Partida Rol por web

Escuché atentamente las palabras del jesuita asintiendo, con razón, era lo mejor que podríamos hacer. La verdad es que ciertamente podrían pensar que estamos mal de la cabeza o estamos preparando un siniestro plan.

-Coincido al cien por cien con usted.-Dije dirijiéndome a Pierre.-Deberemos hacerlo con sigilo para esquivar al astuto Cheng.-Anadí mirando a mis espaldas por si andaba por allí aquel viejo pájaro de mal agüero.

"Sin lugar a dudas la noche de hoy será movidita, haré bien en prepararme concienzudamente."

-¿Bajaremos todos juntos, de uno en uno o en parejas?.-Pregunté.-¿Y a que hora quedamos?

William, tras la cena, se sirve un whisky, mientras escuchaba la musica que nuestro anfitrión nos obsequiaba aquella noche. La charla era amena y trataba sobre la música clásica francesa, algo delo que el capitán desconocia. Pero a pesar de su ignorancia, podía reconocer una buena obra con so solo escucharla.

Al final el señor Bousquet decidió retirarse, y Chen, "el Malvado", decidió que ya habíamos bebeido bastante. Al salir el mismo, William decidió seguirles, pero el padre Pierre nos reunió y nos contó sus deseos de captura.

William escuchó atento y miró al resto de sus compañeros. Al final, sonrió y habló.- No entiendo...- al notar que estaba habalndo más alto de lo que hacían sus compañeros, bajó el tono.- No entiendo por qué tenemos  que vigilar a ver si entra un gato y por dónde... es solo un gato. Ya saben que los felinos se cuelan por sitios increibles, como cualquier animal..  pero los gatos son extremadamente curiosos, con lo que no me extrañaría que encontrara un lugar por donde entrar.- Dijo el tremendo hombre a sus compañeros.

- De todas formas, siempre he sido uno con mi unidad. Nunca he dejado tirado a nadie de mi equipo, así que si deciden bajar y vigilar hasta que cacemos al gato, yo les apoyaré y cooperaré.. pero no me hechen la bronca si no logran dormir por que ronco.- Dice sonriendo el soldado.- Por cierto, si estamos subiendo y bajando toda la noche, será más probabla que el "pérfido" Cheng, de con nosotros. Yo votaría por bajar todos juntos y cuanto antes mejor... como si se nos hubiera olvidado algo o quisieramos quedarnos a hablar a la luz de... de la lluvia.- Dicho esto William volvió a reir. Se tapó la boca para que no se le escuchara.

El reloj del salón marca la hora, las 23h de la noche y afuera la tormenta sigue incesante sobre vosotros.

Bajáis al sótano cuando vuestros compañeros suben a las plantas superiores y justo cuando entráis en el sótano escucháis pasos por las escaleras como si alguien bajará a la plana inferior así que en silencio cerráis la puerta y os dirigís hacía la parte baja donde la humedad es mayor para decidir que queréis hacer esta noche.

Todas las cosas siguen en su sitio, incluyendo la caja que encontrasteis antes con anotaciones del viejo señor Bousquet así como todo el material que ya habéis catalogado. Si todo va bien mañana habréis terminado de catalogar los artículos del sótano.

Con sigilo bajé acompañado de William Connor hasta el sótano un poco alterado debido a que escuchamos pasos como siguiendonos escaleras abajo. Al menos aquel lugar oculto, oscuro y húmedo parecía un lugar seguro lejos del impertinente Cheng y su señor Monsieur Bousquet.

-Bien, al parecer los intachables de Bennet y Swanson no tienen mucho interés, es la juventud de hoy en día no sirven para nada...-Dije sonriente a William y a Pierre mientras no podía quitar ojo de la puerta del sótano.

- Lo mejor sería hacer rondas primero uno y luego otro de vigilancia aquí abajo. No veo necesario que tengamos que estar aquí los tres solos; aunque si lo desean podemos hacerlo. Así que podríamos empezar desde ya mismo hasta digamos las seis de la mañana, hora de retornar a la habitación. ¿Que les parece?-Pregunté al condecorado militar y al sacerdote jesuita.

- Ni que hubiera usted sido un estratega militar.- Dice William con una tremenda sonrisa, contestando a la pregunta del anciano compañero.- Me parece perfecto. Aun así, creo que sería mejor que estuviesemos los dos. No es necesario que se mantega despierto, pero mejor los dos en el sótano, para no estar subiendo y bajando a la habitación, creando ruidos sospechosos. Además cuatro ojos ven mas que dos y cuatro orejas ayen más que dos... y más a nuestras edades.- William reprime a duras penas una carcajada y continúa.- La verdad es que tampoco me importaría quedarme despierto con usted, pues en más de una ocasión he tenido que realizar dicho esfuerzo... y por más de una noche.- William sonrie y espera a ver lo que opina el viejo Wei.

Veamos, dice Pierre en cuanto están en el sótano, lejos de oídos indiscretos, pero sin alzar la voz en exceso.

La idea es que, siendo tres, nos acomodemos lo más posible pero que haya siempre uno atento a ruidos, movimientos, etc., y que pueda avisar a los otros dos. Eso implica no alejarse, ni hacer exploraciones en solitario.

Por extraño que parezca, tengo la teoría de que la gata que buscamos se esconde aquí, o por lo menos pasa por aquí de noche, en cuyo caso deberíamos poder ver qué aspecto tiene

Asentía pensativo ante las palabras de Pierra al tiempo que rezaba para que Cheng no bajase al sótano y nos pillase alli a los tres, ¿que se supone que íbamos a decir?.

-A mi me gustaría dar también a eso de las tres de la madrugada un garbeo por los pasillos de la mansión, quizás veamos algo que alumbre nuestro camino.-Dije aunque en teoría no deberíamos ver nada, estábamos un poco paranoicos.- Y como dice el Padre Teilhard, si la gata pasa por aquí sera mejor no asustarla, asi que deberíamos cuanto menos escondernos para pasar desapercibidos, aunque ya se sabe que los animales notaran nuestra presencia por muy ocultos que estemos.

William exhibe su tremenda sonrisa y contesta al padre y al anciano chino.- Pues al contrario que el señor Wei, yo no dudo que la gata se pase por aquí.- Mesándose los bigotes continua.- Como buen felino, y haciendo honor al refran, la curiosidad mató al gato.- El capitán vuelve a reír.- Los gatos son curiosos por naturaleza. Simplemente el hecho de que estemos revolviendo el sótano, tan conocido para este antes, le llena de curiosidad ¿que estarán haciendo esos extraños en mi sótano?, pensará el minino.- William, se sonríe y continúa.- Por supuesto, será mejor que durmamos a turnos y si alguien ve algo, que despierte a los demás... aunque creo que con mis ronquidos, ese dichoso gato huirá de nosotros, en vez de acercarse.- Dicho esto William, buscó una silla o butaca cómoda y se sentó.- Con respecto a salir y ojear los pasillos, creo que será un inconveniente doble.- William se arrellana sobre la butaca y contesta.- Primero por el ruido que podamos causar. Y segundo, porque seguramente veamos a más mininos de los que pensemos o queramos ver, pues la casa está llena de ellos, y que sepamos solo uno entra en este sótano. No cacemos a todos los monstruos peludos, solo necesitamos uno.- Dicho esto rie de nuevo y pregunta, mirando a los presentes.- ¿Cómo hacemos las guardias?.