Partida Rol por web

Es una hogareña vivienda localizada en las afueras de la ciudad, oculta totalmente para la vista muggle quienes solamente podrán notar toda la zona como una extensión mas del bosque. Para aquellos magos y brujas que conozcan la localización exacta no sera muy dificil dar con el lugar y siempre serán bienvenidos de forma cálida y amable.

Ademas de servir como un hogar común y corriente para la señorita Holland, cuenta con la zona principal totalmente aclimatada para servir como punto de reunión de todos aquellos amantes de las criaturas mágicas que busquen comprar artículos y productos de todo tipo y de todas partes del mundo (Regulados en el caso de estudiantes). Las otras áreas de la casa son como cualquier hogar mas, lleno de magia y adornado de manera amistosa y hogareña, usualmente se pueden encontrar artículos relacionados a la draconología en todas partes, desde artículos decorativos hasta información de utilidad que cualquier novato en el tema podría pedir si asi lo desea. Cuenta de igual manera con un patio bastante amplio en donde se puede comer al aire libre y con una vistas maravillosas, el patio esta conectado con un pequeño campo de quidditch listo para ser usado en cualquier reunión que se llegue a tener entre amigos y conocidos.

Debajo de tan alegre morada sin embargo, se puede encontrar un santuario de impresionante tamaño en donde residen usualmente criaturas mágicas en cuidado temporal, rescatadas de una u otra forma y las cuales siempre están de paso antes de ser llevadas a las reservas correspondientes, especialmente en el caso de dragones. La zona esta completamente protegida por numerosos hechizos cuando Mia no se encuentra allí y solo se puede tener el acceso estrictamente con su permiso y vigilancia.

Algo turbado por la presencia inesperada de varios miembros más al grupo que iría hacia la Vivienda del Dragón, Linus se dejó llevar por la profesora Weiss quien tras hacerles viajar en traslador, aparecieron en un bosque en lo que a Linus le pareció ninguna parte. La profesora les indicó entonces que el destino estaba a pocos pasos- Se me están acumulando los favores que le debo... Vaya la que he liado, pensaba ír yo solo y he acabado con 4 alumnos más. Pensaba Linus de la que se masajeaba la cabellera, cuando le asomó una sonrisa al ver a Jace y a Krista- Al menos alguien sacará algo provechoso de esto- Su mirada entonces se encontró un instante con la de Lauren, por lo que decidió apartarla y mirar hacia el frente, pudiendo ver una magnifica casa que se extendía ante él.

-Tu hermana tiene una casa muy acogedora- Dice por lo bajo sin esperar que le oiga ninguno del grupo, pensándolo realmente. A Linus le agradaban ese tipo de construcciones, en mitad del bosque, oculta de las miradas, con una fachada de piedra oscura y con detalles en madera. Se respiraba tranquilidad y soledad en ese espacio... Linus se dio cuenta de que su cara estaba denotando la auténtica admiración que sentía por el lugar, por lo que se centró en el por qué de su visita (intuía aquellas muestras de emociones como debilidad) y esperó a que la profesora decidiese que hacer. Espero que la propietaria esté en casa.

Aunque inicialmente era Linus el interesado por ir, y ella se le unió para ver a su hermana, Krista no disimuló el estar alegre por tener a más compañeros en esa pequeña aventura imprevista, reunidos por el gusto por las criaturas mágicas. Seguramente se llevarían bonitos recuerdos de esa tarde. Y todo gracias a la profesora Weiss, ¿habría ido alguna vez a aquel lugar? Una vez que aterrizaron sobre el césped, masajeó el puente de su nariz para ubicarse, pegando un saltito un poco infantil cuando el hogar de la dragonóloga pareció brillar ante sus ojos. El comentario de Linus le hizo sonreír, asintiendo un par de veces. No podía ser demasiado objetiva con eso por el cariño que le tenía, pero la realidad es que era una vivienda bastante linda y muy bien cuidada—. Gracias. Espera a verla por dentro —le respondió de igual forma en un susurro, deslizando sus orbes por los presentes con curiosidad por intentar averiguar sus reacciones. 

—Bienvenidos a la Vivienda del Dragón. ¿Ven ese pájaro de tonalidades moradas y rosas? —señaló con uno de sus dedos a la criatura alada, que a pesar de su pequeño tamaño se podía vislumbrar con facilidad por el contraste de las paredes oscuras de la vivienda—. Eso es señal de que la dueña está en casa —saludó al fwooper que se había detenido en plena caza, para mirar hacia ellos y abrir sus alas, perdiéndose rumbo hacia dentro. Siempre le había parecido un ave muy inteligente—. Nos ha visto. Seguramente fue a avisarle que tiene clientes, si es que los hechizos de protección no lo han hecho ya.

Finalmente habían terminado frente a la Vivienda del Dragón, y pese a estar emocionado también sentía cierta tristeza pues no quedaba mucha tarde que poder aprovechar. Al menos estarían con la profesora Weiss, con lo cual con un poco de suerte podrían demorarse un poco más.

El lugar era asombroso y calmado a partes iguales. Tras la intervención de Krista miró al ave.

Magnífico guardián.

Concedió con sinceridad. Le gustaban los animales voladores y, si eran la mitad de inteligentes de lo que parecía ser aquella ave, más aún. Nunca había estado allí antes, así que preguntó, como si su amiga fuese conocedora de aquellos misterios.

¿Hay algo que debamos hacer, o no hacer?

No quería que, al ver alguna de esas criaturas con sus costumbres de crianza, hiciese algo que las pudiese poner nerviosas o tirar por tierra el trabajo de la adiestradora.

En el callejón, sus amigos se le acercaron rápidamente, ellos seguían viéndola como la Lauren de hace algunos meses y ella les sonrió con el mismo gesto fingido que había ensayado antes de acercarse. Había resultado, cerró sus ojos y asintió  a la pregunta de Ralph, era más sencillo así, algún trámite estaba haciendo, y no tendría que dar mucha más información, porque explicar que la habían mandado porque básicamente estaba dando lástima no era lo mejor.

El abrazo de su amiga la reconfortó, ahí si se comportó de manera más genuina porque le nacía ser así, y asintió, nuevamente,  sí, todo bien, todo en orden, por lo menos en ese momento. Estaba estable para ser mucho más claros. La joven cerró sus ojos y luego de la la propuesta de ir donde los Dragones la joven se sumó, ya lo había dicho y todos juntos partieron hacia la casona de la hermana de Krista, su hermana de seguro había ido en varias ocasiones, Lauren en cambio, no lo había hecho así que como con sus compañeros se sintió maravillada por la belleza del lugar y el acabado de aquella casona que parecía ser sacada de algún cuento de hadas.

El viaje fue sin contratiempos, más allá del ligero mareo que dejaba usar el traslador. Lauren se quedó al lado de su amiga Nikki e instintivamente tomó su mano, buscando su mirada para reafirmar que todo estuviera bien. Nunca antes había mostrado ese grado de inseguridad, pero tras una breve sonrisa de Lauren, soltó la mano de su amiga, dando cuenta que estaba bien. 

— es muy bonita aquella ave — acota la joven, pero se encuentra con la mirada de Linus que rápidamente apartó, una vez más. Lauren entrecerró sus ojos, se ceño se frunció ligeramente y a diferencia de otras ocasiones que simplemente se apartaba, ahora la chica siguió mirando al chico. Sí, quería saber qué es lo que le había hecho para que se comportara así, ¿por que siempre se quedaba callado cuando ella aparecía o desviaba la mirada?.

— Linus — Lauren no trataba por el apellido a las personas con las que no tenía confianza, aunque eso no significaba que existiere cercanía o amistad, solo que era agradable y por lo mismos tenía tantos conocidos. No por nada era complicado ser parte del círculo más intimo de Lauren — disculpa, ¿podría hablar de algo contigo? prometo no quitarte mucho tiempo...— echando mano a todo su encanto le pidió apartarse un poco para hablar. Claro, no iba a encararlo delante de todos, y de seguro no saldría más allá de una pregunta cara y directa ¿tienes algún problema conmigo?. 

A Linus le pillo desprevenido esa petición de Lauren, pero no iba a rechazarla, no podía, así que asintiendo con la cabeza, se alejo unos pocos pasos del grupo para que no les escuchasen. Ojalá hubiese podido dominar ya ESE hechizo, ahora me sería realmente útil... Inspiró profundamente para calmarse y poder mostrar esa frialdad y sosiego que le caracterizaban, antes de volverse hacia Lauren.

-¿Ocurre algo?- Dijo mirándola a los ojos durante todo el tiempo que le fue posible. Iba a continuar hablando, pero al final le venció la prudencia y dejó que fuese ella la que hablase.

El chico accedió a seguir a Lauren así que se apartaron algunos pasos, aún podrían ser vistos por sus compañeros si no entraban, pero si hablaban despacio, no podrían ser escuchados o eso creía la joven. Lauren se puso delante e Linus, él volvió a rehuirle la mirada por unos segundos, pero Lauren siguió esos esquivos ojos.

— he notado que te quedas callado cuando aparezco y que me desvías la mirada cuando me doy cuenta que me miras, y cuando me miras lo haces como si estuvieras molesto... ¿te he hecho algo para que te incomode mi presencia? — preguntó, marcando ligeramente la palabra “incomode”, aunque manteniendo una cadencia pausada en su voz — si es así, lo lamento pero quiero saber qué fue para poder enmendarlo o por lo menos saber que no es gratuito que me mires así — le indicó, nunca antes habían cruzado tantas palabras como ese instante y aunque siempre lo hizo en un tono conciliador, era obvio que estaba a lo menos incómoda con la situación. Obviamente ocultaba muy bien su molestia. 

Linus siempre se jactaba de que podía controlar sus emociones y responder de forma serena, pero esta vez no fue una de ellas y ante las palabras de Lauren, sus ojos se abrieron de par en par, pillándole completamente desprevenido:

-¿Molesto contigo? ¿Cómo iba a estar...- Eres un idiota Linus Avery. Se dijo a sí mismo cuando recordó lo que le decían sus amigos: "Linus, cuando miras a alguien y te pones a pensar en algo, siempre poner mala cara, parece que quisieras matar a alguien", se lo había tomado siempre medio en broma, pero tenía que admitir que tenían parte de razón. Le dedicó a Lauren una media sonrisa amable y relajo sus facciones:

-Ni mucho menos Lauren, no me has incomodado, al menos no de esa forma.-dijo, esta vez mirándola directamente a los ojos y perdiéndose en ese azul hipnótico, continuó hablando con una voz suave aunque no totalmente sincera-  Soy yo el único que tendría algo que enmendar, perdóname si te he molestado, solo que- ¿Me gustas? ¿Eres la única que consigue ponerme nervioso solo con una mirada?- he escuchado lo que te ha pasado recientemente y- haría todo lo que pudiese para evitarte cualquier dolor- bueno... solo me preguntaba si estabas bien.

Le salió todo sin apenas dudar, aunque no era bueno improvisando, estaba satisfecho. Aunque para su gusto había hablado de más.

—No se preocupen por lo que deben o no hacer— Comentó en voz lo suficientemente alta para que todos la escucharan, saliendo por la puerta principal con su mascota en el hombro, su querida Mini le había comentado (Con solo señales marcadas en el aire) que habían ido visitantes al lugar y por suerte, llegó justo a tiempo para escuchar por lo bajo a los que habían ido a visitar su vivienda esa tarde —Están en la zona principal del lugar asi que no se preocupen por nada ¿En que los puedo ayudar esta tarde? ¿Vinieron a comprar algo en particular?— Terminó de decir, acercándose al grupo que había llegado frente a la zona de su vivienda e invitándolos a pasar en donde se encontraba la sala principal, que servía regularmente como punto de encuentro y tienda por partes igual, asi mismo aprovechó para ir a ver a su hermana, a la cual le regalo una pequeña caricia en su cabeza como modo de saludarla.

—Siéntanse como en casa, estaba regresando del Ministerio asi que no le tomen importancia al desorden que hay dentro, me toco alimentar a algunas de las criaturas y es todo un desastre— Si bien estas mismas no se encontraban a simple vista de los visitantes, la zona principal siempre era un pequeño caos cuando le tocaba sacar los alimentos y repartirlos dependiendo de las criaturas que estuviera cuidando en esos momentos, sin embargo el interior aun se podía ver cálido y completamente listo para recibir visitas. Mientras los chicos y su profesora (Suponía que lo era al ser la única adulta del grupo) se ponían cómodos y le comentaban que estaban buscando esa tarde, aprovechó para mirar también a Jacques con cierta curiosidad, pues movía su mirada de este a su hermana y asi sucesivamente un par de veces. Claro no diría nada, sabía que ambos entenderían el significado de esas miradas que les había regalado, las cuales estaban acompañadas de una sonrisa.

—Bien Mini, muchas gracias por avisarme, puedes seguir en lo tuyo aunque no te vayas muy lejos ¿De acuerdo? ¿Que tal si necesito ayuda y no estas? No debemos permitirnos eso— Le comentó al ave que aun se encontraba en uno de sus hombros, la cual simplemente respondió con una caricia en su mano antes de volver a salir disparada en un vuelo ágil y rápido, lo bueno de la localización en la que se encontraba era que la misma zona beneficiaba a criaturas voladoras como lo era el propio Fwooper que tenía como mascota, también brindaba alimento natural, había sido toda una ganancia el instalarse en ese lugar sin duda alguna.

Daba lástima, daba pena, muchos debían pensar que era una pobre chica a la que le habían matado el novio unos perros. Apretó la mandíbula y fue ella la que bajó la mirada pues sus ojos se humedecieron y debió pestañear dos o tres veces para disipar esa humedad. Linus podía ver el hombro aún vendado aunque Albert había movido cielo y tierra para que su piel no quedara marcada, aún quedarían las muestras de ese animal que le desgarro la carne y por poco la mata.

— imagino que todos lo comentan — tragó saliva, todo su cuerpo se comprimió y se abrazó así mismo. Se daba apoyo así misma, — pero estaré bien, siempre logro la forma de estarlo — ahora lo volvió a mirar sonriendo pero la tristeza se había alojado en su rostro y gobernaba con violencia — gracias por preguntar y preocuparte... pero no me mires así... siento que te hice algo o que estas molesto conmigo — se encogió de hombros y puso su mano en el hombro del chico. 

— venga, volvamos, creo que todo quedó aclarado Linus, disculpa por sacarte del grupo — lo invitó a caminar a su lado, de vuelta con el grupo — por cierto...¿de que manera te incomodo? — ahora estaba uno al lado del otro, volviendo a la entrada a la cabaña. 

Al ver la reacción de Lauren a sus palabras no pudo hacer más que maldecirse a si mismo. Y no solo eso sino que cuando ella comenzó a encogerse ante la tristeza por recordar la pérdida Linus no supo que hacer. ¿Necesita un abrazo?... Pero no puedo abrazarla, sería demasiado personal, no... Esa sensación de impotencia le oprimía el pecho y no pudo mas que responder:

-Perdona, es mi forma de mirar... intentaré controlarlo, pero si no lo consigo no pienses que es por enfado hacia tí- le digo sonriendo afablemente. Aunque cuando Lauren pone su mano en el hombro de Linus se vuelve a poner algo tenso un instante, pero se deja guiar hacia el grupo caminando a su lado, disfrutando de su presencia.

Sin embargo, dejándose llevar por la sensación que le producía tener a Lauren tan cerca, la última pregunta que le hizo le pillo totalmente desprevenido y respondió sin pensar:

-Tu belleza me impide pensar con claridad- Dijo con toda la seriedad y sinceridad del mundo. Al instante siguiente se dio cuenta de lo que había dicho, su corazón se salto un latido y se quedo parado mirando hacia la cabaña, como si le hubiesen golpeado. Eres un genio Linus. Pensó justo cuando salía de la cabaña la hermana de Krista y sin dejarle tiempo a Lauren para analizar lo que acababa de decir:

-Qué suerte! la hermana de Krista esta en casa, vamos antes de que nos dejen fuera- Dice apurando sutilmente el paso para unirse al grupo. 

Ver aparecer a la joven albina que indica que no nos preocupemos hizo que Ralph se relajase y que, a su vez, observase con soberana curiosidad, parpadeando un par de veces, antes de girarse a Krista, como intentando comprobar algo. Finalmente su mirada regresó a la mayor de los Holland.

Lamento mi sorpresa, no esperaba que aparentases ser tan joven. Te confundiría con una compañera de no ser por la reacción del ave.

Siguió a la mujer entonces, a su mente aún le costaba imaginarla como una adulta, pero lo era y merecía el respeto y el trato adecuados por el mero hecho de ser una superior. Se quedó en pie observando el desorden. Por un lado le traía recuerdos nostálgicos, por el contrario una parte suya quería ponerse a ordenarlo para que todo estuviese en su lugar. Le recordaba un poco a su padrino. No entendió, o no prestó atención mejor dicho, al juego de miradas que les lanzó a la pareja Jacques-Krista, como si aquello no fuese con él y, en su lugar, se apresuró a responder.

Yo quería ver dragones. Y también saber si tiene alguna especie de listado con precios de venta o servicios, tal vez pueda interesarme algo.

Ambas opciones le atraían con igual intensidad, ver dragones era un sueño pero a su vez tal vez gastarse un poco de oro en algo que le rondaba por la cabeza le llenaba de cierta ilusión.

Belleza, tu belleza, Linus le dijo eso, Lauren giro su rostro hacia él abriendo un poco sus ojos, no es que fuese la primera vez que le decían algo así, después de todo vivía de esa belleza, de su rostro así que sería muy cínica si se ofendiera de algún modo por ese cumplido aunque algo dentro de ella se conmovió y apesumbró su corazón. Si Linus sentía algo por ella, solo debía ser algo platónico, como quien ve una estrella, quien admira la belleza de manera objetiva, como quien ve un atardecer o un cuadro, ella no debía ser más que eso para el chico. Espero con toda su alma que así fuese pues romper las ilusiones de alguien era algo que detestaba hacer pero era leal y sincera y no daba ilusiones, más ahora que estaba destruida por dentro.

— la belleza va y viene, no debería dejarte sin palabras — avanza a su lado, notando la perturbación del joven tras esas palabras, así que aprovechó para quitarle el hierro a la situación con una gran sonrisa, aunque esta vez sin tocarlo. — aunque gracias, eres muy amable, Linus — se puso a su ritmo caminó, mordiéndome ligeramente el labio inferior sin saber que más decir o agregar.

— ah, por cierto, deberías sonreír más, te ves mejor y evitarías confundir a la gente — se ríe por lo bajo, apurando El Paso para juntarse con el grupo. 

Linus había accedido a conversar con Lauren y se habían quedado más atrás, y por lo qué se veía, el tema era ligeramente complicado por la postura de la chica pero luego puso su mano en el hombro del chico y siguieron conversando de manera más animada antes de volver con el grupo y entrar de los últimos en la cabaña. Lauren se quedo al lado de Linus mientras entraban.

La hermana de Krista parecía una niña casi, se veía muy joven con su rostro de rasgos suaves y mirada melancólica, era distinta a su hermana menor, aunque no sabía en qué sentido exactamente, Krista quizás era más enérgica aunque la chica que tenía delante se veía mucho más segura de sí misma. Lauren siguió observando el lugar con ese silencio contemplativo que siempre la caracterizaba solo reaccionando cuando Ralf mencionó el ver los dragones. A eso habían ido después de todo, y sus labios se entreabrieron para decir algo, pero tras un pequeño suspiro cerró su boca y comenzó a mirar a su alrededor pensando en el gato atigrado que había visto, pues al ver a la joven cuidadora con su ave le hizo ilusión tener a un compañero animal así de cercano. 

— Dragones, ¿te imaginas cuidado uno? — le preguntó al fin a Ralf y lo hizo sin la intension de cuestionar sus gustos sino porque realmente le interesaba saber si el chico se imaginaba con uno, pues había que estar muy seguro de algo así, los dragones eran complicados y peligrosos si no se sabían cómo controlar. 

Estaba a punto de responderle a su querido amigo cuando la voz delicada de su hermana mayor se escucha en el ambiente, girándose para verla con su fwooper en el hombro. Amplió su sonrisa con su toque gentil sobre su cabeza, pasando junto con los demás hacia la vivienda—. Solo piden que respeten a las criaturas, pero sé que ustedes jamás harían lo contrario —la forma en que le sonrió dejó en claro que la joven confiaba en ellos. Y aunque lo intentó, tuvo que morderse su cachete interno para no reír cuando vio a Ralph mirarlas a ambas varias veces. No estaba burlándose, eso se dejaba ver—. Lo siento, por eso nunca les mostré una foto, sabía que se iban a sorprender —su hermana era muchísimo más alta que ella, pero sus rasgos siempre le restarían más años a su persona. Le divertía en el pasado cómo siempre conseguía tomar por sorpresa a los demás, que solían juzgarla un poco a menos por su apariencia. Pero claro, no pensaba eso de sus amigos y conocidos. En lo que notó su mirada a Jacques, de igual forma descansó su mirada sobre el azabache por unos segundos, hasta que advirtió la forma en la cual los observaba Mía, negando con su cabeza con suavidad y en silencio para que no se le ocurra hacer ningún comentario.

—Hermana Mía… ellos son Linus, Cliodna, Ralph, Lauren y la profesora Weiss, que imparte Herbología en Hogwarts. Y bueno, a Jacques ya lo conoces —los presentó a medida que iba mirando a cada uno, sin gustarle lo de señalar a las personas—. De hecho, Cliodna presentó también su solicitud para ser becaria en San Mungo. Se nos unió cuando estábamos en el despacho —giró su rostro para observar a la tejón, parpadeando porque lo que había hecho en el ministerio había sido magnífico y su imagen no era sencillo de olvidar. Krista sacudió su cabeza, volviendo a sonreír—. Es que con Daphne vimos a Mía en el Atrio, minutos antes de que llegaras. Oh, ¿tienes alguna criatura mágica preferida? ¿O alguna mascota? Aprovecha para saciar cualquier curiosidad que tengas, a mi hermana le encanta responder sobre los animales --Cuando vio que de hecho había bastante desorden, comenzó a caminar por los diferentes rincones de la vivienda para intentar ayudar a su hermana. Conocía esa tienda y en donde iba cada alimento u objeto, dejando solo aquello de lo que dudó en su lugar. 

En cuanto escuchó a los demás hablar sobre los dragones y sobre las ofertas disponibles, la aúrea volvió a sitiarse con ellos—. Es verdad…  ¿crees que los dragones quieran conocernos? Prometo que seremos buenos niños, enserio —juntó ambas palmas frente a su rostro, mirando a la dueña de aquel lugar con un brillo especial sobre sus iris. Como cada vez que tenía la oportunidad de pasar tiempo con las criaturas que habían adoptado temporalmente esa retirada vivienda como su hogar. 

Apareció en el bosque con el resto de sus compañeros un poco mareado, pero logró componerse. Miró alrededor mientras escuchaba las palabras de Linus y de Krista, así como la del resto de sus acompañantes, su vista se había desviado además cuando la rubia había nombrado al pájaro de colores fríos. Le sonrió a Mini cuando lo vio irse sabiendo entonces que en cualquier momento Mia estaría allí. Había ido a aquel lugar un par de veces cuando era más joven durante sus veranos, era un buen lugar para escapar cuando no soportaba estar en su hogar, además Mia se había vuelto como una hermana para él en ese tiempo.

Entro al lugar entonces mirando con nostalgia sus alrededores. Krista entonces se dedicó a presentar a los demás y a comentarles como habían terminado todos juntos y que ya la habían visto antes, al parecer fue el día del ministerio para todos. Cuando escuchó de los dragones, se emocionó también un poco, había tenido pocas oportunidades de verlos y eran una de sus pasiones, estaba seguro que si su hermana se lo pedía, la dueña de la casa lo permitiría, pero mientras lo pensaba, decidió saludar también porque le tenía mucho cariño a la mayor. —¡Mia! Tanto tiempo sin verte — la saludó al verla aparecer de repente ante ellos gracias al fwooper. La cabaña era magnífica y más de una vez había bromeado con la rubia platinada en que le alquilara alguna habitación vacía que le sobrara para mudarse allí cuando fuera mayor de edad. Si supiera que era una oportunidad valida de parte de su familia, lo haría en un abrir y cerrar de ojos. —Como escuchaste, algunos quieren ver a los dragones o ver que tienes en venta — dijo con una sonrisa. —Yo quería ver si tienes algo de tu comida especial para Loki — dijo hablando de su puffkein, quien estaba ahora en el colegio. —¡Ah! El profesor von Hoggen te manda a decir que vendrá en unos días para ver algo sobre comida para sus esfinges — aprovechó de comentarle, esperando que Krista no se molestara por hacerlo él en vez de ella. Ignoró además totalmente las miradas que había dado la mayor hacia ambos, no estaba hablando de la situación de su relación frente a sus compañeros, por muy mejores amigos que fueran algunos de los presentes de ellos dos.

Aunque Linus seguía algo turbado por la conversación que acababa de mantener, cuando se unió otra vez a sus compañeros y Mía los llevo al interior, la calidez que emanaba del lugar le obligó a relajarse un tanto y se dedico a analizar todo lo que veía de la que los demás preguntaban, hasta que finalmente se fijó en Mía. No me esperaba que fuese tan guapa... ni tan joven. Pensó mirando discretamente a Krista. ¿Cuantos años se llevaran?

Linus respondio con una leve inclinación de cabeza ante la presentación que efectuó esta última de todo el grupo ante su hermana y sonrió al ver las ganas que tenían algunos de poder ver dragones. A decir verdad, Linus sabía bastantes cosas de dragones, involuntariamente, pues su tío Lancel estaba bastante obsesionado con ellos y siempre le contaba historias sobre ellos (al menos, en otros tiempos) y para que eran utilizados, era por ello que había querido ir a aquel sitio.

-Señorita Mía, yo si que venía con la idea de comprar algo en particular.-dijo un poco interrumpiendo toda la charla jovial que se estaba formando- Si tiene algún dragón o criatura para enseñarles a mis compañeros, mientras tanto podríamos hablar de ello nosotros...- No estaba seguro de si lo que quería comprar estaba mal visto o no, pero ante la duda, la profesora Weiss estaba presente, además no quería tampoco que su uso se popularizase.

La pregunta de Lauren hizo que se girase hacia ella y llevase un dedo, pensativo, a su mentón con la mirada hacia el cielo y, tras breves segundos de meditación, desviar su mirada a los ojos de Blumer y responder con firmeza.

No, no lo imagino. Sentiría lástima por el dragón si fuese el caso: no tengo la personalidad ni la fuerza, ni mucho menos los conocimientos para cuidar a uno de esos reyes como se merece. Sin embargo creo que tú tienes al menos uno de esos requisitos -sonrió con amabilidad-. Sin embargo sí que quiero verlos, sentir su libertad y su poder.

¿Y tú, te lo imaginas?

Le devolvió la pregunta, más como un mero formalismo que otra cosa, sabía que ella era capaz. Pero en cuanto le presentaron se giró hacia Mía y puso sus pies rectos, con los talones juntos y la espalda recta con un aire casi militar.

¡Encantado de conocerte finalmente, Mía Holland! Yo soy Ralph Ward, Ravenclaw de sexto año. Tu hermana me ha hablado mucho de tí y de tu capacidad para calmar a cualquier bestia con una sola mirada.

Entonces hizo una inclinación para terminar su presentación, reprochándose internamente su falta de educación y etiqueta y pensando que debía recibir algún tipo de correctivo al regresar por la ofensa.

Miró a su compañera, Krista, cuando ella prometía que serían buenos y asintió con la cabeza, agradecido de tener tan buena portavoz para la petición y afirmando la promesa que estaban haciendo en su nombre.

Lo primero que hizo fue prestar atención a las palabras de Jacques, asintiendo un par de veces a las mismas —Si, tiene un buen rato pero me alegro mucho de verte por aquí, y entonces me asegurare de tener esa comida lista sin ningun problema, cuando regresen le pueden decir que puede cuando quiera— Y con esto dicho, comenzó a escuchar las demas palabras de los demas chicos que se encontraban en esos momentos allí, alzando una de sus cejas de manera seria pero impregnando un toque divertido cuando escuchó la energética mención de los dragones, no era como si fuera un show ver a tan monumentales bestias pero por un lado le agrada ver que habían personas que tenían curiosidad por ver y aprender mas de la fauna tan impresionante que tenían en el mundo mágico, las palabras de su hermana terminaron por sacarle un pequeño suspiro que indicaba que cedería a la petición colectiva de los presentes —Bueno... Los dragones no suelen ser criaturas que se puedan ver a través de una ventana como un medio de atracción, pero supongo que puedo enseñarles los que tengo bajo cuidado e investigación, usualmente vienen aquí criaturas que fueron rescatadas o estaban en peligro, antes de ser trasladadas a Rumanía o similares, creo que el ver mas personas que no tienen intenciones malas podría ayudarles un poco, aunque sera de lejos claramente— Comentó tranquilamente, indicándole al grupo que fuera con ella.

Justo en la misma zona en donde se encontraban en la parte de atrás, había una sección subterránea, por donde les indicó que bajaran para poder acceder al lugar en donde solía ser el centro de operaciones de Mia. A pesar que se miraba por el exterior como una casa normal y corriente, debajo parecía ser como un mundo totalmente diferente, un gran valle se podía observar de inmediato, bastante amplio y con zonas montañosas cubriendo gran parte del lugar, despues de todo tener dragones requería un espacio optimo para tan gigantes criaturas, Mia de inmediato señalo una pequeña zona rocosa donde habían libros sobre dragonología, pergaminos y demas cosas que solía usar para trabajar —Esta sera su área limite, por su seguridad no podrán salir de allí hacía las zonas donde están los dragones, no queremos causar un accidente ¿Cierto?— Y mas que por los dragones, lo hacía por los chicos, pues ese tipo de bestias eran de cuidados intensivos y su agresión no era solo un mito grabado sobre pergaminos, solo expertos podían ir mas allá. Pronto aquellas criaturas que estaban bajo su revisión se pudieron ver, un trío de dragones que estaban surcando lo que parecía ser el cielo subterráneo de aquel lugar, pasando muy cerca de donde estaban todos ellos en esos momentos. —¡Allí los tienen! Ese es un Hocicorto Sueco— Comentó, señalando al dragón correspondiente, el cual se había detenido en una de las zonas montañosas, para despues señalar a los otros dos que curiosamente eran de la misma especie —Ese par son Ridgeback Noruegos, todos rescatados hace unos meses por el departamento de regulación de criaturas, tenemos que comprobar que no tengan ningun daño grave que les impida convivir con mas dragones antes de trasladarlos— Explico con una amplia sonrisa en sus labios, aquellas bestias eran increíbles para ella y sin duda le fascinaban, el tono de voz que usaba para explicar la delataba de inmediato.

Una vez con esta pequeña presentación y delimitando el área con su varita de donde podían pasearse los chicos y donde no, ahora si le prestó atención al chico que le había comentado que si estaba interesado en comprar algo en particular, no sin antes darle una mirada a su hermana para asegurarse que revisara que nadie se saltara las palabras que antes había dicho sobre no salir mas allá del área correspondiente, se tenía que ser estrictos cuando se trataban de criaturas agresivas, aunque todos se miraban tranquilos y al tener a una de las profesoras de Hogwarts allí, hacía todo mas tranquilo y seguro para los estudiantes que estaban con la curiosidad de ver a aquellas magistrales criaturas.

—Bueno, entonces cuéntame ahora si ¿Que tenías en mente que querías comprar?— Le preguntó a Linus, ahora si prestando la debida atención al muchacho, caminando a donde estaban la serie de muebles con pergaminos y demas cosas sobre de ellos, de esta forma podrían hablar tranquilamente pues tenía la sospecha que el chico quería hablar mas en privacidad que en otra cosa, afortunadamente los dragones eran la distracción perfecta, el solo verlos en un ambiente natural ya era impresionante por si mismo, al menos asi lo creía siempre Mia.