tomohiro estaba intacto.

Observó entonces impávida a aquel señor que había que llevarse con ellos para joder a Kaibuki y le pareció bien, pero no dijo nada, pues no queria darle el gusto a Izume. De echo le lanzó una fria mirada antes de empuñar con confianza su arma de vapor para enfrentar a lo que fuera que hubiera tras su "salida de emergencia"

Ohsumi-san, quizás deberíamos dejar el admirar a Hideo para cuando no estén intentando devorarnos, si no tiene inconveniente.- Con gesto resuelto y bastante directo me acerco al mecánico, provocando que el acceso del científico (y su lupa) se interrumpa y dándole algo de espacio personal al otro chico.- Que no es ninguna cobaya, por cierto.

Pues claro que no, joven - responde Ohsumi irritado por la intromisión de Takeshi - Fíjese bien en él: fuerza y rapidez aumentadas, sentidos hiperagudos y una esperanza de vida aparentemente ilimitada. No está infectado: ha evolucionado. Cuando el proceso haya sido lo bastante perfeccionado como para ofrecer una probabilidad razonable de supervivencia yo mismo me lo aplicaré.

Se le nota aún más molesto cuando Takeshi declina contestarle - Ignorante - Masculla - Ya ven lo que tengo que aguantar - Les comenta a Lyashi y Arisa...

El cañón debería estar listo y preparado para un disparo en estático, señor.- Me encojo de hombros.- No debería tener dificultad en volar la puerta si se nos niega el acceso.- Sonrío de medio lado.- O en fingir que puedo hacerlo, en el peor escenario posible.

Muchas gracias, Fukui-san - responde Tomohiro aliviado - Tan sólo espero que Kaibuki nos crea capaces de disparar. No podemos condenar a toda una estación por la estúpida tiranía de su señor. Ya ha habido demasiadas muertes el día de hoy...

Mientras todos hablan Sakura silba una tonadilla mientras trabaja con sus explosivos. Por desgracia el grosor del muro le obliga a gastar todas sus bombas a fin de crear una explosión lo bastante potente como para hacer un agujero por el que poder salir. Mientras silba su extraña melodía va encajando las bombas en el ventanuco y entrelazando sus mechas. Cuando ya todo está preparado les prende fuego con el rascador de su mano.

¡A cubierto!

La explosión sacude todo el laboratorio, destrozando todos los recipientes e instrumentos de cristal y provocando una rociada de polvo y esquirlas de piedra. Sin embargo la colocación experta de las bombas por parte de Sakura hace que la pared absorba la mayor parte de la onda expansiva. El resultado es un boquete por el que resulta fácil escapar.

¡Deprisa! - grita Izume - ¡La puerta lateral es la más cercana!

Tras ayudar a salir a Ohsumi y Arisa los fugitivos siguen a Izume hasta un grueso portón custodiado por seis guardias encapuchados que retienen a tres kabane con pértigas enlazadas. Cuando los soldados los liberan los monstruos se abalanzan contra el grupo. Mientras tanto los soldados empiezan sacar sus rifles de vapor...

Yûki no se movió de delante de Tomohiro, proporcionándole cobertura con su cuerpo, mientras apuntaba a la cara del soldado que tenia delante. Cuando estaba segura, apretó el gatillo

El disparo de Yûki hace explotar la cabeza de uno de los soldados, que es lanzado contra el muro dejando una mancha de sangre. Takeshi desenfunda la pistola que sacó de la Ryugujou y, sabiendo que tiene tanta puntería como para acertar a uno de los kabane en el corazón intenta inutilizarle una pierna. Por desgracia su disparo falla y pasa rozando la pierna de otro soldado.

¡MALDITO! - grita éste mientras desenfunda a toda prisa su rifle de vapor y dispara contra Takeshi fallando por muy poco. Sin embargo sonríe cuando ve al kabane que retenía acercándose al ingeniero con intención de devorarlo - ¡Vamos, cómetelo! - lo anima...

Todo cuanto ha sucedido desde que Tomohiro anunció que había que desviarse del rumbo ha llevado a Lyashi al límite: la reacción exagerada de los tripulantes, la mujer y su criatura arrojados a los kabane, la brutal reacción de Sachiko, la mutilación de Arisa, la enervante discusión con Kaibuki... Y todo eso los ha traído hasta este momento en el que un montón de soldados han soltado a tres de esas bestias contra ellos. Sabe que con su poder como mucho podrá retrasarlos...

¿Y qué esperabas? - le increpa su propia voz dentro de su cabeza - Te dieron unos papeles bonitos y un arma nueva, pero en el fondo todos piensan que sólo sirves para tragar pollas y lamer coños. Deja de ser un estorbo y libérame de una maldita vez. Quizás así logremos sobrevivir...

Lyashi había salido del paso de las preguntas de Masanobu-san con su clásica habilidad aprendida de sonreir, asentir levemente y mirar a la persona a la que acompañaba con una admiración sincera. La mayoría de sus clientes lo único que querían era ser escuchados, y ella había aprendido cómo dar la impresión de estar sumamente interesada en sus palabras aunque no entendiera nada o poco. Obviamente, ésto le causaba un estrés alto, y unido a todo lo que había pasado le hacía empezar a estar en el límite. Estaba a punto de responderle con un "¿Y usted qué cree? ¿Qué mejoras se podrían realizar?" para hacerle seguir hablando cuando les advirtieron de la ignigción de la mecha de la bomba.

Los escasos segundos de incertidumbre y la explosión le pusieron los nervios a flor de piel, sintiendo que estaba a punto de rebasar su capacidad de aguante mental. Sin que el polvo llegara a asentarse, salieron corriendo de aquel lugar, con Isae aguantando la respiración pensando en todo lo dicho por aquel científico. - ¿El polvo suspendido en el aire a causa de la explosión nos podrá infectar? ¿Los kabanes que estaban atrapados se habrán liberado y nos perseguirán?* - pensaba mientras salía al exterior, intentando ver algo.

Lo que se encontró fue un patio con un grueso muro donde había un portón, la salida presumiblemente, protegido por seis soldados armados con rifles de vapor y cuatro kabanes cogidos con ésa pertiga con el cepo alrededor del cuello. Nada más verlos supo que estaban atrapados. Los soldados soltaron a los kabane y el verlos venir de cara algo se rompió en el interior de Isae....

Lyashi había salido del paso de las preguntas de Masanobu-san con su clásica habilidad aprendida de sonreir, asentir levemente y mirar a la persona a la que acompañaba con una admiración sincera. La mayoría de sus clientes lo único que querían era ser escuchados, y ella había aprendido cómo dar la impresión de estar sumamente interesada en sus palabras aunque no entendiera nada o poco. Obviamente, ésto le causaba un estrés alto, y unido a todo lo que había pasado le hacía empezar a estar en el límite. Estaba a punto de responderle con un "¿Y usted qué cree? ¿Qué mejoras se podrían realizar?" para hacerle seguir hablando cuando les advirtieron de la ignigción de la mecha de la bomba.

Los escasos segundos de incertidumbre y la explosión le pusieron los nervios a flor de piel, sintiendo que estaba a punto de rebasar su capacidad de aguante mental. Sin que el polvo llegara a asentarse, salieron corriendo de aquel lugar, con Isae aguantando la respiración pensando en todo lo dicho por aquel científico. - ¿El polvo suspendido en el aire a causa de la explosión nos podrá infectar? ¿Los kabanes que estaban atrapados se habrán liberado y nos perseguirán? - pensaba mientras salía al exterior, intentando ver algo.

Lo que se encontró fue un patio con un grueso muro donde había un portón, la salida presumiblemente, protegido por seis soldados armados con rifles de vapor y cuatro kabanes cogidos con ésa pertiga con el cepo alrededor del cuello. Nada más verlos supo que estaban atrapados. Los soldados soltaron a los kabane y el verlos venir de cara algo se rompió en el interior de Isae....

Sus ojos se llenaron de motitas negras, costándole por unos segundos respirar, mientras en su espalda, brazos y muslos, fuera de la vista debido a la ropa, se formaban unos tatuajes salidos de la nada.

^{- Déjame salir, te he dicho. -}

^{- No...no....uuuugghhhhh..... -}

^{- Cuanto más te resistas, peor será, dulce Lyashi. Me encanta ver cómo te esfuerzas. -}

^{- No.....pa....sarás.... -}

Tentáculos negros salieron de su espalda, como si atraverasan la ropa pero sin dañarla, y en lugar de los pocos que antes habían podido ver, ahora parecían salir a decenas, en una danza macabra sin fin dirigida hacia los Kabane que se lanzaban hacia ellos. - ¡BASTA YA, MORID TODOS! -

Una voz oscura y retumbante que no parecía de Lyashi surgió de su garganta, mirando de reojo hacia el científico mientras le decía - ¿Perfección? Aún no sabe lo que és, Doctor. - la sonrisa siniestra que siguió a tal declaración haría palidecer hasta al soldado más frío. Varios tentáculos rodearon a los Kabane, inmovilizándolos y estrujándolos poco a poco.

Uno de los tentáculos, grande y negro, salió disparado a por uno de los soldados, envolviéndolo con un abrazo frío mientras el hombre gritaba de dolor y terror.

Los tentáculos de oscuridad brotan de Lyashi acompañados de una risa maníaca. Los tres kabane se hinchan de forma grotesca y sólo tienen tiempo de lanzar un gañido de dolor antes de que sus cuerpos exploten con una violenta rociada de sangre infecta y carne desgarrada. Pero el mortífero miasma negro no se detiene ahí, sino que se introduce en la boca de otro soldado haciéndole explotar los ojos y la lengua. El hombre cae al suelo entre ahogados gemidos de agonía. El último soldado tiene algo más de suerte: el tentáculo que le roza es ya muy débil y sólo le hace sangrar por todos los orificios de su cuerpo...

Primero la niña y ahora la aprendiz de Kagura... Parecía que nos encargábamos de ir recogiendo bombas con piernas. Por horrible que sea el espectáculo no era nada comparado con lo que ya había visto o quizás el virus que corría por mis venas me había hecho inmutable ante las matanzas. Estaba seguro que el asustado doctor diría que era otra prueba de mi estado "evolucionado". Fuera como fuese aún quedaban guardias en pie y si iban a disparar estaba claro cual iba ser su objetivo y como no el que estaba delante de la supuesta damisela en apuros no era otro que Takeshi, iba a tener que hablar con él y su mala costumbre de proteger gente que era capaz de destruir casi cualquier amenaza con un simple pensamiento.

Para ello necesitaba que estuviera vivo así que avanzó rápidamente esquivando la miasma tentacular de la histérica conductora mientras apunto a los guardias con mi pistola, visto la otra manera de morir les estaba hasta haciendo un favor.

Los disparos de Hideo sólo dejan en pie a un único soldado que recibe un feo arañazo en la pierna. Un segundo después es abatido por Izume, que le dispara en el brazo derecho para incapacitarlo sin matarlo. El soldado cae al suelo aullando de dolor y pierde el conocimiento.

¡VAMOS! - ordena Izume. Tomohiro tira del conmocionado doctor, pálido de miedo tras haber contemplado el terrible poder de Lyashi. Divertida, la vidente le dedica una macabra sonrisa y un guiño.

Al cruzar el enorme portón los fugitivos se encuentran en la calle. Los transeúntes los miran con suspicacia pero ninguno se atreve a señalarlos ni a intentar nada contra ellos. Por la carretera circulan coches de caballos y algún que otro coche de vapor...

Maldice su lentitud en sacar el arma y el acto de aquella mujer la sorprende pero no muestra su sorpresa pues le preocupa más que nadie les ataque por otro lado.Una vez acaba la acción corren por las calles en busca del tren

El tiro me ha salido por la culata. Literalmente. Chasqueo la lengua un segundo mientras empiezo a pensar cómo demonios me voy a librar del kabane que quiere comerme.

Y entonces a nuestra segunda conductora se le va la pinza, y por segunda vez en menos de doce horas veo cómo una persona revienta a otra usando simplemente su voluntad. Y la voz, esa maldita voz que le sale de la garganta y que provoca que se me ponga el pelo de punta. Sin poder evitarlo abro la boca para soltar la sarta de tacos y palabrotas más barriobajera y sucia que se pueda ocurrir a un ser humano coherente, la mano de Arisa firmemente apretada en la mía y con mi cuerpo atravesado entre ella y la chica que acaba de hacer esa monstruosidad. Cada vez tengo más claro que se debería mantener un control de los usuarios de poderes psíquicos, pero actualmente sólo puedo gritar para decirle que ni se atreva a acercarse a nosotros.

Creo que he llegado al límite de mi capacidad de raciocinio, y mientras recorremos las calles de ésta maldita ciudad rumbo a nuestra hayajiro lo único que soy capaz de hacer es mantener a Arisa agarrada y pegada a mí y murmurar en voz baja improperios acerca de asesinos sedientos de sangre y psicópatas.

Después de la explosión, parecía que todavía no estaban a salvo. Arisa estaba demasiado preocupada por no respirar el humo como para darse cuenta de cuántos eran. Y aún así, no fue necesario. Sintió un escalofrío, una especie de cosquilleo en la garganta y un pinchazo donde debían estar sus ojos. ¿Sachiko? No... Los tentáculos que habían salido de Lyashi eran como las mariposas de Sachiko, con el mismo odio y rabia, dejando una estela de muerte y destrucción a su paso. Lo único que las diferenciaba era el poder que había en aquel ataque y que, al menos por el momento, Lyashi podía controlarlos. Aunque esa no suena nada normal...

Su preocupación se desvanece al oír a alguien soltando una ristra de improperios y tarda un poco en darse cuenta de que es Takeshi, el mismo que no le ha soltado la mano por eso mismo. La psíquica abre los ojos bajo la venda, sorprendida, incapaz de reconocer la mitad de las cosas que ha dicho, pero no le dice nada. En vez de eso sigue avanzando sin soltarle de la mano, si es lo que necesita. Todo va a estar bien... Puedo protegerle si pasa lo mismo que con Sachiko. ¿Pero me verá a mí también como a ellas...?