Partida Rol por web

Los motores dejan de rugir, al salir de la atmósfera del planeta, y mientras todos estan absortos, los jedi se levantan y Korina le dice:

"Puede que no sea el mejor momento para esto, pero necesitamos saber las habilidades de cada uno, nosotros somos sólo 2 y la tripulación son básicamente los 2 pilotos del transporte y 3 droides (1 de protocolo y 2 de reparación) para la nave, asi que como ven, no nos rehusamos a su ayuda además, porque creo que nos necesitamos mutuamente."

"Debemos primero informar a nuestro Consejo para que nos den más pistas acerca de los transportes que han salido del planeta, luego abastecernos de más información en los sistemas cercanos y luego..." -  se detiene un momento, mira sus caras, y luego de por un breve momento poner una cara de compasión, dice:

"... sin embargo, cualquier cosa puede esperar un poco más. Se que vienen cansados mental y físicamente, y aún comer algo de alimento ..y bueno..descansar."

Acto seguido los guía a dos habitaciones, cada una con 1 camarote y 1 cama. (6 camas en total)

Los mira y les dice: "tendrán que disculparnos por lo improvisado de las habitaciones, pero estas generalmente estan asociadas a los oficiales mayores de cada nave, y nosotros las hemos reacondicionados para pasajeros".

"Pueden dejar sus pertenencias en el salón central de abordaje. Que descansen".

Tras un día de descanso en casa del alcalde, nos embarcamos en la nave de los Jedi que nos ayudaron. Ahora es nuestro turno de ayudarlos a llevar ante la justicia a Vergere y el Sith. La nave era muy diferente a la que utilicé en primer momento con los comerciantes que me contrataron y con la nave de los esclavistas que me capturaron más adelante. La Jedi Korina nos pregunta por nuestras habilidades dado que tenemos que empezar a trabajar juntos como equipo, aunque en la mina no lo hicimos nada mal, no está de más saber un poco sobre mis nuevos compañeros.

Decido empezar presentándome:-Me llamo Torhuk, Noghri del Clan Bakh-Tor. Soy el explorador y cazador jefe de mi clan. Antes de que me esclavizaran y el grupo de Vergere me ayudara a escapar, me contrataron unos comerciantes que se dirigían hacia este sector del universo. Gracias a mis habilidades no me asesinaron, como al resto.-empiezo explicando al resto de grupo:-Además de mis habilidades de combate, tengo cierta practica con mantenimiento de vehículos y naves. Muchas naves y vehículos de tierra venían al clan para que se las arreglara. Así que puedo ayudar con la nave si es necesario.-termino por explicar a grosso modo mis habilidades.

Aren todavía estaba confundido por todo lo que había pasado, se mostraba reflexivo y callado repasando en su mente cada instante de lo acontecido a fin de encontrar las respuestas que le faltaban.

Lo acontecido los últimos días me ha dolido profundamente y será una herida que tardará mucho en cerrar, solo espero que tengamos la posibilidad de poder devolver a la maestra a lo que un día fue... a parte de nuestro entrenamiento en la fuerza, tengo competencias como piloto si fuera necesario.

Finalmente abordamos la nave de los Jedi y nos vamos de Meshif. Tengo sentimientos encontrados con aquello pues, a pesar de que es el único hogar (y lugar) que conozco en la galaxia entera, siento que solo dejo pena y soledad tras de mí. Siento nostalgia y melancolía pero a la vez, la promesa de un futuro más brillante, sin la capa de espesas mentiras en las que me crié toda la infancia. Ahora veo frente a mí un camino de luz y una posibilidad de redimir los crímenes de mi Maestra y mis propias culpas.

Nos reunimos y la Twi'lek nos pregunta de nuestras habilidades, por lo que respondo cuando Aren termina:

 - "Solo sé lo que Vergere me enseñó de La Fuerza y de como utilizarla. No poseo más conocimientos ni habilidades que las que mi entrenamiento me ha brindado. Lo lamento."

Miro al resto y veo gente con muchas capacidades útiles para sobrevivir y ayudar allá fuera. Gente capaz de pilotar, de reparar y construir cosas, de sobrevivir en la naturaleza y muchos conocimientos útiles, mientras que yo no sé nada. Miro el sable de luz en mi cinto y pienso que lo único para lo que fui entrenado es para el combate, por lo que no puedo dejar de pensar que para Vergere yo quizás no era más que solo un arma destinado a enfrentarse al Consejo, como ella quería.

Ese pensamiento me hace sentir un poco de asco y desprecio por mí mismo y por lo que soy.

Otra vez estábamos en marcha, hacía mucho que no tenía la sensación de estar en el espacio, ni cogía los mandos de una nave. Íbamos a perseguir a los jedis renegados, e iban a pagar lo que habían hecho.

-Yo soy combatiente valgo tanto de piloto como de artillero como de mecánico, me adapto a cualquier cosa-

La verdad es que estaba cansado, necesitaba descansar y despejar la mente para poder analizar la situación, así que rápidamente acepte el ofrecimiento a descansar un rato. Me dirigí al camarote que me habían ofrecido con mi equipo no me gustaba alejarme de él, no por desconfianza sino más bien por prepararme rápido en caso de incidente. Me quite la armadura de combate que portaba para adoptar una indumentaria más cómoda para estar en la nave y ceñí la cartuchera a la cintura para portar mi pistola, posteriormente me eche un rato en la cama.
 

Luego de escucharlos, Korina los mira con una expresión muy extraña a todos, y luego se retira.

La noche pasa tranquila, aunque no exenta de curiosidades. El monótono ruido del motor termina de adormilarlos y muchos pasan una noche rara, al parecer mas corta de lo que es, casi sin sueños desde hace mucho tiempo. Incluso el -que antes se veía- hijo adoptado del alcalde, Rann, se ve mucho mas serio que de costumbre, tanto así que, sumido en sus pensamientos, con una actitud parecida a la de los padawans, muchas veces está mirando el suelo o por las ventanas hacia el espacio infinito.

Llega la mañana, y muy temprano, Korina llama solamente a los dos jedis y, si hubiera alguien despierto, les indica que pueden pasar a tomar desayuno a la sala común de la nave.

Korina los llama , lo que parece ser muy temprano, antes que los demás se levanten, y los lleva, junto con Cbaoth al camarote de ellos.

Ahí, una proyección holográfica muestra a dos personas mas.

Una forma humanoide, con cabeza alargada, les habla con voz extremadamente pausada y les dice:

"Hola, sabemos lo que han padecido, y que la fuerza es fuerte en ustedes, sin embargo aún no determinamos porque no pudimos encontrarlos antes, tal vez la influencia de su antigua Maestra, y la que también fué mi antigua maestra , Vergere, tuvo algo que ver con esto. Me presento, mi nombre es Ki Adi-Mundi, y soy miembro reciente del consejo jedi."

"Sé personalmente lo que se siente cuando alguien que ha inculcado todo en ustedes, los engaña, lo siento realmente, sin embargo, no todos somos como Vergere, aun educado por ella en las artes de la fuerza, nuestra antigua maestra tiene algo en común, algo muy dentro de ella, que aún no puede eliminar de si, tiene miedo".

"Este miedo es la que la ha llevado a hacer acciones irracionales, y por las cuales nos gustaría conversar con ella. Sé que será difícil de encontrar, nuestra antigua maestra conoce artes muy antiguas, y la misión que encomendamos a Jorus y a Korina, sabíamos que iba a ser una misión difícil, y ellos aceptaron por su voluntad. 

La fuerza ha unido nuestros caminos, y nos ayudará a estar en paz, con el transcurrir del tiempo."

"Si desean unirse a esta misión, son bienvenidos, pero nos gustaría verlos en persona después de esto, y enseñarles mas cosas acerca de este mundo que, por lo que veo, recién estan empezando a descubrir."

"La fuerza es grandiosa, y peligrosa a la vez, puede llevarlos al lado oscuro, guiados por sus temores, es por eso que deben venir a vernos. Intenten serenar sus emociones, y escuchen a la fuerza".

El maestro Jorus C´Baoth y Korina pueden ayudarlos en esto, si ustedes los dejan..."

Luego hace una pausa, y sienten los ojos de los dos jedis y del consejo en ustedes...

La noche pasa tranquila pero rápida. Cuando consigo dormirme, no sueño, tan sólo cierro los ojos y duermo. Al despertar, veo que ni Aren ni Anaron, están en el camarote que nos prestan. Me levanto de mi cama, estoy sin nada que cubra la parte superior de mi cuerpo. El chaleco está encima de mi mochila lo cojo y me lo pongo.

Salgo del camarote y me encuentro al droide de protocolo:-Has visto a Anaron y Aren, los jedis que venían conmigo?.-le pregunto. Éste me responde que la Jedi Korina los había llamado. Asiento y vuelvo a preguntar-le:-Tenéis sala de comunicaciones, me gustaría enviar un mensaje a mi clan. En el planeta no pude hacerlo.-

Rann se las había arreglado para meterse en problemas desde el primer instante que puso un pie en la nave, desde intentar desarmar a uno de los robots de protocolo hasta “comprobar” diversos subsistemas de la nave provocando fallas graves. Después de eso le confinaron a su camarote por el resto del despegue.

En la nave se encontraban sus tres cabezas de droide, una aun sin nombrar, el único recuerdo de su vida en el planeta desértico todo lo demás podría ser reemplazado en alguna parte de la galaxia y tal vez encontraría el tiempo de hacerles un cuerpo a sus amigos. Mir ya se encontraba reparado al menos, tras todo ese tiempo trasteando con el robot en la mina se le había olvidado revisar la fuente de poder, la había reemplazado y el droide regresó a la vida en poco tiempo, cerca del ojo izquierdo tenía una abolladura de cuando les habían tratado de enterrar en la mina y el chico prefirió dejarle así era el único recuerdo que quería conservar de ese lugar, de lo que eran capaces los Sith con tal de salvarse el pellejo… a su lado la antigua cabeza número dos, ahora portaba el nombre de MuntDor en honor a su amigo caído, parecía muy contento de tener por fin un identificador “personalizado”. Rann estaba satisfecho con su trabajo, después de todo le había dado tiempo desde que le habían prohibido caminar por la nave.

Durante la reunión no dijo nada; gracias a las últimas horas los Jedi sabían muy bien sus habilidades. Solo contempló fascinado el espacio que se desplegaba alrededor de la bola de tierra a la que había llamado hogar durante toda su vida, ya incluso el ambiente frio que se respiraba en la nave era toda una novedad para Rann, escuchó de pasada lo que decían los demás e incluso asintió ante la afirmación de Sand quien fue el último en hablar.
Eventualmente le dejaron la libertad de recorrer la nave para “estirar las piernas” el joven esperaba que su curiosidad no le metiera en problemas de nuevo…

Busco al droide de protocolo para disculparse por una desactivación accidental y para satisfacer su curiosidad.

Aren no podía imaginar que pudiera estar hablando con un miembro del consejo jedi, conocía su existencia gracias a las enseñanzas de su maestra y sabía la importancia del máximo organismo jedi. Hasta hace unos días Aren participaba en una misión de entrenamiento como padawan y ahora estaba hablando con un miembro del consejo jedi... las sensaciones recorrian su cuerpo abriendo su mente a un mundo lleno de posibilidades.

Escuchaba con atención mientras podía sentir la presencia en la fuerza de sus interlocutores, antes apenas podía distinguir alguna presencia de jedis a parte de su maestra y Anaron pero ahora podía sentir con claridad. Los últimos días no dejaban de tener sentimientos encontrados por la perdida de Vergere, pero por otro lado sentía que había aprendido más en los últimos días que en muchos meses atrás.

Aren afirmaba a las palabras de Ki Adi-Mundi, mostrando el debido respeto como era de esperar de un padawan. Nuestra maestra y la fuerza me han dado todo lo que tengo y han hecho de mi lo que soy, si hay una oportunidad de redimir o limpiar el nombre de Vergere quisiera participar, pues siento que al menos se lo debo después de tanto tiempo...

"Señor, por favor le rogaría que no vuelva a desactivarme sin mi permiso, eso es de muy mala educación" - respondió el droide al ver a Rann.

"Yo soy un droide no programado para reparaciones, pero si puedo ayudarle en traducciones a mas de 500 lenguas y 500 dialectos y le pido que se ciña a mi función principal..."

"Hay algo en lo que le pueda ayudar?" - pregunta amablemente.

"Señor, efectivamente los señores Aren y Anaron fueron llamados al camarote de los jedis, donde está el unico comunicador de la nave para grandes distancias, desea que les comunique a los jedis que desea usarlo?" - responde amablemente el androide esperando por su respuesta.

-Si por favor, muchas gracias.-respondo al droide de protocolo, a lo que añado:-Estaré esperando en la sala de motores, tengo curiosidad por ver el sistema de propulsión de esta nave. Me puedes indicar cómo se va hasta allí?-termino por volver-le a preguntar.

A la mañana siguiente, somos mandados a llamar para comunicarnos directamente con el Consejo Jedi. Un señor de cabeza alargada aparece a través de un holograma para hablarnos y se presenta como el Maestro Ki Adi-Mundi, miembro reciente del Consejo Jedi.

Yo solo sé de ellos lo que mi maestra me dijo y que no es mucho. Por algún motivo que entonces no comprendí pero que ahora se me hace claro, ella prefería guardar silencio frente a ese tema y jamás pronunciaba opiniones personales frente a la autoridad de los Jedi.

Nos habla de Vergere y de los lazos que le une a ella, siendo que él también aprendió de ella. Me parece sorprendente la edad que mi maestra debe poseer y hace cuando que lleva este tormento dentro suyo. La palabra "miedo" es un factor determinante y sé que eso lleva al Lado Oscuro, aunque nunca se me haya hablado mucho de eso.

Finalmente nos habla de la misión y de sus deseos. Estoy de acuerdo con participar y creo que no tengo más opciones si lo que deseo es la redención y mantenerme en el Lado Luminoso. Siento que, de alguna forma, de esto depende de si sigo el camino correcto o caigo en las sombras.

Respondo a las palabras sin pensarlo demasiado:

 - "Yo también estoy de acuerdo. Haré lo que sea necesario para que ella vuelva al lado correcto y que vuelva a ser la Jedi que una vez fue."

No sé realmente si ella alguna vez fue como debió, pero si fue capaz de entrenar a quien luego sería miembro del Consejo es porque sus enseñanzas siempre fueron correctas. Su fallo fue posterior y espero que enmendable.

La noche había sido tranquila y el descanso me había venido bien para despejar la mente. Una vez levantado me pongo la ropa y ciño la cartuchera de la pistola al cinturón, nunca hay que fiarse y  viene bien siempre tener una arma a mano por si acaso. La armadura de combate la dejo en el cuarto, es cómodo el moverse sin tanto peso encima. Una vez mas los jedis se reúnen sin contar con nosotros, siempre escondiendo cosas, pero ahora eran la única baza que teníamos de seguir nuestra persecución.
Una vez preparado me dirijo a la sala común de la nave con el fin de desayunar algo. Con posterioridad me doy una vuelta por la nave, con el fin de conocer la distribución, los puestos de armas y todo lo necesario en caso de que haya que defender la nave. Al final me dirijo a la cabina, hace tiempo que no estoy en una de ellas, y quiero ver el espacio. Una vez allí me dirijo al piloto.
-Buenos días, ¿Cómo va el servicio?- mientras me siento en uno de los puestos libres -¿sabes algo de nuestro destino? ¿Qué me puedes decir de la nave por si hay que echar una mano en un apuro?-
 

Rann sonrío ligeramente avergonzado, la desactivación “accidental” le había sucedido mientras trataba de estudiar su funcionamiento interno nunca había visto un droide de protocolo de ese modelo y le fascinaba enormemente.

La pregunta del montón de tornillos le tomó por sorpresa mientras examinaba las articulaciones del brazo con profundo interés.

“Oh, disculpa es un poco difícil controlarme ante una maravilla tecnológica como tú, allá en casa es muy raro ver un droide de protocolo tan sofisticado como tú” se encogió de hombros a modo de disculpa “De hecho me fue imposible replicar el cuerpo de uno de ustedes… con las partes que me llegaban solo pude recrear cabezas de un astrodroide, una de un droide médico y una de un droide de protocolo. ¡Oh seguro se llevarían bien ustedes dos! le he llamado Mir, a los otros dos aun no me he decidido por el nombre, bueno eso no es verdad al médico le he llamado…” entonces el joven calamari se interrumpió al ver que estaba yéndose por las ramas de nuevo.

Se aclaró la garganta avergonzado “¡Sí! Si, puedes serme de ayuda de hecho tenia algunas preguntas sobre la nave y sobre hacia donde nos dirigimos…”

El mecánico procedió a preguntar en qué clase de nave se encontraban, cuántos años llevaba el droide en funcionamiento, si alguna vez había estado en alguna campaña interesante con los jedis, adonde les llevaban ahorita y que por favor le contara todo lo que supiera sobre la tripulación. Cada pregunta seguía a la otra, apenas sin pausa, la emoción ante lo desconocido era palpable en cada acción de Rann.

"Oh, señor, no hay problema, mire, estamos en un transporte especialmente modificado para la orden Jedi, tiene un cañón en la parte superior, y sus impulsores no son para nada despreciables, oh no, he escuchado pilotos que dicen que pueden cruzar en solo minutos desde acá, el Borde Exterior, hacia el espacio salvaje!!!..."

El androide sigue respondiendo preguntas de Rann, con respecto a las misiones, y asiente bajando la cabeza:

"Desgraciadamente los datos de las misiones de los Jedi son normalmente confidenciales, y las memorias de estas, dentro de los androides, son borradas cuando la misión termina. Por tanto, no sé si ya he participado en algunas otras, aunque algunas magulladuras en mi armazón lo sugieren señor".

"Oh..! Hola!. Bienvenidos a bordo. Por ahora las órdenes son las de ir al Sector 9. El espacio por estos sectores no es muy pacífico, asi que podrías echarnos una mano revisando los sistemas de armas y escudo, según ese manual de ahi - apunta a un libro pequeño al alcance de la mano- y echandole un ojo también a los monitores de detección ahi arriba. Mi nombre es Clara." - le dice  a Sand.

Luego sigue presionando unos botones y chequeando algunos indicadores.

"Cual es tu nombre ... ? "  - Pregunta, mientras chequea visualmente y disimuladamente al soldado.

Luego de su reunión, los dos jedi les animan , palmotean la espalda y les indican que, si asi lo desean, pueden dedicar una hora cada mañana a meditar con ellos y consultarle sobre los efectos de la fuerza en el universo. (volada mistica)

Luego los conducen a la cabina, que es exageradamente grande para los pilotos, y donde, en este instante se encuentra Sand, Rann y Torhuk.

Korina aparece junto con los otros dos padawans y el maestro C'Baoth y les indican que ya han hablado con el consejo Jedi y que la última información que tienen ya se la han transmitido a los pilotos, los cuales ya han enfilado en la ultima ubicación conocida de Vergere.

También le indican a Rann, que, él, por ser hijo del Alcalde de Meshiff, será muy útil en los sistemas cercanos, dada su calidad de hijo de un servidor público. 

También les indican que si quisieran ocupar el HoloDeck del cuarto de los Jedi's pueden ocuparlo, para comunicarse con quien sea necesario, pero que tengan cuidado con el tema de dar la posición actual, pues esta misión puede verse alterada por cualquier información que salga del ámbito de la nave.

Finalmente les indican que la nave fué modificada, y que del armamento de fábrica que traía, solo quedan los dos cañones laser medios de la parte superior. La torreta en la cual estaba el cañón de iones del medio de la nave, fue reemplazada para dar espacio para las habitaciones y también, algo que les extraña un poco, tiene una especie de ventana ovoidal con una compuerta que se cierra por dentro y que da una vista al exterior (superior de la nave, por asi decirlo).

Les indican que los cañones deben operarse desde la cabina, al lado de los pilotos.