Partida Rol por web

Todo habia terminado, con mejor o peor suerte pero por fin habían  conseguido tomar ese pedazo de tierra yerma helada que tanto querian  los de inteligencia, panda de ..., se quejaba el artillero cada vez que veía  a un infante malherido. Reacciono cuando de nuevo escuchó la voz del cabo, se había  quedado rezagado, moviendo a posicion, respondió siguiendo las ordenes.

Tras una inspección de la antena y del cableado exterior, Mia se cercionó de que el fallo de las comunicaciones había ocurrido por algo acaecido dentro del vehículo. Los daños en el circuito son patentes... pero la reparación de Frost es buena... Tiene que ser otra cosa... 

- Sargento... buena ñapa... esto debería de estar funcionando y no lo está... tenemos que acceder al vehículo. - Mia miró hacia su superior, que revisaba la puerta para forzarla. Estaba agotada pero sabía que aún no había llegado el momento de ceder al dolor. Debían actuar rápido. - Además... aún podemos estar a tiempo de atender a los heridos... Voy a buscar algo para hacer palanca.

La Consejero Táctico buscó a simple vista alguna barra o elemento similar que le valiese. Allí, entre la nieve y las piezas del blindado y los cadáveres, algo debía de haber que le valiese. Hasta una garra de arácnido puede servirme. En esta estaba cuando una comunicación del escuadrón captó su atención.

Si alguien necesita atención médica, acérquese a mí acá y les atenderé de inmediato. Agradecería mucho que alguien me traiga un Rifle de regalo si puede.

- Tarcus, yo. En cuanto termine te voy a necesitar con urgencia. - El dolor de las quemaduras, de los arañazos y de la lanzada no remitía, aunque cada vez era más fácil de tolerar. No obstante, Mia esta convencida de que no sobreviviría a otro enfrentamiento igual en ese estado.

En cuanto encontró algo que mínimamente le serviría como palanca, reintentó contactar con el Puesto de Mando y con el escuadrón Alfa, como le habían solicitado. Dudó de que la primera hubiese funcionado pero creyó que Alfa sí recibió su mensaje: "¿Alfa? Aquí la Gatling. Estamos operativos. Posición (BH,30). ¿Ustedes? Cambio". Tras esto, activó la fuerza del traje y se sumó al Sargento y a otros compañeros para abrir la puerta de acceso al Gecko Commander. 

Tras aquella pregunta, esbozó una ligera sonrisa. Habían ganado aquella batalla finalmente. Eso era bueno. Al menos habían cumplido con su deber, como no podía ser de otra forma. Con este pensamiento, Taylor cerró los ojos. Notaba como las fuerzas le abandonaban su cuerpo y la oscuridad le engulló lentamente. Ahora tocaba descansar. Se lo había ganado. 

-Sargento Frost, Cabo Llorens, aquí el fusilero McNillon. He encontrado a los soldados Taylor y Guerra pero ha sido demasiado tarde.- Comunicó por el canal del escuadrón. -Me dispongo a regresar con el Gecko para establecer una instalación médica de campaña.-

- Serán recordados - respondió el sargento luego de recibir el informe del fusilero. Las pocas esperanzas de recuperar a los heridos se desvanecieron en ese momento, la sensación fue amarga, sin embargo Frost no demostró nada.

Mientras aún seguía esperando respuesta por parte del sargento Miller, Jhonny terminó de evaluar el estado de la puerta.

- Mi... García, hay que  destrabar la entrada a la fuerza - comentó a la consejera que estaba ya muy cerca, la verdad es que se alegraba de verla, y aún entre la amargura de la situación actual una sutil sonrisa se dibujó en su rostro cansado y dolorido, aunque nadie pudiese verla.

- Sargento... buena ñapa... esto debería de estar funcionando y no lo está... tenemos que acceder al vehículo. - Mia miró hacia su superior, que revisaba la puerta para forzarla. Estaba agotada pero sabía que aún no había llegado el momento de ceder al dolor. Debían actuar rápido. - Además... aún podemos estar a tiempo de atender a los heridos... Voy a buscar algo para hacer palanca.

Asintió enérgicamente ante la proactividad de Mía, mientras ella buscaba, él se dedicó a concovar más infantes.

- Llorens, Stukov, venga ya mismo, hay que destrabar la puerta a la fuerza, tenemos que trabajar juntos - Les comunicó con radio y luego se giró, buscando otros infantes pesados del escuadrón Beta que pudiesen ayudarlo, usando los parlantes de su armadura.

- ¡Infantes! - Gritó con toda su fuerza, haciendo gestos con los brazos - ¡Escuadrón Beta! Necesito ayuda para abrir el command carrier. Es urgente, hay que destrabar la puerta para poner en operación a los drones -

Esperó algúnos momentos que le respondiese y se puso mano a la obra, intentando organizar a sus hombres, a Mía con la palanca que estaba intentnado improvisar y a todos los voluntarios que se sumasen. Mientras antes abriesen, antes podrían salvar a quienes estuviesen atrapados... el reloj corría velozmente y los enemigos no se estarían lejos para siempre.

Sigo las indicaciones de Tarcus y espero a que me atienda. Duele, pero sin duda alguna hace bien su trabajo ya que por lo menos corta las hemorragias.

-Joder, gracias Tarcus, no podras soldarme también la armadura ¿no?.

La sensación es agradable, puesto que por lo menos no me siento tan expusto.

-Sargento, tengo un pequeño cuter laser, seguro que les viene bien. En cuanto Tarcus termine conmigo, voy para allá- comento ante la información de que la puerta parece que no se abre.

-Sargento, tengo un pequeño cuter laser, seguro que les viene bien. En cuanto Tarcus termine conmigo, voy para allá- comento ante la información de que la puerta parece que no se abre.

El sargento recibió el reporte de Rivas mientras iba organizando a los soldados que se acercaban.

- Rivas, necesitaremos tus músculos. Los cortadores láser son demasiado lentos y generan calor, que no es bueno ahora - respondió, animando al fusilero a incorporase con los demás a la tarea.

-Yo necesito una morita 203 y, si nadie lo necesita, me cojo ese cargador de la Hawkeye y si puedo quedarme con un cargador de Morita más, no me vendría mal -su arma la tenía Tarcus y le daba igual coger otra, total, no la había usado nada más que para lanzar dos ráfagas.

-Ey, Doc -dijo acercándose a donde estaba Tarcus- ¿podrías echarle un ojo a mis heridas? Esa púa que me quemaba por dentro me hizo polvo.

Al ver que Vandel se acerca pidiendo un poco de atención médica, asiento con la cabeza y le aplico un poco de anestésico tópico sobre sus heridas para luego limpiarlas y ponerle un punto de sutura. No es muy bueno el rasgo de corte pues mucho de su daño es interno por ácido, por lo que no tengo como atender eso. Me concentro en sus heridas superficiales para ayudarle en algo.

Luego Mía me dice también si puedo atenderla y niego con la cabeza a la vez que le respondo:

 - "No puedo hacer más por ti ahora. Tendrás que esperar a que volvamos a la nave para utilizar equipo más avanzado."

La verdad es que no puedo ayudarla más pues he remendado sus lesiones pero no parece responder al tratamiento e intentar sustituir los puntos no generará más que daño en los tejidos superficiales. Veo si es que alguien más necesita ayuda antes de irme donde el escuadrón Beta.

El gélido viento que bañaba el amanecer de Galdonia VI, traía consigo una densa neblina matinal que aunque daba un hermoso panorama del valle que se presentaba bajo la colina de fuego, justo sobre la zona de batalla B, traía también la problemática de como poder observar la llegada del enemigo si no podían verlo. Si la neblina se tornaba densa, tendrían que pensar en algo. Al menos por suerte, prácticamente no nevaba.

Mientras algunos infantes de los escuadrones de infantería pesado vigilaban los alrededores (incluyendo a los escuadrones Alfa y Beta ya con muchas bajas), la mayor parte de los infantes se mantenía trabajando en diversas labores. Por un lado algunos recuperaban munición y la repartían, los infantes médicos iban curando a cualquier herido, y un grueso grupo se había reunido entorno al siniestrado Gecko Commander en un intento desesperado por abrir la compuerta de acceso y poder no solo rescatar a los posibles supervivientes sino a su vez poner en operativo a los indispensables TAV UAV.

- Mierda, esto no se mueve. - Se quejó, cuando tras el intento inicial, no consiguieron nada. Por suerte, no tardaron en llegar más para ayudarles, y quizás entre todos podrían hacer algo y abrir la maldita puerta. Porque si por el fuera, habría puesto una carga en la puerta y la habría volado por los aires.

Retrocedió un solo paso mirando la puerta y comprobando en un segundo vistazo como estaba dispuesta la puerta, cuando se dio cuenta que Llorens parecía haberse hecho daño. - ¿Cabo? ¿Se encuentra bien? - Le preguntó, acercándose un momento a él para comprobar cómo estaba. - ¿Tarcus? - Preguntó por radio. - ¿Tarcus, acércate si puedes que parece que el Cabo se ha jodido algo con la puerta... y de paso me miras las quemaduras del hombro, por favor. - Y dicho esto, sacó el cuchillo y sacó de él el kit de primeros auxilios, aplicando unos polvos sobre la quemadura, aliviando ligeramente el dolor, pero sin hacer ningún milagro.

- Bueno, vamos a volver a intentarlo. Esta vez todos a la vez ¿de acuerdo? - Cogió aire y se centró. El tiempo iba en su contra, y cuanto más perdieran allí, menos tiempo para preparar elo terreno tendrían después. - Uno... dos.... y... ¡Tres! ¡Arriba! - Gritó con fuerza, tirando de la puerta con la esperanza de que cediera.

McNillon llegó hasta el centro de la colina subido al Gecko en el que fue a buscar a los difuntos Taylor y Guerra. El transporte se detuvo junto a otro asignado al escuadrón Eco para una función similar que el Gecko del Gatling. -Vale, es hora de ponerse manos a la obra.- Dijo antes incorporarse para bajar del vehículo. Jenkins emitió un mudo quejido al sentir el dolor de su herida pero hizo un esfuerzo para contenerlo y aislarlo. -Tarcus, será mejor que vengas hasta el Gecko para ocuparte de los heridos en lugar de ir corriendo de un lugar a otro. Además, vas a tener que remendarme a mí también.- Le dijo a su compañero médico por el comunicador. -¡Todo el que necesite atención médica que se acerque hasta aquí!- Comunicó el fusilero incluyendo a los soldados del escuadrón Beta. Tan solo habían ganado una batalla y poco quedaría para verse envueltos en otra. Por lo que necesitaban a todo el mundo en las mejores condiciones posibles.

Por su parte, el fusilero no se alejó del vehículo pues él mismo necesitaba que Tarcus revisase la fea herida que le había hecho aquel burrower. Contempló el destrozo que le habían hecho con una mueca de dolor en su rostro mientras cogía el kit de supervivencia de su cuchillo de combate. Si no le dieron un premio al hombre que inventó tan oportuno dispositivo, la Federación ya estaba tardando en dárselo. Jenkins se hizo con la pequeña jeringa que venía en el compartimento y se inyectó la solución cerca de la herida. Nunca llegó a preguntar qué llevaba esa milagrosa inyección y de haberlo hecho seguro que tampoco se hubiese enterado demasiado. Pero de lo que sí estaba seguro es de que el dolor se había atenuado lo suficiente como para pasar a ser una ligera molestia. Mientras esperaba a que llegase Tarcus, McNillon se afanó en revisar su equipo. Lo primero que hizo fue recuperar el aditamento del rifle de Taylor. -Te lo cojo prestado, compañero.- Le dijo con un ligero tono apesadumbrado. Ajustó el accesorio a su propia morita, la que lo había acompañado desde que se unió al ejército, y la cargó para tenerlo preparado en caso de que la acción llegase antes de lo previsto. También se hizo con un cuchillo más, dos granadas, dos cargadores para su morita y una pistola. Uno nunca iba lo suficientemente armado para una guerra de estas características. Ahora que estaba medianamente aprovisionado, tan solo le quedaba ordenar su munición mientras esperaba. "Puede que se convierta en mi pasa tiempo y todo..." Bromeó para sí no pudiendo contener una ligera y fugaz sonrisa mientras pasaba las balas de un cargador a otro. 

Tras el primer intento fallido para forzar la puerta del Gecko Commander, Mia se sintió agotada de nuevo. No tengo casi fuerzas para seguir... necesito parar unos instantes... y encima Tarcus "no puede hacer nada más por mí ahora"... Estoy vendida... Por suerte, en ese momento y para su alegría, varios infantes de otros escuadrones acudieron a la llamada de Frost, lo que la dió un respiro. Voy a volver a intentar contactar y...

La Consejero Táctico se quedó boquiabierta al centrar de nuevo su atención en el sistema de comunicaciones: no funcionaba. Mierda... mierda, ¡mierda! ¿Qué falla ahora? ¿Habrá sido por el esfuerzo de abrir la puerta?... Resoplando, se alejó unos pasos de la puerta, desconectó la fuerza del traje y comenzó a trastear con el dispositivo, esperando que tan solo hubiese sido uno de aquellos fallos comunes que le habían enseñado a reparar durante su instrucción.

Para su alivio, su esfuerzo pareció dar sus frutos: al poco tiempo el dispositivo ya estaba operativo de nuevo. Bien... ahora sí puedo reintentar comunicar con el Puesto de Mando y los escuadrones. Espero que el fallo no haya estado todo el tiempo en mi comunicador y no en el vehículo...

- Puesto de Mando, aquí la Gatling. ¿Me recibe? Objetivo cumplido: la colina está tomada. Se está asegurando el perímetro. Aún no hay un informe de bajas. Asimismo, solicitamos refuerzos. Y un informe de la situación. Y... y confirmación de que los TAC están operativos. Cambio.

- Escuadrón Alfa, aquí la Gatling. Estamos operativos y defendiendo la colina. Posición (BH,30). ¿Ustedes? Cambio.

- ¿Beta? Aquí la Gatling. Estamos en (BH,30). Colina asegurada. ¿Ustedes? Cambio.

- Escuadrón Eco, aquí la Gatling. Estamos operativos en la posición (BH,30). ¿Ustedes? Cambio.

Al finalizar la ronda informativa, en la que repitió varias veces los mensajes por los canales que creyó adecuados, Mia se percató de que ya no le daba tiempo a participar en el segundo intento para forzar la puerta. Menos mal, pensó aliviada ya que de verdad necesitaba guardar fuerzas para lo que estaba por venir. Será mejor que aproveche y Tarcus me trate las heridas...

Escucho las palabras de mis compañeros y me gusta mucho la idea de poder atender en el Gecko pues un colina congelada no es el mejor lugar ni las mejores condiciones sanitarias para tratar pacientes, sobre todo con el nivel de heridas que presentan.

Al llegar ahí, instalo mis cosas de forma un poco más resguardada y llamo a Mía:

 - "Ven, quizás pueda hacer algo mejor acá, con mejor iluminación y sin viento."

Corto las suturas que había puesto y que ya no producían ninguna aprehensión en los tejidos. Anestesia e ingreso con nueva sutura por los mismos puntos pero dando más firmeza a las pasadas, a la vez que limpio las heridas más sucias. Coloco apósitos en posición y utilizo un desinfectante en una herida más o menos fea que tiene en el costado. Le suministro un antiinflamatorio del tipo corticoide para deshinchar las heridas y un analgésico para disminuir el dolor. Esta vez si me doy por satisfecho.

Le digo mientras me fijo en quien más atender:

 - "¿Puedes llamar a los Beta y a cualquier otro herido para que venga acá? Será mucho mejor para atenderles."

Luego veo al Cabo y le tomo el brazo para examinar el daño que se produjo. Lo tomo con firmeza mientras le hablo:

 - "Esto dolerá un poco. A la cuenta de tres. Uno... ¡YA!"

Reacomodo el hueso de su brazo en posición con un movimiento firme y preciso, eliminando así su malestar. Le pongo un antiinflamatorio corticoidal inyectable para que no se le inflame y le quite un poco el dolor.

Luego veo a McNillon, que me dijo que estaba herido. Me acerco a él y veo sus heridas, por lo que de inmediato anestesio y comienzo a limpiar sus heridas. Remuevo el tejido necrótico y coloco apósitos. Suturo los cortes y aplico las inyecciones antiinflamatorias y analgésicas correspondientes.

Finalmente veo que el Sargento también está herido, por lo que le anestesio y comienzo mi trabajo:

 - "Tranquilo, Señor. Necesita un poco de ayuda y ese es mi trabajo. Déjeme hacer el mío y luego podrá seguir con el suyo."

Remuevo todo el tejido necrótico y coloco un poco de tejido en espuma, ese nuevo invento que no sé bien utilizar pero que los visitadores médicos de mi universidad promocionaron mucho. Parece dar buen resultado y con un apósito adicional, sus heridas se ven mucho mejor. Inyecto lo necesario y doy por terminado mi trabajo con él, el mejor que he hecho hasta ahora.

Me mantengo a la espera de que lleguen más pacientes mientras organizo bien mi equipo.

Habían hecho mucho esfuerzo y la puerta no cedía. Frost resopló, frustrado e intentado recuperar el aliento. El grito de Llorens le hizo saber que se había lastimado el brazo.

- Cabo, antes de seguir haciendo esfuerzo tendrá que hacerse revisar por el médico - ordenó mientras tomaba una gran bocanada de aire. Frente a sus ojos se acercaban ya varios infantes a ayudarles, eso le dio esperanzas y encendió su ánimo. Incluso el técnico del escuadrón Eco se acercaba al trote.
Abrió su gran sonrisa, mostrando sus dientes, aunque probablemente eso quedase oculto tras el vidrio de su casco que estaba cubierto de escarcha y ceniza.

- García, te relevo de esta tarea por ahora, aprovecha que Tarcus se acerca en gecko, necesitas tratamiento ya - le dijo a la infante que se mantenía en pie a duras penas.

- Tarcus, acercate ya, hay varios infantes que necesitan atención aquí, especialmente Llorens y García - le ordenó al médico del escuadrón mientras les hacía señas a todos los soldados que tenía cerca para un nuevo intento.

Frost sonaba extenuado, luego de la cruel toma de aquella colina estaba intentando realizar ung ran esfuerzo para abrir ese vehículo.

- Miller, es muy bueno oirte, no así las noticias. Aquí hemos perdido a Gallagher, Guerra y Taylor. El resto sigue en pie y nos estamos parchando un poco ahora -

Hizo una pausa mientras aparentemente les hacía señas a otros infantes.

- Te agradezco, seguro McAllen será de muy buena ayuda, y se agradece la confianza -

- Hemos montado una ambulancia donde está Tarcus cosiendo a todo el mundo, si necesitan su ayuda avisen y estará allí en el momento -

El sargento del escuadrón Gatling se encontraba en medio de un grupo de soldados tanto de su mismo escuadrón como del Beta cuando vio acercarse a McAllen. Había finalizado de hablar por radio con los mandos de la Eco y se volteó.

- McAllen, adelante, a ver si abrimos esta lata y empezamos a reparar todo lo que haga falta dentro. Activa tu fuerza del traje y colocate allí, junto a Stukov - le hizo lugar y le indicó tambien a uno de los infantes del Beta donde colocarse.

- Vamos a la cuenta de tres: unoooo... -

-Muchas gracis, Doc -dijo tras ser atendido, pues se sentía bastante mejor y ese médico le había cuidado desde el principio de toda esa maldita misión infernal. 

Una vez curado y con el equipo en conjunto, se acercó y cogió lo que le interesaba. Cogió un rifle morita para sustituir el que había dado a Doc, tres cargadores para este, el cargador de la Hawkeye pues le quedaban balas contadas y un apr de granadas de fragmentación. En realidad le hubiera gustado tener muchos más cargadores para lo que se les venía encima, pero siempre podía hacer como antes y fijar objetivos concretos en lugar de detenerlos en el sitio disparando a lo loco.

Nos vamos reuniendo cada vez más efectivos para intentar abrir el vehículo por mera fuerza bruta. Espero que hay alguien vivo ahí dentro y que podamos usar los sistema para los drones, ya que los necesitamos para lo que se nos viene encima.

-Esto no cede sargento- digo mientras tiro con todas mis fuerzas. Dentro de lo que cabe, estamos intentando abrir un blindado a pulso.

Mientras tiro, me doy cuenta de la niebla, de nuestra situación y de nuestro nutrido grupo alrededor de un objetivo llamativo.-como no lo consigamos ya, somos carne de plasma- pienso al darme cuenta de que ahora perdemos visibilidad por momentos, lo que no es nada bueno ya que nuestra ventaja en la defensa se esfuma por momentos.

Todavía aferrándome el brazo por el dolor veo como el resto trata y no consigue abrir la maldita compuerta del Command Carrier y yo inutilizado por querer hacerme el forzudo. - Ésta puerta no va a poder conmigo, me la llevo puesta o me la llevo puesta. - Activo el traje y con toda la bronca me pongo a tirar con el resto de los soldados que están ahí buscando ver si su líder sigue con vida así como el resto de los del escuadrón de ingenieros.

Tiro a más no poder con el brazo sano buscando que la compuerta se abra y terminada la tarea porque no doy más voy con Tarcus que diligente me cura las heridas y también busca arreglarme el brazo. - Soy todo tuyo "benditas". - Le digo buscando un mejor ambiente antes que me haga saltar un lágrima por el dolor.

Continuación a la acción de Tarcus:

Tarcus se ve que se molestó porque entre lo que me dice y como me sujeta el brazo no pinta nada bueno, finge que busca relajarme el brazo pero no me la creo y aun así no puedo evitar apretar los dientes con tanta fuerza que casi los rompo cuando con un movimiento fuerte me acomoda el brazo. - Gracias Doctor. - Le contesto mientras me alejo a la pila de las municiones, tomo algunas cosas y sigo camino.