Partida Rol por web

La Guerra de los Padres

I - La primera mañana

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17/06/2014, 21:05
Director

La historia de Jace hasta ahora...

Jace llevaba despierto desde el atardecer del día anterior, como guardia de Forbrag, su labor era proteger a sus habitantes y vigilar la empalizada. Había montado guardia toda la noche y el esfuerzo de mantener los ojos abiertos y el oido atento le habían dejado agotado. Además, el relevo, los tres tarugos como Jace llamaba en su fuero interno a Dargoh y a sus compinches Tulius y Marrun, llegaba tarde.

Las noches, ahora que entraba el otoño se volvían frías y Jace pateaba el suelo en el sitio cuando llegó el relevo, pero no los tres estúpidos que esperaba, sino Martin Justicar el jefe de los guardias y el superior de Jace. Sin embargo, en lugar de mandarle para casa, le dijo - el conde Orbert quiere que vayas a buscar a su hermano - cuando Jace ya se encaminaba hacia la casa de los Wits maldiciendo los minutos que el encargo le harían retrasar su sueño, Martin añadió - y luego ve a casa del conde, hoy quiero a media guardia allí - Jace casi no podía creer su mala suerte y entre bostezos y deseando poder abrigarse porque las partes metálicas de la armadura le helaban la piel, se dirigió a casa de Hobbard, jefe de leñadores y hermano mayor del conde.

Cuando llegó, se limitó a llamar a la puerta y casi sin esperar respuesta entró en la sala, donde Hobbard y su hijo daban buena cuenta del desayuno. Jace apenas dió un paso en la casa y dijo con voz cansada - tu hermano quiere verte. Sin esperar la respuesta, se dió la vuelta y se marchó.

Tal y como le había ordenado Martin Justicar, se dirigió a casa del conde Orbert. Ésta era la mayor del pueblo, eso permitía que sirviera como vivienda a éste y a su familia, pero también como sala de reuniones del consejo, sala de audiencia e incluso alguna vez, como sala de banquetes.

La puerta no estaba atrancada y bastó con empujarla para que se abriera. La pequeña antesala da paso al salón, donde se encontraba el conde, sentado en su trono, un antiguo asiento de ancho respaldo y grandes reposabrazos, de gastada tapicería. Junto a él, su hijo Kal y un extranjero vestido con armadura de láminas al que Jace había visto entrar en la aldea justo tras el crepúsculo. Jace se había enterado de que se trataba de un enviado del rey Warden, señor feudal del conde Orbert y gobernante de Estei Rison, al sur.

Flanqueaban la sala y al conde varios de los guardias a los que Jace dirigió un cansado cabeceo en señal de saludo.

El guardia se dirigió a un lugar detrás del trono, allí, el conde no le vería la cara ojerosa, ni los bostezos. Medio dormido, aunque de pié, Jace vió como fueron llegando a la sala los ancianos, incluyendo a Averment, el guardián de la historia y lector del Libro de los Nombres. Después llegó uno de los cazadores, uno de los dos hijos de Sido (un refugiado y hombre de dudosa reputación) que se cruzó con el extranjero que salía de la casa en ese momento. El cazador se limitó a sentarse junto a una pared sobre un barril. Después otro de los ancianos, Lana Culprits, prima de Averment y curandera de la aldea, acompañada de su nieto, un joven algo inocente que le hacía de aprendriz.

Un momento después se había quedado dormido y no pudo ver como entraban en la sala Ursu, un individuo algo bobo al que cuidaba su tio Morcai mientras que su padre, Yolan, parecía no poder ni ver. Su hermano no era otro que Dargoh, el cabecilla de los tarugos. Igual de bobo que Ursu pero con mucho peor genio, hubiera pensado Jace de haber estado despierto. Tampoco se enteró de la entrada de los Wits, Hobbard, jefe de leñadores y su hijo Iunus, ni del seco diálogo entre los dos hermanos, Orbert y Hobbard.

El codazo de uno de sus compañeros lo despertó justo a tiempo para ver como el cazador, Ursu el gigantón y los leñadores salían de la sala seguidos de un, algo dubitativo Velocatus, el aprendiz de la curandera - protege a ese - le susurró el otro guardia señalando al muchacho. Jace se limitó a asentir somnoliento y siguió a los otros fuera de la casa.

Por lo visto salían de la aldea. Parece que Jace tardaría en poder echarse en su cama.

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17/06/2014, 21:28
Director

El conde Orbert retomó la palabra y continuó - como he dicho partireís de inmediato, haré que preparen el carro mientras recogeís vuestras herramientas - dicho esto, se dió cuenta de que Normoh ya llevaba su arco, sus flechas y su equipo de caza y los leñadores ya cargaban con sus hachas. Ursu por su parte parecía haber venido cargado con todas sus posesiones como hacía siempre.

- Daos prisa, hace tiempo que ya ha amanecido y teneís mucho camino por delante - dicho esto, el conde se levantó de su trono como para dar pié a que ellos salieran de la sala. Viendo que alguno de ellos se hacía el remolón el conde le indicó a su hijo Kal que les echara una mano con los preparativos.

Uno de los guardias le dió un codazo a Jace, que recostado contra la pared se había quedado dormido. Éste apenas contuvo un sonoro bostezo y salió en pos de los demás frotándose los ojos. Los elegidos para la expedición salieron de la casa del conde dispuestos a ocuparse rapidamente de sus asuntos antes de dejar el pueblo durante más tiempo del que cualquiera de ellos hubiera estado (salvo quizás Ursu, que nunca estaba demasiado claro donde pasaba las noches).

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18/06/2014, 16:17
Normoh

Normoh suspira, mirando con poco ánimo a sus aparentemente dispersos compañeros de viaje. Se encoje de hombros, escupe en el suelo y se va a su casa, en busca de las pocas pertenencias que puedan hacerle falta. Se despide de su madre. Su hermano le da un cariñoso puñetazo en las costillas, y su padre lo insulta afectuosamente. Unos cuantos cariñosos puñetazos más tarde, se dirige a la puerta del poblado, donde ya aguarda el carro. Está listo para partir.

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18/06/2014, 18:15
Ursu

Ursu ha dirigido sus pasos a la casa de su tío Morcai, con una excitación evidente y algo inusual en él, que habitualmente es un bruto sereno y ensimismado. En la puerta de su hogar, se encuentra con Morcai, que le dedica una amplia sonrisa.

Seguro que traes una noticia inesperada, osezno -dice Morcai, que siempre le dedica con cariño ese nombre, "osezno".

- Tío Morcai, Ursu va a ir al Este, a las montañas, para ayudar a recoger madera -responde Ursu, con un visible esfuerzo para evitar que las palabras se le atropellen. Ursu parece no darse cuenta del estremecimiento que sacude a su pariente-. Tío Morcai, Ursu viene a pedir tu bendición y a despedirse. Ursu espera volver entero.

- Eso espera tu tío, muchacho. Y celebraré tu regreso con unos cuantos conejos asados que capture en el bosque. Ten mucho cuidado allí, permanece al lado de tus compañeros, demuéstrales que eres esforzado y valiente.

Así se despide Morcai de su sobrino Ursu, coronando sus palabras con un fuerte abrazo, en el que todavía queda algo del escalofrío que recorrió su cuerpo al escuchar el lugar hacia el que se dirige su sobrino.

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19/06/2014, 22:59
Director

Notas de juego

En este momento podeís decidir qué llevareís con vosotros y qué dejareís en la aldea. Así como si quereís buscar a alguien en particular de la aldea, hablar con él/ella, pedir consejo, escribir unas últimas voluntades (los que sabeís escribir, los que no, hareís unos dibujos), pedir/comprar equipo... En cualquier caso serán acciones (relativamente) breves pues Orbert espera que salgaís rapidamente.

 

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21/06/2014, 20:46
Normoh
Sólo para el director

Hola tío, cómo va?

Pues me llevo lo que tengo en mi equipo, claro. Todo. Y comida (unos panes secos con higos, o esa especie de tortilla seca especiada tan típica de nuestro pueblucho) para unos pocos días, tres o así; salvo que nos la proporcionen los organizadores del evento...

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22/06/2014, 15:27
Hobbard "Hobb" Wits
Sólo para el director

Notas de juego

Sacame de una duda, Jefe. ¿Hoy era un día típico de ir a buscar leña al bosquecillo con la partida regular de leñadores?

Pregunto porque, en ese caso, solo tendría que ir hasta el punto de reunión para encontrar a todo el plantel y comentarle las novedades. Si no fuera así, supongo que debería ir casa por casa a buscar uno por uno.

Todo ello considerando que la partida de leñadores irá al completo, claro. Tú dime si no es así.

Otra cosa. Imagino que cualquier mano extra vendría bien. Por lo tanto... ¿puede haber en mente de Hobbard algún otro suejto que sea digno de incorporar a la partida? Estoy pensando en ex-leñadores retirados, que ya no forman parte de las partidas regulares, pero que podrían hacer un último esfuerzo por el bien de todos. O quizás jovenes que hayan querido ingresar en los últimos tiempos pero que Hobbard y los demás no lo hubieren considerado del todo aptos.

Por último, perdón por la desaparición. Todavía sufro los coletazos de la última inspección. Es lo que tiene meter tanta basura debajo de la alfombra. Llega el tiempo de sacarla o no se puede ni caminar, jeje.

EDITADO:

En el primer post pusiste que despues de hablar con Orbert iríamos "directo al taller a trabajar". En ese caso, la pregunta sería ¿todos los que conforman las partidas regulares de leñadores suelen encontrarse trabajando en el mismo taller? ¿O se juntan para ir a buscar leña al bosquecillo y después cada uno tiene su trabajo? La idea es la misma. Es para ver si tenemos que reclutarlos uno por uno o buscarlos en algún punto común de reunión.

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22/06/2014, 16:14
Hobbard "Hobb" Wits

El veterano leñador observó el resto de la improvisada asamblea sin pronunciar una sola palabra, pero manteniendo el gesto fruncido y la mirada torva y cargada de preocupación que lo había acompañado desde que pusiera un pie en aquel salón repleto de caras desconocidas.

Era evidente que al circunspecto personaje no le agradaba nada de lo que acababa de ocurrir. Desde la misteriosa exigencia del rey, hasta la apurada conformación de la partida que debería cumplir con el encargo. Si hubiera sido por él, bien se habría dedicado toda la semana a planificar la expedición. Y quizás todo un mes a considerarla siquiera.

Por fortuna, no era él quien estaba al mando.

Pues solo una cosa le impedía expresar abiertamente su descontento. Y era que, por lo general, su hermano Orbert solía tomar buenas decisiones. Y que, aunque pocas veces lo confesaba, siempre se guardaba una carta bajo la manga.

De modo que, cuando ya la mayoría de los presentes comenzó a abandonar el salón, se encaminó hacia la posición de su hermano, con una media sonrisa en el rostro, entre resignado y divertido.

- Ve y reúne a los muchachos. – le indicó a su hijo antes de apartarse para conferenciar con Orbert. – Diles que se preparen para estar varios días fuera. Quizás una semana o dos. Y diles que será peligroso…

Notas de juego

Por cierto Jefe, nunca nos pusimos de acuerdo respecto de la madre de Iunus (o sea, mi querida esposa). ¿Vive?

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22/06/2014, 16:33
Velocatus de los Culprit

Velocatus esperó a que Hobbard terminara de hablar con su hijo, y entonces se dirigió hacia él. Al fin y al cabo era el mayor de la expedición: —Señor. Iré a casa a por mis cosas un momento a por unas cosas. Volveré lo antes posible.—

Antes de marchar a casa se acercó a los asientos donde se esperaba su abuela con el resto de ancianos: —Abuela, ahora vengo. No re preocupes. Sabes que no marcharé sin despedirme.—

Sin más dilación, se dirigió al arco de la puerta principal y desapareció por él.

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22/06/2014, 16:42
Velocatus de los Culprit

Velocatus llegó a casa en un santiamén, y empezó a meter en su mochila todo lo que solía usar para recoger hierbas (su necesario cuchillo incluido). Papeles y tinta por si encontraba alguna planta nueva, para dibujarla o anotar sus efectos.

También se fue al armarito donde desde hace mucho aguardaba el peto de cuero que en su tiempo solicitara confeccionar al viejo Ozzard el curtidor, y que no había necesitado usar desde entonces. Ponérselo le produjo una extraña sensación, pero le sentaba bien. No había malos artesanos en aquél pueblo.

Un par de cosas más y estaría listo. Pensó que quizás haría falta pasar por el almacén, para solicitar comida para varios dias. Salió de la cabaña en esa dirección.

Notas de juego

A ver. Si no lo proporciona el pueblo, la idea es comprar raciones para varios días.

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23/06/2014, 19:39
Director

Respuestas del Máster:

¿Hoy era un día típico de ir a buscar leña al bosquecillo con la partida regular de leñadores?

Sí y no.

Sí: hasta el aviso de Orbert este iba a ser un día normal. Nadie podía presagiar lo que pasaría... bueno Orbert sí.

No: hoy tocaba taller, de ahí la frase de Hobbard a su hijo. Tengamos en cuenta que la parte de cortar árboles es sólo una parte (la menor) del trabajo de los leñadores en el pueblo, gran parte de los días se emplean en debrozar esa madera, serrarla, lijarla y sacar de ella herramientas, muebles, tablas y demás objetos útiles. Ergo, hoy no era el día en que Hobbard planeaba salir a talar. Aunque otros leñadores sí que iban a hacerlo (imáginate que hubiera algo así como turnos rotatorios).

solo tendría que ir hasta el punto de reunión para encontrar a todo el plantel

En principio bastaría con ir a la puerta de Forbrag y esperar a que salgan los leñadores cargados con sus herramientas y sus carros de dos ruedas en dirección al bosquecillo. No obstante, recordemos que Hobbard y su hijo se han quedado dormidos esta mañana y además luego han tenido que reunirse y discutir con Orbert, los leñadores ya habrán salido hace tiempo.

Todo ello considerando que la partida de leñadores irá al completo, claro. Tú dime si no es así.

Si así fuera Orbert lo habría dicho ¿no? aunque podrías interpretarlo libremente si quieres, tampoco ha sido textual en contra, no obstante, supondría que una buena parte de los hombres jóvenes y capaces abandonaría la aldea (entre los "elegidos" y los demás leñadores ¿sería eso peligroso para Forbrag? amén del problema logístico de alimentar/dar de beber a tanta gente (este último consejo ha sido gratis, no volverá a pasar)    =)

Estoy pensando en ex-leñadores retirados

Pocos se jubilan en este mundo, bien porque no llegan, bien porque la aldea no puede alimentar inútiles (al menos no a muchos)   =)

Quizás una semana o dos. Y diles que será peligroso…

Te has pasado. Sí, será peligroso, pero "una semana o dos"... sería un suicidio y punto. Dejémoslo en que los exploradores en ocasiones pasan una o dos noches fuera de la aldea, nadie de Forbarg ha estado fuera dos semanas (y vuelto). Pero bueno, siempre hay una primera vez.

Por cierto Jefe, nunca nos pusimos de acuerdo respecto de la madre de Iunus (o sea, mi querida esposa). ¿Vive?

Pues lo dejo a tu criterio... hasta ahora no ha aparecido y sería raro que no hubiera despertado a su marido e hijo y que no hubiera desayunado con ellos pero... siempre podemos decir que es una trabajadora incansable que como su marido piensa en su deber para con la comunidad y que se ha levantado muy pronto (como siempre) para alimentar a las gallinas del pueblo y atender el pequeño huerto. Dicho y hecho, así será, pobre Iunus que sería huérfano de madre si no hiciéramos así. Te presento a tu querida esposa: Affida Wits.

Notas de juego

 

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23/06/2014, 21:34
Director

Cuando Orbert les despidió de su casa, el variopinto grupo se apresuró a arreglar sus asuntos antes de partir.

Velocatus se despidió de su abuela y salió virtualmente corriendo hacia la casa que compartía con ella, en apenas 15 minutos se encontraba boqueando en la entrada del pueblo, se había puesto un peto de cuero que a todas luces no conseguía llenar por completo y que parecía pensado para alguien con mayor masa muscular. Un zurrón que no parecía pesar nada colgaba de su costado. Esperaba haberlo llenado con comida, pero al volver a la casa del conde Orbert, que hacía las veces de almacén, un guardia le había impedido hacerlo.

Esperaba junto a la puerta, a tiempo de ver como dos de los guardias empujaban un carro bajo de cuatro ruedas de los que había varios en la aldea, pero que apenas se empleaban por su peso y escasa maniobrabilidad. Las ruedas de madera llegaban a la cintura de un hombre adulto y el suelo del carro apenas superaba esa altura. Carecía de paredes laterales o traseras y sólo unas tablas delante de los dos asientos delanteros impedían que aquellos sentados se llenaran del barro del camino que los caballos de tiro echaban hacia atrás al caminar.

Velocatus, un muchacho de natural curioso y que en aquel momento estaba apunto de explotar por el nerviosismo no pudo evitar echar un vistazo a lagran bolsa de lona que había en el carro. Dentro había tiras de carne ahumada, huevos, algo de fruta y unas cuantas aves ya desplumadas. Junto a la bolsa había dos hachas con cabeza de bajo metal, una de menor tamaño y otra que debía ser empleada con ambas manos, junto a ellas una gran sierra para dos hombres.

El guardia que Orbert había señalado para su protección estaba no muy lejos, tenía la espalda apoyada contra el muro y los ojos cerrados. Tenía puesta la armadura que apenas parecía impedirle dormir y sus armas se encontraban junto a él. Cuando el carro se detuvo a pocos pasos de él, entreabrió uno de los ojos, miró el carro y lo volvió a cerrar.

Ursu se había marchado de la casa de Orbert a toda prisa en dirección a la casa de su tío Morcai. Volvió cargando con todas sus cosas tal y como se había marchado. Se limitó a quedarse plantado junto al carro sin saber bien qué hacer, balanceándose alternativamente sobre uno un otro pie, hasta que vió aparecer a una de las mujeres trayendo a Bill de las riendas. Ursu, salió corriendo hacia ella, que no pudo evitar dar un paso hacia atrás temorizada. El gigantón tomó de sus manos las riendas, acarició a Bill entre las orejas y lo condujo junto al carro, sin dejar de susurrarle cosas que los demás no pudieron oir.

Normoh, por su parte, había vuelto a casa a despedirse de su padre Sido, su hermano y su madre. Recogió sus escasas pertenencias y cuando llegó a la puerta, los demás, con excepción de los Wits, ya estaban allí.

Los últimos en llegar fueron el jefe de leñadores y su hijo. El joven Iunus había salido corriendo de la casa del conde en dirección al taller de carpintería. Una vez allí no supo muy bien que hacer, total, allí no había nadie, los demás leñadores ya habían partido en dirección al bosquecillo arrastrando sus carros de dos ruedas. Así que se acercó al huerto, se despidió de su madre, Affida, que cuidaba allí del huerto, tras ello volvió a casa cogió todas sus cosas y las de su padre y volvió corriendo junto al carro. Hobbard por su parte había sido el último en salir de la casa pues se había quedado para hablar con su hermano.

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23/06/2014, 21:44
Director

Hobbard, si quieres hablar algo en particular con Orbert, dímelo.

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23/06/2014, 21:47
Director

Como no has publicado nada, te PNJtizo brevemente.

Una nota, con respecto a la actividad de trabajo prevista para Hobbard e Iunus, hoy tocaba trabajo en el taller, de ahí la frase de Hobbard a su hijo antes de salir de casa. Tengamos en cuenta que la parte de cortar árboles es sólo una parte (la menor) del trabajo de los leñadores en el pueblo, gran parte de los días se emplean en debrozar esa madera, serrarla, lijarla y sacar de ella herramientas, muebles, tablas y demás objetos útiles. Ergo, hoy no era el día en que Hobbard o Iunus planeaban salir a talar. Aunque otros leñadores sí que iban a hacerlo (imáginate que hubiera algo así como turnos rotatorios). Respeto a reunirse con otros leñadores, en principio bastaría con ir a la puerta de Forbrag y esperar a que salgan los leñadores cargados con sus herramientas y sus carros de dos ruedas en dirección al bosquecillo. No obstante, recordemos que Hobbard y su hijo se han quedado dormidos esta mañana y además luego han tenido que reunirse y discutir con Orbert, los leñadores ya han salido hace tiempo.

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23/06/2014, 21:53
Director

Buena idea lo de recoger algo del almacén. Sin embargo, como ya habrás leído, Orbert ya ha previsto lo del alimento o al menos cree haberlo hecho adecuadamente.

No obstante si quieres tomar algo extra de casa, dímelo ahora y lo valoramos. Considero (salvo que me digas lo contrario) que llevas encima todo lo que adquiriste al hacer el PJ ¿ok?

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23/06/2014, 21:58
Director

Al llegar a casa, su madre miró a Normoh con ojos entristecidos. Sin embargo no dijo nada, se limitó a bajar la vista mientras recogía todas las provisiones que había por la casa, las metió en una bolsa de tela y se las entregó a su hijo, le dió un beso en una mejilla y justo después un fuerte cachete en la otra.

Fruto de los hurtos de la familia de Sido, Normoh contará con tres comidas extra en raciones de viajes (equivalentes a un día de comida).

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23/06/2014, 22:36
Iunus Wits

Notas de juego

Muchas gracias, sinceramente estoy un poco fuera de juego, en una ambientación que hemos roleado tan poco, tenía al personaje en medio de un cuadro en blanco, sin saber que hacer, me he quedado bloqueado al tener tanta libertad.

Respuesta del máster: No te preocupes, esto no deja de ser la introducción o el "gancho" para la aventura. Ya habrá más opciones para interactuar. Ante al duda, siéntete libre. Por cierto si quieres tomar algo extra del taller o de casa, dímelo ahora y lo vemos. Considero (salvo que me digas lo contrario) que llevas encima todo lo que adquiriste al hacer el PJ ¿ok?

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24/06/2014, 04:32
Hobbard "Hobb" Wits
Sólo para el director

Notas de juego

Pues si, tenía un par de cosas para comentar con Orbert. Principalmente cuestiones de suministros. Imagino que no todos cuentan así de golpe con raciones y agua para el viaje, y aunque lo tuvieran, imagino que lo más justo es que el pueblo corra con esos gastos. También quisiera hablar un poco sobre los miembros de la partida. Tanto sobre el número (pues necesitaré más hombres de los que vi en esa reunión para hacer el trabajo), como por algunas cuestiones referentes a los desconocidos.

En definitiva, supongo que sería una charla algo extensa, al menos en términos de Umbría.

Pero como veo que ya estás para pasar a la siguiente escena, tampoco quiero retrasarte. Podemos comentarlo así en off o armar una escena paralela (quizás con mensajes solo para el Director) donde se definen esas cuestiones. Vos decime.

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26/06/2014, 10:15
Director

Cuando los demás salieron de la casa de Orbert, Hobbard se quedó para hablaro con su hermano, le hubiera gustado que fuera una cuestión privada, pero aunque Kal, el hijo del conde y algunos guardias habían salido a preparar el carro, con Orbert quedaban aún los ancianos.

Cuando Hobbard le expuso su dudas sobre suministros, el conde se limitó a responderle que ya habían tenido en cuenta la necesidad de agua y comida y que habían previsto raciones para todos los miembros de la expedición, que Kal se ocuparía de que todo estuviera listo.

Sin embargo cuando Hobbard cuestionó el tamaño de la partida Orbert frunció el entrecejo y negó con la cabeza. El conde explicó que emplearía a los demás leñadores para ir trabajando la madera de la que ya disponía el pueblo en ese momento. Quizás no lo expresó en voz alta, pero a Hobbard le pareció que Orbert no estaba dispuesto a arriesgar a todos sus leñadores en una misma jugada.

Cuando el jefe de los leñadores se disponía a partir, Lana Culprits, una de las ancianas del consejo y la curandera del pueblo se le acercó y le dijo en voz baja y cariñosa - tranquilo, todo saldrá bien - y añadió - cuida del pequeño Velocatus, es un buen chico. Dicho esto, le dió un cariñoso abrazo y se despidió de él.

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26/06/2014, 21:45
Director

Los hombres que montaban guardia junto a la puerta se dispusieron a moverla para permitir el paso del carro. Uno de los guardias, Dargoh miraba a los expedicionarios con los brazos cruzados sobre el pecho, parecía sonreir de forma siniestra pero si pensaba algo, se lo guardó para sí.

Kal, el heredero de Orbert dirigía la apertura de la puerta y miraba una y otra vez, como revisando con la vista el carro, la bolsa de provisiones sobre éste, el caballo y sus arreos y quizás, lo que más, que todos los elegidos por su padre se encontraran allí equipados para partir. Su padre le había indicado que actuara con celeridad y eso parecía dispuesto a hacer.

Dado que iban hacia el este, la primera parada lógica sería el bosquecillo donde alguno de los leñadores de Forbrag seguramente se encontrarían como hacían a diario. No serían más que unas horas como los Wits sabían bien.

Notas de juego

La caravana está a punto de partir, os dejo un par de días por si alguien quiere postear alguna idea antes de salir de la aldea pues es posible que tardeís en volver (o puede que no, que no os sorprenda si es así). Además si que me gustaría que me describieraís vuestra disposición en la caravana. Es decir, quién va delante, detrás, en la parte "trasera" carro, quien dirigiendo a Bill por la brida a pie o bien mediante las rienda desde los asientos del carro. Si alguien se distanciará para explorar, para vigilar un flanco, la retaguardia, para cazar/poner trampas... Si quereís ir junto a alguien (o alejado de alguien)... Y... como llevaís el equipo, si las armas van empuñadas, enfundadas, si la armadura va puesta, en una bolsa, atada a la espalda o en el carro...

Eso sí, usad el sentido común. En teoría vais a estar andando un rato.