Partida Rol por web

Nosotros tampoco tenemos mucha idea de como es un combate de luxina, pero de momento los entrenamientos son duros. Menos mal que siempre puedes econtrar algo que te aleja de la tensión de las clases y del ambiente de la Cromería.

Cojo a Eda por los hombros y la aprieto contra mí dándole un beso en la mejilla.

¿No es cierto, Eda?

Miro a los nuevos con interés.

Da gusto tener caras nuevo en el grupo. ¿Puedo preguntar vuestros colores si no es mucha indiscreción?

La mujer sonrió en respuesta a Naya aunque la sonrisa no llegó a sus fríos ojos azules.Cuando Elric se dirigió a ella la mujer asintió y miró a Puño de Hierro con coquetería

-"Recuerda que el siguiente baile es para mi"-aprieta con familiaridad su brazo antes de dirigirse a vosotros-"Os he visto a ambos en los entrenamientos de la Guardia,os deseo suerte.Yo soy la capitana Nabya así que quizás en un futuro compartamos armas"-sus ojos se clavan en Naya evaluándola sin abandonar la sonrisa en ningún momento-"Bien,y cómo te llamas"-dice mientras se coge del brazo de Elric y se dirige hacia uno de los balcones

La mujer se vuelve una última vez para guiñar un ojo a Puño de Hierro antes de perderse con el albino entre la multitud.La música sigue sonando y comienza una nueva pieza

Reí al escuchar eso de huir de su madre y sobretodo al comprender que al parecer todas las familias suelen pedirnos sacrificios. Algunos de ellos mucho mas placenteros que otros. No es que fuese la primera vez que escuchaba sobre los matrimonios de conveniencia, pero nunca habia visto en directo como parecian subastar a una hija en medio de un baile como este.

-Bueno nuestras familias por lo general suelen vernos como instrumentos para un fin el problema es que en el caso de una mujer parece ser que sois mas una moneda de cambio que un instrumento. - dije al tiempo que acompañaba los movimientos del baile de mi pareja. No me habia fijado muy bien en ella antes pero tanto sus movimientos como su aspecto le daban un toque de aristocracia que la hacian muy interesante. Aparte que por sus palabras parecia inteligente, bueno hay que serlo si quieres acabar en la Cromeria y no casada a los 14 años con el hijo de un comerciante de vinos.

-Bueno si quieres podemos darle un motivo para que se asuste un poco... - dije girando con ella al tiempo que acercaba mas su cuerpo al mio en una rapida sucesión de giros al ritmo de la musica y sonriendo a la familia de Sybill en el proceso.

Lo mas probable es que en cuanto sepan mi estatus social huyan como de la peste pensé, pero de momento siempre podiamos disfrutar de un baile donde no importaba de quien eras hijo, al menos no esta noche.

-Bueno digamos que mi familia no es lo suficientemente influyente para aparecer en una fiesta así y si lo hicieran probablemente los arrestarian antes de avanzar mas de 5 metros en el interior de este bello salón.- dije con sinceridad al tiempo que con un encogimiento de hombros continuaba disfrutando de los movimientos y el perfume de mi compañera.

Al tiempo que bailabamos mis ojos se quedaron hipnotizados por la mirada de Sybill por un momento.

Fue entonces cuando me percaté del color de sus ojos,es eso turquesa? Un color muy bello pero que no me dejaba ninguna pista del color que era capaz de trazar.

-Me crié en los muelles, así que aquí me siento como un pez fuera del agua, una suerte que me hayas rescatado tu tambien de una noche aburrida, por cierto bailas muy bien- dije al tiempo que sonreia con tranquilidad.

- El mio es Goss - le contesto sonriente intentando ignorar las marcas en Eda y después de pensarlo prefiero no hacer conjeturas precipitadas sobre el origen de estas aunque no puedo evitar que se me escape una dudosa mirada a Threkor.

Durante esos momentos de duda Eleanor hace una pregunta que realmente me deja algo frío, ¿que sentido tenía preguntar que era luchar en una guerra? Es entonces cuando escucho una voz justo detras mía por lo que no puedo evitar un respingo y por un segundo mi mano casi se dirige hacia mi espada. Por suerte nadie parece darse cuenta y la nueva invitada parece conocer a la joven rubia.

- Mi nombre es Garret y tristemente o podría decir afortunadamente sigo solo en este mundo - me presento mientras tomo su mano y apenas rozo mis labios en su dorso para luego erguirme sonriente mientras escucho su comentario sobre los los veteranos, bastaba con mirarlos para notar que habían visto cosas que nosotros no podíamos ni imaginar aun así tampoco es que me llamen mucho la atención así que contesto gratamente la pregunta de Threkor.- No hay ningún problema pero a cambio espero que tu también compartas los tuyos.- comento con complicidad - Por lo que parece tengo aptitudes para el subrojo.

La sonrisa de la joven al ver a su mentora se convierte en un gesto de sorpresa y exasperación en cuanto ésta abre la boca.

- ¡Mescía, por favor! 

Tras comprobar con una rápida mirada que Garret no se ha molestado por el comentario, observa a los hombres que menciona. Sí, seguramente ambos podrían hablarle más de cómo es la guerra... Podría presentarse más tarde a ellos. A pesar de las palabras inocentes y tranquilizadoras de Threkor, no puede evitar asociarlas al comentario de Mescía, y vuelve a echar un rápido vistazo a Garret, esperando que sólo hayan sido imaginaciones suyas.

- Sí, los entrenamientos son agotadores. - habla para quitarse esos pensamientos de la cabeza - Yo soy más de amarillo.

-Ujum, nada que ver. Los sueños son cosa de suerte creo- respondo restandole importancia al asunto.

Llegó hace no mucho, eso explicaba porque no los había visto antes. 

Asentí cuando Threkor se presentó, lo conocía, pero no a Eda. Así que le besé la mano al tiempo que hacía una inclinación.

-Un gusto- y continue asintiendo a las palabras de Threkor- tambien estoy en la guardia y mi hermano está con los trazadores de combate. 

Me sumí en mis pensamientos al escuchar la pregunta sobre que se sentía combatir. ¿Realmente lo había hecho alguna vez? Claramente no. Medio quemar a tu gemelo no debía de tener nada que ver. Aun recordaba los lugares quemados de Tyrea que no habían sido reconstruidos. Combatir debe ser 100 veces más horrible que el trillador. Combatir debe ser un infierno. 

-¿Umm?- Salí de mí trance y escuche a todos compartiendo sus colores. Miré con atención a Garret. Y algo dentro de mí se hizo un poco más brillante.

-Tambien soy subrojo -digo sonriendo- y este tarado traza todo el espectro cálido hasta el verde. En la guardia ya hemos visto trazar a casi todos, y sabemos sus colores. Te da ventaja en algunas pruebas- miro a Threkor a ver si me seguía- No sé como sea ser trazador de combate, pero es mejor ser precavidos y tratar de conocer los colores de todos. 

 Cuando termino, la panza comienza a gruñirme de forma audible. 

-Lo siento. Olvidé comer antes de venir. ¿Habrá comida por aca?- comento antes de separarme a buscar alguna mesa con aperitivos. 

Sí, exacto -suspiró sin dejar de moverse al son de la música-. Pero no estoy tan mal, mis hermanos mayores me han allanado el camino... Por eso todavía no estoy casada, ni comprometida. Al menos que yo sepa -rió ligeramente.

No supo a qué se refería a lo de darle motivos para asustarse, al menos hasta que él la pegó más a su cuerpo. Sybill abrió los ojos sorprendida y le devolvió la mirada, ruborizándose hasta las orejas. Ahora su rostro iba a conjunto con el vestido rojo. Dirigió una mirada disimulada a sus padres, y luego se separó un poco, imponiendo algo de distancia entre sus cuerpos.

Cuando habló de sus padres, Sybill lo miró con interés renovado. 

¿Son criminales o algo así? -preguntaba con curiosidad y con cierta poca delicadeza, por lo que rápidamente sonrió a modo de disculpa-. Perdona, no quiero ser descortés.

Esperaba no ofender al único posible amigo que le quedaba en la Cromería, bueno, eso sonaba un poco deprimente... pero Edith estaba desaparecida, empezaba a pensar que se había ido. Y el que sí se había ido era Sean. De los amigos que ella había hecho, no quedaba nadie. Anthor seguía en la enfermería. Por suerte estaba Naya, que esperaba germinase la semilla de la amistad que plantó días atrás. Aunque las fijas miradas que le echaba Luther la incomodaban ligeramente, miró hacia otro lado de la sala.

Tú también bailas muy bien, ¿en los muelles enseñan a bailar así? En mi caso la respuesta es mi madre, "Es muy importante que sepas bailar bien, Marie", así que tenía clases de baile tres días a la semana, además de un montón de clases de protocolo y etiqueta más...

Sonrió ante Nabya y su mirada, le recordaba a una de las hembras de su pequeña manada en el bosque, agarró con seguridad a la mujer y dejó que se despidiera de el comandante y Naya. - Espero disfruten del baile tanto o más como yo de tan grata compañia. Sonrió a Puño y a su compañera, esperaba que disfrutase como cuando el corria por el bosque jugando con los demás, su sonrisa se amplió a tener esos recuerdos y miró a Nabya para alejarse de la pareja y prestando atención a lo que decía su nueva acompañante.

Sus mirada se había centrado en Nabya como si fuera lo único que había en todo el mundo, no intentaba intimidarla ni por asomo, solo había levantado su curiosidad cuando le indicó que era otra guerrera de la guardia, Capitana, como el padre de Naya o ¿el iba a ser nuestro Capitan?, no entendía para nada los rangos que se ponian, con lo facil que era ser lider y miembro de manada, que ganas de complicarse las cosas tenian los de ciudad. - Os queda muy bien el vestido, le sonrió sinceramente. -No he visto muchas hembras que sean guerreras y a su vez tenga un tono de piel bonito y un aroma que atraiga mi curiosidad. Mi nombre es Elric, encantado de conoceros. No apartaba sus ojos de los de ella, esperando un ataque al cuello como cuando había luchado con otro lobezno jugando.

Miró a donde la mujer le había llevado, un balcón separados de los demás, le parecía bien así su amiga no tendría clavada la mirada de Nabya mientras baila con Puño y marcaba su terreno, por suerte Kylian le había explicado que en la ciudad no se orinaba encima de las cosas o sitios para dejar claro que eran de su propiedad. - ¿Llevais mucho tiempo en la Cromería?, apenas he estado menos de un mes y sinceramente si no estuvieran los jardines.... dejó las palabras en el aire dejando claro que prefería el verde a la ciudad.

-Hola Therkos,soy ren. Un gusto.

Mi mente se desconeta  temporalmente del ambiente,pienso sobre las palabras de aquella mujer, "¿que se siente combatir ?". Lo mas cercano que he experimentado,es haber insultado a mi hermano,encadenarlo,quemarlo y insultarlo. Aunque dudo seriamente, que en el campo de batalla tenga la ventaja de 1 a 1.

-Lo mas cercano es cuando queme a mi hermano, fue por un entrenamiento.Nos dijiero que trazaramos y yo use el subrojo para hacer una bomba,pero dudo que realmente cuente como experiencia en combate

Luego cada uno empieza a decir cual es su color como si fuera la nueva moda de presentacion, ya hasta mi hermano ya le dijo a todos que trazo varios espectro, con alguno que otro elemento de exageracion ya que el verde esta fuera de mi control.

-No exageres,el verde no lo trazo.

- Estoy deseando que así sea - respondió Naya alzando el mentón ligeramente en respuesta a las palabras de la bella mujer. Intentó sonar amistosa, pero sabía que algo del veneno de los celos que la atravesaban se había traslucido. No tenía ningún derecho a sentirse así pero le daban ganas de arrancarle la cabeza a esa mujer solo por el  mero hecho de coquetear con Puño.

Cuando vio que se alejaban centró sus ojos en él. Su respiración se había acelerado ligeramente por los nervios de esperar su respuesta. Estaba tardando mucho y eso no era buena señal. Quizás no quisiera que su padre los viera juntos o simplemente prefería estar con la otra.

Había escuchado a los demás responder a mi pregunta, así que ersa de recibo que yo me autocontestara y proclamara mis colores.

Veo que no hay mucha variedad entre nosotros, excluyendo a Eleanor. Yo trazo principalmente azul, aunque también soy rojo y subrojo.

Me inclino hacia Ren.

Un placer también hablar contigo. Creo que aun no habíamos cruzado palabras más de las necesarias en una clase.

Mientras Luther y tú dais vueltas por el salón ves que Puño Trémulo te observa con fijeza hasta que cruzáis la mirada y el hombre te hace un escueto gesto de saludo antes de que una atractiva mujer se le acerque y le invite a bailar,algo a lo que el hombre parece acceder puesto que ofrece el brazo a la mujer y ambos se mezclan entre las parejas que danzáis, cruzándose de vez en cuando contigo y clavando su mirada en ti en cada ocasión

Una nueva melodía comienza a sonar y nuevas parejas se añaden a la pista de baile.

En un rincón Eda enrojece ante unas palabras de THrekor aunque termina sonriendo y asintiendo mientras le coge la mano y mira al resto del grupo

Mescía se ríe ante la exclamación de Eleanor mientras se inclina ligeramente a modo de disculpa aunque el brillo travieso no abandona sus ojos en ningún momento

Los criados se mueven sigilosamente entre la gente ofreciendo en bandejas de plata deliciosos canapés y bebidas,muchas de las cuales debido a vuestra corta edad no habíais probado.Por fin sois adultos y aquello lo demuestra aunque en aquel lugar seáis simples estudiantes,pero unos estudiantes peculiares cuyo poder puede cambiar el destino del mundo

Más o menos a media noche tanto el Prisma como la Blanca se retiran discretamente,ambos seguidos por su pequeño séquito de Guardias Negros.Aquello hace que el ambiente parezca relajarse ligeramente pues incluso algunos de los nobles comienzan a reír más fuerte y a bailar de modo menos recatado y muchos de los estudiantes están visiblemente ebrios aunque ningún magíster parece sorprenderse y mucho menos molestarse por aquel hecho.Es una noche en la que todos sois libres de divertiros de la mejor forma que sepáis

Flit captó alguna mirada de curiosidad entre alguna de las jovencitas de la sala que le señalaban con disimulo y se reían de su vestimenta. La vergüenza tiñó sus mejillas y un imperioso deseo de marcharse y correr se apoderó de él y empezó a recular en su rincón hacia la puerta, un paso, dos y entonces se detuvo. Podía ser que fuera su última noche en la cromería, podía ser que fuera la última noche divertida, incluso podía ser su última noche si su amo lo reclamaba así que iba a dejarse abochornar por las miradas y las risas de hijas de noble que lo más difícil que habían tenido que afrontar en la vida era decidir el color que combinaba mejor en su vestidos.

Con paso decidido Flit se acercó a la zona de la bebida y cogió un cuerno de hidromiel. Tenía que hacer dos cosas, y después de eso ya podría estar en paz consigo mismo. Lo primero era buscar a Liandra y desde fuera de la pista empezó a girar en su búsqueda sin importarle las miradas reprobadoras ni las risitas entre dientes. Era esclavo, era pobre, pero eso no le iba a avergonzar más, al menos durante esa noche.

Según voy pasando el tiempo con el nuevo grupo de conocidos en conversaciones banales sobre lo que nos esperaba en la Cromería y lo que podríamos llegar a conseguir pasado un tiempo me empiezo a relajar de verdad llegando incluso a divertirme; especialmente con la mentora de Eleanor, Mescia. La verdad que su carácter divertido y directo me estaba encandilando por no decir que su hermosura estaba a la par de su humor. Así que con el cambio de música aprovecho:

- Ya que llevas más tiempo por la Cromería que yo, ¿me concederías el honor y placer de conocer los bailes que se llevan aquí? - le pregunto mientras me inclino ofreciéndole mi brazo para que me acompañe a la pista.

Sonreí cuando mi pareja de baile volvió a tomar distancia tras mi improvisada broma para violentar a sus padres. Esperaba que no se hubiese enfadado por mi atrevimiento. Pero de todas formas el baile invitaba a cambiar las distancias como en un extraño combate de esgrima en el que tanto las palabras como los gestos iban acercandonos y alejandonos al son de la melodia.

-Bueno la realidad es que no conocí a mis padres naturales, mi adopción fue una suerte y mi nueva familia se encargo de enseñarme todo lo necesario para poderme valer por mi mismo. Digamos que son comerciantes y pueden conseguir cualquier cosa que uno desee o necesite- dije guiñandole el ojo mientras con mi cintura seguia el ritmo y la guiaba con mis gestos y mi mano izquierda por la pista de baile. No tenía ningun tipo de problema de hablar sobre estas cosas y su falta de tacto me resulto fresca y reconfortante, por mi naturaleza odio los eufemismos.

-Tanto las normas, como las leyes a veces chocan contra la voluntad y los deseos- dije pensando en la cantidad de cosas que habia llegado a ver en mi vida y lo lejos que estaba ahora de ellos. Aunque claro la nobleza no era sinonimo de honradez, solo de mayor facilidad para saltarse las normas.

La joven que tenia delante parecía inteligente así que estoy seguro que habria entendido todo lo implicito en la palabra "comerciante"

-Bueno el baile es importante, es muy parecido a la esgrima y fue parte de mi educación. Ademas siempre permite poder conocer chicas interesantes y de paso violentar un poco a la nobleza local. Estoy seguro que algunos me miraran con envidia por bailar con una belleza como vos que tan lejos se encuentra de mi estrato social. Aqui en la Cromeria somos todos simplemente estudiantes y eso me parece reconfortante pues me da la posibilidad de conocer mejor a la gente.- dije sin parar de sonreir mientras con mi cabeza iba siguiendo el ritmo de la musica esperando el momento de un nuevo giro para encaminarnos hacia otra zona de la pista sin chocar con ninguno de los presentes.

Volví a fijarme en su iris buscando las marcas de los colores de su trazo para al menos así entender algo mejor la forma de ser de la joven. En clase habian dicho poco aun de como el color afecta a la personalidad, pero me iba haciendo idea de como la gente que trazaba algunos colores tenían los mismos intereses y reacciones. Virtud y vicio siempre estan presentes en nosotros.

-No te he visto en la guardia negra, eres trazadora de combate?- dije con especial curiosidad al tiempo que volvia a esquivar a otra pareja que bailaba cerca nuestro. Esto comenzaba a parecer un puerto lleno de barcos intentando buscar atraque.

La joven pasa la mayor parte de la noche en compañía de sus nuevos aliados de la Cromería, comportándose como lo solía hacer en las fiestas de su padre: bebiendo lo necesario, no comiendo demasiado, y siempre manteniendo las formas. Aunque viendo cómo cambia el ambiente en cuanto se va el Prisma, empieza a entender que no es una fiesta tan formal como la pensaba. Incluso Garret, quien había aparecido en unas circunstancias parecidas a las suyas, decide salir a la pista. 

No muy acostumbrada a las multitudes, y después de ver que su mentora va a estar entretenida un rato, Eleanor decide buscar algún sitio en el que tomar el aire, algo más alejada de la fiesta y de los cada vez más alegres invitados.

Voy tomando varios aperitivos que van pasando los criados. Alguno que otro tuve la intensión de guardarlo en mis bolsillos. La mala costumbre. Pero pude resistir la tentación al final. Cuando volvi a donde estaban mis nuevos compañeros vi que Eleanor y Garret no estaban. 

-Hola chicos- saludé de vuelta a mí hermano y Threkor, buscando a Garret y Eleanor con la mirada. 

Vi a un lago a Garret bailando, pero a Eleanor no la veía. 

-¿Que le ha pasado a la chica, la han aburrido?

Despues de unos segundos, pensé que yo también me estaba aburriendo. Pero no me iria mientras hubiera comida, asi que pensé en algo para divertirme.

-¿Quieres bailar Ren? Haremos que mucha gente se voltee a vernos -no pude evitar reirme- enseñemos como bailan los Tyreanos.  

La repentina llegada de Naya y de Elric provocan que cese mi baile y me detenga un momento a ver qué le pasa a la pareja, que parece no querer seguir bailando.

Sin embargo enseguida puedo ver lo que ocurre, un movimiento rápido que mi acompañante ni se ha molestado en evitar. Una leve sonrisa, conteniendo una risa. Asiento a mi compañera cuando se marcha y entonces mis ojos se clavan en Naya. Una sonrisa en mis labios, sin mucha necesidad de hablar. Avanzo un paso y me acerco a ella, tomando su cintura y juntando nuestras caderas de modo que nuestras piernas queden un poco entrelazadas.

Pero la música cambia y entonces se deja llevar por el nuevo ritmo. Desde luego no hay ni un sólo gesto de preocupación en mis movimientos que son bastante más relajados de lo que habitúan a ser. Busco con la mirada al Prisma cuando se marcha para inclinar mi cabeza en gesto de despedida.

Diría que este cambio ya es un segundo baile.

Tiento a Naya, preguntándome por su reacción, viendo cómo mi compañera no parece que tenga tampoco mucho ánimo de venir. Espero que se lo esté pasando bien.