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GRAN COMEDOR

La directora se pone en pie para dar su ya conocido discurso. - Bienvenidos a todos los alumnos y profesores a Hogwarts, sus pertenencias han sido llevadas a las salas comunes. En la sección de normativas y horarios, tienen toda la información necesaria para no perder ninguna clase y poder evitar un severo castigo. Recuerden que están aquí para estudiar, les aconsejo que inviertan bien su tiempo. Si tienen alguna duda no duden en contactar con un profesor o acudir a mi despacho.

Su discurso era cada año mas breve y conciso, consciente de que los chicos, cansados del viaje, solo quieren comer con sus compañeros y retirarse a descansar. - El subdirector, Ulfric von Hoggen, les presentará al resto de profesores. - Minerva toma asiento y cede la palabra a su nuevo fichaje, esperaba grandes cosas de Ulfric.

Al ceder la palabra la directora McGonagall, el profesor von Hoggen se levantó, y con paso rápido y ligero, se acercó al atril para hablar a todo el colegio ya reunido.

- Antes de dar lugar a la presentación de todos los profesores, permitid que realicemos la ceremonia de selección de los nuevos alumnos. Señor Filch, por favor, acerque el sombrero. Gracias. Colóquelo ahí. Gracias. - Los alumnos de primero estaban en una fila, nerviosos, esperando al Sombrero Seleccionador. Este no habló. Desde la caída de Voldemort, por lo visto, no hablaba más que para seleccionar a los alumnos. Sacó una lista - Bien. Alumnos, cuando os nombre, os acercaréis a este taburete, os sentaréis en él, y él elegirá la casa en la que estaréis todos vuestros años de colegio. Cada casa es diferente, valiosa y especial a su manera. Haced lo posible para ser dignos de ella. -Y comenzó a nombrar la larga lista de alumnos de primero. Cuando todos fueron escogidos, y ovacionados por sus compañeros de Casa, comenzó las presentaciones. 

- Ahora si, bienvenidos todos, por primera vez, o de nuevo. En primer lugar, me presento. Soy el profesor von Hoggen, vuestro nuevo subdirector, miembro y jefe de la casa Hufflepuff y nuevo profesor de Runas Antiguas. Además, como el profesor Binns ha pedido un tiempo de descanso, daré este año la clase de Historia de la Magia. Ahora, os presentaré a vuestros profesores de este año. 

Señalando de izquierda a derecha desde la vista de los alumnos, comienza a señalar y pedir que saluden cada uno de los profesores a los que va nombrando. 

- En primer lugar, la profesora Sinistra, bien conocida por todos que impartirá Astronomía, como viene siendo común. Ella será la jefa de la casa Ravenclaw. A su lado, el profesor Abbott, un brillante auror y vuestro profesor de Defensa contra las artes oscuras, un verdadero experto y oportunidad para todos vosotros. Además, debéis saber que el profesor Abbott os impartirá Pociones. 

Abbott, bien conocido por todos, genera un murmullo de aceptación y algunos aplausos. 

-Tengo ahora el placer de presentar a la brillantísima profesora Okada, de la Academia de la magia de Japón, quien será profesora de Encantamientos. Además, como experta en los Muggles y su mundo, impartirá esta materia para todos vosotros. Démosle una calurosa bienvenida al colegio. -Un aplauso fuerte y un montón de miradas se centraron en la nueva profesora de Encantamientos, que llevaba atrayendo miradas desde el comienzo del discurso... 

-Venga, silencio, por favor... a su lado, está la jefa de la casa Gryffindor, la profesora Weiss, la encargada de los invernaderos y la Herbología, como el año pasado. A su lado, el señor Longbottom, quien será, otro año más, el guardián de los terrenos y las llaves de Hogwarts. Me ha pedido que transmita, como todos los años, que los terrenos del Bosque están terminantemente prohibidos a todos aquellos que deseen continuar de una pieza. - Los aplausos a la profesora Weiss (sobre todo de los alumnos de Gryffindor) y Neville Longbottom se acallaron con la amenaza, repetida de todos los años, del Bosque. 

-A su lado está la señora Pomfrey, quien será, como siempre, la sanadora del colegio, y, junto a ella, cerrando la mesa, el jefe de Slytherin, el profesor Floyd. Profesor de Transformaciones y gran conocedor de las criaturas mágicas que ha trabajado con el Ministerio, será también profesor de Cuidado de las Criaturas Mágicas.  - Esperó a que los aplausos cesaran, para cerrar su primera intervención.

- El señor Filch, nuestro amable celador, me recuerda que, aunque no ha prohibido nada nuevo desde el año pasado, los productos de Sortilegios Weasley siguen terminantemente prohibidos en el colegio, así como otros 793 artículos. La lista completa está, como siempre, en la entrada del Gran Comedor. Sin más, espero que disfrutéis de la cena, que de inmediato será servida. 

Y así fue, efectivamente. Un auténtico festín de bienvenida. A disfrutar. 

GRAN COMEDOR

Otro año más en este castillo... bueno, tampoco es que tenga otro lugar a donde ir. Pienso a medida que avanza el discurso del subdirector. Presto la atención suficiente para conocer a todos los profesores que va presentando, o para ver de nuevo la cara de aquellos que me han dado clase en el pasado, algunos para bien, otros no tanto. Mención especial a la atención que muestro a la profesora Okada- Experta en el mundo muggle. Quizás ella pueda satisfacer mi curiosidad- Pienso de la que la atravieso con una mirada que intenta ir mas allá de lo que se ve a simple vista.

Weiss... tendría que buscar un momento para hablar con ella, cuando no me vean mis compañeros a ser posible, teniendo en cuenta la siempre existente rivalidad entre nuestras casas. Pienso con una media sonrisa de la que miro al resto de mi casa sentados a mi lado y me quedo con los ojos clavados en Randall, al cual conozco desde hace ya mucho, debido a que nuestras dos familias están emparentadas. También poso mis ojos sobre Annelie, a la cual le he llegado a coger bastante aprecio en los últimos años, no solo me ha caído bien por como es, sino que también me ha ayudado bastante en DCAO. Si a veces a mi me pesa mi apellido, no quiero ni imaginarme a ella... Pienso con un poco de tristeza, la cual deshecho tan rápido como me vino.

-Randall, ¿Que asignaturas optativas has escogido este año?- Pregunto una vez acabado el discurso del profesor y como siempre, habiendo pasado por alto la advertencia sobre el bosque prohibido. Pese a que la pregunta la dirijo a Randall, (porque así le fuerzo a responder, ya que es bastante reservado) miro también con incertidumbre a Annelie, como esperando a que también de a conocer su horario. 

GRAN COMEDOR 

Otra vez más en Hogwarts. Esta escuela ha visto mis mejores y peores momentos - pienso mientras mi mirada recorre las 4 mesas del Gran Comedor. Supongo que allá vamos- me pongo en marcha hacia la mesa de mi casa, y me siento en el primer lugar que encuentro.

La verdad es que hay pocos Hufflepuff que considere amigos cerca de mí, por lo que prefiero dedicarme a estudiar a miembros de otras casas. Clavo mi mirada en la mesa de Gryffindor, esperando poder intercambiar un gesto cómplice con Dana. Pero no puedo distinguirla entre la multitud, a diferencia de Marcus, al que no tengo ni que buscar.

Joder, estoy deseando jugar al quiditch- pienso mientras Marcus me devuelve la mirada, por lo que aprovecho para lanzarle un gesto preguntándole si le apetece jugar en un rato.

La ceremonia comienza y la directora nos da la bienvenida. Más tarde, el jefe de mi casa presenta a los profesores, nuevos y viejos, pero no presto atención. Estoy esperando el mejor momento de la noche. El señor Hoggen termina de citar la lista de artículos prohibidos y nos invita a disfrutar. 

No puede ser. No me creo que lo hayan quitado.

Me pongo en pie sobre el banco en el que hasta hace un segundo estaba sentado y me llevo las manos a la boca, para que mi grito suene en todo el gran comedor.

-¡TENEMOS QUE CANTAR EL HIMNO DE HOGWARTS! ¡ES LA TRADICIÓN!

GRAN COMEDOR

Estaba mirando alrededor sin prestar atención a la beborrea de los adultos, simplemente mirando a los estudiantes uno a uno, comprobando "la mercancía". A todos parecía haberles sentado bien el verano, o eso, o tenía demasiadas ganas de empezar con sus conquistas y todas opciones le parecían agradables.

Toda su concentración se fue al carajo cuando Williams, su compañero de casa, se puso en pie y habló a grito pelado, montando una escena. Mathew se lleva la cara a las manos y le tira de la túnica hacia abajo, instándole a sentarse. - ¿No ves que todos quieren comer? - Le dice en voz baja y entre dientes.

GRAN COMEDOR

Y allí estoy en Hogwarts, un lugar paradisíaco o tormentoso, según con la óptica en la que eres capaz de mirarlo. El viaje estuvo entretenido, he aprovechado para ponerme al día con mis amigos y dentro de todo, se me pasó volando porque cuando quise acordar estaba allí en el carruaje yendo directo hacia el Castillo. La verdad es que estar en este lugar me genera sentimientos contradictorios, por un lado tengo la misma sensación que la primera vez, una sed de conocimiento, de saber cada historia vivida en cada rincón de Hogwarts. Este lugar habla de batallas, de traiciones, de amor y también de lealtad, más allá del conocimiento y todo lo que se vive aquí. Pero por el otro, echo de menos Durmstrang, no sólo por la doctrina, sino por la gente que he dejado atrás. Más allá de lo vivido, más allá de lo que he tenido que perder. 

No obstante luego de cambiarnos la ropa por el uniforme, me mantengo muy cerca de mi amiga Suki mientras ingresamos al Gran Salón. Obviamente me enloquece ese techo, más allá de que no lo estoy mirando como tonta igual que en años anteriores porque ya lo tengo más que visto. Avanzo a paso firme y voy contemplando la mesa de los Profesores antes de sentarme, es algo rápido, pero suficiente para mi. Una vez sentada allí junto a la rubia que adoro, tengo a Linus que está hablando con Randall, alguien con quien también aproveché a ponerme al día en el Expreso, es mi amigo de la infancia y lo aprecio mucho. 

- Buenas noches, a los que no he cruzado en el tren. - saludo a todos sonriendo, mientras escucho a la Directora, al Vicedirector y ante la presentación de cada Profesor, voy saludando uno a uno con la mano, sintiendo unas ganas inmensas de abrazar a la Profesora Weiss y a la Profesora Okada. Aunque también sonrío al cruzar la mirada con el Jefe de nuestra casa, siendo algo sumamente efímero ya que les dedico un pequeño detalle a todos. 

- Pues... yo Criaturas Mágicas y Runas Antiguas. Hoy es mi año místico, probaré si mis genes son afines con las runas. Debería serlo. ¿No creen? -  bromeo con ese Inglés tan remarcado con el acento Noruego. - ¿Que cuentan? No han dicho la frase célebre hoy: Hogwarts es un lugar seguro. - digo entre risas, es que no puede faltar eso, por favor sino no es un año normal en el Colegio. 

GRAN COMEDOR

Parece que fue ayer la primera vez que entré por primera vez en este salón. Aún recuerdo los nervios, y la alegría al ser seleccionada por la casa a la que mi madre había pertenecido durante su estadía en Hogwarts. Tantas cosas han cambiado desde entonces... ahora ella no está, y yo no soy la niña que era entonces. Este es mi último año aquí, el último tramo hasta alcanzar mis objetivos. 

Dirijo mis pasos hacia la mesa de Gryffindor y, cuando llego a la altura de Marcus, me siento junto a él. Escucho atentamente las palabras de McGonagall y del subdirector Von Hoggen, una especie de anhelo me recorre al percibir la idea de que esta será la última vez que escuche el discurso de la directora, o la presentación de los profesores. Para quitarme un poco esta sensación, recorro con la mirada cada mesa, buscando a mis amigos, veo a Annelie y a Suki, hablando animadas con sus compañeros de casa.

A Alexander no me hace falta buscarlo demasiado, pues él mismo se pone en pie sobre su asiento, y grita con todas sus fuerzas, animándonos a cantar el himno. A pesar de que Canavan, otro estudiante de Hufflepuff le llama la atención, avergonzado, una gran sonrisa se instala en mis labios, y decido seguir a mi amigo. La tradición es la tradición, y, qué más da si alguien piensa que estamos haciendo el ridículo. Después de todo, es nuestro último año.

Siguiendo los pasos de mi amigo, me pongo de pie sobre el banco y busco la azul mirada de Alex para, sonriente, gritar:

- ¡SÍ! ¡CANTEMOS EL HIMNO!

Todo había salido bien en el discurso, la presentación y la comida, hasta que... Bueno, lo que siempre pasa. Alguna cosa rara pasaba siempre, por eso estaban en Hogwarts. Uno de los alumnos gritó que le faltaba la canción del colegio... Ay, que tontería... 

-Señor... Ehh... Williams, supongo. Y señorita Lawrence, ¿no?. Creo que sus ganas de cantar les traicionan, pero aquí nadie se ha olvidado de tan hermosa tradición... Pero igualmente debería recordar que... Se canta TRAS la cena, para despedir está hermosa cena de bienvenida, así que calmen su ansia, calmen su hambre, y, de verdad, si tienen ganas, les dejamos hacer un duo para cerrar esta noche.

Dijo, guiñando el ojo, levantándose desde su sitio y mirando a los alumnos con cara divertida. Al menos, con el profesor Dumbledore, había sido así. 

GRAN COMEDOR

Suspiró levemente ante los gritos de algunos de los chicos de las otras casas ante aquello de querer cantar el himno del colegio, no era algo que tuviera muchas ganas de que sucediese porque no había dormido demasiado la noche anterior y nunca había sido bueno para dormir en el tren, por lo que solo quería que llegara la comida para poder retirarse a los dormitorios. Sin embargo, si muchos se animaban con aquello sabía que se tardaría más en que el feliz momento llegara, no era de extrañar. Había estado escuchando las palabras del subdirector y viendo poco a poco a los profesores que conocía y a los que no, feliz de que su Jefe de Casa hubiera vuelto al colegio, era un pequeño alivio el poder volver a verlo luego de dos interminables meses encerrado en su casa con su adorada familia.

Escuchó a sus compañeros de casa hablar sobre las optativas mientras se sentaba al lado de Annelie. Había terminado en un vagón al final del tren leyendo todo el camino por lo que no se había cruzado con ninguno de sus conocidos en el viaje, así que le devolvió el saludo a la castaña. —Buenas a todos — saludó también a los demás con una leve sonrisa y un asentimiento, era hora de que fuera un poco más social. —Al parecer tendremos el mismo horario este año — le dijo a la chica al escuchar sus optativas pues eran las mismas que había elegido.

GRAN COMEDOR

Al fin, estaba todo preparado y fueron entrando los alumnos. Sonreí al ver a los más mayores, aquellos de 6º y 7º, a los que más tiempo había dado clases. Pronto entrarían los alumnos de primer año para ser seleccionados para casa Casa, pero por el momento, me quedé en segundo plano, saludando con la mirada a los alumnos, haciendo especial énfasis en los de Slytherin.

Tras unos instantes, lo que tardaron todos y cada uno de los alumnos en tomar asiento, la Directora y el Subdirector tomaron la palabra. Era un discurso que escuchaba año sí y año también, pero lejos de aburrirme o desagradarme, me gustaba. Me recordaba mi primer año en la escuela. Ese nerviosismo de ver cientos de alumnos mirándome sólo a mí cuando tuve el sombrero sobre la cabeza.

Poco a poco, fueron pasando todos los alumnos de primer año por el taburete y el sombrero. Como profesor, debía aplaudir tras cada elección, algo que tampoco me costaba demasiado. Aunque no podía evitar sentir algo más de orgullo por aquellos que eran seleccionados para Slytherin, al final, muy pocos pueden ocultar sus colores en decisiones así.

Cuando el último de los alumnos fue seleccionado, el subdirector nos presentó. Con una sutil reverencia hacia los alumnos, me presenté tanto a los nuevos, como a los más veteranos. Y tras eso, se dio inicio al banquete.

Por lo que veían mis ojos, parecía que algunos alumnos no habían comido en semanas, por el ansia con el que se servían la comida. Aunque bien es cierto, que la mayoría se lo tomaban con calma. Charlando entre ellos, reencontrándose con amigos de otros años o conociendo gente nueva, en caso de los recién llegados.

Lo cierto es que no tenía demasiado hambre. Cada uno tenía su forma de actuar cuando volvía a cruzar los muros de la escuela, y yo no era una excepción. Observaba a cada alumno con detenimiento, hasta que uno de ellos, llamó la atención de todos.

El señor Williams, secundado por la señorita Lawrence parecían tener alguna objeción con la ceremonia. Torné mi mirada hacia la Directora, - Parece que vienen con ganas. - añadí con una sonrisa cómplice.

GRAN COMEDOR

Bueno supongo que este famoso colegio no esta nada mal, parece que serán a los estudiantes por casas según sus habilidades slytherin,Gryffindor,Ravenclaw,y la otra que parce no ser muy importante, es mas ni escuche de ella desde que llegue a inglatera,en fin esto puede ser mejor de lo que parece ya me estoy cansado de practicar en el mar y ese bosque que vi en cuando llegue parece bastante peligroso,el único problema es que al subdirector se le olvido llamarme para la prueba del sombrero

Me levando de la mesa de slytherin y camino rápidamente a la mesa de profesores aliviado por que el sombrero sigue en su sitio,parece que el también disfruta de la cena, me acerco al profesor Ulfic, profesor Ulfric a olvidado llamarme para el sombrero, aunque no soy un estudiante de primer año soy nuevo en la escuela.

GRAN COMEDOR - MESA DE PROFESORES

Minerva suspira y se frota las sienes. - Demasiadas ganas, parece que nunca seré capaz de librarme de las "tradiciones". - La pobre había intentado cambiar ciertas costumbres en el colegio, ya que ellas le recordaban demasiado al pasado y, ese pasado, era como una gran losa en el pecho que no le dejaba respirar. - Uflirc muchacho, siéntate y disfruta de la cena.

Minerva sirve una copa de vino a los profesores mas cercanos e insta al resto a llenar sus copas. - Les deseo un año tranquilo y lleno de satisfacciones. Cuento con todos ustedes para cuidar y enseñar a estos jovencitos. Les he elegido a todos personalmente y espero que estén a la altura de las espectativas. - Bebe un sorbo de su copa y la deja sobre la mesa, poniendo ahora una expresión mas suave y amigable. - Recuerden que pueden acudir a mi ante cualquier situación, haré cuanto esté en mi mano para ayudarles.

Se sirvió un poco de puré de guisantes y unos tozos de asado. El aroma a especias y pan recien horneado era irresistible. Tomó un bollito y empezó a untarlo en mantequilla, que se derretía del calor que desprendía. La cara de satisfacción de la directora ante el primer bocado os hizo sonreir a todos.

GRAN COMEDOR - MESA DE PROFESORES

Pues si, más le valía a Ulfric tomar algo de comer. Tenía un hambre canina. Los nervios le daban hambre, y volver a su colegio querido le hacía feliz. Tomó la copa que le ofrecía la directora,y dijo:

-Querida profesora McGonagall, si nos ha escogido tan bien como ha escogido este vino, este será el mejor equipo docente del colegio en años, una delicia.

Y comenzó a servirse algo para tomar. Había unas deliciosas salchichas por un lado, y unos pasteles de carne y a saber que otras delicias. Se sirvió con mesura, y se puso a disfrutar. Entonces, recordó algo que tenía que hacer, y se giró hacia Jaden, y le preguntó:

-Disculpa, no hemos tenido una presentación formal, profesor Floyd, pero quería pedirle un favor. De uno de mis viajes de Egipto traje una esfinge, que ahora está en la casa familiar en Alemania, y quería traerla y legalizarla aquí, ¿podría darme algún consejo y/o algún contacto para mí visita por ello al Ministerio?

GRAN COMEDOR - MESA DE PROFESORES

Era extraño para Alexander volver a aquel lugar. Por mucho que ahora estuviese lleno de gente feliz y nada estuviese roto o lleno de sangre, aquel lugar no solo le causaba inquietud sino también malos recuerdos. Se sentía alerta, preparándose por si algo malo pasara para actuar el primero. Buscando las salidas y las entradas. Esperaba a que la noche se desarrollara como casi todas las primeras noches que había pasado en el lugar que ahora ocupan los alumnos y sobre todo, que llegara a encontrar algo que consiguiese distraerlo.

Hacía semanas que le habían dado la noticia de que su departamento ya no requería la atención que el auror le daba. A cambio, le habían “ofrecido” amablemente el puesto como profesor de DCAO en Hogwarts. Aunque ahora el Ministerio estuviese en buenas manos, (en parte gracias a gente como Alexander) seguía sintiéndose reacio con la idea de trabajar en el castillo. La última vez que el gobierno se había metido con los estudios, la cosa no acabó muy bien y tenía una cicatriz en su mano que lo demostraba.

Se encontraba abstraído pensando en lo rápido que había llegado ahí. Como un adulto de plenas capacidades, ahora podía usar la red Flu para ir y venir a Hogwarts a placer. Ya no tenía que pasar el día entero viajando y si lo necesitaba, podría usar la habitación en el Caldero que su hermana, muy amablemente, le había prometido mantener despejada siempre que pudiera. 

La tranquilidad le abrumaba, y los discursos largos los aborrecía. Tuvo que salir de sus pensamientos, levantándose sólo para saludar y recibir un aplauso que no se había ganado. Solo cuando se dio cuenta de que aún tenía que presentar a los demás profesores deseó verdaderamente volver a sus pensamientos.

GRAN COMEDOR

Con toda su paciencia, osea, ninguna, Minerva se pone en pie y se acerca al estudiante de intercambio. - Señor Miyazaki, usted ya pasó por la selección en mi despacho, en privado, si no ¿Por que estaba usted ya en la mesa de Slytherin? La ceremonia del sombrero es solo para los niños de primero. Le recomiendo que regrese a su asiento, ya tendrá tiempo suficiente el resto del año para llamar la atención.

Gran Comedor

Y finalmente había llegado, el primer día en Hogwards, Megu estaba bastante nerviosa, sería presentada por primera vez como una profesora titular y nada más y nada menos que en el famoso colegio ingles. Allí, sentada en aquella mesa, la mesa de profesores que estaba en un lugar desde donde el cual ellos podían ver a todos los alumnos pero sobretodo donde todos los alumnos podían verlos a ellos.

Desde el momento en el que los alumnos entraron se dio cuenta que muchos miraban hacia ellos, y especialmente a ella, era lógico era la profesora nueva, aunque para los ojos de esos chicos seguramente pareciera mas una alumna que una profesora, algo normal por su escasos 1.61 de estatura y su aspecto de mas joven de lo que realmente era.

La directora dio un discurso bastante corto y justo después empezó aquella selección de los alumnos por parte del sombrero seleccionador. Se notaba el nerviosismo de los pequeños que se colocaban aquel sombrero y la alegría de las casas, eso le hacia sonreír y aplaudía tímidamente cada vez que algún alumno iba a alguna casa.

Tras un buen rato con los nuevos alumnos llego el momento de las presentaciones, fue el subdirector el que fue haciéndolas, cuando la nombro ella se coloco de pie e hizo una inclinación de cabeza mientras decía:

Gracias… es todo un honor estar aquí

Los aplausos hicieron que se sonrojara un poco, no era algo que se esperara ni a lo que estuviera acostumbrada, cuando terminaron se volvió a sentar en su sitio prestando mucha atención a lo que sucedía con los demás profesores. Ya parecía que todos iban a empezar a comer cuando un alumno se pone en pie y grita que tienen que cantar el himno del colegio, extrañada y un poco sorprendida mira a los demás profesores. Parece que no era algo que fueran a hacer en ese momento lo cual le alegro bastante

GRAN COMEDOR - MESA DE LOS PROFESORES

Noté como el tema del himno hizo que el gesto de la Directora cambiara. Las palabras que dijo a continuación sólo verbalizaba lo que el su gesto había dejado ver. - No te preocupes, Minerva. Los cambios llevan tiempo.

Las palabras posteriores de la Directora, fueron respondidas por el profesor von Hoggen, con algo más de pomposidad de lo que a mí me gustaba, no obstante, mantuve la boca cerrada. Sus palabras fueron acompañadas de una petición hacia mí. Una petición que no me esperaba para nada, si debía ser completamente sincero.

- Entre hoy y mañana iré al Ministerio para hablar de unas cosas que necesito para la primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Puedo aprovechar el viaje y contarle tu situación a Hermione Granger y a Megan Wilson. Tengo una buena relación con ambas. No creo que pongan problemas. - dije con tono amistoso y una sonrisa.

Miré concierta expresión cansada, como la directora se veía obligada a responder las palabras de un joven de rasgos asiáticos que parecía no tener muy claro qué debía hacer. Suspiré profundamente al saber que ese muchacho era de mi Casa. Esa actitud no le traería nada buena, pero aún era pronto para preocuparse de esas cosas.

Gran Comedor, Mesa de los profesores

Los profesores sirvieron copas de vino, ella era realmente mala con el alcohol, pero no quería mostrarse irrespetuosa, así que hizo lo mismo que la directora, alzo su copa y apenas dio un pequeño sorbo. Cuando esta y el subdirector terminaron sus palabras añade:

Muchas gracias… es un gran honor para mí poder dar clases aquí… me esforzare para dar lo máximo como se merece este lugar

Entonces observa la comida, realmente había bastante y variada, sin embargo, ella no era una persona que comiera demasiado, se sirve en su plato un poco de ensalada y un trozo de pechuga no demasiado grande, para beber deja a un lado el vino y toma agua, mientras observaba al chico que se había acercado, le resultaba familiar, entonces se queda mirándole:

Creo… me suena… no sé, creo que le he visto… pero no estoy muy segura… o espera ha dicho Miyazaki… ya sé quien es… no sabía que estudiaba aquí

Tras las palabras de la directora ella sonríe y dice:

Hola Miyazaki… ¿Cómo está tu hermano mayor? Si le ves salúdale de mi parte ¿vale?

Dice con una sonrisa amable y entonces mira a la directora y dice:

Esto…. Señora directora, querría hacerle una pregunta, ¿Puedo en la segunda clase llevar a los alumnos mayores al lago? Me gustaría enseñarles un hechizo que podría ser muy útil si se encuentran en peligro en un lugar así…

GRAN COMEDOR

Con Annelie a su lado, Suki entró al Gran Comedor acompañada de aquella sonrisa que muy pocas veces desaparecía de su rostro, visiblemente encantada de volver a Hogwarts, aunque este año se había propuesto mejorar sus notas y aquello implicaría estudiar por los codos, la joven Selwyn parecía no ser consciente de ello en aquel momento. Saludó a sus conocidos agitando la mano y lanzó una mirada de fingida ofensa a unas Ravenclaw de 3º que la miraban y cuchicheaban, las cuales en seguida disimularon.

Se sentaron a la mesa y escucharon la bienvenida de la directora, quien presentó al subdirector, ¿era nuevo? Suki lo miró unos instantes extrañada, frunciendo el ceño, para finalmente chasquear la lengua quitándole importancia a sus propios pensamientos.

El nuevo presentó a cada uno de los profesores, unos veteranos, otros nuevos como él y Suki  sonrió de medio lado cuando presentó al primero.

-Uy que interesante va a estar este año Defensa contra las artes oscuras ¿no? – comentó con las chicas de su casa.

La Slytherin continuó prestando atención y silbó y aplaudió con fuerza cuando llegó el turno del jefe de su casa, como debía ser. Tras aquello todos se dispusieron a comer y ponerse al día, riendo a las bromas de sus compañeros.

-Pues ya somos tres, - apuntó cuando Annelie y Jacques hablaron de sus optativas, ella también tendría Cuidado de Criaturas Mágicas y Runas Antiguas. –Parece que Runas la impartirá el nuevo subdirector, espero que no sea muy duro, esa asignatura es ummm – suspiró, no se le daba muy bien. –Que suerte es tener una amiga empoyona ¿eh? – dice dándole un empujoncito amistoso a Annelie.

En ese momento algo llama la atención, Williams, al parecer quiere marcarse un solo, y ¿Dana? Suki sonríe divertida y está a punto de comenzar a cantar cuando varias cosas pasan, Von Hoggen interviene y un chico que no había visto en su vida se quiere poner el sombrero seleccionador, al escuchar la cortante respuesta de la sargento McGonagall, Suki tiene que taparse la boca para no reírse.

-La jefa es tremenda en serio, ¿y este chico es nuevo? Yo no lo conozco

GRAN COMEDOR - MESA DE LOS PROFESORES

Minerva termina de tragar el pure que tenía en la boca antes de responder a la joven maestra. - Desde luego, puede pedirle al señor Longbottom que le asista en la clase si cree que puede necesitar ayuda, ¿Verdad que si? - Dice mirando al joven Neville con orgullo, ese chico había cambiado mucho y para bien. Era fuerte, confiable, caballeroso, un auténtico león. Uno de sus maravillosos cachorros.

Neville asintió emocionado con una sonrisa ofreciendo su ayuda a la profesora.

- Bien, entonces eso está solucionado, si necesitas algo más no dudes en pedirmelo. - Concluye bebiendo otro sorbo de vino que empieza a colorear sus mejillas de un chistoso tono rosado.