Partida Rol por web

La gema de Willem

La Travesía de Calypso

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25/03/2011, 10:55
Director

El despertar llegó poco a poco, y sólo fue consciente de que seguía vivo unos minutos más tarde de haber despertado. La voz de Naar comenzó a llegar a sus oídos.

- Gaal... Gaal.. despierta... -un sopor impedía a Calypso pensar con claridad -Gaal, ¿me oyes? -todo empezó a despejarse -¡Gaal! ¿Me oyes?

Calypso levantó la cabeza y se irguió ligeramente.

- ¿Eh? -fue todo lo que alcanzó a decir.

El rostro de Naar se iluminó con una sonrisa.

- ¡Gaal! ¡Estás vivo! ¿Te encuentras bien? Has estado a punto de morir, pero lo has conseguido.

Calypso se miró las manos y advirtió un extraño tono azulado en ellas. Igualmente se sintió más liviano de lo normal, y ya no notaba esa extraña pesadez que sentía desde que se encontraba sumergido.

- Quedan muy poco para empezar la ceremonia ¡Antes de que acabe el día seremos Okeas y podrás marcharte, Gaal! -dijo Naar -¡Vamos! No tenemos tiempo, tenemos que ir a la Roca Viva*.

Aún algo mareado y confuso, Gaal fue guiado por Naar a través de el fondo marino, flotando a gran velocidad. A lo lejos Calypso vio una muchedumbre como no había visto desde que había caído del barco pirata. Se acercaron al gentío que les abrió hueco hasta que se situaron en el centro de un gran corrillo.

Gaal fue consciente en ese momento de la cantidad de Okeas que había, ya que hasta aquel instante habían estado dispersos a lo largo de una gran extensión de fondo marino. En el centro del corrillo, se encontraban, aparte de ellos, la reina Okea y otro individuo que parecía ser bastante viejo.

Calypso detectó en la mirada de la reina un gesto de reproche y observando al resto de los presentes, adivinó aquella misma mirada en todos ellos. Sin duda el proceso que había sufrido era un secreto a voces en aquella sociedad, pero nadie parecía querer denunciar aquel hecho. Naar se acercó a Gaal y le susurró algo.

- La prueba consiste en que el chamán -dijo señalando al anciano que se encontraba junto a la reina -penetrará en tu mente para contemplarla y decidir si estás listo para ser un Okea, o no. Seré el primero en pasarla. Tú imita mis movimientos ya que después de pasarla no podré hablarte en este idioma.

La reina tomó la palabra, hablando en lengua Okea. Calypso tenía ciertos conocimientos de aquel lenguaje de modo que sólo entendió palabras suelas.

- Naar... okea... prueba... destino... nosotros... alma... pureza... okeas...

Naar hizo una reverencia, y se acercó al chamán inclinando la cabeza demostrando respeto. Éste agarró la cabeza de Naar, cerró los ojos y comenzó a murmurar palabras incomprensibles en lo que Calypso entendió que no tenían sentido ni para los propios okeas presentes. Después de más un minuto, el chamán lo soltó de pronto y pronunció un breve mensaje de cuatro palabras en el que dos de ellas eran "Naar" y "Okea".

Los presentes se arrodillaron y la reina hizo una reverencia hacia Naar con lo que el clérigo entendió que su amigo había pasado la prueba. Él le dirigió una mirada y asintió, cercionando sus sospechas.

- Gaal -dijo la reina en idioma Okea, tras lo que repitió el discurso que había mantenido con Naar, pero esta vez de forma más brusca y dirigiendo a Calypso una mirada acusadora.

Cuando terminó, Gaal imitó los movimientos de Naar y se acercó al chamán inclinando la cabeza. El chamán se la agarró y comenzó a susurrar, sin embargo en apenas dos segundos lo soltó y se apartó unos centímetros. Los presentes callaron expectantes en silencio.

El chamán repitió las palabras que había dirigido a Naar al pasar la prueba.

- Gaal... Okea...

Un murmullo recorrió a todos los okeas que los contemplaba, que de inmediato se pusieron de rodillas, aceptando a Calypso en su sociedad. Sin embargo, algo ocurrió. El chamán tomó de nuevo la palabra, esta vez con un discurso más largo y acelerado.

- Gaal... okea... tierra seca... mar... okea... -fueron las palabras que Gaal entendió.

Los presentes ahogaron un grito de sorpresa y miraron hacia Gaal alarmados. Naar por su parte lo miraba boquiabierto. El chamán volvió a hablar, pero esta vez de forma más agresiva y directamente hacia el clérigo.

Naar le hizo un gesto a Gaal para que lo siguiera, y rápidamente abandonaron aquel lugar. Cuando se encontraban en los límites de la población okea, Naar le entregó una especie de grajea y habló en lengua okea, pero muy despacio, para que Calypso lo entendiera.

- Eres... okea. Chamán... dice... Gaal... irse... a Tierra Seca. Chamán... dice... mucho peligro. Tú... irse... Tierra Seca. Lo siento... - Naar parecía abatido. Continuó hablando con dificultad -Tú... nadar... arriba... cuando... ver... sol... nadar... al... sol... allí... tierra seca -lo repitió -Tú... nadar... arriba... cuando... ver... sol... nadar... hacia... sol... siempre... hacia... sol... allí... tierra seca. En... tierra seca... comer... -concluyó señalando la grajea que le había entregado.

Sin estar muy seguro de haber entendido, Gaal asintió. Entonces Naar le dio un profundo abrazo y dijo una palabra en okea, que Calypso no conocía, pero que sorprendentemente entendió.

- Hermano... adiós.

Naar se giró después del abrazo y nadó hacia el pueblo dejando a Calypso con un inmenso volumen de agua entre él y su destino.

Notas de juego

*Roca Viva: lugar situado en el centro de la población Okea. Lugar de culto considerado sagrado.

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31/03/2011, 22:32
Calypso Darren

Mientras Naar se alejaba, Gaal le respondió - Adios no, hermano... sólo hasta pronto -

No sabía si Naar se había oído, pero eso era lo que Gaal quería creer. Que Naar y él volverían a verse ... algún día. Sin embargo, algo en la mirada de Naar le dijo que no volvería a ser así ... ¿Qué es lo que habría visto el Chamán de los Okeas? ... Gaal no lo sabía. Pero más que por su propia seguridad, temía por la de Naar y los Okeas.

Gaal se entristeció por la despedida de su nuevo hermano, Naar. Se dió cuenta que, durante todos aquellos días con los Okeas, Naar y él habían estado en todo momento juntos. Su unión había sido muy intensa. A través de Naar y, por medio de la ceremonia del anciano, y luego con el chamán, Gaal no sólo se sentía ya unido a Naar, si no a todos y cada uno de los miembros de la raza Okea. Se había convertido en uno de ellos.

Sin embargo, hubo en ciertos momentos de la ceremonia que sintió miradas de reproche por parte de los Okeas. Gaal sabía que, a pesar de haber pasado la ceremonia, los Okeas hubieran preferido que se hubiera preparado y quedado con ellos todo el tiempo necesario antes de la ceremonia.

Quizás no se sentían enfadados por orgullo. Quizás sólo disgustados, porque sentían que se marchaba uno de ellos.

¿Tendrían hijos? No había visto ninguno. Y entonces, Gaal se dió cuenta de una, a primera vista, aterradora posibilidad: Que los Okeas no nacían, si no que eran todos convertidos a partir de otras razas ¿sería posible eso? ¿Que los Okeas no fueran una raza en sí, si no el fruto de una conversión, generación a generación, ahundimiento de barco tras hundimiento de barco, de miembros de otras especies?

Si así fuera, los Okeas representaban algo mucho más que un pueblo. Representaban una unión espiritual entre miembros de especies totálmente distintas. Todos ellos espíritus afines, independientes de su raza, o cuerpo físico original, que habían pasado un proceso que transformaba su cuerpo y su espíritu.

Por un momento Gaal se sintió estúpido. ¿Había estado, entonces, en el paraíso? ¿En un lugar de comunión entre espíritus de diferente orígen, pero benévolos todos ellos?

Fuese lo que fuese, Gaal se prometió a sí mismo que, si lograba terminar su misión con sus amigos, volvería con los Okeas. Se lo debía a ellos, y a sí mismo.

Con esa esperanzadora idea en mente, la de que volvería con los Okeas algún día, dirigió la mirada hacia la superficie y, sin mirar atrás empezó a nadar con fuerza a la superficie.


Los Okeas vivían a gran profundidad. Tardó mucho en aproximarse a la superficie. A medio camino, encontró una gran ballena con una cría. Jamás antes, como ser de la superficie, hubiera pensado que seres tan grandes pudieran descender tan abajo. La ballena emitía una extraño gemido. Como un profundo canto. ¿una nana para su cría? Algo que Gaal jamás hubiera oído si no hubiera vivido entre los Okeas. Si no hubiera descendido a las profundidades del mar.

Se preguntó, entonces, que impelería a aquellos enormes animales a ascender a la superficie, donde vivían amenazados por los balleneros. Si permaneciesen viviendo allí abajo, jamás serían atacados por los humanoides. El mar guardaba sus misterios a los extraños.

Aunque ahora, tras la transformación, Gaal se movía a gran velocidad, pero prefería no ascender demasiado rápido. Cada vez había más luz.

Cuando estuvo cerca de la superficie, Gaal no quiso salir fuera. No aún. Llevaba mucho tiempo bajo el agua. Y aún no se sentía preparado mentalmente. Además, llevaba tanto tiempo acostumbrado a la oscuridad de la profundidad abisal, que había olvidado cuan intensa podía ser la luz del sol. Y sospechó que no podría respirar aire hasta que no comiera la grajea.

Prefirió aún disfrutar del placer de bucear con su nuevo cuerpo.

Aun así, se movió en la dirección que Naar le había señalado. Siguió en dirección al sol, visible en estas transparentes y limpias aguas, aun bajo la superficie del agua. Se mantenía buceando en esa dirección, pero siempre entre diez y veinte metros de profundidad. Además, disfrutaba de sus últimas horas viendo los bancos de peces y otros seres del mar. Una vez volviera a la superficie, tardaría mucho tiempo en volver a verlos.

En cierto momento, encontró un grupo de delfines, que le acompañaron parte del viaje. Sus jugueteos y chillidos parecían decir "no te vayas, quédate con nosostros", pero se marcharon, cuando vieron que Gaal se dirigía en dirección a tierra firme.

Tardo mucho, mucho en avistar el lecho marino. Estando buceando  como estaba por debajo del nivel de la superficie, supo que no se encontraba lejos de tierra firme: el lecho marino se elevaba cada vez más.

Se sintió cansado. El sol declinaba. Se había dirigido hacia poniente. La misma dirección que hubiera seguido, supuestamente, el barco con sus amigos.

pronto llegaría la prueba más dura. Debía salir a la superficie y, rápidamente, comer la grajea. Temía que en la superficie no pudiera respirar, y el recuerdo de la angustia que sintió la primera vez que respiró agua, le embargó.

- Oh, vamos, Gaal - Se dijo a si mismo - Aún tienes muchos peligros peores a los que enfrentarte, así que no te preocupes. Al fín y al cabo, Naar es tu hermano y sabe lo que hace. Debes confiar en él -

Buceó poco a poco buscando una cala arenosa. Entonces, se aproximó a la orilla poco a poco, así como a la superficie del agua, pero permaneciendo justo bajo la superficie, para poder respirar. Pronto llegó un punto en el que no podía avanza más sin salir fuera. Permaneció unos segundos allí, mentalizándose.

Repentinamente, se decidió e intentó levantase sobre el suelo arenoso, poniéndose de pié y sacando su cuerpo del agua, que le llegaba hasta las rodillas..

Aire.

Sin embargo, no estaba acostumbrado. Se sentía desequilibrado y mareado. El mar te movía, sin embargo, la tierra firme era tan .... firme. El mar era denso, y seguro. El aire en cambio era tan ... fino.

Sintió que perdía el equilibrio y se caía al suelo.... había olvidado cómo andar en la tierra firma. Carecía de un sentido del equilbrio acostumbrado a la superficie. Las olas le golpearon. Intentó respirar, pero la falta de agua le asfixiaba.

Se puso a cuatro patas, e intentó gatear hacia tierra firme. Las olas le golpearon, empujándo su cabeza hacia la arena: Agua, arena, espuma, aire entraron en su garganta, ahogándole de nuevo.

Se puso furioso consigo mismo. Se levantaba de nuevo, con empeño, y las olas le tiraban de nuevo. Cada vez se sentía más hogado . Un ... poco ... más ... sólo ... un poco ... más.

No supo como, pero llegó por fín a la playa. Se desplomó cuan largo era en el suelo arenoso. El agua de las olas mojaba sus piernas: Ahora sí... Ahora no...Ahora sí... Ahora no. Todo le daba vueltas. Apenas podía respirar. Sacó la grajea que Naar le había dado, y con rapidez se la introdulo en la boca. Apenas la mástico, intentando tragárla.

¿Se había atragantado con ella o había conseguido tragarla? No sabía. Ya no tenía resuello. Todo empezó a volverse oscuro. Perdía el sentido...

Mientras yacía boca arriba, antes de embargarle la profunda oscuridad, su última visión fué la luz de Pélor, el Dios Sol, dominando solitario el cielo azul.

 

 

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01/04/2011, 00:48
Calypso Darren

Notas de juego

¡¡Quiero jugar con los demás!!

¡¡Quiero jugar con los demás!!

¡¡Quiero jugar con los demás!!

¡¡Quiero jugar con los demás!!

¿Falta mucho?

¿Falta mucho?

¿Falta mucho?

¿Falta mucho?

:P

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01/04/2011, 08:42
Director

Un pitido agudo en los oídos. Blanco y naranja en una mezcla desenfocada. Fue lo primero que sintió Gaal cuando entreabrió los ojos. Se encontraba totalmente desubicado, y no lograba distinguir lo que veía. De pronto le sobrevino la necesidad de respirar, y comenzó a toser copiosamente escupiendo agua. Fueron varios minutos angustiosos, pero finalmente logró hacerlo con regularidad aunque emitiendo un extraño sonido. El pitido de sus oídos cesó y su mirada se enfocó distinguiendo el cielo anaranjado cubierto de nubes. Con cierta dificultad se levantó y se acercó a un árbol para no perder el equilibrio. Después de un par de minutos luchando por no caerse, logró algo de estabilidad y echó una ojeada alrededor.

Se encontraba en una pequeña playa de unos cien metros de largo. Un denso bosque de acacias envolvía la superficie de arena. Gaal fue consciente entonces de su situación: se encontraba desnudo, en algún lugar de la costa de Sanra, sin dinero, totalmente desorientado y por si fuera poco, quedaban apenas unos minutos para el ocaso.

Notas de juego

Ánimo, no te queda mucho :)

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06/04/2011, 11:13
Director

Notas de juego

Ey, ánimo. Si posteas a un ritmo regular un poco más alto podemos hacer avanzar tu parte más rápidamente y por tanto, adelantar tu reencuentro con los demás ¡Ánimo!

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10/04/2011, 01:35
Calypso Darren

Sonrió al comprobar que aún seguía vivo. No había sido tan malo, después de todo. Puede que no hubiera nadie cerca. Pero pensó que era mejor por ahora. Tarde o temprano, se encontraría con alguien.

Gaal se adentó ligeramente en el bosque, bajo la coberturade los árboles. Se encontraba más seguro a su resguardo. Además, en cierto modo añoraba la presencia de aquellos silenciosos seres vivos.

Sin embargo, no se adentró demasiado. No quería perder de vista el mar por ahora. Además, estaba anocheciendo, y si se adentraba demasiado profundo en el bosque, las ramas no dejarían pasar la luz de la luna y las estrellas. Así pues, comenzó a caminar hacia el sur, siguiendo la dirección de la costa. No sabía donde estaba, pero tarde o temprano pensó que encontraría una aldea pesquera, o eso esperaba.

Empezó a pensar en una excusa para poder explicar a la primera persona que se encontrara por qué estaba desnudo. Esa idea le hacía gracia.

Ya no tenía miedo, ni estaba preocupado. Se había desprendido de preocupaciones vanales. Siguió caminando hacia el sur con calma. Lo que debiera ser, sería.

Notas de juego

Disculpa. Intentaré darle más ritmo.

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11/04/2011, 09:27
Director

Gaal comenzó a caminar desnudo en dirección sur. Sus pasos eran torpes e inestables, sin embargo, aguantó un ritmo constante durante varias horas. Durante su estancia bajo las aguas, había adquirido una importante resistencia a las bajas temperaturas de los fondos marinos, no así al gélido roce del viento, que resecaba su piel y le generaba una sensación de malestar que no recordaba de antes de haberse sumergido.

A pesar de ello, mantuvo la marcha bajo la luz de una luna casi llena sin descanso. Ya había anochecido y estaría a punto de alcanzar la medianoche cuando percibió unas voces más adelante.

- ¡Empuja desde ahí! Hay que acercarla a este árbol para amarrarla -dijo una.

- Será mejor que vengas a ayudarme, que soy el mayor de los dos -respondió la otra voz.

Conforme se acercaba se fue percatando de que se trataba de dos pescadores de avanzada edad que empujaban una pequeña embarcación en la orilla de una pequeña playa de tierra. Gaal los observó durante unos instantes y no descubrió ningún elemento sospechoso. Portaban un cubo de madera lleno de peces y luchaban por arrastrar la barca hacia uno de los árboles más cercanos. Unos metros más allá, un par de caballos permanecían atados aparentemente excitados por la cercanía de sus dueños.

Gaal dudó unos instantes. Desde su posición resultaría sencillo alcanzar los caballos y hacerse con uno de ellos sin que los hombres pudieran impedirlo. Por otro lado podía simplemente pedir ayuda, pero no estaba seguro de que ésta le fuera prestada debido a lo extraño de su situación y las nuevas características de su apariencia, pues su piel había adoptado un curioso color azulado, que no obstante, no era tan llamativo a la luz de la luna.

 

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11/04/2011, 09:37
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 1d20
Motivo: Amabilidad pescadores
Dificultad: 7+
Resultado: 5 (Fracaso)

Notas de juego

Amablidad de los pescadores.

>6 Le prestan ayuda

<7 No se la prestan

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11/04/2011, 16:42
Calypso Darren

Gaal sabía que, si se acercaba, podría asustarlos. Tal vez debería intentar coger un caballo y escapar, pero él no era un ladrón. Además, necesitaba saber dónde se encontraba, exactamente.

- Disculpen, si quieren puedo ayudarles con eso - Gaal empezó a salir de la sombra del bosque, despacio, para que pudieran verlo, pero se mantuvó a distancia, para no parecer amenazador. Levantaba una mano en señal de amistad - No se asusten. Soy amistoso. Simplemente ... me he perdido. -

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12/04/2011, 09:46
Pescador de Karst

 Los pescadores se sobresaltaron al ver a Gaal surgir entre el ramaje del bosque. En un primer momento quedaron paralizados por la sorpresa, a continuación habló uno de ellos.

- No necesitamos ayuda -dijo echando una ojeada hacia sus caballos -Buenas noches -concluyó a modo de despedida.

La desconfianza se reflejaba en su mirada, el hombre que había hablado hizo un gesto al otro que se acercó a un árbol para atar el cabo de la barca sin perder de vista al okea. Gaal pudo comprobar que el hombre que permanecía quieto se había llevado una mano al cinturón donde con total seguridad escondía una daga.

- Moccio, será mejor que nos vayamos -le dijo después de que este terminara de atar la barca.

Poco a poco se encaminaron hacia los caballos con cierta prisa pero si apartar la mirada de Gaal que hasta ese momento se había mantenido inmóvil y en silencio.

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12/04/2011, 15:22
Calypso Darren

- eeerrr... Buenas noches ... a ustedes... - La cosa no había salido como Gaal había esperado. Pero era normal que estas gentes tuvieran miedo. Al fín y al cabo era un "ser" desconocido, en plena noche.

Se le ocurrió algo. Era arriesgado, pero debía intentarlo. Sin moverse del sitio añadió. - ¿Han oído rumores sobre una oscura sombra que sobrevuela los bosques? ¿tal vez un dragón? ¿O sobre un temible guerrero de gran altura? - Se irguió, cruzando los brazos, en plan altivo - Pues he venido a enfrentarme a ellos ¡¡Porque yo soy Gaal de los Okeas!! ¡¡El pueblo espíritu del Profundo Mar!! Y en mi sangre hay sangre del pueblo de los elfos, del pueblo de los hombres y del pueblo de los Okeas ¡Y he venido aquí, a Karst, para enfrentarme a la Sombra! ¡¡ Así lo ordena La Profecía!! Y sabed que lo único que os pido es un poco de ropa y la dirección de la aldea más cercana. Nada más.

Permaneció en el sitio. Altivo. Tal vez orgulloso. Había mentido un poquito. Pero sólo un poquito. No demasiado.

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12/04/2011, 16:03
Calypso Darren

Notas de juego

¿Debería ir cambiando en la Ficha el nombre de mi personaje por el de Gaal?

 ¿Y debería cambiar también en la Ficha el Avatar del personaje a algo más acorde como esto?

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12/04/2011, 20:12
Director

Notas de juego

Si cambiamos tu personaje los demás sabrán que has sobrevivido y romperemos un momento épico. Lo dejaremos como está hasta que te vuelvas a unir a ellos ¿ok? Entonces, justo cuando vayas a postear en la otra escena, lo cambiamos ¿ok?

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13/04/2011, 23:17
Calypso Darren

Notas de juego

Hail main Furer ... digo si señor Máster, maestro de todos los secretos y otorgador de px infinitos..

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13/04/2011, 23:50
Director

El hombre pareció extrañado, casi divertido ante las palabras de Gaal, sin lugar a dudas lo tomaba por un loco presuntuoso.

- De acuerdo, Gaal de los okeas -dijo con sorna -El pueblo más cercano está a cuatro kilómetros al sur, siguiendo un camino que borde la cosa y que encontrarás caminando hacia el sur durante unos cinco minutos. Ten -añadió tendiéndole una túnica.

A continuación y sin esperar a que el okea les diera las gracias, ambos montaron sus caballos y emprendieron la marcha dejándolo solo.

Notas de juego

Puedes rolear el camino hasta el pueblo. Es un pueblo pequeño con su taberna-posada, etc. Eres libre de postear lo que se te ocurra. Ten en cuenta que el sueño y el cansancio empieza a hacer mella en ti.

 

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14/04/2011, 10:16
Calypso Darren

Las duras palabras y generosa actitud del Karstiano arrancaron una sonrisa a Gaal. A pesar de su hosquedad, aquellas eran buenas gentes. Honradas, generosas y trabajadoras.

Vió como ambos hombres se alejaban a caballo. Gaal se sintió satisfecho. Al final, había obtenido más de lo esperado. Miró la túnica con extrañeza, y al ponérsela sobre los hombros, el roce de la tela sobre la piel le resultó incómodo. Aunque no hacía tanto que había abandonado su condición "humana", había empezado a acostumbrarse a la desnudez de los Okeas. Tantas sensaciones familiares y, a la vez novedosas y extrañas, como si las sintiera por primera vez.

Descalzo. Comenzó a dirigirse al sur, tal tal y como le había indicado el pescador. Pisar suelo firme sintiendo todo el peso de su cuerpo también le resultaba ... extraño. ¿De verdad había sido una vez un semielfo? ¿Y hace tan poco tiempo? Buscó algun fruto o vaya para alimentarse del camino, pero le resultaron demasiado duros y sosos en comparación con la suave textura y fuerte sabor de los alimentos del mar; así que acabó escupiendo la mayoría.

El redescubierto cielo estrellado nocturno aún le deslumbraba por su belleza cuando encontró el camino del que el pescador hablaba, y comenzó a seguirlo con parsimonia. A medida que avanzaba por la senda, alejándose de la costa, la encontró más larga y fatigosa de lo que había esperado, y al encontrarse con la primera cuesta, recordó lo fácil que hubiera sido salvarla nadando bajo la superficie del mar.

Tras un rato de andar el camino, se sentía muy, muy cansado. Había nadado mucho tiempo y una larga distancia. Y aunque el pueblo estaba sólo a cuatro o cinco kilómetros, la mera idea de seguir una hora más de camino le suponía una tortura.

Pensó en pasar la noche bajo los árboles, durmiendo a un lado del camino. No. Debía llegar al pueblo, y descansar allí. Pero no le haría mal un descanso... tan solo un rato de descanso. Se dejó llevar por la idea, y se sentó a un lado del camino, apoyando su espalda contra el tronco de un árbol. Antes de darse cuenta había cerrado los ojos y se había quedado dormido...


Un terrible estruendo le despertó, y se encontró rodeado de criaturas creando una incesante cacofonía ¿balidos? ¿ovejas? La luz de Pélor le golpeaba intensamente los ojos. El sol se hallaba ya alto. Por lo menos las once ¿tanto había dormido?

Miró a su alrededor, y vió al jóven pastor, apenas un muchacho, seguir hacia delante por el camino que él mismo hubiera seguido. El muchacho le había sobrepasado y parecía que no le había visto. O quizás le había visto, pero no le había dado importancia a la figura del individuo durmiendo a un lado del camino.

Cuando el rebaño se alejó siguiendo al pastor y su perro, Gaal se levantó con dificultad, y siguió despacio al muchacho y su rebaño. La cumbre de la colina estaba ya cercana, y al llegar a la cima de la elevación, Gaal pudo observar el asentamiento a apenas un centenar de metros, prácticamente a sus pies. Sonrió irónico al pensar que había pasado toda la noche dormido a apenas un minuto de su destino.

La aldea bullía de actividad. Debía ser media mañana, o así. No mediodía, tal como Gaal había pensado en un principio. Los  edificios parecían darle la bienvenida y, sin embargo, Gaal temblaba, pero no de frío. Civilización humana.

Dudó un momento. No tenía dinero, y su aspecto era extraño, pero aun así se fué aproximando al pueblo. Al llegar a la entrada del mismo, algunas de aquellas sencillas gentes que allí había se le quedaron mirando, extrañadas. Los niños le señalaban, y sonreían. Otros, en cambio, no parecían ni darse cuenta de que estaba allí. Tenían mucho trabajo que hacer, y el día aún era temprano.

Se fué acercando a una llamativa construcción, algo más elevada y prominente que las demas. El edificio era una posada, tal y como recaba el cartél. Bien. Se dijo Gaal ... ¿Y por qué no?

Entró al interior, y sus pies descalzos resonaron sobre la tarima crujiente. Había algunas figuras en el salón principal de la taberna de la posada, pero no demasiada gente a aquella hora. No prestó mucha atención a sus caras. La verdad es que aún se encontraba demasiado dormido.

Buscó una silla vacía y la arrastró hasta el centro de la sala. Así sin más. Puso un pié sobre ella, y luego el resto de su cuerpo, elevando su posición sobre los demás. A punto estuvo de perder el equilbrio y caerse. Aún no había aprendido a mantener el equilibrio del todo, y sus movimientos eran, aún, desgarbados.

Carraspeó un poco, y se dirigió a la congregación con solemnidad: - Queridos amigos ... - Y elevó su voz para que sonara fuerte y diáfana - ... permítanme que me presente... Soy Gaal, un humilde siervo de nuestro divino señor Pélor, el cuál se eleva desde los cielos dandonos su generosa luz y calor. - Hizo una pausa para pensar lo que iba a decir antes de continuar y, por qué no, para darse un toque de misterio. Decidió mostrar al público que le rodeaba su símbolo de Pélor al cuello, como señal de su servidumbre al dios sol.

- Humildemente, amigos, les pido ayuda para llegar a mi destino de Peregrinaje, pues he de alcanzar Willem en virtud de una sagrada misión .... busco también un extraño grupo, formado por un mediano, dos elfos, un enano, y algunos humanos, más de uno de los cuales está como una maldita regadera .... Ah, sí, y también va con ellos un pequeño mono .... Algo molesto, por cierto ... Si alguien, en sus viajes por caminos cercanos, ha visto algún grupo así de ecléptico y rimbombante, cosa que no dudo recordarían, también me sería de ayuda que me ayudaran a encontrarles. Deberían haber desembarcado en la ciudad de Port Drofo hace no mucho ..-

El estómago de Gaal le hizo recordar algo en ese momento. Sin dejar su actitud solemne sobre la silla, añadió:

- ... Por cierto, que estoy bastante hambriento, y sin dinero, pues mis únicas posesiones son este símbolo y la sencilla túnica que llevo. Así que si alguien pudiera darme algo de comer, ... pues ....mis bendiciones (y las de Pélor) le acompañarían ... -

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14/04/2011, 11:16
Director

Cuando Gaal se subió a la silla, antes incluso de que comenzara a hablar, el silencio ya reinaba en la hasta el momento bulliciosa posada. Decenas de ojos curiosos observaban a aquel peculiar individuo de piel azulada. El okea inició su discurso y los presentes asentían y se miraban entre sí. Por un lado, su intención era la de ayudar a un fiel seguidor de Pélor como el extraño profesaba ser, sin embargo, no era habitual que un hombre de aquellos rasgos pidiera ayuda y eso les hacía desconfiar.

Al discurso de Gaal lo siguió un denso silencio, que poco a poco se comenzó a llenar de murmullos hasta que el bullicio dominó de nuevo la sala. Cada uno de los presentes desvió su atención del extraño. Todos excepto uno, que se acercó.

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14/04/2011, 11:22
Damarot

- Hace seis días -dijo el hombre -un grupo como el que describes arribó a Pord Drofo. Mi nombre es Damarot y creo que puedo ayudarte.

El hombre levantó una mano y silbó con potencia hacia el camarero que levantó la vista y asintió a los gestos que le hacía.

- El capitán del barco los anunció como héroes proclamando a los cuatro vientos que habían acabado con el temible pirata Gargan -añadió -Nadie podía saber si aquello era verdad, pero ofrecieron bebida gratis para celebrarlo, de modo que todos aseguraron creerlos. Ellos no disfrutaron mucho de la fiesta, pues parecían abatidos, desconozco el motivo. No sé cuanto tiempo permanecieron allí, pues tuve que marcharme del pueblo.

El camarero acudió con dos jarras de cerveza rebajadas con limón y las posó sobre la mesa.

- Ahora dime, Gaal ¿A qué se debe ese extraño color en tu piel? -preguntó dando un largo trago a su cerveza.

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15/04/2011, 00:11
Calypso Darren

Gaal hizo un gesto de agradecimiento al hombre y asintió, sentándose junto a él a la mesa.

Tras escuchar sus palabras, hizo un nuevo gesto de asentimiento: -  La verdad es que la gente de por aquí me está siendo de mucha ayuda. Son todos ustedes buenas gentes. -

En cuanto el hombre habló de ellos, reconoció en seguida la descripción de sus amigos. Así como el nombre de Gargán, el temible pirata del que el capitán del barco en que viajaban les había hablado: - Sí. Son ellos los que busco. Su informacion me ha sido muy útil, señor Damarot. Se lo agradezco mucho. - Tras dejar el posadero las dos jarras sobre la mesa, Gaal miró la que le correspondía con desinterés. Sin embargo, tampoco quería hacer un desprecio a aquél hombre tan amable, así que le dió tambien un sorbo a la cerveza con limón, pero no demasiado largo.

Al hacerle Damarot la pregunta sobre su curioso color de piel, dudó un momento. No supo que contestarle. Pensó que lo mejor sería decirle la verdad, dada su amabilidad - Pues ... soy un Okea. Un miembro del pueblo del profundo mar, que habita bajo las olas. Nuestra piel es así. - Gaal se quedó mirando al individuo, esperando su reacción. No sabía si el hombre le creería. - ¿Ha oido hablar de nosotros? -

Tras escuchar su posible respuesta, añade: - Verá. Necesito encontrarme con esos individuos que estaban en Port Drofo. No creo que se detuvieran allí demasiado tiempo. Teniendo en cuenta que estaban allí hace seis días,  si hubiesen salido de Port Drofo en dirección a Willem ¿En qué dirección debería dirigirme para poder interceptarles? ¿Estarán a mucha distancia? ¡Es de vital importancia que los encuentre! -

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15/04/2011, 08:47
Damarot

Damarot escuchó las palabras de Gaal con un gesto de asombro en la mirada. Aparentemente no había nunca la palabra okea, aunque algo sabía de aquello.

- ¿Okea? Nunca había oído esa palabra. Pero sí había oído hablar de unas criaturas azules que viven bajo el mar y que tienen un alma profundamente maligna. Por lo que veo en ti, se ve que la leyenda dista mucho de la realidad en ese punto -añadió al darse cuenta de lo insultante de sus palabras.

Dio un largo trago de cerveza escuchando a Gaal y meditó unos instantes antes de responder.

- Hace seis días... ¿Iban a caballo, en carros o a pie? -tras la respuesta del okea continuó -Pues hay dos opciones para ir desde Port Drofo a Willem. La primera más segura, pero más larga y lenta pasa por una senda cerca de aquí. La otra resulta más peligrosa pero más directa que sería atravesar el sobremundo*. En cualquiera de los dos casos -añadió frotándose el mentón -si partieron hace seis días, aunque tomaran la senda ya habrían pasado por el punto más cercano de aquí y te llevarían un par de días de ventaja.

Dio otro trago a la cerveza y tras hacerlo se quedó mirando hacia Gaal, como analizándolo.

- Gaal, no sé por qué hago esto, pero tengo la sensación de que eres buena gente. Mañana abandonaré el pueblo en una caravana en dirección a Lalanke. Gran parte del recorrido coincide con el camino hacia Willem. Posiblemente tu mejor opción para encontrarlos sea alcanzarlos en su destino, y sin duda avanzarás más rápido y seguro en nuestra caravana ¿Qué me dices?

Notas de juego

* Sobremundo: Así se conoce a una amplia extensión de pantanos también conocida como los "Infames Pantanos de Smolod". Esas tierras están llenas de criaturas, bandidos y otros peligros.