Los acontecimientos se precipitaron cuando se recibieron informes del avance del ejercito dracónido hasta el oeste. El ejercito del demonio Neruz compuesto por dracónidos y habiéndose deshecho de los mercenarios de Aquerlik, aun cuando estos estaban al servicio de Basalthof, avanzaba dejando una gran destrucción a su paso.
Los primeros objetivos de la invasión draconida fueron las aldeas de los marquesados del este. Los que no habían podido refugiarse fueron asesinados sin compasión. Así supieron todos los soldados del Imperio que seria un exterminio sin piedad. Sabían que rendirse no sería una opción.
El Imperio no había conseguido organizar una respuesta a la ofensiva. El rey se encontraba en paradero desconocido desde el levantamiento meritocrata. Y los ejércitos estaban dispersos y desorganizados. Solo una única fuerza tenia la capacidad operativa suficiente para enfrentar el desafío. Las fuerzas del este. El cuerpo expedicionario compuesto por las legiones cuarta y sexta al mando del general Mediev eran la única esperanza de frenar el avance hasta la capital.
Arborius y los suyos se ponen en marcha en esta hora tan oscura.
El ejercito marcha todo lo rápido que puede. Un clérigo con mucha historia le habla a nuestro protagonista mientras avanzan.-Venerable legionario. ¿Sabes la importancia de lo que estamos haciendo?-.
- Sí que lo sé. Ha habido víctimas. El mundo está en peligro. Pero yo me voy a jugar la vida para salvarlo. ¿Acaso no lo entiendo bien así?
.-Hace más de doscientos años yo me vi en la misma situación que tu. Entonces tuve que dirigir a unos auxiliares audaces. Tu diriges a la poderosa cuarta legión. Y aun así esta batalla parece imposible. Los draconidos son una fuerza increíblemente numerosa. Tienes que creer en algo más que nuestras capacidades si queremos ganar. Sin la ayuda o el apoyo de los dioses esta batalla es imposible-.
.-Viejo clérigo... ¿No recuerdas lo terrible que fue aquello? Creiamos entonces también que no había esperanza-.
- Entonces qué debemos hacer? Quizá rezar unas oraciones o hacer algun sacrificio animal para ser piadosos?
.-Saber del valor de los dioses, respetarlos y honrarlos con nuestros actos-.
Esa misma tarde os reunís unos pocos en la tienda del general Mediev.
.-Mis oficiales. Sabemos que la batalla contra el ejercito draconico es imposible en campo abierto. No obstante ahora mismo se disponen a entrar en el "Desfiladero de la Muerte". Quiero aprovechar la irregularidad del terreno para golpearles con dureza y empujarlos hasta el abismo. Entraremos por un camino de montaña y les atacaremos por sorpresa.
¿Cuál es vuestra opinión?-.
Un hombre con aspecto de mago menciona .-Es muy arriesgado. Moriran algunos de nuestros hombres solo por luchar cerca de los barrancos-.
.-También es muy arriesgado esperar. ¿Y si no existe otra oportunidad? De camino la capital todo es campo abierto-.
- Creo que el general Mediev tiene razón. O nos arriesgamos o lo perdemos todo. Vamos a seguir este plan de acorralar a los dracónidos aunque nos cueste algun soldado.
.-¡JA!¡Así se habla!-. Te da una palmada en el hombro .-¡Victoria entrega imperio!-.
.-Me enorgullezco del ímpetu de los legionarios-. Dice con una amplia sonrisa.
.-Solo resta decidir el momento del ataque. Ahora mismo hay una bruma leve y se esta haciendo de noche. Si atacaramos durante la noche podríamos favorecer el factor sorpresa, o provocar el choque al alba. Así reduciríamos el riesgo de desorientarnos en el combate y mantendremos un mayor control del ejercito-.
- Creo que lo mejor es atacar de noche pese a la dificultad.
El resto se mantiene en silencio indecisos. Mediev continua.
.-Solo tu eres capaz de hacer avanzar a la cuarta en la oscuridad, la niebla, y entre los precipicios contra el enemigo. Muy bien Arborius. Si tienes éxito te aseguro que por lo menos le pondrán tu nombre a una ciudad. "Villa Arboria" la llamaran por lo menos... Je, je-.
- No tendré ningun miedo a dirigir los ejércitos de noche, mi general - digo, procurando que no se note que me corre abajo una gota de sudor por la cabeza.
Todos allí están admirados por la hazaña que va a intentarse. La situación es crítica y nadie se atreve a discutir que la situación lo requiera.
El ejercito finalmente se pone en marcha. En el flanco derecho y al mando de la cuarta se encuentra nuestro héroe Arborius. La alegría reina tan solo por el honor que tienen los hombres de que haya depositada tanta esperanza en ellos. La música suena de fondo mientras las bandas interpretan ritmos épicos para inspirar los corazones
Un video de YouTube con música épica:
El ejercito comienza a subir por la montaña a través de su cara sur. Una leve llovizna acaricia los rostros mientras un fresco agradable hace la marcha placentera. Al lado de Arborius y en el frente de la cuarta muchas caras conocidas: Garrett, Undina, Gozomoz, y Deber. Junto a ellos los legionarios Niko, Azim, Porson y Hildo, y también con ellos los vueltos a la vida muertos de antaño.
- Vamos allá, mis héroes!!! - digo sin gritar mucho. - Venceremos o moriremos!! Por el mundo!!
Los hombres se emocionan y jalean la arenga.
Continuais avanzando y la noche va abriéndose paso lentamente. Una suave bruma va reduciendo la visibilidad. De pronto el suelo se resquebraja en los pies del protagonista. El suelo que se ha vuelto arcilloso se desliza y el legionario pierde pie.
Tirada de destreza a dificultad 16
Motivo: Destreza
Tirada: 1d10
Dificultad: 16+
Resultado: 5(+13)=18 (Exito)
He superado la tirada. Te toca, director.