Partida Rol por web

Ah, no. Lo siento, pero ya me perdonaste -replicó a las palabras de Edith, levantando la mano y negando con la cabeza. Pero sonrió, un poco más divertida al recordar aquella metedura de pata.

Asintió a las palabras del chico, con vehemencia, moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo totalmente convencida. 

Se han reído de nosotros. Eso está más que claro -y también estaba claro que no le gustaba que se rieran de ella, muchas cosas iban a tener que cambiar para que Sybill se alejara la palabra de Venganza de su cabeza, y por el momento su dormitorio no era suficientemente grande como para aquello-. Perdona, no has dicho cómo te llamas, ¿verdad? -añadió mirando el rubio.

Ella sí se había presentado. 

Se giró para observar a un nuevo chico que entraba en el comedor, y volvió a centrarse en su plato. Aunque tenía hambre, apenas había comido una patata y una aceituna, el estómago se le había cerrado rápido. 

Naya se había acercado a saludar a su padre antes de ir al comedor. Tras servirse su cena se sentó en la mesa de siempre cuando vió a Anthor de pie. Parecia que estaba buscando a alguien así que dudo si decirle algo. Al final optó por hacerle un gesto con la mano.

Observó a Naya y se acercó hacia ella, saludándola con un cabeceo y una ligera sonrisa. Al poner su bandeja y sentarse ya había dejado ese característico olor. Sí, al parecer venía de fumar o había fumado hace un momento.

- ¿Qué tal todo, Naya?  ¿Ya has decidido qué piso quieres? - Sonríe con ese aire divertido dada la poca importancia del asunto en sí. - Todavía cuesta acostumbrarse al cambio... -Murmura mientras esta vez mira a su alrededor.

Arrugó la nariz al percibir el olor. - Otra vez Anthor? - dijo en tono de enfado mientras se inclinaba hacia él para que nadie la oyese - Explicame porque lo haces -le susurró con gesto severo, pero en sus ojos se leía preocupación

- ¿Cómo que otra vez?- Sonríe divertido mientras te mira- Sí, otra vez. Lo hago por que me relaja. No creo que pase nada mientras los magísters no se enteren... -Decidió picotear un poco de su cena- O si acaso Puño Negro, claro. - De tanto en tanto miraba a su alrededor, como si buscase a alguien. Luego vuelve a mirar a Naya. 

- No es que me quede mucho, la verdad. No sé qué haré entonces. -Sonríe con complicidad mientras continúa cenando.- Y no te enfades conmigo. Me las apañaré. 

De tanto en tanto, en aquellas pasadas buscaba con la mirada a Tahes y al no encontrarlo parecía obcecarse con la idea de mirar a Liv y su relación con aquel grupo.

Realmente no sabía nada de aquella chica, ni dónde encontrarla. Solo podría verse durante las comidas o cenas, pero quería pasar desapercibido. Llamaba mucho la atención, por suerte, tenía aquellas gafas que parecían ser tremendamente útiles.

Tras un descanso en su habitación y un paseo por los pasillos se dirigió al comedor, una vez allí con la cena en la mano miró si veía a alguno de sus compañeros de clase, al ver a Naya y Anthor fue hacía  ellos.  Buenas, puedo?

- Claro, Elric. -Asiente para darle la bienvenida. -Veo que te apañas mejor con las palabras. Me fijé hace poco, pero veo que lo dominas. -Sonríe de lado- ¿Cómo llevas tu entrada en la Cromería? No es que sea precisamente un veterano, pero casi muero el primer día así que... -Encoge los hombros- Siéntete libre a charlar de lo que quieras.

- Es Puño de Hierro - siseó - Y claro que pasa. Si alguien te atacase lo tendría muy fácil para romperte la nuez- de pronto se irguió al ver llegar a Elric.

- Claro que puedes. - intentó componer una sonrisa pero le salió una mueca extraña.

Aparesco en el comedor, tras un incensante dia de numeros y trazamiento fallidos y no tan fallidos. Ahora era mi momento de relajarme y relajar mi mente un rato, si seguia enforzandome demaciado me volveria loco. Y eso si seria demaciado malo para mi persona.

Agarro mi plato de comida, y voy a sentarme en mi asiento. Comiendo en silencio, ya saludare a mi hermano cuando aparesca en este comedor.Que tengo dudas,respecto a como le fue en su clase de la guardia negra.

Le devolvió la mueca Naya .¿Será algún tipo de saludo de la ciudad?, espero haberlo hecho bien. Luego miro a Anthor mientras se sienta en un lugar donde pueda ver a los dos directamente. Mi primer día ha ido bien, no me he enterado mucho en las clases de lo que había que hacer pero imagino que será entrenar.  ¿Que tal el vuestro?, Que se suele hacer en la ciudad Kilyan solo me contó cosas básicas y como comportarme? Prestó más atención a lo que podían contarle que a la propia comida.

- Con suerte no me pegarán en las pelotas pues. -Sonríe divertido como si tratase de dejar en tablas aquella conversación que no ganaría, aunque sí entrecerró ligeramente la mirada con suspicacia ante esa afirmación. Parece que sabía unas cuantas formas de hacer daño.

- Y sí, Puño de Hierro. No sé qué me pasa con los nombres, creo que tengo la cabeza algo ida. -Comentaba mientras se daba un par de toques en la sien. - Me alegro de verte, Ren. Anda échame una mano ¿Te importa?

-Pssss. Si eres nuevo aquí, podrías pasear por el gran Jaspe. Visitar los muelles. Ir a alguna taberna si te gusta la cerveza, cosa que entendí que no en la comida... - iba enumerando de forma aburrida hasta que sus ojos se iluminaron - En cambio aquí puedes entrenar duro, aprender a trazar para no matar a nadie ni dañarte a ti mismo...- se llevó con ganas una gran cuchara de comida a la boca

- Creo que tú y yo somos como la noche y el día, Naya. -Sonríe mientras continuaba comiendo. -Me parece más divertido estar fuera que sobre estas cuatro paredes... -Volvió a mirar a los lados, quién buscaba, seguía sin aparecer. 

Sonrió a Naya pero ya con su sonrisa natural, No me he movido mucho por la ciudad, podría terminar en algún sitio totalmente distinto a donde quiero ir, no he probado la cerveza, pero se que es otra especie de bebida como el vino.  Escuchó el intercambio de palabras que tenían entre ellos. ¿Soléis entrenar solos o en grupo?

Tras contemplar como una serie de chicos y chicas, más bien chicos, van entrando, me acerco un poco a Syb.

- ¿Serán todos alumnos, como nosotras? -le pregunto con curiosidad- Parecen de nuestra edad, más o menos, o eso creo, ¿saludamos? 

Tarde o temprano íbamos a tener que tener la primera toma de contacto con ellos, así que, mejor que fuese lo antes posible. 

No tarda Naya,de poner su tipica actitud de falta de huevo. Algun dia unos de estos hombres le bajara la moral de muy mala manera.

-Claro,para algo nos ayudamos mutuamente jajaja.

Le respondo al comentario de Kelr, luego escucho como un nuevo recluta desea saber que se puede hacer en el exterior.

-En el Gran Jaspe,puedes encontrar espectaculos de magia y comercios. Tambien tiene su zona de entrenimiento, y como no,la comida. Te puedo dar una guia en ese lugar,pero eso si ten cuidado con lo ladrones.

Pero si me acabo de presentar... bueno, quizá no lo escuchó... me encojo de hombros.

-Buenas, me llamo Sean... pensaba que me había presentado ya. La verdad. -Miro a las chicas notando que se juntan para cuchichear entre ellas.

Miré en derredor para percatarme de que empieza a aparecer mucha más gente que antes, y el baile de gente entre mesas está incrementando. La verdad que entre la prueba y todo me empiezo a sentir algo insignificante. Y lo peor de todo, no se de que va todo esto... sonrío con cierto nerviosismo.

Vaya tanto Naya como tu coincidís en que vaya a visitar el Gran Jaspe, tendré que visitar esa zona de la ciudad entonces. Aunque primero tendré que saber bien como va el comercio, no me manejo muy bien con las monedas, se como van pero si son cifras elevadas me pierdo.  Habla con los demás pero no puede evitar no tener todo controlado a su alrededor como si comer  hiciese que se sintiera presa fácil de cazar.

No te escucharía, cuando me enfado no oigo todo lo que debería -reconoció a modo de disculpa, ¿se había presentado? ¿seguro? ¿no lo haría antes de que Mat y ella llegaran?

Cuando Edith se inclinó hacia ella, no dudó en girarse para mirar al grupito que se iba formando alrededor de una mesa. Se humedeció los labios. ¿Deberían presentarse? Pero estaban a su rollo, y ellas y Sean parecían los nuevos. Miró a Edith y se encogió de hombros. 

Parecen tan amigos... ¿No crees que sobraríamos? -no lo dijo especialmente bajo, lo suficiente para que fuera escuchado por Sean y por Edith. Hizo una mueca y volvió a voltearse. 

Le llamó la atención el peliblanco, el cual lo miró probablemente algunos segundos de más, al darse cuenta pasó la mirada al resto. De nuevo miró a Edith y se encogió de hombros, no estaba muy segura, la verdad, estaba acostumbrada a ser el centro de atención, que la gente ya la conociera o que quisieran los demás conocerla a ella. Aquella situación era nueva para ella.