Partida Rol por web

Ahora se ven todas al menos yo.

Asentí ante el regaño de la magister y empuje el dragón hasta una esquina, como había dicho Elric, para que no molestara y si alguien pulsa el botón, no se rostice de forma instantanea.  Me estiré un poco y salí a aprovechar lo que quedaba de día para pasear por la cromeria. 

El día del baile me levanté temprano para afeitar el poco bello facial que tenía y elegir algo que ponerme. Opté por el traje que me pareció más indicado para la ocasión. Nada tenía que ver con que fuera lo único descente que había traido. Era una camisa blanca de mangas abombadas, un chaleco negro con bordados brillantes que imitaban muy bien un bordado de oro. Y unos pantalones de seda negra a juego. Lastima que en mis planes no había contemplado los zapatos. Que eran las mismas botas de faena de la guardia. Que curiosamente siempre eran dificultosas de poner.  Me miré en el espejo, faltaba algo. Había visto a varias personas portar como accesorio revólveres illyanos ornamentados. Eso me faltaba, pero no tenia nada de eso. Ni una cartuchera donde guardarla. Así que me di la vuelta satisfecho con que hice lo que pude y me dirigí al baile. 

El día anterior me había ido despues de montar el dragón, lo que significa que aun faltaban cosas por terminar que no había visto, y con a luz, la musica, los aromas, los colores... Todo se veia magnifico. Estuvo congelado en la puerta un rato, por suerte nadie pareció percatarse así que cuando pude reaccionar entré y busque a mí hermano entre la multitud, pero aun no había llegado. A falta de más que hacer, me acerqué a las personas que estaban tocando. No conocía a ninguno, pero me hubiera gustado. Disfruté de la música durante un momento, hasta que comenzaron a llegar todos los compañeros. ¡Tomas incluso!

Me alejé de la primera fila para acercarme a mí hermano en cuanto entró, le dí un abrazo y no pude decirle más porque todo se congeló. La música bajó su volumen, las voces se acallaron, e incluso creo que hasta la temperatura bajó un poco. El primas había llegado.

Me uní a la multitud en el silencio conjunto, y escuché las palabras del prisma, y casi salto cuando el rayo de luxina salió sobre la cabeza de Ren. Cuando vi que también lo tenía yo sí salté. Los aplausos de la multitud me avergonsaron un poco, no me gustaba el publico, por lo que me alivie cuando el rayo desapareció y el prisma siguió en lo suyo. 

-¡Ah estado genial eso! ¿A que sí? ¿Cómo lo habrá hecho?  -obviamente no solo con subrojo, era seguro. Solo podría hacer explotar cosas. Un poder sencillo para una persona sencilla. Pensé sacudiendome los restos de luxina de los hombros y luego sacudiendo a Ren. 

-¿Nos enseñará a hacer cosas así en la clase? Que por cierto, ¿cuando sera?- Habian dicho que habiamos ganado la clase con el prisma, pero no recordaba la fecha. Y pensando más detalladamente, sin la presión sobre el dragón. ¿Que pasaría con la guerra? 

Cuando la música comenzó a sonar nuevamente de forma normal, pensé que debía divertirme en este baile. Sí la guerra es como dicen, podría ser el ultimo al que asista. 

Naya había recibido a su hermana con la mirada brillando de orgullo al ver lo guapa que lucía. Mientras saludaba a Cameron con unas pocas palabras formales escuchó a su madre y no pudo evitar girar la cabeza rápidamente, con el rostro marcado por el desconcierto y la preocupación, para mirar a Elric primero y luego a su madre

- ¿Conociais a su madre? - le preguntó a Venelia mientras volvía a mirar a su amigo, sin saber si él conocia aquel dato. Ni siquiera sabía si había llegado a conocer a sus padres. Iba a añadir algo más pero algo había entrado en su campo de visión. Su rostro se contrajo por unos segundos en un gesto de dolor pero la entrada del Prisma en la sala la obligó a volverse hacia la figura más poderosa de la sala y escuchar

Naya había escuchado al Prisma como quien escucha llover. Sus brazos estaban pegados a su cuerpo, con los puños cerrados, en un intento de controlar aquella presión que le subía desde la boca del estómago hasta la garganta. También estaba aquello que había dicho su madre y que la había dejado completamente fuera de juego. Intentó controlar su respiración pues notaba como se iba acelerando por momentos. De repente se dió cuenta de que estaba apretando los dientes con demasiada fuerza.

El discurso acabó y tras lanzar una mirada resentida más allá de donde estaba ella enlazó su brazo con el de Elric y le dijo algo al oido

- Sacame a bailar y si quieres hablamos... -

Naya lanzó una mirada resentida a la mujer que tocaba a Puño con tanta confianza...

Saludó a Asha y Camerón cuando estos se acercaron, no había tenido contacto alguno con ningunos, incluso hace poco se había enterado de que Asha y Naya eran hermanas. 

Sonrió a Naya cuando hizo la pregunta le indicó que no pasaba nada con la mirada.

Miró a Venelia y asintió a sus palabras. - No llegué a conocer a ninguno de mis padres, los he visto en algún cuadro pintados aunque no les presté mucha atención pues no eran de mi interés y las veces que he preguntado por ellos han omitido o cambiado rápidamente el tema de conversación, aunque si os soy sincero no considero a alguien que no ha estado en mi vida familia, madre o padre, aún así me agrada saber que conoció a mi progenitora, si no os importa en otra ocasión me gustaría que me hablaseis de Margaret Sei.

Sonrió a Bardrych. -Primero he de acostumbrarme a recibir ordenes y a estar entre paredes, que aún me siento apresado aquí, después intentaré no meter a su hija en muchos problemas, ya que si ha confiado en mi para ser su compañero representa para mi que es ya de mi manada y nunca se deja solo a un miembro de esta.

El silencio se hizo y su rostro se giró para averiguar el por qué, el Prisma había entrado, para el un hombre más pero para los que eran de ciudad les parecía eso que llamaban Dios, ya aprenderían que la vida es solo supervivencia y no dejarse cazar por otro más grande o fuerte.  Prestaba atención al discurso del hombre cuando de repente estaba iluminado y los asistentes al baile aplaudían, todo era extraño para el y su cuerpo se colocó en una postura defensiva unos segundos hasta comprender que no pasaba nada, cuando todo pasó comenzó a quitar el polvo de la luxina de su traje, aunque estaba deseando quitarse más el traje que el residuo de luxina.

Momentos después el Prisma había callado y la gente comenzaba a formar parejas para bailar, el no sacaría a nadie a bailar pues no sabía y por mucho que Kilyan le intentará enseñar lo básico se había centrado más en que aprendiese a leer, escribir y hablar el idioma de ciudad, pues como dijo en su momento con gruñidos y gritos solo se entienden los animales, cosa que verían en el si no se comunicaba bien, lo que no llegó a entender es que siendo un animal se sentía bien consigo mismo.

Al oir a Naya pedirle bailar, tragó sáliba - He de decirte que no sé bailar, pero si necesitáis hacerlo puedo seguir los pasos que indiques, no se puede negar un baile a una dama ¿verdad?. Cogió a Naya de la mano. y miró a sus padres.  -Sí me permiten iré a pisar a su hija mientras bailamos. 

Tiró de Naya hasta un hueco en el centro del salón y la miró. - Espero lleves las botas de la guardia puestas, espero no pisarte mucho, sigo tus indicaciones.

Una vez comienzan a bailar... - Te he visto incomoda antes de que llegase el prisma e incluso mientras hablaba, ¿estás bien?

Naya no pudo dejar de reir mientras iban hacía la pista de baile. No podía negra que Elric tenía esa vena divertida que seguramente ni el mismo conocia.

- No te preocupes por mis pies. Haz lo mismo que yo y dejate guiar por el ritmo de la música - se colocó en posición mientras comenzaba a moverse. Los movimientos eran bien definidos y lentos, lo que le daba ocasión al muchacho para copiarla.

Naya se acercó y colocó la mano que tenía alzada sobre la palma de él.  - Estoy bien. O no. No se - giraron con suavidad hacia un lado para luego hacer lo mismo hacía el otro. La joven esquivaba en esos momentos mirarlo a la cara - Creo que tengo celos. Pero no puedo hacer nada - se encogió ligeramente de hombros mientras miraba en la dirección que estaba Puño de Hierro con su hermano y la bella mujer. Intentaba aparentar indiferencia pero le costaba bastante

Sonrío a mi acompañante y le susurro algo al entrar, pero cuando el Prisma habla, yo callo y observo.

Asiento tranquilamente, en verdad es el momento de bailar y disfrutar un poco. Al menos para los chiquillos. Miro alrededor, localizando a cada uno de los aspirantes y... van todos bien vestidos. Si alguno cruza su mirada conmigo, asentiré aprobador, pero no diré nada.

Extiendo la mano a mi acompañante mientras me inclino con suavidad, invitándola a bailar.

No es necesario que Naya me busque, pues al cruzar mi mirada con ella la sonrisa surge de un modo más natural, aunque al ver cierta rabia en sus ojos mi sonrisa se torna un poco más resignada.

Cuando al fin me estaba acostumbrando a mi nuevo ritmo de vida y hasta cogerle gusto a las clases y entrenamientos con el maestro Goss, por no hablar de irme haciendo a la idea de que podría acabar en el frente, pues no resulta que se celebraba un baile y no pude evitar recordar las enseñanzas de madre y las pocas fiestas parecidas a las que tuve que ir. Sinceramente esperaba que nadie de aquella época apareciese.

Por otro lado, al menos podría sacarle partido al único traje que conseguí traer debido al incidente, una lastima que no tuviera la chaqueta pero aun así era más que suficiente para la ocasión. Como último detalle quedaba el si iba llevar la espada, la lógica me decía que no iba pasar nada como para tener que llevarla pero por otro lado estaba esa vocecilla que me recordaba que nunca sabía cuando podrían ir a por él. Además el arma tenia una vaina discreta que cuadraba perfectamente con el traje.

En el poco tiempo que llevaba por aquí tampoco había intimado mucho con nadie así que me toco entrar en solitario, aunque viendo como las parejas atraían la atención tanto de cotillas como de celosos no pude evitar sonreír con calma mientras me dirigía a la barra por una copa de vino y decido dar una vuelta por la sala sin poder evitar fijarme en la decoración ganadora, no sabía quienes habían sido sus creadores pero una sana envidia me recorría todo el cuerpo mientras la observaba. Por lo que más tarde cuando el Prisma entra y termina su discurso marcando a los ganadores y decidiendo sacarle algo de partido a la fiesta me acerco a los que tenga más cerca que no parezcan estar teniendo un momento íntimo, que tampoco era cuestión de ser descortés.

- Buenas, quisiera felicitarles por vuestra merecida victoria y si no es mucho atrevimiento preguntar como se os ocurrió algo tan ingenioso. - les saludo y pregunto haciendo una pequeña inclinación, cuando me doy cuenta de que no me he presentado. - Pero donde están mis modales, soy Garret Ryan.

Caminé observando atentamente a la gente que entraba y se distribuia por el amplio salon de baile. Cada grupo parecia conocer su posicion en el mundo y entre ellos se iban organizando en pequeñas sociedades de interes.

Los habia que eran de la misma clase social, otros parejas y por ultimo parecia que habian familias enteras en medio del gran baile hablando e interaccionando entre ellos.

Aplaudí el discurso del prisma hasta la parte de ser señalados publicamente como parte de la improvisada organización. No llevaba aun demasiado bien el tema del reconocimiento publico de mis acciones, en mi trabajo lo mas normal es que si la gente sabia que habias hecho algo lo siguiente fuese aparecer flotando en el muelle.

Observé a todos los que habian sido marcados por el Prisma, de ellos habia coincidido con algunos y con la mayoria habia hablado, excepto con una chica de traje rojo que suponía que estaba hablando con algunos de sus familiares.

Miré a Naya y vi que ya estaba en buena compañia, tal vez mas tarde iría a atormentarla con alguna de mis ocurrencias, seguia pensando que lo de la misión conmigo iba a ser peor que un castigo. Pero bueno al menos ya me conocía.

Sonaba la música asi que decidí ir a bailar, esto era un baile no?

Me acerqué directamente a esa compañera que había sido marcada por el Prisma, creo que su grupo fue el responsable de las columnas de Luxina.

- Si me disculpan la interrupción- dije a los nobles que estaban alrededor de la chica del vestido rojo con total naturalidad y educación.

-Me permite este baile señorita?- dije haciendo una reverencia a la que creia recordar que se llamaba Sybill

-"Os ha quedado todo precioso,hija"-dice tu padre observando las flores y cogiendo una de las mariposas repartidas por la sala.Asiente de manera aprobatoria al ver las columnas y te hace un gesto para que tengas paciencia con tu madre.

Jamás entenderás que hacen juntas dos personas tan diferentes: tu padre es un hombre callado y comprensivo mientras tu madre suele parlotear sin cesar y no ve mucho más allá de sus narices.Lo más sorprendente es que tu padre parece adorarla

Sin más dilación tu madre se da la vuelta tras asentir con un gesto a tus creaciones y coge a un joven imberbe por la muñeca mientras lo empuja en tu dirección

-"Marie,querida,te presento a..."-no terminas de escuchar la presentación pues uno de los chicos de tu clase,Luther,se acerca a vosotros y sin prestar mucha atención a lo que tu madre está haciendo, te invita a bailar

Garret se da cuenta tarde de que sobre él también ha caído polvo de luxina.En realidad parece ser que no han señalado a los ganadores sino a todos los alumnos de primero puesto que todos han participado en mayor o menor medida del arreglo del salón.

Entre los ganadores reconoce a los gemelos a los que ya ha visto en alguna de las clases y que recuerda que se llaman Lennart y Ren o algo así

En la pista de baile las parejas han comenzado a danzar,entre ellos Naya y Elric y Puño de Hierro y su acompañante.Os dais cuenta de que tanto el comandante como su hermano y todos los integrantes de la Guardia Negra van armados a pesar de estar en la fiesta.

El resto de guardias que están trabajando van debidamente uniformados y se mantienen alertas y en posición mirando al frente como corresponde sin dejarse llevar por las risas y la alegre melodía

Las grandes puertas de las balconadas se abren para que todo el que lo desee salga a tomar el aire al jardín interior adyacente a la torre

Y así,de manera agradable va transcurriendo el baile

Despacio y Guiado por Naya en el baile observa a su alrededor, vio a Marie sola, pero eso duró unos segundos ya que Luther se acercaba a ella y le extendía la mano. Se alegró por ella y por su compañero, al menos estarían entretenidos en este baile. 

Luego giró su rostro al de Naya y le dijo algo, sonrió a la mujer y siguió bailando, al ritmo que Naya le indicaba mientras hablaba con su compañera de baile.

Debido a las insistencias y preocupaciones de su padre, la joven apenas había tenido tiempo para centrarse en sí misma una vez entró en la Cromería. Sin embargo, una vez se mencionó el baile, Eleanor tuvo algo de tiempo para relajarse. Las reuniones de alta sociedad no eran una novedad para ella, ya que eran bastante frecuentes en los negocios comerciales de su padre... Salvo que aquella vez él podría no estar presente. Sabía que Mortimer estaría ocupado aquel día, pero había insistido en que quería ir a verla, para saber cómo le iba. La muchacha sabía que no le gustaría nada la idea de que su hija fuese al campo de batalla, pero era algo sobre lo que Mescía y ella ya estaban al tanto.

Hablando de su mentora... Eleanor la había buscado por todo el salón desde que llegó, sin éxito. En tan poco tiempo le había sido casi imposible conocer al resto del grupo lo suficiente como para hablar normalmente con ellos, y menos como para tener pareja en el baile. Se sentía más cómoda así, aunque sabía que no tardaría en recibir alguna invitación a la pista.

Antes de que pueda preocuparse por ello, llega el Prisma y ella escucha con atención, a pesar de que tiene una leve idea de cómo será el discurso. Eso sí, se sorprende cuando la luxina cae también sobre ella y sobre los demás, a pesar de que no habían ganado. Tras el discurso, observa a uno de los grupos de primero, esperando el momento oportuno para comenzar la conversación, y descubre que no es la única "perdida" allí.

- Puede que no sean del todo los ganadores. Aunque... ¿qué mejor victoria que haber participado en esta preciosa decoración? -comenta divertida, sacudiéndose los restos de luxina e indicando a Garret con un sutil gesto que él debería hacer lo mismo. Luego se gira hacia los otros y hace una reverencia con su vestido- Eleanor Headley, encantada.

Giró el rostro unos segundos después de que Naya le dijera que tenía celos, no había entendido bien esa palabra cuando se la explicó Kilyan pero intentó dar su opinión a su pareja. - No comprendí bien en su momento que significaba tener celos, pero entendí que era que a una persona le gustaba otra y esta le hacía caso a otras, si no es así dímelo, aún así solo decirte que por como te comportas en mi mundo eres una loba y las lobas elijen con quien se aparean, por mucho que el macho sea quien sea o haya ganado al macho alfa de otra manada la ultima palabra la tiene la mujer, cosa que veo bien, aunque he de deciros que no entiendo muy bien la ciudad.

Tras unos giros continuó hablándole. -Por ejemplo a mi me gustó Marie, pero ella no me ha hecho caso en varios acercamientos que he intentado tener con ella, eso para mi significa que no le intereso, no busco más acercamiento y dedico mi tiempo a cosas que me llenen como estar con los tigres del jardín de la torre verde, aparte estando allí me siento como en casa. 

-Por cierto, ¿por qué pusisteis tanto tu como tu padre una expresión rara en la cara cuando hablo vuestra madre de mi progenitora?. Parecíais incómodos.

Entre pisotón y traspiés se disculpaba mientras hablaba.

¿En serio? ¿Esta noche? ¿No podía esperar al menos a que llevaran cinco minutos en el baile? Allanar el terreno o algo así... No. Tenía que exhibirla como si no fuera nada más que un pedazo de carne. Respondió a la mirada de su padre con otra mirada... Realmente, no veía necesidad de estar aguantando las neurosis de su señora madre. 

Sin embargo, y de forma totalmente inesperada, eran interrumpidos por alguien. Sybill se giró y vio a Luther, ¿le hablaba a ella? No lo conocía. ¿O sí? Oh, era uno de los ganadores, el que se enfrentó al Prisma después de que este quisiera hablar con ellos o algo así. Un valiente. O un estúpido. O un valiente estúpido. 

Echó un vistazo alrededor de la sala y finalmente volvió a mirar a Luther. 

Claro -respondió, asintiendo con la cabeza. No aceptar aquella oportunidad para huir de su madre sería de idiota mayúscula, así que le dio la mano y miró a sus padres-. Si me disculpáis, seguimos después -no se quedó a esperar la respuesta. 

Fueron al centro de la pista con Luther, y se posicionó para bailar. Entre muchas clases absurdas, el baile estaba entre ellas, era una noble, al fin y al cabo. 

Gracias, me has salvado de una buena. 

Y lo mejor de todo es que lo había hecho sin querer.