Partida Rol por web

Boran abrió la puerta y simpelemente entró, con el arma y el escudo en la mano pero sin mostrarse amenazador.

Varis hace como que no ha oído los comentarios de las féminas y continúa su camino hacia la puerta, pero su rostro se ha cubierto de un rubor intenso que intenta ocultar, y avanza algo trastornado.

Es curioso como con otras mujeres suele ser él quien toma la iniciativa sintiéndose seguro de sí mismo, y que con sus compañeras de grupo desde hace tiempo, la relación sea completamente inversa. Pues no es la primera vez que se queda sin palabras o se ruboriza por sus actos o palabras, pero una vez más no puede hacer otra cosa que intentar apartarlas de su mente lo suficiente como para poder ocuparse de los asuntos más urgentes que les conciernen.

En cuanto Boran entra en la sala, ve como uno de los sátiros está saltando sobre una mesa con una jarra de cerveza en la mano mientras jalea al oso que canta y baila con una voz atronadora. Al verle entrar con cara amenazante.
Mirad, un hombrecillo con una resplandeciente armadura. ¡No tengas esa cara, que estamos de festejo, o mejor aún baila un poco, o aún mejor vete por donde has venido!

- No te preocupes, no soy de aquí, yo también busco diversión -aclara Boran mientras continúa caminando hacia la derecha de la posada- No querréis divertiros vosotros solos...

¡Ni un paso más listillo! dice el oso.
Eso, eso que esa armas están afiladas dice uno de los sátiros.

-Pero, ¿qué diablos ocurre?--inquiere Hadarai entrando en la posada detrás de Boran--¿Acaso es el aniversario de alguien?

Sin hacer aspaviento o gesto extraño alguno que pudiese parecer amenazante, el mago eladrín se encamina tranquilamente hacia una de las ventanas abiertas que hay en la sección frontal del establecimiento y se queda a la espera de alguna respuesta por parte de tan variopinto grupo de escandalosos parroquianos.

-Definitivamente, aquí pasa algo raro. Éste no es su comportamiento natural.

- ¿Qué os pasa? ¿Queréis divertiros vosotros solos o qué?

Sin embargo, Boran se detiene como el oso le ha ordenado.

Claro que nos queremos divertir solos, ya hemos echado a esos pueblerinos. ¿a ti quien te ha invitado? ¿Sabes bailar? ¿Traes comida? Pues largo!!!

- Calmaos, que a lo mejor sé bailar, y si no siempre puedo romper cosas, que es lo que parece que toca hoy...

El oso mira a Boran como gruñendo cuando uno de los sátiros comienza a reirse.
¡Ja, ja, ja! eso ha sido gracioso. Lo mismo te apetece un trago. ¿No, amigo?