Partida Rol por web

Pasas junto a Liv que mira hacia donde te diriges y de un salto baja y corre para alcanzarte.Veis a Mescía cargada como un saco sobre el hombro de un hombre.La chica parece inconsciente y sangra profusamente.Los hombres corren hacia un lateral metiéndose entre unos árboles.

Liv extiende las manos y uno de ellos tropieza aunque no ves que de la chica haya salido nada aunque sus manos y su rostro comienzan a teñirse de amarillo

-"¡CORRE,YO TE CUBRO!"-exclama mientras dispara unos dardos que parecen seguir una trayectoria exacta por el aire como si un hilo invisible los guiara

Sonrió con suavidad a Puño Trémulo. Dudaba que pudiera cumplir con su promesa... pero no importaba. Entonces miró a Elric y sus ojos se abrieron por sus palabras.

Fuego. Claro. 

Sus manos se dirigieron a su vestido y miró hacia su herida, tuvo que esforzarse, con gesto de dolor, para que la luxina saliera de la punta de sus dedos y empezara a cubrir su herida. Un apaño rápido que impedía que siguiera sangrando. Podía hacer lo mismo con los más heridos. 

Entonces vio a Naya levantarse y correr, no sabía hacia dónde, ni por qué, pero podía adivinar que algo le pasó a alguien de su... 

¿Papá? -preguntó de pronto, girándose. Buscó con la mirada la mesa donde lo había dejado, tratando de ver si seguía allí o si había corrido hacia la salida, lo cual no garantizaría su seguridad. En realidad nada lo garantizaba. Se levantó con pesadez. 

Sybill miró hacia la mesa pero allí no estaba su padre.Había muertos,sí,pero ninguno era él.Lentamente recorrió el salón con la mirada en dirección a la puerta.Y entonces lo vio.Bajo los arcos que habían creado su padre estaba tirado boca abajo con una lanza verde clavada en la espalda.Sobre él varios pétalos y mariposas que ella misma había creado.Un charco de sangre se extendía bajo el cuerpo inerte del hombre mientras una de sus piernas se quemaba a causa de uno de los pequeños incendios que aún quedaban y que los Naranjas trataban de sofocar

Según me voy acercando al jardín voy calmándome lo cual hace que me de cuenta de que tengo compañía. No reconozco a la joven pero parece que esta de mi lado así que le sonrío con gratitud mientras sigo avanzando hacia donde están esos hombres.

Es entonces cuando ella traza ella traza algo que no consigo ver pero consigue interceptar a uno de los que huian a la vez que me grita que continúe lo cual no hacía falta que me dijera pero aún así le hago un gesto con la cabeza de confirmación mientras cargo contra el hombre que lleva a Mescia.

Por suerte en ese momento no estaba trazando o verla en tal estado me hubiera hecho actuar con temeridad en vez de pensar la mejor manera de atacarle sin dañarla. Podría atravesarle por detrás con mi espada que entonces quizás también golpeara a la joven. Así mientras me esfuerzo en alcanzarle le hago un tajo con mi espada hacia las piernas del bastardo con la esperanza de detenerle y una vez inmovilizado ya vería que hacia con él pues la prioridad era otra en ese momento.

El no cargar con peso extra te da la ventaja que necesitas para alcanzar al secuestrador y tomando un último impulso te agachas cortando por detrás al hombre que cae al suelo con un grito soltando a su presa que cae da espaldas con un golpe sordo y un leve gemido a pesar de seguir inconsciente.

El hombre se arrastra sacando una pistola mientras oyes por detrás un disparo y un grito que no distingues si pertenece a un hombre o a una mujer.Tu enemigo te apunta al pecho dispuesto a disparar pero en el último momento apunta hacia Mescía

-"Largo o la mato"-dice con voz ronca por el abuso de la cencellada. Tiene los dientes negros y la mirada propia de los que abusan de dicha droga

Eleanor se observa desconcertada las manos quemadas y se palpa dolorida las mejillas, encontrándose restos de amarillo entre los dedos. El tacto frío le reconforta un poco, pero todavía le duelen y le arden tanto la cara como las manos, aunque la luxina consigue que su mente no se descontrole. La luxina... que no había salido por sus manos. La joven está algo desconcertada, pero no hay tiempo para pensar en ello ahora. Recuerda las órdenes que le habían dado justo antes, ir a la puerta y proteger a los demás. Aunque ya poco queda por proteger, los enemigos que no se han marchado ya prefieren morir antes que ser capturados. 

Aún en guardia, la joven se acerca hacia la puerta, atenta a quien necesite ayuda, dispuesta a tapar heridas o a cargar a alguien si es necesario.

Eleanor mira hacia el salón y el panorama es bastante desolador,muertos y heridos cubren el suelo teñido de rojo por la sangre derramada.Gemidos y llantos hacen que no sepa muy bien hacia dónde dirigir su atención.Una embarazada con ricos ropajes sangra por el pecho sentada contra la pared y levanta una mirada hacia ella extendiendo un brazo

-"Por favor..."-ruega ayuda a la joven

Al escuchar la voz de Mescia, aunque fuese de dolor por el golpe, me invade una oleada de calma pues eso demostraba que aún estaba viva. Aunque esta me dura poco al escuchar un disparo y un grito que me distrae momentáneamente cosa que aprovecha ese cabrón para desenfundar una pistola y apuntar a Mescia mientras me daba un ultimátum y me observaba con esa mirada tan común en los consumidores de cencellada.

- Si la matas te mato - digo antes de poder morderme la lengua así que a toda velocidad continuo intentando ganar tiempo por si venían refuerzos o al menos hacerle dudar mientras buscaba cualquier posibilidad.- Y lo contrario también se aplica si paras de encañonarla te dejare marchar.- termino mientras me mantengo en tensión para actuar lo más rápido posible.

La batalla... bueno considerar esto como una batalla era ser demasiado optimista, tal vez era el verde que hablaba en mi nombre en estos momentos. Puede que fuese la capa verde oscura que me cubria o simplemente la acumulación de luxina en mi cuerpo.

Los combatientes estaban desapareciendo y eso resultaba desconcertante desde el punto de vista de un luchador empapado de luxina verde. Mas enemigos donde? gritaban todos mis musculos.

Huia mucha gente incluidos algunos de los que habian perpretado el ataque y para colmo parecia que se llevaban rehenes, no estoy seguro si eran trazadores o no pero parecia que estaban interesados en ellos.

Como se suele decir en una partida de nueve reyes, si tu enemigo quiere algo... niégaselo. En este caso querian raptar gente así que habria que hacer algo para evitar esa ligera victoria que querían conseguir. Mis piernas estaban en perfecto estado y a penas habia sufrido daños en el combate así que era un buen momento para empezar a usar los musculos y sobretodo el cerebro.

Corrí como los demás hacia la salida que me quedaba a pocos pasos buscando un grupo que llevase a alguien secuestrado, supongo que ir cargado con una persona les haría ser un blanco mas sencillo a la hora de seguirlos.

Seguir a una persona en medio de una ciudad no es una tarea sencilla, pero se acumulaban a mi favor varios factores.

Primero, ellos iban cargados con una persona, con lo que sería complicado que me cansase antes que ellos o corriesen mas que yo

Segundo ellos eran mas de uno, eso los hace mas sencillos de seguir.

Y tercer yo ya habia seguido a gente antes... bueno supongo que ventajas de ser quien soy. Conocía las bases del trabajo y sobretodo conocía la ciudad, los barrios y los maleantes que podia encontrarme a mi paso. Si esto hubiese sido un bosque, la cosa hubiera sido mucho mas complicada para mi. Pero estabamos en mi elemento.

En otro momento me hubiera a parado a recordar con nostalgia mis primeras iniciaciones en este tipo de menesteres, pero ahora mismo no habia tiempo. No se trataba de alcanzarlos, al menos no al principio, se trataba de saber hacia donde los llevaban y conseguir la máxima información sin delatarme.

Liberé algo de la luxina amarilla que aún tenía en mis manos, no tenía ganas de recibir un latigazo por mantenerla en mi cuerpo demasiado tiempo y emprendí mi carrera en pos de alguno de los grupos que huía de la sala de baile.

El hombre comienza a amartillar la pistola cuando una bola del tamaño de un puño impacta contra su mano haciendo que la pistola salga por los aires mientras el disparo suena como un cañonazo en el súbito silencio de la noche,roto tan sólo por algún gemido o llano lejano

El hombre grita de dolor agarrándose la mano dislocada por el impacto mientras comienza a recular hacia atrás alejándose de ti mientras su mirada se torna en pánico

-"Yo no quería...de verdad...no iba a hacerle daño,por favor señor...déjeme ir,tengo mujer e hijos...."-lloriquea el hombre mientras escuchas los pasos de Liv detrás de ti.Sin hacer caso al hombre coge a Mescía de un brazo y la arrastra con esfuerzo alejándola de él,aunque apenas consigue moverla unos centímetros ya que Liv es pequeña y Mescía bastante más alta y pesada que ella

Cuando el enemigo comienza a huir, es como gloria para mí, es valor, es un aliciente.

Pero no llego ni a dar el primer golpe cuando me rodean y me atacan, son varios. La situación no pinta nada bien, pero eso nunca me ha detenido y no lo hará ahora. Lo primero que necesito es espacio, de modo que salto hacia atrás, golpeando con el codo a uno de los enemigos que se retuerce en el suelo y le arrebato el arma casi en el mismo movimiento. Los tres que quedan en pie me observa, siento el miedo en uno de ellos, de modo que avanzo hacia él para hacer un amago de golpe, más uno de sus compañeros salta para atacarme, tal cual imagine, así que me desvío un par de centímetros, lo justo para sentir cómo el filo lacera mi piel y la sangre salpica, caliente, mi brazo.

Sonrío, mientras mi arma atraviesa su vientre. Miro a los dos que quedan en pie, mientras sacudo el arma para que suelte todo el líquido carmesí contra el suelo. El más tembloroso de ellos arranca a correr mientras el contrario se lanza encima mía para saltar a mi espalda y tomarme, tratando de retenerme, me impulso hacia un mueble para que el golpe le haga soltarme. De reojo puedo observar cómo saca una daga para suicidarse, pero mi objetivo es el que huye. Una esfera azul del tamaño de un puño, de mi puño, que vuela hasta golpear su espalda en retirada y, tras un agónico grito de dolor, cae al suelo.

Me detengo un segundo para observar alrededor... muerte. Parece que la batalla ha terminado, no así la guerra. Aprieto los dientes y con la mirada busco a mi hermano. Frustación, en estado puro.

Se acercó a Puño Trémulo y dejó a su lado a la crisálida azul - Dentro tienes a uno vivo, respira por aquí. Señaló el agujero que había dejado para que entrase aire.

Sin esperar respuesta se giró para ver que quedaba en el salón, el fuego seguía, algunos ya calcinados seguían ardiendo, no había salido bien lo del baile y estaba algo ofendido por que hubieran usado la creación de sus compañeros para hacer daño a los demás, pero había recordado algo, el fuego no se puede controlar por mucho que en las clases digan que trazando se puede, siempre ha sido incontrolable al igual que el viento y el agua, cosas que en la ciudad no aprenderían nunca. 

Intentó ver a Liv de nuevo pero no vio rastro de la joven así que la buscó frenéticamente como si de un zorro en apuros se tratase erizando un poco el bello de su nuca y brazos para los que pudieran verlo pero sin éxito,la chica parecía haber desaparecido

En el momento que escucho como el arma se amartilla todo se empieza a mover a cámara lenta mientras intento alcanzarle  antes de que dispare y escucho el disparo antes de poder alcanzarle. Por un momento algo se rompe dentro de mi hasta que me fijo que el disparo ha fallado, al parecer la chica de antes realmente me estaba cubriendo como había prometido y se había encargado de que el drogadicto lamentara haber siquiera venido.

Me acerco a él mientras lloriquea lastimeramente a la vez que intenta alejarse de mi de manera penosa. Por una parte me apetece matarlo por lo que había estado apunto de hacer pero tampoco era un asesino al menos a sangre fría y contra gente desarmada por lo que le golpeo con el pomo del arma para dejarlo inconsciente y me acerco a las dos jóvenes.

- Muchas gracias... estooo...- es entonces cuando me doy cuenta que ni siquiera se el nombre de la joven que me había ayudado.- Déjame que ya me encargo de ella, por cierto soy Garret y creo que no tengo el placer.- le digo sonriendo mientras levanto en volandas a Mescia.

El hombre cae inconsciente mientras los ojos de la chica se clavan con intensidad en ti.El otro hombre está muerto o al menos es lo que te parece

Observa cómo coges a Mescía y finalmente responde a tu sonrisa

-"Yo soy Liv,un placer conocerte aunque sea en estas circunstancias"-mira al hombre del suelo y luego hacia el interior del salón

-"Me quedaré vigilándole,envía a alguien a por él"-mira a Mescía y carraspea-"No es de gravedad pero si no se le tapona esa herida puede desangrarse"-comenta mientras se pone de manera que pueda ver el camino hacia el que se dirigían los captores y el salón

Al levantar a Mescía la noto tan fría y liviana que casi podría decir que era etérea, lo cual no hacía sino preocuparme en mayor medida. Algo que tuvo que notar Liv pues intento calmarme comentando que no estaba tan grave como parecía.

Cuando dice que ella se encargara de vigilar al atacante arqueo la ceja dubitativamente por un segundo pero la verdad es que la chica había mostrado tener recursos y la mayoría de los asaltantes estaban huyendo por lo que hago un gesto afirmativo con la cabeza.

- Ten cuidado. - le digo escuetamente mientras parto hacía el salón en busca de ayuda.

Liv asiente con seriedad mientras tú comienzas a alejarte con Mescía en brazos.A pesar de ser muy delgada es una chica alta y eso unido a tus heridas te dificultan andar con ella en brazos.A pesar de todo consigues llegar a las ventanas que dan acceso al salón.Mescía abre un segundo los ojos y te observa sonriendo levemente antes de caer de nuevo en la inconsciencia.Con un último esfuerzo llegas al salón donde al parecer no quedan enemigos,tan sólo dolor y muerte

Tras la desaparición y la muerte de los últimos enemigos el silencio que produce la ausencia de la lucha es atronador durante unos segundos hasta que los sonidos de lo sucedido penetran en vuestras mentes

A vuestro alrededor todo es muerte, destrucción y dolor.Los heridos lloran o piden auxilio con voz lastimera,otros permanecen con los ojos abiertos y perdidos en la nada incapaces de asimilar lo que acaba de suceder

La mitad de los soldados,tres o cuatro Guardias Negros y casi la mitad de los invitados yacen muertos o heridos en el suelo.Puño de Hierro comienza a lanzar órdenes a sus subordinados y manda a alguien a buscar al Prisma,la Blanca ,el Negro y la Doctora Lucy. Karris y Puño Trémulo supervisan que no cunda el caos de nuevo mientras se comienza a evacuar a los heridos y a realizar las primeras curas a los menos graves

Threkor llama a gritos a Eda que a pesar del tremendo golpe está viva aunque sus hombros y pecho y cuello están amoratados.La joven intenta alzar un brazo hacia él pero con un gemido lo deja caer.Es casi un milagro que esté viva y unas lágrimas de alivio escapan de sus ojos al ver al chico vivo junto a ella

Naya llega casi inconsciente hasta el lugar donde dejó a Asha.Cameron está con ella acariciando su pelo rubio.Los ojos de la joven miran inertes al techo mientras el chico llora desconsolado sin percatarse siquiera de la presencia de Naya.A pocos pasos se encuentra la madre con un tiro limpio en el corazón

Garret entra por uno de los grandes ventanales del jardín con una inconsciente Mescía en brazos de la que gotea sangre por alguna herida de la espalda.Otra tiñe parte de su pecho de un intenso rojo

Sybill se acerca lentamente a su padre muerto,incapaz de creer que en tan sólo unos minutos se ha quedado huérfana, incapaz de asimilar que su amado padre yace sin vida a dos pasos de ella

Flit no consigue localizar a ningún enemigo y mucho menos a Liandra.Intenta correr hacia la salida pero en su cuerpo no quedan fuerzas y la pérdida de sangre es importante por lo que cae al suelo al tratar de dar un paso y se queda allí tirado, semiconsciente, incapaz de ponerse en pie

Muchos de los estudiantes han desaparecido y muchos otros están muertos o moribundos.Los naranjas por fin consiguen apagar todos los focos de fuego y el salón se llena del olor a quemado que han dejado las llamas extintas

Ya no estaban. Se lo habían llevado. Y en su lugar encontró muerte. Naya se llevó las manos al abdomen, dejando caer las faldas del vestido, mientras se inclinaba ligeramente para proferir un grito desgarrador de impotencia y rabia. Lo malo era que al liberar toda la adrenalina en aquel único gesto desató todo el dolor y la pena que había mantenido sujetos. Tuvo que apoyar una mano en el dintel de la puerta que llevaba a los jardines mientras jadeaba sintiendo el devastador pinchazo en el costado y las quemaduras de su espalda.

Al correr había dejado la herida de la puñalada descubierta y la sangre había seguido su curso, minando las fuerzas de la muchacha, aunque ella no se había dado cuenta hasta ahora. Aquello le recordó que había dejado a su hermana malherida, y que no sabía donde diablos estaba su madre. Cuando se enteraran...

Cerró los ojos con fuerza un segundo y se volvió hacia el interior, ligeramente mareada. Algunas formas se le antojaban borrosas, y cada paso le costaba un mundo, pero siguió adelante, pues tenía que volver con ella. Trastabilló con el cádaver de alguien. No lo reconocia pero se le formó un nudo en la garganta. Tantas vidas perdidas... atacados a traición... en uno de los lugares más seguros del mundo, supuestamente...

Las piernas ya apenas le sostenían, pero mientras taponaba la herida como podía, continuaba su camino - Asha... - susurró cuando ya creía que estaba cerca. Veía una silueta donde la había dejado, pero no estaba segura de que fuera ella. No podia fallar de nuevo. Tenía que llevarla a la enfermeria. No sabía como, pero tenía que hacerlo

La visión que se alzó ante sus ojos la obligó a clavar las rodillas sobre el duro suelo al lado de su hermana, su amiga, su otra mitad. Cogió su mano con torpeza - Cameron.. yo...- la congoja dificultó que pronunciara dos palabras seguidas. Era tan demoledor ver toda su familia hecha pedazos...   - Perdóname -

Su cuerpo apenas ya reaccionaba y su mente se iba adentrando en una nebulosa. Dejó a Asha con el joven. Así lo habría querido ella mientras se arrastró como pudo hasta su madre y se acurrucó en su regazo, dejandose llevar por la oscuridad de la incosciencia

Una vez pasado el apremio y adrenalina del momento empiezo a notar lo herido y cansado que estoy. A cada paso las quemaduras empiezan a picar y Mescía deja de parecer tan ligera. Al acercarme al ventanal me parece que abre los ojos y sonríe por un momento así que hago un esfuerzo para que no se me note lo cansado ni herido que estoy forzando una sonrisa que se amarga al ver el estado en el que se encuentra el salón de baile.

Apenas entro dentro escucho los gritos angustiados de Threkor a unos pasos del ventanal por el que acabo de entrar arrodillado al lado de su acompañante herida, ese hombre me había salvado la vida y ahora no podía hacer nada por él. Por lo que con pesar pero no menor determinación avanzo por la sala intentando hacerme una idea de adonde ir para que atiendan a Mescía. Es entonces cuando veo a Karris encargándose de dirigir la evacuación por lo que me dirijo a ella.

- Karris - por los nervios no siquiera considero si debería dirigirme a ella por su título - Tengo que llevar a esta chica a la enfermería pero he dejado fuera a una trazadora. Se llama Liv y esta esperando refuerzos para traer a un prisionero que hemos hecho.

Una gran peso cae desde mi pecho al comprobar que Eda sigue viva y consciente. No percibo heridas abiertas externas, pero por el aspecto de su pecho y cuello, seguramente tenga fuertes heridas internas. Aunque pareciera fuera de peligro, debería verla un sanador ya que podría morir de las heridas internas.

Espera Eda, no te muevas. Buscaré un sanador.

Me levanto para buscar alguien que pudiera ayudarme y observo la destrucción que me rodeaba. Lo que había empezado como una jornada festiva, había acabado de la más inesperada de las formas. Heridos, moribundos y muertos, se agolpaban en el suelo ocupando la casi totalidad del espacio. Casi era imposible caminar sin tropezar con un cuerpo.

Veo a Garret, el chico nuevo al ayudé durante el combate cargando con un herido.

Yo también necesito ayuda aquí, pero no me atrevo a moverla. Eda tiene unos feos moretones en el pecho y temo que empeore si la muevo.

Me giro hacia Eda.

No te dejo. Dame un minuto y vendré con ayuda.

Al sentir a Garret sobre Liv y el prisionero, me invade la rabia y salgo de la sala en la dirección que indicaba. El brazo empezaba a dolerme bastante al ir eliminando el exceso de adrenalina del cuerpo, pero lo obvié mientras caminaba. Era el momento de tener respuestas y las conseguiríamos.

Llegué al exterior hasta donde se encontraba Liv.

Liv. ¿estás bien? Vengo a ayudarte con esta escoria.