Partida Rol por web

- Bienvenidos a la casa del Señor - dijo el religioso mientras les echaba una ojeada a los visitantes -. Son ustedes forasteros entonces. Pueden sus mercedes rezar sus oraciones en silencio, que no estorban en lo absoluto. Sólo estoy adecentando un poco los asientos para la misa, pero aún es temprano. Cuando termine me dispondré a estudiar los textos sagrados en la sacristía, pero si necesitan de mi presencia estaré por aquí un rato.

Beltrán hizo una nueva reverencia cuando el sacerdote les dio la bienvenida. Consideraba que no debían dejar que el hombre fuera a la sacristía, pero miró a Onésimo, a ver qué hacía. Seguía creyendo que lo mejor era que hablara él.

Ahh, pues entonces casi que si tiene un par de minutos ahora, le consultamos y luego antes de irnos haremos nuestras plegarias y rezos y seguiremos con nuestras cosas...

Padre, al parecer, según nos contaron ayer noche, han sucedido varias cosas un tanto rarunas. Conocimos a Arsenio que tuvo a bien explicarnos que su cuñada y sus sobrinos han desaparecido, así como ciertos aullidos, el caso es que incluso nos enteramos que algunos sirvientes del Sr. alcalde también han desaparecido y la hija del molinero. 

Suponemos que vos habréis notado en los oficios la falta de gente. A encontrado a faltar a alguien más? Sabe usted si los sirvientes del Alcalde fueron despachados? Quizás, Don Alonso necesite algún guarda si le ha pasado algo...

Por otro lado nos dijeron que la hija del molinero, una joven, hacía días que había desaparecido... Es todo un poco siniestro Padre...

Pero lo más preocupante es lo de los niños del hermano de Arsénio. Puede usted dar luz a estas incógnitas? Si algún mal acecha la población esperamos Beltrán y yo mismo, poder ayudar a sus amables gentes, y devolver la serenidad y la tranquilidad de antaño a esta tierra.

Dios ha puesto en nuestros oídos estos comentarios, y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hay que mirar de ayudar al prójimo, a que si?

Beltrán no quería tener la iniciativa con el párroco, no quería que luego le echaran la culpa de haberlo estropeado. Pero ya una vez iniciada la conversación, decidió participar.

_Quisiera agregar, padre, que la gente anda atribuyendo todo esto al Maligno. Dicen que todo esto comenzó un día en que cayó un rayo sobre la campana. Que el lobo aúlla desde esa noche pero que nadie lo encuentra ni se han perdido ovejas. Es todo muy raro.

El religioso se detuvo a mitad de camino de la sacristía.

- Alabado sea del Señor... a dónde van a llevarnos el pecado del hombre y la carencia de fe...

Levantando el índice de la mano derecha  y mirando al cielo comenzó a decir mientras se aproximaba a los aventureros:

- El Señor Todopoderoso protege a los hombres píos y a los puros de corazón. La oración y la fe es el camino de la salvación... pero, ay, que no todo el mundo obra como Dios manda... Y por eso el Maligno se apodera de sus almas, se cruza en sus caminos y los engaña, por eso. 

 Sean piadosos y no descuiden sus oraciones porque ahí está el principio del mal. De hecho no sé quién les habrá contado esas historias, pero les aconsejo que no den pábulo a todo lo que oigan porque hasta donde yo sé no ha faltado nadie en casa del alcalde.

De la Tomasa, la hija de Tomás el molinero, no sé mucho. Y no sé mucho porque la moza no era muy dada a venir por aquí, sólo cuando la obligaba el padre, por su bien, pero a disgusto. Era una muchacha joven y plena de lozanía de la que, por mi amistad con su padre, prefiero no contarles más - y bajó la vista un poco contrariado,.

Lo que sí es una pena lo de Andrés... ahí sí que reconozco la mano del Demonio, porque ¿quién podría ser tan pecador de hacerle algo a dos criaturas? Y mira que se ha buscado que no aparecen por ningún lado. Cada noche pido a Nuestro Señor por sus almas. El Diablo debió atraer a la madre y los niños con sus malas artes - dijo casí para sí mientras hacía la señal de la cruz.

Escuchas las palabras del padre atentamente, al menos todo lo atentamente que tus capacidades te permiten.

_Alabado sea el Señor -respondió Beltrán, suponiendo que sería adecuado decir eso. Luego escuchó con atención lo que el sacerdote comentó-. Quizás mi amigo se expresó mal, Padre. No quiso decir que faltara gente de la casa del alcalde, sino de la de Don Alonso. Y respecto a la familia de Andrés, dice que el diablo debió atraerlos. ¿Se le ocurre a dónde? ¿Y habían habido ya desapariciones de este tipo en este pueblo en el pasado?

Escuchas las palabras del padre atentamente, al menos todo lo atentamente que tus capacidades te permiten.

El cura continuó limpiando las peanas con un trapo mientras conversaba con los forasteros.

 - Ah, eso es otra.... De la casa de don Alonso oí que ya eran tres  los menesterosos que le faltaban. No eran del pueblo, venían de fuera. Pero no sabría decirles mucho dellos, pues no venían mucho por la casa del Señor. Lo que dicen las gentes  por aquí es que de un día para otro nadie les ha vuelto a ver. Y que fueron desapareciendo de uno en uno y se está quedando sin criados el hidalgo - informó el padre-, que como siga así ya mismo va a tener que hacerse él mismo las camas y barrerse el suelo.

Y cambiando el rictus después de tal ocurrencia volvió a su seriedad anterior.

- En todos los años de mi vida que llevo aquí no había oído de desapariciones. Corren tiempos difíciles para los puros de corazón porque el mal acecha en cualquier esquina. Ahora si me permiten me marcho a rezar unas oraciones por el alma de esos niños.

Una última cuestión padre... sabría decirnos si los tres criados del hidalgo, llevaban tiempo a su servicio, o eran nuevos llegados a la casa del gentil? Y si vinieron juntos o cada uno por su lado? Que quizás si no eran muy devotos, y además se han ido marchando sin llamar mucho la atención, igual tenían poco de sirvientes y mucho de amantes de lo ajeno, y aprovechando el tiempo que anduvieron por el pueblo, se hicieron idea de qué y a quienes poder aligerar de propiedades o otras lindezas aun peores...

Beltrán aprovechó que Onésimo retrasó al sacerdote para decir algo que consideraba ingenioso y que quizás hiciera que el cura los tomara en serio e intentara aportar algo más.

_Es posible pero poco probable, Onésimo. Si quisieran robar, no robarían la casa de Andrés. O si fuera un secuestro, no han pedido recompensa al menos por los niños. Y es por ellos incluso más que por las mujeres por quienes prefiero ni siquiera pensar en la otra opción que sugieres -se volvió entonces nuevamente al sacerdote-. ¿Tiene idea de alguien con quien podamos hablar, o algún lugar por el que podamos buscar? Cualquier cosa que pueda ayudarnos a ayudar a nuestros prójimos. Y lo dejamos con sus quehaceres.

El padre miró desconcertado al último interlocutor.

- No, creo que se equivoca. A quien le han desaparecido los sirvientes es a don Alonso, el hidalgo de la calle del Conde. Andrés, como decía, es un buen hombre, pero humilde. Él es quien ha perdido a la mujer y los hijos. Si lo que quieren es averiguar algo de los sirvientes, harían bien en hablar con don Alonso, él sabría decirles algo más.

O Beltrán no había entendido el mensaje de Onésimo, o el sacerdote no había entendido a alguno de los dos. Y no parecía ser la primera vez. Ya antes había malinterpretado a Onésimo, cuando hablaba de don Alonso y el cura pensaba que hablaba del alcalde. Y ahora esto. Mejor no insistir. Quizás había entrado a darle al vino de misa desde temprano.

_Gracias, Padre -le dijo, y miró a Onésimo por si tenía algo más para decir-.

Por mucho que alguno de nosotros dos pudiéramos estar confundidos, lo cierto es que el párroco rehuyó contestar las últimas preguntas...

Quizás no era buena idea insistir, y marchar con Dios del templo a buscar a nuevas personas con quien clarificar al más.

Muchas gracias, y que el Señor le bendiga Padre. Muy amable por su tiempo y sus aclaraciones. Nosotros vamos a seguir con nuestros asuntos.

Por mi podemos proseguir Beltran, que el día al final se hace más corto de lo deseado.

_¿Ahora a lo de los hermanos, a dejar nuestras cosas? Por cierto, qué bien predispuesto a ayudar a sus fieles este hombre...

El comentario se hizo por supuesto cuando ya estuvieron solos.

Mmm, supongo que es algo de sarcasmo... La verdad es que mucho no ha ayudado. Supuestamente alguien que debería saber más sobre su "rebaño" nos ha dicho poco más de lo que nos contó el bueno de Gregorio, de sus "parroquianos".

Si vayamos a la casa a dejar las cosas, hablamos con los hermanos, que espero estén algo más serenos, aunque imagino que tendrán una bonita resaca, y luego si a caso, nos vamos al molino, no?

Onésimo, pensaba que en donde sería mas fácil sacar algo en claro sería hablando con el Hidalgo Don alonso, pero no podían desdeñar la posibilidad de aclarar algo, hablando con el molinero... y bueno.. seguro que unas hogazas de pan para el camino, podría darles..

Los amigos seguían a la puerta de la iglesia decidiendo cuál sería el mejor y más provechoso de los posibles destinos siguientes. El religioso no había dado mucha luz sobre las incertidumbres que aún tenían. Era temprano y la mañana estaba fresca, tenían la jornada aún por delante.

Finalmente convinieron acudir al encuentro de los dos hermanos.

_Bueno, a seguir las instrucciones de Gregorio, y si cuesta encontrarlos, habrá que preguntar. Mejor ir primero a casa de Arsenio, que se me ocurre que es posible que Andrés ni siquiera esté al tanto de todo esto. Nos ponemos livianos y de allí al molino, ¿no?