Partida Rol por web

Lucy era un poco tímida para presentarse en bañador, ademas de bastante friolera. Se había presentado con un conjunto de camiseta de tirantes y pantalon corto azul, de licra y ajustados, que su padre había encantado para que no perdieran el calor. No quería resfriarse y tener que faltar a clases.

No le gustaba estar ahí con poca ropa, así que intentó pronto el hechizo, para poder meterse en el agua y dejar de ser observada.

- ¡Caput Bullae! - Dijo realizando las florituras con la varita con calma y precisión. El Casco se formo a su alrededor, pero sentía el hechico con poca fuerza, así que se decidió a realizarlo nuevamente, con mas concentración - ¡Caput Bullae! - Esta vez, si parecía mostrar una mayor resistencia, sin pensarlo se lanzó al agua.

Una vez sumergida decidió nadar un poco y observar el fondo del lago. No iba a alejarse demasiado de la orilla, no quería ser atacada por un Grindylow.

Mathew caminaba inquieto por la orilla del lago, miraba de vez en cuando hacia el castillo, como si buscara algo, o a alguien. Cuando Lucy llegó se puso tenso, pero trato de disimular pateando algunas piedras. Parecía no tener frío, ahí plantado con sus vermudas negras y plateadas. Intentaba no mirar pero, de reojo, no dejaba de mirar a Lucy.

Cuando ella mostró su indumentaria, Mathew se relajó visiblemente. Algo dentro de él le decía que si Lucy hubiera llevado un bikini o un traje de baño provocador y algún compañero osaba mirarla, le sacaría los ojos de las cuencas usando su varita de palanca.

Sin embargo, la inocencia y la timidez de la joven bruja, había acabado con las preocupaciones de Mathew, que se apresuró a lanzar el hechizo para seguirla en el agua.

- ¡Caput Bullae!- Al ver su eficacia, salto al agua tras ella.

Toca la clase de Encantamientos con todo lo que conlleva y me resulta demasiado curioso que el lugar escogido sea en el Lago Negro. Lo cual toda percepción de peligro, se ve netamente arraigada por el asunto sobre los habitantes que se encuentran allí, incluido nuestro amigo el Calamar Gigante. Bien se sabe que las Selkies pueden ponerse un tanto inquietas ante el ingreso de desconocidos a su hábitat natural, lo cual es un tanto preocupante. 

Con esos pensamientos ya me encuentro en el Lago Negro en compañía de Linus, ambos caminamos uno al lado del otro y al saludar a la Profesora, recuerdo que debo hablar con ella. Posiblemente después de clase, o más tarde. Estoy al tanto de que el requisito para asistir cuenta de dos cuestiones, el traje de baño y la información, así que comienzo con lo más fácil mientras desvío la mirada hacia mi novio. 

Tras dejar el uniforme junto al morral, queda a la vista un traje de baño azul noche. Soy bastante delgada, pálida por defecto, pero es un cuerpo bastante atlético, con un trasero bonito. El estar en bikini delante de todos me incomoda un poco, así que intento mantenerme atenta a la clase y por momentos, más allá de saludar a mis amigos/amigas, permanezco cerca de Linus. 

- Buenos días Profesora. - saludo con una sonrisa animada, y ya cuando hay que meterse al ruedo, y descubro lo fría que está el agua, comienzo a sentir como me tiembla la mandíbula. Hay mejores épocas que ahora. Pienso y en un susurro digo: Caput bullae. - permitiendo que en cuestión de segundos, en torno a mi rostro aparezca una burbuja que cubre nariz y boca. Asombrada muero por lanzarme al agua así compruebo la eficiencia del mismo, a consta de que una Selkie clave el estridente en mi trasero. No lo pienso más y me zambullo. Una locura, hermosa locura. 

El Lago Negro era uno de los lugares preferidos de Linus, colmado de recuerdos. Sin embargo, lo que le gustaba era sentarse en la orilla a contemplar sus aguas, jamás se le ocurrió sumergirse en ellas. Podría decirse que el chico no temía casi nada, y era cierto, pero el agua, las profundidades subterráneas ya fuesen del mar o de un lago, no eran fruto de su devoción. La gente contempla la clara superficie del agua, en la que ven reflejado el cielo, y olvidan la honda y fría oscuridad que hay debajo. No, el agua no era lugar para las personas, ahí estaban indefensos, aun siendo un gran mago.

Aun así, no era de los que se echaba hacia atrás, aun menos si cabía la posibilidad de que su “cobardía” o “sentido común” jugasen en contra de su casa. No había hecho la tarea, había estado… ocupado. Pero si llevó traje de baño, el cual quedó a la vista tras quitarse la túnica. Le llegaba por encima de la rodilla e incluía una camiseta ajustada con los colores de su casa. No le gustaba despelotarse ante los demás.

Atendió a la profesora, aunque no puso evitar esbozar una sonrisa ante el comentario que había escuchado por lo bajo de Randall. Sin embargo, el respeto que le inducían las profundidades del lago le hizo prestar mucha más atención a la explicación del hechizo.

Al menos fue así hasta que vio a Anne quitarse la túnica.

-Caput...- Ya había empezado a conjurar cuando sucedió eso, por lo que perdió totalmente la concentración.

Se acabó, su casa perdería 10 puntos, porque tirarse al agua se iba a tirar, pero que el hechizo saliese bien… eso era otro asunto, pues no podía apartar la mirada. Por suerte ella conjuró el hechizo, así que la copió. 

-Caput bullae- Conjuró decidido al ir acercándose a las aguas, si ella se iba a sumergir, él también.

Daphne llegó a la clase de Encantamientos con los deberes hechos, sabiendo que gracias a Dana, con quién había practicado ese hechizo días antes, el Caput Bullae estaba dominado. Confiaba en que la profesora Okada valorase el interés que ambas habían mostrado, y al ver como su amiga de Gryffindor le enseñaba su alternativa, branquialgas, la joven Rowle manifestó la suya propia.

- Okada-sensei, Dana y yo estuvimos practicando el Caput Bullae, ahora le mostraremos los resultados del entrenamiento... Sin embargo, como fan incondicional del Quidditch, encontré información en una de mis revistas deportivas que me encanta coleccionar, que el equipo nacional fiyiano de Quidditch tiene como mascota del equipo a un Dukuwaqa. Los Dukuwaqa son consideradas unas criaturas mágicas nativas de los océanos calientes alrededor de las islas Fiyi, que tienen la capacidad de transformar sus cuerpos de hombre a tiburón y viceversa, similar a lo que hace un animago. - le explicó con visible ilusión y curiosidad reflejadas en su rostro. Me suena haber oído que Viktor Krum, el célebre buscador del equipo nacional de Quidditch de Bulgaria, vino hace unos años a Hogwarts a participar en el torneo de Los Tres Magos, y que usó una transfiguración parcial en su cabeza para adquirir una de tiburón, y así poder respirar bajo el agua. ¿Sería posible intentar algo así? ¿Sabe cómo sería el hechizo pertinente?

Una vez se despojaron de las túnicas y entraron todos juntos en el Lago Negro hasta que el agua alcanzó sus cinturas, la joven Rowle se apresuró a demostrar que sabía conjurar el hechizo perfectamente. ¡Caput Bullae!

Durante unos instantes se quedó meditando, comprobando que, a pesar de que su burbuja de aire era realmente resistente, la de Linus era algo mejor que la suya, pero al ser ambos de la misma casa, no creyó necesario volver a intentarlo, dado que los puntos los obtendría la casa de Slytherin. Solo restaba aguardar a ver si se desplazarían a través del Lago Negro nadando, para observar a las magníficas criaturas que habitaban aquel increíble y mágico lugar que tan buenos momentos le había aportado desde su llegada a Hogwarts.

A Ralph no le gustaba demasiado aquello. No se trataba de la ropa o la falta de ella, se trataba de cómo reaccionaban los adolescentes al ver a otros en bañador, de repente era como si todo su encanto mágico se fuese por el retrete para convertirse en muggles. Tampoco era todo malo, la verdad es que el agua era agradable.

La profesora habló y explicando en qué consistía el ejercicio y el muchacho asintió. Todos estaban teniendo más o menos éxito, mientras él se quitaba la camiseta y miraba al lago con cara de resignación.

Yo investigué sobre las branquialgas, pero por desgracia no las he conseguido. Te dan branquias y palmean tus manos y pies, sin embargo el cambio al entrar en el agua puede ser impactante y dejarte unos segundos sin oxígeno. También son imprecisas y pueden provocar que su efecto se termine en un mal momento.

Y ahora... -tomó la varita y la movió con sutileza- ¡Caput Ballae! -falló, suspiró y volvió a intentarlo, esta vez con algo más de energía- ¡Caput Ballae! -otro fallo, miró su varita casi con un gesto de súplica y susurró...- Caput Balle... por favor.

Nada. No había modo. En cualquier caso no iba a ser él quien le restase puntos a su casa, así que tomó aire y corrió hacia el agua, lanzándose de cabeza y cerrando los ojos, esperando no ser el único que fallase y, a su vez, aguantar más que esa persona. Cerró los ojos, no quería ser el primer cuervo en perder puntos.

¿Tendríamos que nadar en el Lago Negro? Al principio pensé que sería alguna clase de broma pero para mi desgracia no lo era, todos los alumnos estábamos ahí frente al agua mientras uno por uno cada alumno iba desvistiéndose, haciendo el encantamiento y entrando al agua. Llevaba apenas el bañador y un suéter para poder desvestirme rápido pero... durante un momento tragué saliva, el agua debe estar congelada, hay muchas cosas ahí dentro, no se ve nada, esos iban siendo mis pensamientos mientras los demás se adelantaban. No me atrevía a seguirlos, mi única opción para ganar el coraje suficiente para ir yo también era hacer el encantamiento y ser capaz de respirar al menos.

Agité mi varita una vez mientras recitaba el hechizo en voz baja, no paso nada, lo volví a intentar esta vez con algo mas de soltura y con un tono de voz mas alto- Caput Ballae -tampoco paso nada mas allá de un mínima pompa en la punta de la varita, ya completamente desesperado hice mi tercer intento pero esta vez no ocurrió nada en absoluto.

Me quedé inmóvil mirando mi varita antes de bajarla, volver a mirar al agua sin tener el valor necesario para seguir la resto.

- No puedo... Yo... Esperaré fuera... -sabía que estaba afectando negativamente a mi casa pero esperaba poder compensarlo en otras clases, seguí con la mirada a Daphne mientras entraba deseando poder seguirla

Aquella mañana me sentía regular, lo mismo era consecuencia del sueño, pero aun así atendí a las instrucciones de la profesora Okada con atención. Me había echado branquialgas en el bolsillo, por si acaso. Estas se encontraban aplastadas, su aspecto no era muy bueno. Así que...ahí las dejé.

Muchos se disponían a seguir las órdenes y se metían dentro del lago negro, pero a decir verdad, el hecho de quedarme en bañador, agradarme, no me agradaba: era como estar desprotegida y a la vista; aunque de todas formas, de alguna manera habría que entrar en el agua.

Parecía fresquita. Con un flotador gigante podría ser un planazo muggle, pero no era el caso.

Sin mirar específicamente  a nadie y andando en mis divagaciones, esperé un poco hasta quitarme la camisa blanca. Me quedé con un bañador en tonos beige y un gesto un poco más serio de lo habitual.

Respiré con poca convicción y realicé los movimientos que había visto –caput ballae- allí no pasaba nada. Me dió vergüenza y aclaré ligeramente la voz -caput ballae- qué fracaso, venga Cliodna, tú puedes, otra -¡caput ballae!- no. No puedes. Si hubiera habido grillos me hubieran hecho un coro al unísino.

Parecía que sólo me iba a poder hacer unas brazadas y para afuera. Ni una triste pompa se formó. Miré a ambos lados.

No sabía qué hacer, pero como no quería quedarme ahí de pie, exponiéndome, me eché al agua sin pensarlo. Una vez dentro puse un rostro preocupante, para mí aquello estaba frío y encima podía suponer la resta de puntos a mi casa. Esperaba pasar desapercibida, aunque sentía que chapoteaba como una rana.

A Yllka la sola idea de zambullirse en el agua en estas fechas del año le hacía tener un escalofrío pero si era lo que la profesora Megu quería que remedio tenía. Como siempre escuchó con atención a la profesora y al resto de sus compañeros, viendo como Anne había logrado a la primera aprender el hechizo se animó a hacerlo en el momento que veía como Ralph fallaba estrepitosamente y con una mirada cariñosa intentó reconfortarlo. Respiró hondo y pausadamente recitó las palabras necesarias.

- caput ballae... - en apenas un susurro en hechizo funcionó.

Yllka sonrió satisfecha de su propio logro y se lanzó al agua.

Aprender un hechizo de primeras no era lo suyo, eso lo sabía de sobra y estaba acostumbrada a ello de hecho, por lo que, ese día llevaba el bikini debajo de sus ropas, pero no llegó a mostrarlo, quitándose solo la túnica para poder tener más movilidad, igual se sorprendió bastante cuando casi lo consiguió, haciendo que emergiera una pequeña pompa de su varita en 2 ocasiones y sonrió emocionada, quizás si hubiera tenido algún intento más... pero en fin, sabía que iba a perder puntos para su casa, pero tampoco tenía forma de remediarlo así que se encogió de hombros sin más y volvió a ponerse la túnica para mantener su temperatura.

Suki miró a su alrededor, había varios compañeros que tampoco habían conseguido realizarlo, unos se habían lanzado al agua, quizás para intentar pasar desapercibidos, o no, ella no iba a hacerlo, no tenía sentido quedarse helada sin más. Vio como Aiden estaba observando a los compañeros, algo triste y se acercó a él.

-No te preocupes, - le sonrió, - seguro que a la próxima lo conseguiremos, podemos pedir una tutoría a la profesora Okada. - y continuó susurrando, - Mira el lado bueno, nos hemos librado de un más que probable resfriado. 

Sonrió cuando vio a Ralph, ¡pero qué genial!

-¡Ánimo Ralph! buah tenía que haberme metido yo también. - Reía emocionada.

No me gustaba para nada tener que ponerme un bañador, por lo que bajé hasta la zona del lago con una sudadera bastante alargada que ocultaba mis brazos, mi torso y hasta la parte media de mis muslos. Me quedé durante todo el camino tensa hasta que llegamos al lago.   

Me esperé antes de quitarme la sudadera, pues no quería mostrar la marca que tenía y no era precisamente porque le avergonzara si no porque no me gustaba la manera en que me miraba la gente, por lo que me había decidido por un traje de baño largo que ocultaba la parte superior de mis muslos y cadera. 

Por lo que ya la mayoría se había quitado la ropa y estaban con sus bañadores, veía como algunos alumnos conseguían formar el hechizo y cuales no, la verdad me apuré en el momento en que iba lanzar el hechizo. Me acerqué a una piedra que estaba un poco más alta que el resto y así en cuanto consiguiera el hechizo lanzarme al agua y pronuncie el hechizo.- Caput Bullae - pero nada, no pasó nada por lo que me apuré más en pronunciar el siguiente hechizo - ¡Caput Bullae!

Notaba como la burbuja se formaba alrededor de mi rostro pero había algo extraño en el hechizo ya que en vez de rellenarse del aire que había alrededor, se llenó también de agua, al ver lo que pasaba y por lo nerviosa que estaba no me dio tiempo a coger aire. Por suerte la burbuja era demasiado inestable y explotó a los dos segundos haciendo que tosiera y perdiera el equilibrio cayéndome al agua de la manera mas torpe posiblemente. 

En cuanto el agua algo fría me rodeó de golpe, hizo volver a mis sentidos por lo que salí hasta la superficie a coger aire, me eché los cabellos hacia atrás que se me habían pegado a la cara y solo quise llevarme las manos a la cara y morirme de la vergüenza,  no solo no podía haberlo hecho peor sino que encima restarían los puntos a mi casa por mi pésima actuación, ¿había algún momento en que no hiciera el ridículo?

Intenté el hechizo por tercera vez pero no me salió como esperaba y tampoco deseaba salir del agua por lo que me quedé nadando tranquilamente cerca de la orilla, al menos de momento no deseaba salir del agua. 

Por más que lo intentara, el hechizo no funcionó, o movía la varia mucho o no lo suficiente pero no salía, la parte práctica nunca había sido su fuerte, aunque si pónela a estudiar o hacer investigaciones, o darle hostias a alguien aunque esto último lo lo hacia casi nunca a pesar de ser bastante buena. Así que se quedó al lado de su amiga, sin secarse la túnica pues sabía que si entraba al agua, podría meterse en un problema mayor dado que no sabía nadar, y la prueba era de mantener la respiración, claramente no iba a poder hacerlo más allá de 30 segundos, en el mejor de los casos. 

— Hola — le dice a Suki y Aiden que se quedan más atrás, mientras los demás practican sus hechizos, su hermana logra hacerlo y le aplaude de hecho. 

— profesora — levantó su mano, la verdad es que perder los puntos no era justo, no por lo menos cuando no se debía a un acto de indisciplina sino de simple preservación — no pude lograr el hechizo — se va acercando donde la bella Megu  y con la varita en la mano le sonríe ampliamente.

— pero no quiero perder puntos para mi casa, ¿puedo hacer un trabajo o algo para compensar el no haber aprendido este hechizo ahora, juro que la buscaré para que me ayude con los hechizos, no tengo mucha habilidad la verdad pero no quiero quedarme atrás ah.... por cierto, tome — saca de su morral un pergamino, ese bolsillo de terciopelo negro que siempre usaba y en la que guardaba más cosas de las que físicamente eran posibles.

— cuando hice la tarea, encontré las branquialgas, el casco y también un hechizo de transformación en donde el cuerpo adopta las características de un tiburón,  de hecho Viktor Krum usó ese hechizo hace ya casi diez años... ummm profesora, si logro hacer este hechizo y demostrarlo la próxima clase, además del hechizo que enseñó en este momento ¿me perdonaría a mí y a mi casa los puntos de los que no logramos sumergirnos? por favor, profesora— intenta negociar con la profesora, mientras que en el pergamino estaban detallados los hechizos y con dibujos incluidos. Era una excelente alumna, aunque no muy buena en el uso de la varita. 

La directora se acerca con paso ligero al lago, seguida de un joven muchacho. Nada mas llegar se acerca a la profesora.

- Profesora Okada, disculpe por interrumpir su clase. Este joven, el señor Altair Black, se ha unido hoy mismo al colegio, de hecho acaba de llegar. Su familia acaba de mudarse y me llegó la orden de traslado desde Uagadou anoche, no he podido avisar antes. Lo dejo a su cargo. - Mira al joven Altair y le da una palmadita en el hombro. - Aproveche lo que queda de clase, recuerde venir a mi despacho cuando terminen para decirme que optativas va elegir. Sus cosas ya han sido enviadas al dormitorio de Gryffindor.

Con las mismas la directora se marcha a paso ligero.

Con una sonrisa un tanto forzada, la misma que parecía ocultar un hondo pesar realizo una venia ante la profesora McGonagall y luego me dirijo a la profesora y a mis compañeros.

Buen día es un verdadero placer para mi poder compartir este curso con todos vosotros. - digo a modo de saludo mientras recorro con la mirada a todo el grupo y busco un lugar donde sentarme sin llamar mucho la atención, ni causar molestia.

Una vez ubicado un lugar libre, me encamino hacia allí saco mi libreta de notas y tras hacer un par de anotaciones la guardo en mi morral y permanezco en silencio, pues no quería interrumpir la labor de la docente.

Sabía que tenía mucho por revisar y repasar, pero mi cabeza en este momento estaba en otro lado, por lo que me forcé a centrarme y concentrar toda mi atención en la clase, ya luego tendría tiempo para seguir con mi depresión.

Tras algunos minutos en silencio, acomodo mi morral con las cosas de mis compañeros y me acerco a las personas que siguen fuera del agua, pues quería consultarles de que iba el ejercicio.

Buen día, disculpen, no deseo importunarlos, pero podrían indicarme ¿En qué consiste el ejercicio de hoy? - pregunto en voz baja a todos los presentes intentando hablar en voz baja para no atraer la atención de la docente.

Disculpen si interrumpí su plática, les aseguro que no fue mi intención, pero es que es mi primer día aquí y en mi anterior escuela no solíamos tener este tipo de actividades, pero si es mucha molestia, puedo esperar por allí a que la profesora me llame. - digo mientras señalo al lugar en donde me encontraba sentado hace un instante, listo para regresar a mi lugar si me lo pedía.

La verdad sea dicha, sabia que esta transición iba a costarme, pero nunca imaginé cuanto.

Sonrió al ver como Lauren mostraba y explicaba su investigación a la profesora, ella siempre tan estudiosa, intentando no perjudicar a su casa, no sabía si la profesora aceptaría el trabajo o no, y estaba observando cuando la directora llegó, presentándoles al chico nuevo.

Suki se fijo en él, guapo, muy guapo, Black… ajám… ¿podría ser…? No, había muchos Blacks en el mundo ¿no? Y él se acercó a ellos, para preguntarles sobre el ejercicio.

-Hola Altair, soy Suki Selwyn, - le tendió la mano con una media sonrisa, - estamos aprendiendo el encantamiento casco burbuja, aunque como ves, nosotros no somos los más indicados para mostrarte como se hace, - bromeó guiándole un ojo, - puedes intentarlo, seguro que Okada te enseñará a hacerlo, espero que tengas suerte…

Al escuchar las indicaciones de Suki, me acerco al borde de la plataforma y con la varita en la mano, procedo a ejecutar el encantamiento indicado.

Satisfecho con el resultado de mi conjuro, procedo a sumergirme en el lago, intentando no importunar al resto de mis compañeros, confiaba en que el encantamiento resistiría lo suficiente como para no hacer perder puntos a mi casa, pues sabía que eso podría generarme problemas con mis nuevos compañeros.

Después de clase me tocaría ir al despacho de la profesora McGonagall para organizar mi horario, pero esperaba intercambiar algunas palabras con mis compañeros antes de eso.

Clase de encantamientos, lago negro

Megu escucha la pregunta de Daphne, se queda unos segundos pensando y dice:

No estuve aquí cuando se produjo aquello… sin embargo, sí que es posible, realizar transfiguraciones parciales para ganar las características de animales, sin embargo, si una transfiguración es complicada, una parcial lo es mucho más ya que requiere un mayor control. Sobre el hechizo… seguramente el profesor de transformaciones pueda ayudarle mejor en ese asunto Rowle-san

Después de aquello fue prestando atención a aquellos alumnos que habían realizando la tarea optativa, asintiendo:

Dana Lawrence, Daphne Rowle, Ralph Ward, ustedes ganan 10 puntos extras por realizar su tarea optativa.

Un ruido le llamo la atención y miro hacia allí y vio la actuación de Anastasia, no pudo evitar sonreír levemente, presto atención para ver si le había pasado algo a la chica, pero parecía estar bien, por lo que no se acerco, se limito a observar a los demás. La llamada de Lauren le llamo la atención y dice:

Al igual que los demás que han hecho la tarea ganas 10 puntos, sobre lo otro… simplemente tienes que sumergirte Blumer-san. Tenéis tres intentos para realizar el hechizo, pero tenéis cualquier forma que deseéis para sumergiros y tratar de aguantar el máximo tiempo posible

Justo en ese instante aparece la directora, asiente a lo que dice y añade:

Si, Directora McGonagall no se preocupe, yo me ocupare de el.

Tras lo cual se inclina en señal de despedida a la directora, mira al chico y dice:

Bien, estamos aprendiendo formas de sumergirnos y aguantar el máximo tiempo posible.

Tras dejar un rato para que prueben a hacerlo alza las manos y dice:

Bien… la clase está a punto de finalizar, pero me gustaría deciros algo antes… la persona a la que mejor le ha salido el hechizo y a aguantado más tiempo ha sido Linus Averi-an el cual lo ha hecho increíblemente bien por lo que ha ganado 10 puntos, no restare 5 puntos a aquel que ha aguantado menos tiempo porque lo ha intentado aunque ha sido sin salirle el hechizo… por lo que me ha demostrado que tiene compromiso con su casa y sus compañeros, por ello sí que restare 10 puntos a Aiden Donell-san Suki Selwyn-san

La profesora sale del agua en ese momento y se encamina para tomar sus cosas, entonces dice:

Espero que el hechizo de haber tenido que estar en el lago en bañador os haya mostrado algo más que aprender el hechizo… como veis, no importa de qué casas sois, ni donde vengáis, hijos de magos, Muggles, o mestizos… cuando os quitáis vuestras túnicas de magos, solo sois unos adolescentes en traje de baño… así que espero que al menos os hayáis olvidado un poco de todo lo que tiene que ver con el mundo mágico… que pasar vergüenza, mirar a los chicos y la chicas también forma parte de ser joven…

Sonríe ampliamente, da un par de palmadas y dice:

Y sobretodo espero que os haya servido para daros cuenta que ante un problema siempre hay varias soluciones… el problema de tener que respirar bajo el agua hay muchas soluciones, no solo un hechizo que quizás os salga o no, que hay otras muchas formas de hacerlo. Ahora, podéis secaros e iros y calentaros… y por supuesto, sabéis que podéis pedirme ayuda cuando queráis

Decía mientras hacia un gesto para mostrar una mesa llena de tazas humeantes de chocolate que dé ante mano había pedido a los elfos domésticos prepararan para los alumnos.