Partida Rol por web

Una de aquellas criaturas que se habían llevado a Calypso y habían descuartizado a los piratas salía del agua caminando, portando el cuerpo de Lihem sobre uno de sus hombros. El cuerpo del okea (así se llamaban aquellas criaturas) mostraba una antinatural tonalidad azul. El okea alcanzó la orilla y dirigió una curiosa mirada al grupo, que permanecía inmóvil ante la extraña situación. Posó con suavidad a Lihem en la arena y examinó su cuerpo. Acto seguido cerró los ojos y con un gesto de concentración murmuró unas palabras y un suave destello salió de las puntas de sus dedos para penetrar en la piel del guerrero. Lihem empezó a toser copiosamente y se ladeó para expulsar el agua de sus pulmones. Estaba vivo.

En ese momento, el okea habló.

- Expulsa el agua, Lihem. Échala de tus pulmones y respira.

Tras salir del agua a toda prisa, Sigmund no pudo hacer otra cosa que tumbarse en la arena jadeante, el cuerpo ya no le hacía caso y la armadura le pesaba demasiado, estaba al límite del desmayo.

Sin poder mediar palabra y respirando grandes bocanadas de aire se quedo mirando a Oliver maldecir por la pérdida de otro compañero. "No... otra muerte no..." - su puño se cerraba con fuerza en la arena sintiéndose impotente.

Poco después, el guerrero contemplo la escena con el niño y finalmente tuvo que hacer un acopio de energía para girarse y poder ver a la criatura que salía del lago, no podía creerlo, ¡Lihem estaba vivo! y salvado nada menos por una de aquellas criaturas que se llevó a Calypso...

"Gracias dioses, Gracias".

Cuando Oliver ordenó que salieran del agua el pícaro se quedó sorprendido. ¿Cómo podía pensar en abandonar a Lihem? En contra de las órdenes del paladín Áran intentó zambullirse de nuevo tras su otro compañero, pero nada más ver las criaturas que venían cambió de idea.

-¡Otra vez esas cosas!

A toda prisa salió a la orilla con sus compañeros y se refugió en el bosque. Era una lástima, pero ya había comprobado que esas criaturas eran invencibles en el agua. La poción aún le recorría el cuerpo y se movía mejor que nunca a pesar del cansancio, pero aun así seguía sin poder hacerles frente.

De repente un mocoso asustado apareció ante ellos en el claro, y Áran echó mano a la espada.

Si intenta huir y avisar de nuestra presencia no tendré un segundo que perder... -Pensó con tristeza.- Hemos llegado muy lejos para fallar ahora.

Sin embargo no intentó huir, y en su lugar llamó a una de las extrañas criaturas azules qeu salía de la charca con Lihem a cuestas. Desenvainando las espadas, Áran no perdió un instante. Fuera del agua no tendrían la ventaja del aire.

-¡Aléjate de Lihem, maldito engendro! ¡No te lo llevarás como te llevaste a Calypso! -Gritó el pícaro mientras se lanzaba contra el ser.- ¡No te lo permitiré!

¡¡¡ Espera Aran!!! No lo hagas... grito el paladin cuando vio que Aran tenia la intencion de acabar con aquel ser. 

El paladin no entendia lo que ocurria, Calypso murio a manos de uno de estos seres, pero ahora salvan a uno de sus compañeros de una muerte segura... ¿Porque ?... se preguntaba el paladin mirando fijamente a aquel ser esperando ver su reaccion ante el ataque de el picaro.

Nae no podía creer lo que pasó a continuación, del agua vió salir a una de aquellas criaturas azules con Lihem y este personaje parecía ser Gaal, el hombre al que esperaba el niño. Al ver como salvaba la vida a Lihem, la joven elfa corrió hacia su compañero. No le gustaba aquel extraño pero ahora ya ni parecía tan malvado.

-Lihem, Lihem...¿estás bien?-le preguntó cuando estuvo a su lado y mientras le sostenía la cabeza para que soltara mejor todo el agua que había tragado.

Entonces se giró hacia el okea

-¿Por qué lo salvas si ya habéis matado a otro de nuestros compañeros?-le pregunta con impaciencia.

Quizás Calypso...también esté vivo...

El okea se apartó cuando Aran se dirigió hacia él con gesto agresivo. Lihem se incorporó aturdido con la ayuda de Nae mientras Oliver contenía a su compañero. Gaal contempló asustado al grupo. En ese momento de confusión, la elfa preguntó al okea acerca de su comportamiento, de por qué ahora ayudaba a Lihem. Liozard asintió y añadió:

- ¿Y por qué conoces su nombre?

Nadie parecía haber reparado en aquel detalle, de modo que todos miraron hacia el okea con curiosidad, extrañados por la situación.

- Por el mismo motivo por el que te conozco a ti, Liozard. A Aran -añadió señalándolo -, a Sigmund, a Oliver, a Nae, a Thorin, a Aeldar y a Picco. Porque salí con vosotros de Fianosther con la intención de robar una gema en Willem.

Gaal sonrió mientras, uno a uno, todos se fueron dando cuenta de lo que aquellas palabras significaban y conforme lo hicieron, escrutaron el rostro del okea en busca de los rasgos de su compañero caído Calypso. Rasgos que poco a poco fueron encontrando. De alguna forma, fueron conscientes de aquella criatura, era Calypso.

Oliver no se podia creer lo que estaba escuchando.

No puede ser!!!... susurro mientras seguia mirando a aquel ser intentando encontrar una respuesta logica a todo lo que estaba sucediendo.

Pero... ¿como es posible?... acerto a preguntar timidamente a aquella criatura.

Oliver se acerco timidamente hacia el ikea okea para intentar encontrar en su rostro cualquier indicio de que algunavez fue Calypso, el compañero que perdieron en aquel maldito barco pirada.

¡¡¡Calypso!!!...

Aeldar casi no pudo ni articular palabra con lo que acababa de contar aquella criatura azulada.

Ca..lypso... ¿cómo es posible? ¡Te vimos hundirte en el mar arrastrado por criaturas acuáticas!

El elfo estaba totalmente sorprendido, nunca se hubiera imaginado volver a ver a su amigo vivo, y menos con ese aspecto.

Las manos de Thorin no soltaban el hacha. El niño, el okea...Calypso.

El enano se encontraba mareado por el agua que aun tenia dentro y por los acontecimientos. Calypso. No era capaz de concentrarse. Cojió el hacha con solo una mano, casi dejándola caer, y se acercó pausadamente el okea.

-No... ¿como...es posible?-El pobre guerrero balbuceaba sin sentido, altamente confundido sin saber exactamente que decir. Le dolia la cabeza y la vision de aquel hombre semejandte a su perdido amigo, le producia aun mas malestar.

Cuando Oliver entendio que quien se mostraba ante el era su compañero Calypso, recordo en una especie de flasback, el mommento en que Sigmund hizo saber a todo el grupo el mensaje de una carta que recibio del duque.

Y por el momento, han decidido que lo más urgente es, una vez conseguida la gema, que el más veloz de los nuestros la lleve raudo al castillo...

Calyp... dijo el paladin antes de rectificar... Gaal, entiendo que si has ayudado a Lihem tambien nos ayudarias a nosotros. ¿Me equivoco?...

Mientras esperaba una contestacion por parte de Gaal Oliver miro a todos sus compañeros antes de proseguir hablando esperando ver algun gesto de negacion ante algun posible prejuicio a cerca de la nueva condicion de Calypso.

- La historia de cómo he llegado aquí es demasiado larga como para contárosla ahora. Solo he de deciros que aunque me veais distinto, sigo siendo Calypso y si estoy aquí es por tengo la intención de ayudar a rematar nuestra tarea.

Las últimas palabras las pronunció mirando hacia Oliver respondiendo a su pregunta.

Oliver asintio con la cabeza con una sonrisa en la boca ante las palabras de Gaal. Oliver se fiaba de aquella criatura, pero no pudo evitar una mirada hacia su amigo Sigmund, esperando ver su reaccion ante lo sucedido con la esperanza de que diera el visto bueno a la idea que acababa de exponer el paladin.

Sigmund, sin duda el conseguira llegar antes que nosotros a Fianosther... dijo el paladin intentando convencer a su viejo amigo.

- ¿Por qué supones que podré llegar antes que vosotros? Dudo que pueda lograrlo, aún no domino a la perfección la técnica de nado y me fatigo rápidamente.

Gaal parecía preocupado por las expectativas que Oliver tenía de él, y en no poder cumplirlas.

¿Nos estas diciendo que atravesar montañas, cruzar grandes valles o atravesar una pequeña aldea es mucho mas rápido y fluido que bucear o nadar en el mar?...

Oliver espero una rápida respuesta de Gaal, con la esperanza que le sirviera para poder descubrir si estaba ocultando algo en sus palabras.

- Oliver, piensa que son muchos quilómetros y el avance a nado aunque resulte mucho más fluido a primera vista, resulta muy cansado. No podría nadar más de tres o cuatro horas al día, mi cuerpo aún no me lo permite. Sinceramente, creo que a caballo el viaje sería más rápido.

Lihem adivinó lo que Oliver se proponía y esperó a que el okea respondiera antes de dar su opinión.

- Agath me hizo entrega de uno de sus veloces caballos kársticos, creo que ahora mismo es la mejor opción que tenemos. Además...

Lihem calló. Se lo pensó un instante y a continuación se llevó los dedos a la boca y emitió un sonoro silbido.

- Mi caballo acudirá aquí en unos minutos y con un poco de suerte, los demás lo seguirán -indicó Lihem percatándose de que se encontraban sin monturas y que resultaría arriesgado volver a por ellas -Podemos partir de inmediato dos o tres de nosotros hacia Fianosther. Sin duda llegaríamos antes que el grupo entero y despistaríamos a quien quiera que pudiera perseguirnos. Mi caballo es el más veloz, y me temo que soy el que mejor lo domina de modo que me ofrezco a llevar la gema. Ahora bien, la decisión es tuya, Sigmund...

Picco, que hasta ese momento había pasado desapercibido, dio un paso adelante y habló.

- Yo iré con la gema allá donde vaya. Si la porta Lihem iré con él, si la lleva cualquier otro haré lo propio. Con ella viajan Lia y Hannaia, y no pienso separarme de ellas -añadió con decisión.

Oliver escucha las palabras de Gaal y aunque le cuesta, llega a comprenderlas, dandose cuenta de que lo que le estaba pidiendo era una locura.

Tienes razon Gaal, quiza me han cegado las ganas de acabar con la mision cuanto antes y no he pensado en las tonterias que estaba diciendo.

Entonces Lihem saco a relucir el regalo de Agath. ¡¡¡ Claro, el caballo !!!... dijo el paladin, pero cuando sus miradas se cruzaron el paladin agacho su mirada avergonzado por haberle dejado a su suerte mientras se hundia en el agua y el corria por salvar su vida.