Partida Rol por web

El paladín se centra hora en estudiar al chico y analizar sus respuestas: Vamos a ver, si lo que dice es cierto, su padre no lo conocía y por lo tanto no nos mintió, pero por la edad que aparenta ya hace mucho que tuvo que tenerlo su madre, ¿y como ocultar el embarazo y el parto a tu propio marido? Debieron de estar separados una buena temporada en aquel entonces... lo más lógico es que ella estuviese con los suyos y dejase al niño en las tierras salvajes de las hadas después de tenerlo, en ese caso tendría algo de sentido que el niño viniese ahora a conocer a su padre, ¿pero porqué ocultarlo entonces y desvelarlo ahora...? Por otro lado no ha preguntado por su madre, por lo tanto la conoce y sabe su paradero o cree saberlo. Y también sabemos que su madre era de la corte del Rey del Roble, y que los guardias aquí apostados eran de la del Rey del Río, lo más lógico sería pensar que el niño viene de la corte del Rey del Roble, pero esperemos a ver que dice, ya empieza a dolerme la cabeza... el paladín deja de pensar cuando empieza a sentir pinchazos en las sienes, necesita más información y darle más vueltas a lo que sabe hasta ahora solo conseguirá provocarle migrañas.

Por la cara de incrédulos que se le está quedando a sus compañeros, el mago eladrín decide hacer un pequeño inciso en la conversación antes de permitirles que continúen con la charla:

-Tranquilos. Es un niño de lo más normalito. El tema es que el tiempo en los reinos de las hadas fluye de manera distinta. Sólo eso.

Aelar se fija en el lugar donde estaba escondido el niño, tratando de averiguar de dónde provenía la brisa que notaron cuando apareció.

Aelar no ve nada extraño en el escondite, pero la leve brisa sigue acompañando al niño.

El paladín se relaja y sonríe, no quiere que el niño se cierre en banda por miedo, y empieza a pensar que el chico dice la verdad: Está bien, no te preocupes, nosotros te llevaremos con tu padre, está en el pueblo ahora.

Pero antes, cuentanos, ¿como es que no le conocías? ¿y donde está tu madre? ¿acaso te han permitido venir aquí solo? Porque últimamente este no es un lugar seguro...

Boran trata de sonreír de forma clara al muchacho, pero tras la pelea que acaba de librar, no se fía demasiado de nada ni de nadie.

- No te asustes, de hecho estamos ayudando a tu padre y por eso hemos venido hasta el molino.

Madre fue secuestrada por un bruja y varios bugbears cuando yo crecía en su vientre, eso me contaba de niño antes de desaparecer

Animado, el niño comienza a preguntaros
¿Mi padre está bien?
¿Podeis ayudar a mi madre? No la he vuelto a ver, creí que habría vuelto aquí, pero parece que no ha regresado.
¿Como es que lleváis tantas armas? ¿Sois soldados?

Cita:

Sí, está en el pueblo porque el molino no es seguro.

Cita:

Nos hemos ofrecido a buscarla. ¿Tú sabes como cruzar a las tierras Salvajes de las hadas?

Cita:

A efectos prácticos, sí.

Cita:

Explícanos lo que recuerdes de lo que te contaba, por favor, acaba Aelar, sentándose frente al muchacho.

Hadarai escucha el intercambio de información con una sonrisa divertida. Siempre es entretenido interrogar a alguien, pero si se trata de un niño, la cosa se asemeja bastante a un juego.

Pues claro que sé, solo teneis que nadar hasta el fondo del estanque. Todo el mundo lo sabe dice el niño riéndose de vosotros.
A mi madre se la llevó la bruja por el estanque, yo vine siguiendo al oso parlanchin ahora que el rey ha declarado que estas tierras serán suyas porque mi padre rompió algún tipo de acuerdo con el.

Al final parece que ese molinero nos ocultó cosas importantes, vamos a tener que volver a charlar con él, aunque al menos ahora sabemos que no es culpable de la muerte de su esposa, y el testimonio de su hijo puede librarle de la condena...

Está bien, nosotros rescataremos a tu madre, luego veremos como es eso de nadar hasta el fondo del estanque, pero primero tenemos que llevarte con tu padre. Estoy seguro de que se alegrará mucho de verte... le dice al niño tranquilizadoramente intentando no delatar que su padre está en apuros.

Aunque has mencionado a un rey, el Rey del Río supongo, ¿pero tu madre y tú no erais de la corte del Rey del Roble?

Entiendo, dijo Aelar.

Hadarai, Sureya, dijo volviéndose hacia los dos conjuradores del grupo. ¿Tenéis memorizado algún conjuro de contacto, que nos permitiera hablar con el molinero, o con Faust, que estará cerca de él?

-Hablar lo que se dice hablar... me temo que no--reconoce el mago eladrín sonriendo a la exploradora elfa--Pero si quieres, podemos enviarle a cualquiera de los dos un breve mensaje.

-Seguro que hay algún avispado pajarillo en las cercanías que estaría encantado de ayudarnos por unas cuantas miguitas de pan. ¿Y dónde íbamos a encontrar más y mejores que en la casa de un molinero? ¿Eh? ¡Ja, ja, ja!

Cita:

Pues ya tardas en preguntarle lo del acuerdo roto.

¿Cómo te llamas, hijo? le pregunta al chico.

- Creo que sería mejor volver, quizás haya que hacer más preguntas, o no dejen pasar al pajarillo. Creo que sería mejor aclarar todo lo aclarable a este lado del río.

Me llaman Lino por el color de mis ojos y si ven a mi padre denle saludos de mi parte. dice el niño con una sonrisa pícara para desaparecer de vuestra vista como por arte de magia.

Sorprendido por la repentina desaparición del chiquillo, Hadarai da un paso hacia atrás con la boca abierta de par en par.

-¡Diantres! Sí que aprenden rápido ahora los niños, sí.

Con el ceño fruncido, el mago eladrín echa un vistazo a su alrededor mientras agudiza el oído por si el pequeño sólo se ha hecho invisible y todavía permanece en la sala, o incluso por si se ha teletransportado a algún lugar cercano en el que todavía puedan localizarlo.

Veamos, dice Aelar, pensativa. Resumen de la situación: tenemos un matrimonio de criatura feérica y humano, y un niño que parece un genasí de aire. Sabemos que el padre tenía algún tipo pacto con las criaturas feéricas, que éstas consideran roto, y por ello el Rey del Río se ha cabreado. Sabemos que una bruja raptó a la madre del chaval antes de que éste naciera, por lo que podemos ponerla a la cabeza de nuestra lista de sospechosos habituales.

Definitivamente hay que volver a hablar con el molinero. No hacerlo supone ir a ciegas por las tierras Salvajes de las hadas, y eso es algo que ni siquiera yo tengo ilusión por hacer.