Partida Rol por web

-¡Eh! ¿estáis bien?- pregunto a los hombres que van saliendo del MLRS.

Mientras terminan de salir por la escotilla echo un vistazo al sur por si tenemos compañía cercana, pero no hay nada por allí y de hecho solo se ve la batalla que se está librando a lo lejos. Mientras observo los fogonazos, escucho al teniente algunas palabras que confirman lo al principio de todo esto me traía de cabeza. Lo había dejado atrás por la supervivencia, pero volvía a estar claro: nos habían utilizado y ahora nos habían dejado tirados.

-Los cabrones de la flota estarán viendo todo estos en sus pantallas a cientos de kilómetros de aquí mientras toman unas cervezas y más ahora que hemos machacado a su artillería.

Miro al cielo y justo cuando el nivel de estres comienza a bajar y el desanimo va invadiendo mis vena, llega el sargento Frost dispuesto a seguir adelante.

-A la orden mi sargento- digo mientras cojo la lizard y la coloco en los puntos que nos acaba de indicar, tras esto y con el traje activo me sitúo en posición para usar todas mis fuerzas en levantar ese vehículo, pues es ideal para aumentar nuestras probabilidades de vivir un rato más.

- Sargento Miller, el Teniente lo nombró la persona a cargo de nuestra supervivencia. Mi recomendación es que todo aquel que no esté haciendo algo útil que se ponga a recargar los vehículos para que no se queden sin municiones y me incluyo entre ellos. También dijo que lamenta la pérdida de la Sargento Odonell y que el Sur cayó por lo cual estamos solos sin posibilidad de refuerzos a la brevedad. -

Anticipándome a la respuesta del Sargento Miller miro a quienes hace unos instantes le pedimos que se quedaran mirando hacia la marabunta y las órdenes se hacen algo confusas. - Salvo Vandel y Haggar quiero al resto que no esté con el MLRS, curando o con los TAC recargando los vehículos. Activen sus trajes y a darle duro hasta que les avise. Los que estén vigilando a los bichos los quiero con visión infrarroja para no perderlos de vista. -

Al volver a comprobar la shredder, el artillero comprobó que no estaba bien sujeta, si seguía así no podría darle a nada. Las vibraciones de las ráfagas harían que sus disparos no acertaran. Con toda la celeridad que pudo, volvió a quitar la shredder de donde la había colocado, con el cuchillo intentó hacer que el trozo donde iba a colocarse el arma fuera lo más estable posible. 

Tras unos momentos, pensó ahora puede que esté bien, y se dispuso a  montar el arma . Así parece que está bien pensó en alto, tras terminar con la operación, al menos no había perdido demasiado tiempo, antes de que fuera tarde.

El rugir del avance del enemigo ya empezaba a sentirse entre las diluidas filas de infantes que protegían la cima de la colina. El enemigo estaba aun lejos, lo sabían, y sin embargo eran capaces de estremecer el entorno en su avance. Cuantos bichos habrían de enfrentar en aquella inevitable batalla?, sobrevivirían? Todo ello era muy difícil de saber, aunque todos temían que no habría salvación, tal como el sargento Miller, quien estaba ahora al mando de la defensa de la colina, había narrado, aquella batalla sería una batalla sin cuartel, donde se pelearía hasta caer el ultimo de ellos. Y es que, aquella bengala en el cielo y la hasta ahora nula respuesta, solo les confirmaban lo que ya sabían, estaban solos.

Buscando entre las herramientas con que contaba el Gecko Armored, muy oportunamente el zapador Stukov dio con una gato hidráulico, el cual basándose en sus conocimientos puso justo debajo de la cabina cuando esta empezó a levantarse. Y es que el grupo de infantes, tras hacer un par de amarres improvisados de no muy buena calidad, se puso manos a la obra para jalas del vehículo e intentar voltearlo. El resultado fue exitoso, y todo ello gracias a la fuerza del Armored y la ayuda del gato hidráulico.

Ya con el vehículo listo, los técnicos montados de nuevo en el mismo, encendieron motores y reactivaron el sistema de recarga del MLRS. En cosa de un minuto el vehículo estaría listo para disparar de nuevo, lamentablemente solo contaba con las 6 andanadas actuales pues ya había usado el resto de misiles. Si los infantes querrían sacarle provecho al vehículo a lo largo del combate, buena idea sería recargarlo tal como hacían con los Heavy Geckos.

Y mientras todo ello ocurría, los especialistas médicos Tarcus y Samantha, llegaban en conjunto a la conclusión de que, tras evaluar el mal estado del teniente ya dentro del Gecko, no había nada que se pudiese hacer para salvarle la vida. O bien eran rescatados de inmediato para que vía aérea el teniente pudiese ser llevado a un quirofano, o bien se le llenaba de morfina y se le dejaba morir sin dolor.

- Ahí, ahí... ¡tirad de ahí! - Señaló con el dedo insistiendo en varias ocasiones para que comenzaran a tirar con el Armored. - Ahí... ¡ya, un momento! - Y tras eso, colocó el gato hidráulico, activandolo mientras todos formaban parte de la misma máquina que acabaría por vencer a la gravedad del planeta, y pondría recto al MLRS. - ¡Buen trabajo, chicos! - Felicité a los que estaban allí, con una amplia sonrisa contento al ver como aquella enorme ventaja nos serviría ahora para tener una oportunidad de salir vivos de allí.

- Señor, estamos listos para marchar a la colina. - Informó a Frost mientras palmeaba el hombro de Rivas. Vamos, sube, que nos piramos. - Le acabó por decir a Rivas, señalando hacia el Armored. Esperó a que el Sargento se subiera a uno de los Geckos y él mismo se subió al MLRS.

- Nos vamos. Pasaremos por donde esta el Gecko Commander a recoger a los médicos y técnicos y nos lo llevaremos al frente. -

Dejo de apuntar hacia el sur cuando los soldados vuelven el vehículo a su posición correcta. Vuelvo a ver al Teniente y voy a hablar con el Sargento cuando veo su hombro en una posición irregular. Le examino mientras le escucho y diagnostico una luxación disco-condilar del hombro. Tomo el brazo y sin previo aviso, para que no se ponga nervioso y endurezca los músculos que mantienen el cóndilo fuera de la cavidad glenoidea, genero el movimiento de reacomodación. Un fuerte "clock" me indica que ha sido un éxito. Luego le informo de la situación del Teniente:

 - "Sargento, el Teniente está más allá de nuestra capacidad, tanto técnica como material. Si no se le evacua de inmediato, morirá. Solo puedo detener su dolor con morfina pero no puedo hacer nada por salvarle. Si quiere despedirse de él, es el momento."

Luego de eso tomo algunas de las cosas que quedaban de lo que recogieron de los muertos y heridos. Tomo el aditamento de escopeta y lo agrego al rifle que tengo, aprovechando de cargarlo también, listo para lo que se viene y que ya puede escucharse.

Me quedo al lado del Sargento Frost y me muevo con él para fortalecer la posición donde desea que nos quedemos. Mientras me muevo, cambio el modo de visión a Infrarrojo para así poder ver mejor a los bichos a pesar del clima.

- Tres drones seguirán en modo antiaéreo, por si acaso nos hiciesen un contraataque combinado. Sobre los 6 restantes, podemos coordinarnos por radio para controlarlos. - Mia proseguía su conversación con McAllen mientras finalizaba el hackeo. - Si estás de acuerdo, comunica a tu superior que seguís contando con los 3 TACs asignados.

Y ahora toca volver al frente... El sudor resbalaba por la frente de la Consejero Táctico debido al calor del incendio y al agotamiento. La mera idea de retomar el combate hacía que sus quemaduras y heridas la dolieran con más intensidad. No sé si tendré fuerzas para aguantar mucho más...

- ¡Listo! ¡Esperemos que funcione correctamente! - Mia suspiró aliviada al terminar y, tras unas rápidas comprobaciones, certificó que los TACs estaban bajo su control. Además chequeó la munición disponible y el estado del blindaje. Bien, bien, ¡bien! Por último conectó la Databox a su sistema de comunicaciones para no depender del Gecko Commander en nada. - Rápido McAllen, salgamos de aquí. 

- Sargento, los drones están operativos. Ya puedo controlarlos directamente. ¿Cuál es la situación de los escuadrones? ¿Informo al Capitán Tsumina? - Cortó la comunicación por radio en cuanto divisó el vehículo de transporte que acudía a recogerlos. Menos mal. Subió sin demora y allí saludó a sus compañeros y contestó a Frost en persona: Entendido sargento, controlaré desde aquí los TAC.

La Soldado de Primera se acomodó en uno de los asientos libres con ventanilla, pensando en analizar desde allí el devenir de la batalla. Aprovechó para hidratarse y para comprobar el estado de su equipo. También recargó la Morita adicional y cogió otra petaca de agua de lo rapiñado. Vamos allá... mente fría y arma caliente... por papá.

Mientras se esforzaba junto a sus hombres, Frost tuvo un tropezón, el pie derecho se apoyaba sobre una roca que cedió ante la fuerza aplicada. El movimiento lo dejó en una mala posición, y su hombro sufrió por ello.

- Aghhh... - gritó de dolor, mientras con un estruendo el vehículo enderezaba, gracias principalmente a la inventiva del zapador Stukov.

- Mierda-mierda-mierda - susurró el sargento, mientras se tomaba el hombro, que le tiraba y ardía terriblemente. Cerró los ojos con fuerza - No es el momento... no... se nos vienen encima... no, no - 

El momento parecía el menos propicio, Jhonny intentaba mantener la compostura ante tal situación, pero los nervios lo estaban superando.

- Stukov, muy bien hecho. Me he sacado el hombro... ¡Mierda! - se puso de pie y se dirigió al heavy Gecko.

- Tarcus, vamos al frente, necesito que me trates el hombro o no podré combatir - le ordenó al médico que se encontraba junto a él - Lamento lo del teniente, masacraremos bichos en su nombre -

- Excelentes noticias Garcia - le dijo a la consejera táctica, que tanto estaba logrando aún malherida - Súbete con nosotros, manejaras los drones desde dentro de uno de los geckos -

Luego abrió comunicación con el resto de los infantes del escuadrón.

- Soldados, tenemos los drones operativos bajo el mando de García, tenemos el MLRS recargando sus misiles y listo para combatir... - hizo una pausa, el dolor era fuerte, pero ya el médico se encargaría de ello - ...Nuestras armas están dispuestas a darlo todo por los caídos, por el teniente Hammer y por el cpaitán Tsumina. Saldremos de aquí con nuestras últimas fuerzas o moriremos peleando junto a nuestros camaradas - Habló intentando mostrar la determinación que pretendía tener y darle a sus hombres.

Vandel estaba nervioso, sus cálculos seguían y la marabunta estaría cerca de su posición. Inspiró profundamente y se dispuso a apuntar para meterle una buena ráfaga a todo bicho que se asomara a su zona. Estaba listo y tenía el rifle morita dispuesto para hacer una ráfaga de supresivo, pues lo primero era contener a la marea y luego, él se dedicaría a cazar objetivos más concretos como había demostrado ser eficaz en la toma de la colina.

El alto de la colina bullía por una creciente actividad de los escuadrones allí apostados mientras se esforzaban por organizar una defensa a ultranza en aquel rincón helado. McNillon ya había hecho todo lo que estaba en su mano por ayudar con el despliegue y ahora quedaba en manos de ambos sargentos el que finalmente todo estuviese listo en el momento adecuado que, en estas circunstancias, se traducía por lo antes posible. 

En su puesto en el borde del promontorio, Jenkins oteaba en el horizonte la nueva marea de arácnidos que se corrían hacia ellos con la férrea intención de recuperar lo que les habían arrebatado. Aunque la niebla comenzaba a ser un problema a tener en cuenta, pudo adivinar su presencia a una distancia considerable coincidiendo con la información que Vandel ya les había facilitado. A pesar de poder distinguirlos en la espesa bruma, sería complicado conseguir un blanco claro sin que ello suponga cierto desperdicio de munición. Y si algo había aprendido McNillon en esta guerra, además del formidable enemigo al que se enfrentaban, era que el valor de la munición. De modo que cambió su visor al modo infrarrojo para luego afianzar su posición y prepararse para el inminente combate. La respiración del fusilero era acompasada y calmada, ayudándolo a aislarse dentro de una burbuja que le permitiría concentrarse en cumplir su función como soldado. Era la calma que precede a la tempestad.

El cansancio se hace sentir entre todos y más entre los muchachos de la Alfa que ya estaban flaqueando aun con el traje activado todo el tiempo. - Uno más y nos largamos al frente muchachos. - Les digo para alentarlos a seguir esforzándose una vez más. Cargamos el par de proyectiles y nos vamos al frente corriendo, a lo lejos se siente el Gecko que viene desde el Sur y más atrás el MLRS. Oh si, lo haremos a lo grande. - García, avisa a la flota nuestra situación y mantenlos informados todo el tiempo que puedas. - Dejo mi lanzacohetes en el Armored sabiendo que de nada me sirve en estos momentos y no creo que un oficial de la Federación esté para supervisarme que hago o no con mi equipo. - McNillon, deja mi lanza que tienes aquí también así no te sobrecargas de cosas. - Esperando que se quite ese fardo de encima que sólo le molesta ahora. Tomo un cargador y lo pongo en la morita así como tres frag para llenar el triple GL.

Las manos me tiemblan entre emoción y nervios por lo que se nos viene encima obligándome a aferrar con mucha fuerza los cargadores. - ¡No quiero rodillas temblorosas ahora muchachos, si uno corre será un compañero caído. Los bichos podrán ser feroces pero nosotros somos infantes y les haremos pagar caro cada centímetro que avancen y aun más caro la sangre que perdamos! - Con el rifle enfilado al Noreste apunto a una zona por donde seguro pasarán todos los bichos y espero que pasen los primeros para bajar a la segunda oleada sabiendo que la primera no durará más que un suspiro.

-Si, vamos a terminar con esto- respondo a Stukov cuando pasa a mi lado. 

Subo en el vehículo que está esperando para reunirnos a todos en la posición que vamos a defender y me instalo para el breve viaje que vamos a dar.

-El último momento de respiro- pienso mientras reviso la munición y equipo. Cuento cinco cartuchos en el arma, dos cargadores llenos y un par a medio gastar. Reviso el nuevo rifle que me he agenciado y saco de la mochila el otro cuchillo que cogí para tener más medicinas. Las heridas me están molestando otra vez y supongo que es por el esfuerzo que he realizado con las recuperaciones, así que me aplico el kit y luego vuelvo a dejarlo todo en su sitio.

Sargento- dijo cuando este también estaba ya en el vehículo con tranquilidad- lo tenemos muy jodido ¿verdad?-pienso en los heridos y en nuestras posibilidades- ¿tenemos un plan de evacuación de emergencia?, ya sabe, tipo "cojo los vehículos, cargo a todo el que quede en pie y atravieso todo el campo de batalla por si los de logística siguen allí tras sus sistemas defensivos"?

He de reconocer que una locura así me pintaría mucho mejor que esperar a que vayamos muriendo uno a uno en esta colina, pero se supone que tenemos que debemos defender la posición y se que Frost va a cumplir hasta su último aliento con esa tarea.

Los preparativos de las fuerzas defensivas en la cima de la colina continuaban mientras el enemigo a los lejos seguían su avance de forma disidida. En los últimos momentos, ante la cercanía del enemigo, las fuerzas de Sirius se montaron rápidamente en sus posiciones preparándose para lo que puede surgir y lanzarse contra ellos. Contaban con un total de 32 infantes operativos esto incluyendo a las fuerzas sobrevivientes de entre los escuadrones ligeros. Contaban también con un total de seis vehículos de apoyo, 3 Geckos Armored armados con sus Twin fifty cannons, 2 Heavy Geckos armados también con una Twin Fifty cannon y sus característicos y poderosos cañones Tunderstrike, finalmente, gracias a la oportuna acción de los miembros del escuadrón Gatling, el Gecko MLRS estaba operativo de nuevo, lo lamentable era que solo contaba con una ronda de seis lanzaderas Blizzard cargadas.

Y así, mientras los infantes tomaban sus posiciones y los vehículos se agrupaban en la zona noreste de la cima de la colina, lo inesperado sucedió y nadie se dio cuenta hasta que ya era un hecho contundente, el enemigo se había lanzado a la carga. Avanzando desde el noreste, las fuerzas del imperio arácnido habían dado inicio a la batalla acelerando su paso de forma amenazante, y a ese ritmo, en aproximadamente treinta segundos, estarían sobre de ellos.

Antes de que el vehículo se detuviese, Mia tuvo una revelación: coordinar todos los drones y todos los vehículos para frenar la inminente carga iba a ser una tarea demasiado pesada para ella sola. Iba ser incapaz de operar a un ritmo tan frenético. Yo no puedo... tengo que delegar...

- Frost, McAllen - Se dirigió a su superior y a su homólogo de la Eco antes de que se apeasen del Gecko - No hay tiempo y debemos maximizar los esfuerzos. Propongo que yo, digo la Gatling, coordine los 6 TACs. Y que la Eco se encargue de los vehículos terrestres. ¡Ah! Y hay que comunicar a los delegados de Alfa y Beta que operen en el canal 12 de comunicaciones. Así no perderemos el tiempo manejando la radio y repitiendo una orden una y otra vez. - Mia sonó decidida y así era como se sentía en verdad. Ya había sufrido demasiado. Ese día. En aquella colina. No más. Tengo que sacar fuerzas de donde sea.

Una vez sus compañeros se marcharon al frente, no tardó ni un segundo en asignar las órdenes de combate a los drones. Los agrupó en 2 tríadas a las que ordenó disparar un fuego supresivo sobre la marabunda. Los TACs 1, 2 y 3 abrieron fuego sobre el flanco izquierdo. Los TACs 4, 5 y 6 sobre el derecho. La niebla no permitía una gran precisión pero acertar sobre la oscura sombra en movimiento que se aproximaba a la colina no era difícil. Lo complicado iba a ser eliminar grupos más pequeños o estáticos. No obstante, la prioridad de Mia era otra: no dejaba de pensar en que lo peor que les podía ocurrir era que esa masa de guerreros les rodeara. - Gatling, drones operativos. Atacan flancos con efecto supresivo. - La Consejero les informó por radio, totalmente seria y concentrada.

Aún me queda informar al capitán... lo haré en cuanto pueda evitar la pinza enemiga.

El vehículo se mueve bastante, así que no uso el inyectable hasta que se detiene, momento en el que salgo del vehículo y echo un vistazo alrededor. Ahí seguimos, entre los enormes bichos de plasma dispuestos a defender la colina. 

-Espero que se nos dé mejor que a ellos- digo mientras comienzo a caminar hacia la posición defensiva como si fuera hacia mi tumba.

-McNillon, voy a tu posición- le digo para que me haga una señal, pues con los infrarrojos es complicado distinguir a unos de otros.

- Se acabó el paseo, señoritas. - Acabó por decir mientras saltaba del Gecko, tomando y preparando su arma. Caminó durante algunos pasos, llevandose la mano al hombro, comprobando como estaba después de los analgésicos y las curas de Tarcus. - Tarcus, tío, gracias por echarme un remiendo, que no te dije nada con todo el follón. - Le agradeció, mientras se paraba a mirar el cielo, como si esperara de un momento a otro ver llover fuego al norte de su posición. Pero no pasó nada.

La flota no haría nada. Y se preguntaba si la flota aun estaba allí.

Negó con la cabeza, intentando quitarse aquellas ideas de la cabeza. Ahora era momento de pensar en como salir de allí si las cosas se ponían feas, mantener la moral alta y matar a muchos putos bichos. Cerró los ojos intentando pensar en casa, en volver allí, de una pieza, vivo.

- Mia. Ya no sabes que hacer para estar sentada ¿eh? - Intentó bromear con la estupidez más grande que se le pasó por la cabeza en la única busqueda de una via de escape a lo que tenía que venir. - Lo harás bien, cuida de nosotros. - Acabó por decirle mientras se daba la vuelta y echaba a caminar hacia el norte de su posición.

- Vandel, te toca bailar con la más fea. - Le comentó cuando se puso a su lado.

Al llegar al frente, contempló la masa de insectos que venía. Era mucho más de lo que hbría imaginado. - Joder, esto debe ser el campo de tiro al pato más grande de la Galaxia. - Acabó por decir, sujetando la morita con ambas manos. 

Mantengo firme mi posición viendo como los últimos se van alineando o eso parece, la visión infrarroja hace que todos se vean iguales y distinguirlos es más por el sonido o como caminan que otra cosa. Se escucha por la radio todo tipo de comunicaciones y ya me están mareando tengo más ganas de apagar todo y sólo ponerme a disparar que escuchar tanto palabrerío pero ahora soy el Cabo del grupo y tal cosa no se me está permitido.