Partida Rol por web

Subís por unas escaleras que desembocan en una sala donde el anciano indica a Marie que espere mientras se lleva a Edith por un pasillo.Apenas pasa media hora cuando el hombre vuelve a por ella 

Llegas ante las puertas más grandes que hayas visto en tu vida.El vidrio que las compone, ligeramente ahumado,está surcado de lánguidas ondulaciones irisadas,un inmenso lago de color.El magíster golpea tres veces la puerta con la aldaba de plata que hay y parece como si arrojase tres piedras a un estanque de luz.Aunque la puerta en sí no se movió,la luz de su interior se combó y proyectó ondas en todas direcciones

-"Antes de entrar debes saber unas cuantas cosas"-te dice el magíster mirándote muy serio-"Todo lo que aquí ocurra es real,muere uno de cada diez aspirantes.Segundo,puedes detenerlo cuando quieras,sostendrás una cuerda en la mano,tira de ella y sonará una campana.Pararán de inmediato.Tercero,si desistes,se acabó,tendrás que irte.A los Sátrapas les cuesta mucho dinero mantener a un trazador y nadie está dispuesto a desperdiciarlo con cobardes.En cuarto lugar,dicen que el mismísimo Orholam supervisa todas las iniciaciones.Fallar la prueba equivale a fallarle a él¿Preparada?"-las inmensas puertas se estremecen y los colores ondulan con suavidad mientras se abren

Ante ti,una cámara redonda,las paredes y el suelo están hechos del mismo cristal ahumado que la puerta.Siete figuras forman una media luna alrededor de un disco negro inscrito en el suelo

Las figuras están embozadas en mantos de diferentes colores,representando a cada uno de los siete.Las capuchas ocultan rostros de Engendros.El Subrojo tenía la piel carbonizada,sin cejas,sin pelo.Diminutos hilachos de fuego escapaban de su cabeza.El rostro del verde era nudoso como un roble viejo,musgosas sus cejas.Las facciones del azul parecían estar talladas en cristal,de planos pulidos y aristas puntiagudas como diamantes.Sin embargo,al fijarte un poco,ves con alivio que se tratan de máscaras y maquillaje.Nadie habla ni te indica dónde debes ir

Llegas ante las puertas más grandes que hayas visto en tu vida.El vidrio que las compone, ligeramente ahumado,está surcado de lánguidas ondulaciones irisadas,un inmenso lago de color.El magíster golpea tres veces la puerta con la aldaba de plata que hay y parece como si arrojase tres piedras a un estanque de luz.Aunque la puerta en sí no se movió,la luz de su interior se combó y proyectó ondas en todas direcciones

-"Antes de entrar debes saber unas cuantas cosas"-te dice el magíster mirándote muy serio-"Todo lo que aquí ocurra es real,muere uno de cada diez aspirantes.Segundo,puedes detenerlo cuando quieras,sostendrás una cuerda en la mano,tira de ella y sonará una campana.Pararán de inmediato.Tercero,si desistes,se acabó,tendrás que irte.A los Sátrapas les cuesta mucho dinero mantener a un trazador y nadie está dispuesto a desperdiciarlo con cobardes.En cuarto lugar,dicen que el mismísimo Orholam supervisa todas las iniciaciones.Fallar la prueba equivale a fallarle a él¿Preparada?"-las inmensas puertas se estremecen y los colores ondulan con suavidad mientras se abren

Ante ti,una cámara redonda,las paredes y el suelo están hechos del mismo cristal ahumado que la puerta.Siete figuras forman una media luna alrededor de un disco negro inscrito en el suelo

Las figuras están embozadas en mantos de diferentes colores,representando a cada uno de los siete.Las capuchas ocultan rostros de Engendros.El Subrojo tenía la piel carbonizada,sin cejas,sin pelo.Diminutos hilachos de fuego escapaban de su cabeza.El rostro del verde era nudoso como un roble viejo,musgosas sus cejas.Las facciones del azul parecían estar talladas en cristal,de planos pulidos y aristas puntiagudas como diamantes.Sin embargo,al fijarte un poco,ves con alivio que se tratan de máscaras y maquillaje.Nadie habla ni te indica dónde debes ir

Se quedó mirando al Magíster. Miró igualmente nerviosa hacia la puerta y lo miró a él de nuevo. 

Err... ¿No? Pero lo haré. Bien. Espero.

No, en serio, ¿quién estaba preparado para eso? Para morir, para fallar, para perder, para ser una deshonra y perder el honor. Ella lo diría: Nadie. Podía haberlos más echados para adelante, más y menos valientes, más o menos testarudos, con más o menos seguridad en sí mismo... Pero nadie podía estar preparado. Porque en realidad, no se sabía para qué prepararse. Eso no era como ir a un examen y haber tenido que estudiar para él, era algo mucho más. Mucho más grande y mucho más importante.

Entró y tomó aire profundamente, no sabía qué tenía qué hacer ni a dónde ir, pero no veía demasiadas opciones. Así que se puso en el centro de todas aquellas figuras, a las que miraba con curiosidad y miedo. 

Iba a hacerlo bien. Podía hacerlo. Lo sabía. 

Cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir estaba ligeramente ceñuda. Ahora sí que estaba preparada... Lo más preparada que se podía sentir en estas circunstancias.

En cuanto te pones en el círculo lo "engendros" comienzan a hablar

El subrojo dio un paso al frente,se quitó la máscara y dejó caer su manto quedando totalmente desnudo

-"Si renuncio a la ira,soy la paciencia"-levantó las manos y el calor pareció envolver todo su cuerpo-"Hágase la voluntad de Orholam"-

El rojo hizo lo mismo,se trataba de una joven hermosa e igualmente desnuda

-"Si renuncio a la glotonería,soy la templanza"-su cuerpo se cubrió de luxina roja,los ojos,la cara,el cuello,los pechos,el vientre...En un instante se transformó en una estatua con la piel cubierta de un rojo perfecto-"Hágase la voluntad de Orholam"-

El naranja,un hombre,dio un paso al frente,quedando igualmente desnudo

-"Si renuncio a la avaricia,soy la caridad"-su cuerpo se baño de un resplandor anaranjado-"Hágase la voluntad de Orholam"-

-"Si renuncio a la pereza soy la diligencia"-dijo la amarilla,resplandeciendo-"Hágase la voluntad de Orholam"-

Una voluptuosa mujer dejó caer su capa,mirándote a los ojos directamente

-"Si renuncio a la lujuria,soy el autocontrol"-su cuerpo se cubrió de un verde perfecto-"Hágase la voluntad de Orholam"-

La azul habló con suavidad mientras reflejos azulados salían de todos los poros de su piel

-"Si renuncio a la envidia,soy la bondad.Hágase la voluntad de Orholam"-

El último,el supervioleta,era un hombre tremendamente musculoso

-"Si renuncio al orgullo soy la humildad,hágase la voluntad de Orholam"-

Todos bajaron las manos a la vez y las apuntaron a tus pies.Un relámpago de puro color sacudió el círculo sobre el que te encontrabas,que empezó a temblar bajo tus pies.De improviso,el disco de la roca comenzó a hundirse y tú con él hasta quedar tan solo la mitad superior de tu cuerpo en la superficie

-"Levanta la mano derecha"-te dice el supervioleta.Desde un techo altísimo cuelga una cuerda rematada en un nudo que el hombre te pone en la mano-"Tira de la cuerda y todo habrá terminado"-en su voz había una nota compasiva.

Lo primero que pensó fue ¿POR QUÉ SE ESTABA DESNUDANDO? Puede que no fuera el momento ni el lugar, pero el pudor pudo con ella y sintió como sus mejillas se sonrosaban ante la desnudez de aquel que hablaba de ira y paciencia. Más se sonrojó cuando el siguiente también se desnudó, ¿tenía que mirarlos? ¿Era mejor que cerrara los ojos? Pero no quería perder detalles, los colores se iban sucediendo y eso era algo que no iba a volver a ver jamás. Se contuvo con los ojos abiertos, observándolos, evitar mirar sus zonas pudorosas... Algo prácticamente imposible con aquel que habló del orgullo y la humildad. Siempre había tenido una debilidad para los musculitos. 

Ahogó un chillido cuando de pronto todo aquello dejó de importarle y empezó a descender. Su corazón martilleaba con tanta fuerza, y estaba tan asustada que realmente quería tirar de la cuera, salir de allí, correr a su casa y meterse bajo las sábanas. 

No -se sorprendió a sí misma, notando su mano derecha alrededor de aquella cuerda. 

Ya no se trataba de su familia, no se trataba de Bruno y su novia... Se trataba de ella. De lo que ella quería hacer. Y quería estar allí y ser trazadora. Había intentado estúpidamente evitar su destino, pero ya no más. Arrugó el ceño, no iba a tirar de la cuerda.

En cuanto tu mano toca la cuerda el círculo que tienes bajo tus pies empieza a descender a una velocidad vertiginosa mientras multitud de colores giran a tu alrededor,mareándote.Con la misma brusquedad con la que ha descendido,la piedra se detiene y los  colores desaparecen,quedando tan sólo una tenue luz blanca que no sabes de dónde viene.Un silencio sepulcral te rodea y no ves nada hacia arriba ni hacia abajo.Unas paredes totalmente lisas y negras te rodean

Pasa un largo rato y,de repente,sobre tu cabeza,empiezan a caer miles de bichos:cucarachas,grillos,saltamontes,escarabajos y otros que ni siquiera eres capaz de reconocer.Sus grititos penetran tus oídos mientras se van acumulando a tus pies,subiendo por tu cuerpo,correteando pòr tu cabeza,tu cara y tus hombros...

Cuando la chica me habla doy un pequeño respingo hacia atrás, como protegiéndome de un nuevo ataque. Luego trato de recuperar la compostura y secarme bien las lágrimas para que... no voy a justificarme a mi mismo... porque me da vergüenza que me vea en esa condición. Así que fuerzo una sonrisa que entre el gesto apagado de lo vivido anteriormente y la sonrisa forzada se queda en una mueca sin forma real de un sentimiento o otro. Termino mirando su mano y estrechándosela tras unos segundos. Aunque antes de contestar me quedo mirando a sus ojos... Otra cosa no... pero parece sincera en sus emociones. Pero también estaba muy amigable la señora de dentro y casi me muero ante sus ojos sin que hiciera nada...

-Hola, encantado... Mi nombre es Sean... Sean Elender. -¿Porqué le suelto mi apellido? -Yo sólo soy bícromico, Azul y verde, parece ser. ¡Encajamos bien! -¿Encajamos bien? ¿Qué te pasa, Sean? -Eso de supervioleta suena bien... ¿Qué es? ¿Lanzas rayos eléctricos de alta carga estática? ¿Por eso son morados? ¿Qué se hace con el azul y el verde? ¿Se puede combinar para hacer cosas diferentes? No se, tipo ¡Magia celeste!

De repente me siento mucho más cómodo... menos mal que iba a pasar el camino sin hablar e indignado...

De nuevo un chillido cuando todo empezó a descender. No, todo subía, era ella la que bajaba. Sentía que no habría tenido que comerse aquella última tostada, porque ahora mismo la tenía en la boca del estómago dando vueltas... Pero se contuvo. Bien. Una vez todo quedó quieto sintió que su estómago y lo que había en su interior se estabilizaba... Al menos hasta que sintió que llovía.

No tuvo que levantar la mirada, porque a sus pies cayó una cucaracha de un tamaño anormalmente grande, o ella lo estaba viendo así. Y luego en su pelo revotó un escarabajo y se apresuró, con la mano izquierda, a quitárselo del pelo rápido. Por dios qué asco. 

Con terror notó cómo empezaban a caer, y empezaban a trepar por ella mientras Sybill intentaba quitárselos de encima dando patadas e incluso pisoteándolos. Odiaba matar, incluso matar a los bichos. Ella era de las que chillaba, se subía a una silla y ordenaba que por favor lo sacaran de donde fuera que estuviera. Pero que no los mataran. Y allí estaba ahora ella. 

El siguiente paso, cuando notó que era imposible dejarlos pisoteando fue cerrar los ojos bien fuerte y la boca. Y llevarse la mano izquierda en su oreja y apoyar la oreja derecha en su hombro, ya que no iba a mover la mano porque no quería tocar la campana. Podía resistirlo. Solo... Solo debía pensar en cosas agradables. 

En el sol, el césped, las mariposas... NO, MÁS BICHOS NO. Mariposas descartados. Los peces, los peces eran bonitos, y los gatos, los gatos eran bonitos y comían bichos. Pensaba en gatos, cuando los acariciaba, tocaba... Bien, funcionaba, más o menos. Solo tenía que aguantar un poco más. Ignorar todo aquel cosquilleo y contener las ganas de vomitar. Podía hacerlo. Podría ser mucho peor. Podría seguir con Bruno mientras él se seguía trincando a su panadera... Eso era lo que ahora mismo le hacía sacar todas las fuerzas para seguir. No iba a rendirse... Aún. Podía aguantarlo. De momento.

Los colores vuelven a girar mientras las paredes comienzan a estrecharse a tu alrededor,apretando tu cuerpo mientras los bichos siguen sobre ti,bajo tu ropa,correteando por tu cuerpo,introduciéndose alguna larva por tu nariz.La piedra empieza a aplastar tu cuerpo lo que hace que abras los ojo,apenas puedes moverte y cuando crees que nada puede ser peor un líquido oscuro comienza a caer sobre tu cabeza,cegándote y asfixiándote al entrar por tu boca junto a las alimañas.El líquido es tan espeso que notas que aunque pudieses,tus piernas no podrían moverse demasiado,te quieren paralizar y enterrar viva en esa sustancia!Hacerte desaparecer!Te cuesta respirar y los muros se juntan un poco más,haciéndote daño y comprimiendo tu cuerpo al límite

Dana se ríe mientras te escucha hablar.Llegais a un elevador al que te hace entrar mientras ella coloca unas poleas y unos contrapesos para que suba,cosa que hace a bastante velocidad

-"No se dice bicrómico,sino bicromo y no,no lanzo ningún rayo.En realidad el supervioleta es imposible de ver para los demás,tan solo los que lo trazamos podemos verlo"-dice con orgullo-"Así que verde y azul,bueno pues son muy buenos colores y claro que los puedes combinar pero ya te lo irán explicando en clase,tranquilo.Imagino que estarás agotado,todos salimos muy cansados del Trillador.Si quieres descansa un poco y más tarde te vengo a buscar"-

Cuando el elevador se para sales a otro pasillo transparente que conecta unas torres con otras.Da un poco de vértigo pues parece que de un momento a otro caerás al vacío.Pronto el tubo comienza a colorearse con vetas azules hasta volverse totalmente azul.La chica se para ane una puerta de madera y la abre

-"Tus pertenencias están allí"-señala tu bolsa.El dormitorio es sencillo pero completo.Consta de un escritorio de madera noble y una silla bastante cómoda,así como con esos extraños receptáculos que iluminan toda la cromería.Las paredes son de un suave amarillo y una ventana te deja ver los puentes externos que conectan las torres y por donde tú acabas de pasar.La cama parece confortable y tras un biombo hay una bañera y un aguamanil para lavarte junto con una jofaina llena de agua.Un armario para dejar tu vestuario completan el mobiliario

Estaba siendo realmente asquerosos. Sentía que quería rendirse, que no podía soportarlo más, que no quería. Cuando chilló al sentirse aplastada y sentir aquella viscosidad sobre su cabeza... Realmente no quería seguir allí. Y empezó a llorar. Su mano se aferró con fuerza a la cuerda, deseaba tirada de ella. 

Es una prueba -le dijo una voz en su cabeza-. Es una prueba -se repitió. Nadie iba a matarla. Podía resistirlo. Volvió a cerrar la boca, después de escupir aquella sustancia y bajar la cabeza para volver a cerrar la boca con fuerza, manteniendo la cabeza gacha para que el líquido no entrara por su nariz al respirar-. Solo es una prueba -se obligó a no pensar en el uno de cada diez que morían, no iba a ser su caso-. No es real. No es real -que lo fuera o no, no importaba, se sentía mejor si pensaba que no lo era.

Sus nudillos de la mano derecha estaban ya blancos de tanta fuerza ejercida, pero todavía sentía que podía aguantar. 

Las paredes se juntan a tu cuerpo aplastando a decenas de bichos en el proceso.Otros suben por tu cara y tu cabeza intentando escapar mientras los crujidos de los cuerpos al ser aplastados resuenan en tus oídos.No hay nada tan repugnante como el sonido de esos cuerpos al ser estrujados.Si no es real lo parece porque la presión de los muros sobre tu cuerpo empieza a ser dolorosa,parece ser que vas a correr la misma suerte que los insectos.Y no solo eso pues sobre ti empieza a caer agua a borbotones,impidiéndote respirar bien pues te entra en la boca y la nariz y no puedes mover los brazos apenas para cubrirte ¿es que alguien ha ordenado que acaben con tu vida?¿Quién podría querer tal cosa?

Miro a un lado y a otro, casi tengo claro que me voy a caer, pero veo pasar a Dana a buena velocidad y no quiero quedarme atrás... demasiado atrás, la verdad. No se qué me pasa, pero hay una necesidad creciente dentro de mi de quedar bien con ella. En poco rato caminando llegamos a lo que va a ser mi dormitorio, escucho lo que tiene que decir y la miro a los ojos antes de empezar a hablar.

Vaya, esto está muy bien. ¿Te apetece pasar? Tengo muchísimas preguntas y me gusta... tenerte cerca. Sí que estoy cansado, pero puedo esperar, la verdad. ¿Te apetece tomar algo? No se si tengo algo que ofrecer... pero puedo ir a buscar algo si te apetece... aunque tendrías que acompañarme... porque no se ir a ningún sitio de momento... o quedarte aquí si quieres, puedo preguntar de camino a quién me encuentre. 

-Vaya... muchas gracias. Sí... quizá me eche un poco... aunque sea para terminar de aceptar todo lo de antes... -Sonrío con cierto nerviosismo. -Nos vemos luego, entonces. -Digo moviendo mi cuerpo un poco, nervioso. Aunque mostrando una sonrisa.

Empezaba a desesperar. En realidad hacía rato que estaba desesperando. Quería que todo eso se terminara y que terminara ya... Pero ya no podía quedar mucho, ¿no? Insectos, las paredes que la aplastaban, el líquido raro y ahora agua. El sonido de los insectos aplastándose era asqueroso, pero eso significaba que morían. Eso era bueno. Cuantos más muriesen menos habría recorriendo por su cuerpo. 

Le faltaba el aire por culpa de las paredes apisonadoras, y no pudo contener más la boca cerrada, aun y mantener la cabeza gacha era imposible teniendo agua entrándole por la nariz. Al menos lo usó para quitarse las larvas, sonándose como si tuviera mocos y evitando mirar que salía por su nariz. 

Estaba a nada de tirar de la cuerda, pero todavía no. Estaba convencida que quedaba poco. 

Puedes aguantar. Solo un poco más... 

Tosió y escupió agua.

El agua siegue subiendo a una velocidad increíble mientras las paredes se estrechan un poco más.De repente un dolor lacerante atraviesa tu costado derecho y parece que algo te pincha por dentro de manera tan dolorosa que no puedes evitar gritar.Un par de costillas se te acaban de romper y el dolor es agudo y casi insoportable.Con angustia ves que la presión contra tu cuerpo sigue en aumento y tus huesos van a ceder en pocos segundos.Si no mueres ahogada lo harás aplastada con total seguridad

Contemplo anonadada la sala que se abre ante mí, por un momento, me asusto al ver las figuras de colores que allí me esperan, pero, tras unos segundos de angustia, me acerco dando pasos cortos hasta las figura, y las contemplo desde cerca, acercando una mano a ellas pero sin llegar a tocarlas.
¿Pero qué esperan de mí, qué es todo esto?¿Tengo que pelear? ¿Tengo que pasar una prueba como la anterior? ¿De veras puedo morir? ¿Y si muero qué pasa? ¡No es justo! ¿Morir...? ¡A mí no me dijeron nada de eso!
Me muerdo el labio con el ceño fruncido, no podía volver a casa, jamás.
Levanto la cabeza y miro atentamente a mi alrededor, tratando de guardar en mi retina todo lo que veía, buscando aquello que iba a ser mi misión.

No voy a morir. Hoy no. 

Pero tampoco va a tirar de la cuerda, prefiere morir ahogada o aplastada con la vergüenza de no haber pasado una prueba. La maldita prueba para ser la trazadora, ¿por qué tanto dolor? ¿Por qué les hacen pasar por esto? ¿Qué pretenden? Intenta hacer memoria, recordar qué dijeron los "colores", pero no halla una lógica, ni una respuesta... ¿De qué puede servirle la ira o la humildad? En este momento, de nada. 

Lucha por tomar aire, con su mano libre intenta apartar, sin éxito la pared. 

Qué fácil sería tomar la cuerda y tirar de ella, para ayudarse a subir, pero sabe que así va a sonar la campana. No quiere que suene la campana. Escupió más agua. El dolor era tal que sentía que ya nada importaba, le dolía todo. Y aquel pensamiento fue la que la reactivó, miró hacia arriba y empezó a deslizarse hacia arriba sin hacer presión con la mano derecha en la cuerda, pero sí con la mano izquierdo. El dolor era insoportable, pero entre el dolor y la muerte... Seguía prefiriendo el dolor.

Uno de los "engendros" te da un ligero empujón para que te pongas en el centro del círculo y en cuanto lo haces,los "engendros" comienzan a hablar

El subrojo dio un paso al frente,se quitó la máscara y dejó caer su manto quedando totalmente desnudo

-"Si renuncio a la ira,soy la paciencia"-levantó las manos y el calor pareció envolver todo su cuerpo-"Hágase la voluntad de Orholam"-

El rojo hizo lo mismo,se trataba de una joven hermosa e igualmente desnuda

-"Si renuncio a la glotonería,soy la templanza"-su cuerpo se cubrió de luxina roja,los ojos,la cara,el cuello,los pechos,el vientre...En un instante se transformó en una estatua con la piel cubierta de un rojo perfecto-"Hágase la voluntad de Orholam"-

El naranja,un hombre,dio un paso al frente,quedando igualmente desnudo

-"Si renuncio a la avaricia,soy la caridad"-su cuerpo se baño de un resplandor anaranjado-"Hágase la voluntad de Orholam"-

-"Si renuncio a la pereza soy la diligencia"-dijo la amarilla,resplandeciendo-"Hágase la voluntad de Orholam"-

Una voluptuosa mujer dejó caer su capa,mirándote a los ojos directamente

-"Si renuncio a la lujuria,soy el autocontrol"-su cuerpo se cubrió de un verde perfecto-"Hágase la voluntad de Orholam"-

La azul habló con suavidad mientras reflejos azulados salían de todos los poros de su piel

-"Si renuncio a la envidia,soy la bondad.Hágase la voluntad de Orholam"-

El último,el supervioleta,era un hombre tremendamente musculoso

-"Si renuncio al orgullo soy la humildad,hágase la voluntad de Orholam"-

Todos bajaron las manos a la vez y las apuntaron a tus pies.Un relámpago de puro color sacudió el círculo sobre el que te encontrabas,que empezó a temblar bajo tus pies.De improviso,el disco de la roca comenzó a hundirse y tú con él hasta quedar tan solo la mitad superior de tu cuerpo en la superficie

-"Levanta la mano derecha"-te dice el supervioleta.Desde un techo altísimo cuelga una cuerda rematada en un nudo que el hombre te pone en la mano-"Tira de la cuerda y todo habrá terminado"-en su voz había una nota compasiva.

Intentas subir pero entre la presión contra tu cuerpo y que el muro es totalmente liso,te resulta imposible moverte del sitio.El agua ha subido tanto y tan deprisa que tan sólo te da tiempo a tomar una bocanada de aire antes de quedar totalmente sumergida.Bajo tu falda notas el movimiento sinuoso de algún tipo de serpiente que se enrolla en una de tus piernas, ascendiendo por ella.Los muros no aflojan la presión ni un ápice por lo que tu situación es extremadamente complicada puesto que no eres capaz de moverte y el aire se te acabará en pocos minutos