Partida Rol por web

Mientras bailamos una de mis manos asciende por la espalda acariciando con la yema de los dedos, sin dejar de mirarla mientras habla, sin que mis ojos tiemblen o duden en ningún momento. No presto demasiada atención a lo que me rodea, pero tampoco me hace falta.

Sin embargo sus palabras provocan que alce una ceja un tanto extrañado.

¿En falta?

Pregunto, sin comprender pero sin dejar de moverme. Habíamos venido a disfrutar, pero estaba claro que ella no podía parar de darle a la cabeza. Tal vez contarme lo que le pase le sirva para poder relajarse un poco.

Naya se dejó caer de forma poco femenina en uno de los taburetes mientras escuchaba a Flit. Sus palabras siempre tenían un tinte hiriente oculto , aunque sabía que no lo hacía a propósito. O eso quería creer. Esa noche quería contarle que se iba. Que quizás no volvería nunca. Que tenía que despedirse de él, de su familia, de su entrenamiento para la Guardia Negra, pero decidió que sería muy egoísta. Por fin había sacado las agallas suficientes para luchar por lo que quería y no podía arrebatarle eso.

- Tienes razón. No debo estar triste - Sonrió con cariño, con los ojos ligeramente brillantes,y alzó su copa - Por Flit de Horatius. Porque logre cumplir sus sueños. Porque sé que al final podrás vencer a tu amo y conseguir a la mujer que te mereces. Yo confio en ti - bebió todo lo que le permitió su garganta.

Tras eso colocó una mano afectuosa en su mejilla - Corre. Ve por ella - le guiñó un ojo mientras volvía a beber, esta vez, un trago más escueto.

Flit estrechó la copa y la miró a los ojos con una sonrisa dulce. Una sonrisa de adiós, a sabiendas que probablemente mañana no estaría allí y le dijo

"Naya Cravis, si no amara a Liandra y fuera digno de amar te amaría a ti. No hay mujer tan bella...." dijo con una sonrisa traviesa "aunque te prefiero en tus ropas de entrenamiento, no sé como puedes respirar con todo eso" Extendió la mano con un gesto de timidez y le dijo "vine aquí para hacer dos cosas sin las que no podría volver a vivir cuando me reclamen al hogar. Una era decirle a Liandra lo que siento, la otra es ésta....Naya, bailas conmigo?....por favor..."

Eda sonríe un poco avergonzada cuando coge unos dulces que se encuentran en unas enormes bandejas de plata

-"Me encantan los dulces que hacen aquí"-dice mientras comienza a comerlos.

Durante un buen rato estáis junto a la mesa probando diversos manjares cuando tras unas palabras tuyas Eda se queda blanca como la cera y sus ojos se dirigen hacia algún punto detrás tuya,ignorando alguna pregunta que le has hecho.Al mirar hacia donde ella mira no ves a nadie que pueda estar provocando esa reacción en ella pues ninguna de las personas que hay por ahí os están mirando especialmente

La chica da un paso hacia ti y se apoya en tu brazo 

-"Bailemos un rato"-dice mientras mira hacia todos lados mientras enlaza su mano en la tuya

El muchacho,algo mayor que tú alza una ceja levemente sorprendido mientras coge tu mano y te guía hacia la pista

-"No creo que debas hacer mucho para llamar la atención de nadie,eres una chica muy guapa"-dice mientras te coge con firmeza de la cintura y comenzáis a danzar por la pista mezclados con los demás

Es alto y al posar tus manos en su cuerpo ves que es fuerte y entonces recuerdas que al principio,antes de que os separaran en grupos le viste entre los aspirantes a la Guardia Negra.Incluso recuerdas algún comentario de tus compañeras sobre él,al parecer es uno de los mejores puesto que lleva entrenando desde pequeño para acceder a la Guardia

Te mira y frunce el ceño

-"Los del Bosque Sangriento suelen ser muy morenos de piel y desde luego no son albinos"-dice con una sonrisa extrañada-"Aunque siempre hay excepciones.Así que manada...Bueno,supongo que sí,que somos como una manda en la Guardia Negra,todos nos protegemos"-

Estáis hablando allí fuera durante un rato,viendo a parejas entrando y saliendo,algunos acaramelados,otros simplemente disfrutando del frescor de la noche,otros solitarios fumando

Tras un rato la mujer se pone en pie sacudiéndose el vestido y mirándote

-"Vayamos a bailar un rato,Elric"-espera que te pongas en pie para dirigirse al salón tranquilamente a tu lado

A pesar de que se trata de una mujer a la que obviamente le gusta llevar la voz cantante Mescía se adapta perfectamente al baile y se deja guiar por ti con una sonrisa divertida y una mirada en la que brilla ciero interés

-"Así que eres aspirante a la Guardia Negra"-afirma mientras su cuerpo se pega al tuyo-"Yo soy más de luchar a distancia"-dice mientras sus ojos recorren con lentitud tu rostro antes de clavarse en tu boca y subir de nuevo a tus ojos-"Casi siempre"-comenta bajando el tono de su voz mientras continuáis moviendoos entre la gente

Naya no pudo evitar sonrojarse ante aquel inesperado piropo. - Yo tampoco se como puedo hacerlo - dijo riendo mientras se pasaba la mano por el cinturón dorado que estrechaba su cintura. Dió el último trago sintiendo como la quemazón del licor era menor que la primera vez y cogió la mano de su amigo mientras se bajaba del taburete con un pequeño salto.

Dejó que él la guiase a la pista de nuevo para mezclarse con los demás. No le hizo ninguna indicación ni nada similar, sino que le permitió tomar la iniciativa ya que lo básico se lo enseñó aquel día que iban a entrenar y acabaron bailando sobre la arena del patio de entrenamiento.

- A pesar de lo incómodo del vestido es muy útil. Tiene un bolsillo oculto - alzó las cejas en ademán conspiratorio - Me sirve para llevar el revientacraneos. Una nunca sabe que puede suceder en un baile -

Lo había dicho en tono orgulloso para que supiera que llevaba consigo su regalo

- Así que estas pensando en hacer carrera en la medicina ? Bueno estoy seguro que puedo ser uno de tus mejores clientes visto el nivel de exigencia de la guardia negra lo extraño es que no esté con algún hueso roto ya. - dije riendo al tiempo que dejaba de bailar. No me habia dado cuenta del tiempo que llevabamos bailando pero no era poco y puede que mi broma sobre los estratos sociales pudiese convertirse en una realidad.

No era la primera vez que un prometido airado intentaba acorralarme en algún callejon y se quería hacer un collar con mis dientes. En el caso de los nobles nadie lo haria aqui abiertamente pero uno nunca sabe cuando se ha ganado un enemigo.

-Solo espero que me pongas de los primeros en la cola de heridos- dije guiñandole un ojo.

El baile unido a mi habitual mania de hablar continuamente me habia provocado sed, así que el cambio que proponía Sybill me parecia perfecto.

Nuestros compañeros estaban en pequeños grupos no costaba nada ser cortés y saludar o simplemente continuar nuestra conversación sin oidos extras. En estos momentos la gente seguia bailando y por suerte este no era uno de esos bailes en los que la gente bebia lo suficiente para acabar a golpes.

-Será un placer tomar una copa mientras recupero el resuello, hacia tiempo que no tenia una pareja de baile tan encantadora.- dije haciendo una leve reverencia.

-Conoces a muchos más alumnos? No me gustaria monopolizar tu conversación si deseas hablar con alguien- susurré al tiempo que nos moviamos hacia la mesa en la que estaban las bebidas.

Rió ante sus palabras sobre ir a "visitarla" a la enfermería. 

Todavía no me he encontrado con muchos alumnos de nuestro curso, sé que un chico, Anthor Kelr está allí ingresado... Pero no he querido hacer pruebas médicos con él. Me cae bien -rió de nuevo, claramente estaba bromeando, Sybill no era una sádica a la que le gustara hacer pruebas médicas con vivos. Ni con cadáveres, pero era esencial para formarse bien. 

No creo que quieras eso, aun estoy aprendiendo -añadió a lo de ponerlo "de los primeros". No era patosa, de hecho se le daba muy bien, pero no era como la médico de la Cromería, ella sí que era buena.

Se fueron en dirección contraria a su familia, no le apetecía seguir con la "conversación" que dejaron, su madre intentando hacer de casamentera, su padre muriéndose de vergüenza y ella fingiendo un interés que no sentía. Esperaba que la visita de sus padres fuera de otro modo, la verdad. 

Tomó dos copas y le dio una a Luther, con una suave sonrisa.

Tú también eres encantador -respondió haciendo que su copa golpeara muy suave la de él, haciendo un chin chin improvisado.

Sin embargo, cuando mencionó al resto de los alumnos y preguntó sobre si deseaba hablar con alguien más... Sybill se sonrojó hasta las orejas, y negó con la cabeza, con timidez.

No. Bueno. No conozco a muchos alumnos... A Naya. Somos amigas, creo. Llegué con Edith y Sean, pero Sean se ha ido de la Cromería y Edith... Bueno, Edith hace tiempo que no la veo. Así que no tengo muchos vínculos por aquí -estaba Elric, que le parecía interesante y raro, pero no eran amigos. Miró a Luther fijamente y sonrió con la misma timidez, dando un sorbo a su copa. Y después suspiró-. Sí que quiero hablar con alguien, pero ya sabes cómo son las cosas... Hay que guardar las apariencias, sobre todo ante la Madre Superiora -entornó los ojos y resopló.

Al notar su calor cuando se pega hacia mi la aprieto de manera inconsciente como si temiese que se fuera a escapar. Sinceramente ni siquiera era consciente de mi alrededor mientras no paraba de observar esos ojos curiosos llenos de fuego y picardía.

- Yo suelo adaptarme a la situación pero dados a elegir siempre prefiero la cercanía. Y realmente aspiro a muchas cosas.- le comento mientras aprovecho uno de los pasos de baile para inclinarla y susurrarle suavemente - Pero prefiero centrarme en lo que tengo justo delante.- dicho esto la vuelvo a erguir y mantengo el paso sonriente.

Eleanor se ríe ante la simple respuesta y se deja llevar en la pista de baile. Parece cierto lo que dicen de él y de su duro entrenamiento, y obviamente no le va a pedir que se desnude allí mismo para comprobarlo.

- Tú tampoco te quedas atrás - le sonríe, haciendo una leve presión en el hombro - Estás en la Guardia, ¿verdad? Tengo curiosidad... ¿Qué puedes contarme de ella? O si lo prefieres, ¿qué puedes contarme de ti?

Asintió cuando describió a los hombres del bosque sangriento y sonrió a Nabya. - Perdona puede que me explicase mal, a veces creo que los que sois de ciudad necesitais una explicación mas extensa para entenderme bien. Nací aquí en la ciudad, pero mis progenitores me abandonaron en el bosque sangriento, el motivo lo desconozco, solo sé que mi madre humana se llama Margaret Sei y ahora está muerta, de ahí que os haya dicho que soy de allí, aunque me he criado rodeado de animales y vegetación.  Mientras hablaba tanto su entonación como sus gestos dejaban muy claro que no quería ofenderla en ningún momento e incluso tenía respeto por su acompañante en esos momentos.

Observa como entra y salen los asistentes a la fiesta, observa con determinación a los acaramelados muy curiosamente. -Es curioso ver como la atracción entre humanos es diferente a la que he vivido. Comenta con curiosidad mientras coge la mano de Nabya.

Sonrie a la mujer mientras la guia hacía la pista de baile. - Os advierto que este será mi segundo baile, antes casi amputo los pies a Naya, emplearé lo aprendido con ella para no pisaros.

Una vez dentro observa donde está su compañera y mira a Nabya directamente a los ojos como si viese su presa nuevamente y se coloca junto a ella en posición para bailar, empezando cuando la musica sonase. - ¿Y vos de donde sois Nabya.?

La sonrisa de Flit se ensanchó al escuchar la referencia al revientacraneos que le había regalado hacía un tiempo. Era un arma tosca, creada justo cuando había empezado a trazar y que Naya podría haber sustituido por una similar trazada por alguien más experto, pero aun así Naya prefería la suya por algún motivo. Una calidez extraña se instauró en el pecho del esclavo, que iba creciendo a juego con la turbación que sentía al tenerla entre los brazos.

Tenía calor, por dentro y por fuera, y Naya esperaba que tomara la iniciativa. Se sentía torpe, se sentía insignificante, pero aquella noche podía ser la última y la disfrutaría y si a ella no le avergonzaba bailar con un esclavo vestido de esa guisa el bien podía bailar con una exuberante mujer orgullosa. En silencio y con una gracia que ignoraba poseer, Flit dio el primer paso guiando a Naya, haciéndola girar armoniosamente siguiendo la música pero no escuchando nada más que las pequeñas bromas que se dedicaban. Cuando la música acababa Flit dio un pequeño traspiés empujado por otra pareja que hizo que pisara por primera vez a Naya haciéndole enrojecer

"Lo siento... yo...no debería pisar a alguien que tiene un arma que se llama revientacráneos. La verdad es que tenía pensado abusar de ti, pero odiaría que alguien me matara con mi propia arma" dijo con una risa entre divertida y avergonzada "Naya, si te gusta el diseño deberías pedir a algún herrero o trazador experto que te la preparé, la mía es capaz de romperse antes del primer golpe...." y la música acabo y Flit miró a Naya con una sonrisa, una sonrisa de felicidad como no había esbozado hacía mucho años

"Gracias por este regalo Naya. Flit de Horatius siempre estará a tu servicio....." y tras una pausa le dijo "y yo, Flit, siempre seré tu amigo. Y ahora.....voy a que me rompan el corazón. Tenme preparada la bebida más fuerte en la barra, tengo la impresión de que volveré pronto"

Si alguien hubiera mirado en ese momento al insignificante esclavo lo habría visto. Por primera vez en muchos años en su oscura vida brillaba una llama, una llama que deslumbraría a quien se entretuviera un poco en mirar.

Ehm...vale

Me quedo algo pensativo mirando alrededor intentando localizar lo que Eda había visto. Espero hasta estar en la pista de baile rodeados por los demás participantes de la pieza musical y protegidos por ellos y por la música.

Mientras íbamos bailando al son de la orquesta, miraba hacia los laterales intentando identificar alguna cara que nos estuviera mirando en concreto a nosotros o que estuviera buscando a alguien entre la multitud. Evidentemente no reconocería ninguna cara, ya que no tenía ni idea de quien era el padre de Eda.

¿A quien has visto? Y no me digas que a nadie. Empiezo a concer esas expresiones tuyas y sé que has visto algo que te ha asustado. Espero que esta vez no tenga que suplicarte para que me digas la verdad.

Me acerco a su oreja

Aunque si te tengo que llevar a la cama de nuevo para que sigas confiando en mí....

Esperaba relajar a Eda y que me explicara lo que le pasaba. Cuando se tensaba de esa manera, era difícil sacarle información clara.

En los ojos color canela de la chica ves tres rayas de diferente grosor,la verde es la que predomina sobre la azul y la naranja que la revelan como una policroma

Cuando la inclinas de aquella manera con el arte propio de un hombre acostumbrado a dichos bailes Mescía suelta una carcajada y cuando volveis a la posición erguida la chica acerca sus cara a la tuya dejando una breve distancia entre vuestros rostros de tal modo que sientes la suave respiración de la chica

-"¿Y a qué aspiras,Garret?"-murmura seductoramente mientras su mano baja en una suave caricia por tu espalda hasta posarse en una de tus nalgas y apretarla levemente