Partida Rol por web

No tienes ninguna razón para dudar de él, sus movimientos, sus gestos, su voz... Todo parece sincero. Incluso por debajo de la paz que parece desprender, atisbas el verdadero miedo que ha pasado al enfrentarse a los lobos.

No tienes ninguna razón para dudar de él, sus movimientos, sus gestos, su voz... Todo parece sincero. Incluso por debajo de la paz que parece desprender, atisbas el verdadero miedo que ha pasado al enfrentarse a los lobos.

Ante las palabras de Natsuki sus ojos se abren desmesuradamente llenos de terror.

-¡¿Cuando decís su hogar os referís a Kyuden Senaka?! Aquello es una trampa mortal, fue tomado por los hombres del dragón de cabeza ovalada hace media semana. ¡¡¡Debemos impedirlo!!!

Echo una ojeada por los alrededores aun permaneciendo alerta. Espero a que el monje hable con el Ide, de lo que he visto, es el más talentoso de los presentes en cuanto a cortesía y etiqueta.

Algo me preocupa al escuchar lo que el monje dice, con un tono de voz teñido de pánico y preocupación por el joven Keiji-sama.

¿Hombres del dragón de cabeza ovalada? explícate monje. - le exijo, intranquilo por las nuevas noticias sobre la fortaleza del daimyo.

 Si aquello es una trampa tenemos que llegar rápido, no creo que nos lleven mucho tiempo adelantado. Podría ser cruzial. Ide-san usted posee una magnífica montura Unicornio. Seguro que recupera lo que hayamos perdido rápidamente, creo que sería la mejor opción, no creo que haya problema si sigue el rastro de nuestros compañeros. Nosotros dos supongo que lo mejor es cubrir al monje mientras vamos detrás suyo.

La mente sel Seppun viaja a toda velocidad, ahora se lamenta de no haber acompañado a Keiji-sama.

Si lo ocurriera algo sería el responsable.

¿Que opináis?

Esperad a que nos responda. - les detengo - No hará ningún bien ir en pos de Keiiji-sama sin averiguar lo que podamos de lo que sucede. Las prisas nunca son buenas compañeras, y mucho menos para el combate.

Miro al monje - Explícate de una vez. - le vuelvo a exigir en un tono imperativo. No podemos planear cómo actúar si no conocemos los detalles. ¿en manos de quién cayó el kyuden?

-¿Acaso no sois la ayuda que tenía que venir de Yasamura con Keiji-sama para investigar los ataques de los dragón de cabeza ovalada? Al principio pensamos que eran simples bandidos bien organizados, pero ya casi parece más un ejército entrenado. Tomaron Kyuden Senaka hace cuatro días, si como decís el joven señor se dirige hacia allí, corre un grave peligro.

Sin duda el tono de voz del monje es de premura y exasperación por las preguntas.

Bueno con esto no queda duda, se diriguen a un fin incierto y probablemente funesto. Si nos damos prisa, podremos hacer algo, si no lo dudo mucho.

Tras esto mira a Natsuki-san esperando una respuesta, aprobación o condenación del plan, y mira a Ikoma para confirmar saber si ahora sí le parece oportuno.

Natsuki asiente y se gira para mirar en la dirección que hace no mucho rato se marcharon sus compañeros. -Vamos. Monje, tú nos guias, con alguien que conozca la zona, nos moveremos más rápido.-

Sabiendo que no puedo conseguir nada más que esa pobre explicación del Monje, asiento a las palabras del Ide. - Tendremos que ir lo más rápido posible si queremos alertar  a nuestros compañeros.

Al tener mi percepción empeorada e ir más pertrechado, mi movimiento es más lento, por lo que decido ir el último. Si me voy quedando atrás sé que ellos seguirán adelante pues es más importante alcanzar a Keiji-sama. Delante les entorpecería.

Mientras avanzamos, voy pensando en lo que ha dicho el monje. Kyuden Senaka caído bajo una fuerza hostil, bandidos... no... posiblemente soldados entrenados.

El monje abre camino y pronto queda patente que aunque es algo mayor que vosotros, podría dejaros atrás en una travesía. Marca un paso que apenas podéis seguir, pero siempre afloja si ve que os va dejando atrás. Al principio avanzáis fuera de ningún camino, hasta pasada una hora, que retomáis el camino principal, ya cerca de las montañas gemelas en cuyas faldas descansa el castillo, que aún no véis por el saliente de una de ellas.

Cruzáis algunas aldeas arrasadas y desiertas.

-Al principio parecían bandidos hambrientos por la proximidad del invierno, pero nos hostigaban con saña e implacables. Pero nadie se esperaba lo que se nos vino encima. Barrieron todas las aldeas desde el lago hasta Kyuden Senaka con un pequeño ejército bien entrenado.

-No deberían poder haber tomado Kyuden Senaka, pero según me contaron, alguien les abrió un acceso desde dentro. Suerte que había algunos shugenjas capaces entre los que se encuentra la hija del señor, que consiguieron sacar a la mayor parte de los habitantes del castillo. Huyeron a una antigua torre al este del castillo. Pequeña y con pocos recursos, pero prácticamente inexpugnable.

-Mis hermanos y yo volvimos al templo por si los supervivientes de las aldeas buscaban refugio, pero esta mañana fuimos atacados por ellos.

Morimasa marca el paso, vivo y exigente. Sin apenas pausas que os permitan recuperar el aliento llegáis a las estribaciones donde el monje señalaba que estaba el castillo de Kyuden Senaka. Cruzáis numerosas aldeas arrasadas y donde no hay señales de vida, lo cuál os pone más nerviosos, pero la fría determinación del Dragón os empuja hacia adelante.

Tras la montaña que Morimasa nombra como la Abrupta Flor, divisáis una fortaleza, escondida entre ésta y la otra montaña que el monje llama la Flor de Fuego. Kyuden Senaka que alza en un risco, como una lanza de verde deslustrado entre la nieve, rodeada de una pequeña ciudad que parece abastecerla.

De lejos apreciáis que los campos de cultivo circundante parecen estar quemados, hay barricadas en el camino que serpentea hasta sus inaccesibles murallas. De lejos no podéis apreciar correctamente si hay movimiento o signos de vida dentro del castillo, ni a quién pertenecen los estandartes que se ven en lo alto de sus murallas.

Los últimos tramos de ascensión hasta la ciudad se os hace lo más duro de todo el trayecto. Pasáis bajo numerosos arcos torii, bajo cada uno de los cuales Morimasa alza una plegaria, demasotrando el caracter religioso del clan. Pero bajo el último, ya cruzados los devastados campos de cultivo donde aún se contemplan marcas de batalla, podéis por fin claramente distinguir los estandartes. Un dragón de cabeza ovalada que sujeta entre sus largos colmillos una esfera roja os contempla desde la Fortaleza.

Es entonces cuando os percatáis de que hay sonido de batalla en las calles que hay a la derecha de una encrucijada y que por el camino que hay de frente a la encrucijada, desde el castillo, bajan una docena de soldados. Morimasa os mira esperando una orden.

Entre el contingente que baja desde el castillo te parece ver a algún individuo sin katana ni armadura, pero sí con wakizashi.

El contingente avanza por el camino empedrado que lleva a la encrucijada. Se encuentran de ésta, más cerca que vosotros, y no estáis seguros de que se hayan percatado de vuestra presencia.

Natsuki se detiene y observa concentrado unos segundos lo que ocurre. Como mensajero, le han enseñado a tener que intentar pasar por un campo de batalla evitando al máximo los encuentros desafortunados, pero esta es una situación en la que el encuentro es inevitable y por tanto se hace necesario planificar cuándo tendrá lugar.

Se vuelve hacia sus compañeros y les da las instrucciones de lo que cree puede ser el mejor plan, de forma breve. No se extiende en detalles y tras describir brevemente el primer movimiento, les dice, "Por favor, seguidme." Hay poco tiempo y quizá ya es muy cortés por parte de un Unicornio decir "por favor" en un caso así.

Entre ellos parece haber un shugenja - digo sucintamente mientras escucho el plan que el unicornio ha pensado.

Al llegar al patio de los establos deberíamos esperar a que pasen las tropas, tendremos más posibilidades de identificarlos aunque con toda seguridad serán del ejercito invasor - comento - se desviaran hacia la plaza a buen paso. Hay muchas probabilidades de que nuestros aliados sean quienes luchan en la plaza. Creo que lo mejor sería seguirles.

Por lo que quizás sea aconsejable dejar que uno de nosotros se les acerque más, alguien con buena vista y que sea discreto y sigiloso y el resto avanzar algo más atrasados.

Natsuki asiente. -Quizá sea el mismo de la vez anterior. Pero no podemos arriesgarnos hasta verles más de cerca si no distinguimos si son los bandidos o miembros leales del clan Tamori.- Tras sus palabras y sin querer perder más tiempo, inicia la marcha en el sentido de su plan.

Tras unos momentos de reflexión, Shitsuro sale de su trance y asiente. No tiene mucho que aportar.

Si es el mismo sughenja de la otra vez, tendremos problemas seguro. No me gusta esconderme de mis enemigos, aunque es sensato ir cuidado y evitar una muerte segura e innecesaria. Tengamos ciudado, avancemos. Aunque, no se si seremos lo suficientemente escurridizos para esquivarlos.