Partida Rol por web

En un impulso rodeó los hombros de Sarabhi y la estrechó con su costado. Aquel sentimiento que habia invocado Pekala era bastante poderoso y había logrado hacer que el corazón del guerrero se encogiese. Cuando por fin aquella sensación se esfumó recorrió con la mirada a todos, para ver como se encontraban.

Tenía mas preguntas, dudas, resquemores y recelos, pero.... se decantó por mantener la boca cerrada y seguir hacia delante. Sería lo mejor de momento. Ver donde les llevaria el destino que parecia que había trastocado y puesto en movimiento aquella joven extraña. Koa'thel.

Todo aquello era demasiado para Zook por lo menos para asimilar en un solo momento, una raza desconocida con una tecnologia y conocimientos superiores, y no solo eso, procedentes de la isla perdida, un atisvo del pasado de una civilizacion tan avanzada que los dioses lo castigaron, y si era asi habian viajado en el tiempo, pero no solo eso sino que estabamos aqui apra salvarlos, pero invocados por sus enemigos o afectados por ellos, unos humanos casi primitivos que me habian atacado y producido que fueramos invocados a tomar por culo y en peligro de ese mal que casi nos matan ...

- ESTO ES DEMASIADO ES DEMASIADO EXCITANTE ... NECESITO PAPEL, TIEMPO, LAPIZ ... AAAA ESTO ES DEMASIADO IMPORTANTE COMO APRA NO COPIAR Y APUNTAR TODO LO POSIBLE DE ESTE DESCUBRIMIENTO ... MAESE CHACAL LE CONTARE LO QUE DESEE, PERO NECESITO SABER TODO, TODO DE ESTA ISLA, DE LA CIDUAD DE ESTOS HUMANOS PRIMITIVOS, DEL MAL DE ESAS CRIATURAS, DE ESA MAGIA, DE QUE EDAD ESTAMOS, DE LOS PEREGRINOS DE TODO TODO ....- me estaba dando un ataque si en las grandes salas de los conocimientos de los gnomos esa palabra existiera... era puro extasis solo pensar en todo lo que aprenderia descubriria conseguiria, recuperaria o tomaria para estudair de forma permanente que podria conseguir alli

Mientras hacia todo esto le agarraba a la tunica de abajo del chacal, estaba desesperado por saber mas de descubrir la verda ... era demasiado lo que deseaba y habia ocurrido en solo un segundo ... era el sueño de millones de magos y estudiosos en solo un milisegundo y todo para Zook Chamusca goblin ... era demasiado afortunado en ese momento que tenia una sonrisa casi pegada en su rostro

Se dejo ayudar y acurrucar con el draconido, estaba más relajada viendo que la mayoría estaba bien y los que no habían sido atendidos. Parecía ser que había una muchacha que eran enemigos o algo así, de los que los habían salvado o algo así, no sabía quien era esa mujer, no la había visto nunca, en cambio parecía que algunos de sus compañeros si que la conocían. Luego puso los ojos en blanco escuchando al gnomo -¿No tendrías una mordaza?- le dijo a Bharash.

Con las últimas palabras de los aventureros, la joven salvaje fue atada y amordazada, tras lo cual, la escoltaron varias guaridas que no la quitaban el ojo de encima. Así mismo, todos los defensores y los que habían permanecido en el interior se habían reunido y guiados por aquel ejército de salvación, se pusieron en movimiento.

La marcha era lenta y cansada, más por las heridas y todo lo vivido esa noche que por el camino en sí, pero a pesar de ello, no cesaron de caminar. Rodeados de espadas, lanzas y sobre todo, cuidados por aquellos tres guerreros que tanto poder habían demostrado, una sensación de seguridad invadió a todos.

El sol comenzó a despuntar en el horizonte cuando finalmente llegaron a la playa, aunque no en el mismo punto. Los rayos del sol bañaron la arena tiñendo el amanecer de colores rojizos, la vegetación a vuestra espalda comenzó a tomar tonalidades más alegres, de verdes brillantes y los cantos de aves comenzaron a resonar a vuestro alrededor. De pronto, todo lo vivido en aquella torre parecía nada más que una pesadilla lejana.

Sobre el agua, había tres barcazas de gran tamaño, de forma alargada, hechas de una madera clara y pulida. Tres enormes velas ahora recogidas sujetas a un mástil central impulsaban aquellos navíos que ahora tenían las pasarelas bajadas sobre la arena para permitir que accedieran a ellas. En la popa del barco, se alzaba un compartimento sobre el cual se encontraba el timón de la embarcación. La envergadura de cada nave era suficiente como para poder llegar cómodamente a los soldados y a los aventureros y aun así sobrar espacio.

Poco a poco, todos se fueron repartiendo en cada una de las embarcaciones, lideradas por cada uno de los guerreros enmascarados. Y una vez estuvieron todos dentro, usando aquella magia de la que ya había echo alarde cuando los rescataron, devolvieron los barcos al agua. Se alejaron un poco de la costa, hacia el horizonte, pero enseguida giraron y se pusieron horizontales a la orilla, dispuestos a recorrerla. De pronto se escucharon gritos de asombro y algunos dedos señalaban hacia el lado contrario de la costa, hacia mar adentro.

Y no era para menos, pues donde debería haber una extensión de agua hasta donde alcanzara la vista, como partida por una mano divina, la tierra simplemente desaparecía en el vacío y el agua de aquel mar caía como una catarata sin fin hacia el vacío insondable. Esta catarata no parecía tener fin no solo hacia lo profundo sino hacia los lados, como si separara la isla de toda la existencia.

Recorrieron varios metros ante las atónitas miradas de los aventureros que no podían dejar de mirar. Sarabhi y Thalosius se encontraban mejor gracias a los cuidados recibidos durante el trayecto y pudieron asomarse junto al resto. A su lado, Bharash también contemplaba el espectáculo. El hipótido sonrió a la felinia y el dracónido.

- Una vista impresionante, sin duda. Con todo este lio, no he podido daros las gracias por haber luchado a mi lado. De no haber sido por vosotros no creo que hubiera podido estar ahora aquí disfrutando de tan magnífica, aunque inquietante vista. ¿Dónde estaremos? –

Con la mano libre, el capitán se acarició la venda que cubría por completo su brazo izquierdo.

- Extraña aventura esta que nos ha tocado vivir. Y parece que aun nos aguardan más sorpresas. Agradezco poder teneros a mi lado. –

Y siguió mirando hacia el horizonte con una agradable sonrisa en el rostro.

Sarabhi estaba agotada pero feliz de poder volver a ver el sol y contemplar este bello espectáculo. Casi parecía que el horror se había pasado y podrían descansar. Distraídamente, miró hacia el barco donde pudo ver a los soldados trabajar, montar guardia y a los que habían aparecido con ellos, hablar animadamente. Vio a varios jóvenes y una anciana hablando con otra felinia a la que no había visto hasta ahora ¿Quién era? Pero entonces, la extraña alzó la cabeza y la miró directamente a los ojos y su sangre se heló.

Se le heló porque a quien veía era una persona a la que hacia muchísimos años que no veía y por una buena razón. Había muerto hace años y había sido culpa suya. Niala, su amiga de la infancia la sonrió y volvió a agacharse para charlar con el joven. Entonces algo obligó a Sarabhi a bajar la mirada, pues algo tiraba de sus ropajes. Al agachar la cabeza, vio al niño que la había pedido quedarse en el interior del edificio durante la lucha.

- Muchas gracias por salvarnos la vida –

Y le dio un fuerte abrazo y salió corriendo detrás de su madre. Cuando Sarabhi volvió a levantar la cabeza, buscó a Niala con la mirada, pero donde antes se encontrara ahora solo estaban los jóvenes y la anciana. Ni rastro de su amiga.

Por otro lado, Zook intentaba apuntar todo lo que había escuchado y revisar los datos que tenía mientras seguía intentando sacar más información, pero al menos de los soldados sería imposible ya que no parecían hablar su idioma. Se estaba planteando volver a avasallar a uno de los guerreros enmascarados cuando alguien conocido se le acercó.

- Vaya locura de sitio ¿Eh? – Dijo mirando al horizonte partido - ¿De verdad crees que estamos en Fel’Sharaman? Si es así, sería un hecho histórico. Y yo sin mi pluma. –

Se llevó la mano a su hombro con una expresión de dolor.

- Lo de esta noche ha sido una experiencia horrible. Aun no me puedo creer que sigamos con vida. Aunque sois un mago excepcional mi buen amigo Zook –

Dijo alegremente Cornius.

- Espero que no te importe que, mientras investiguemos este lugar, no me separe mucho de ti –

Y soltó una carcajada detenida de nuevo por un fuerte dolor esta vez en el pecho. Sus heridas no eran muy grandes, pero no había salido indemne del combate.

Llell permanecía alejado de todos, contemplando el horizonte mientras pensaba en las implicaciones que tenía todo lo que estaba viviendo… Y lo emocionados que estarían los ancianos cuando les contase todo lo que había aprendido. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar la seria pero emocionada voz de Zius cuando le traía algo nuevo de Vajra. Le echaba de menos y lamentaba profundamente que no estuviera con ellos para contárselo todo. Le habría encantado.

De pronto algo llamó su atención, un calor repentino en sui pecho que le hizo agachar la mirada. Al ver lo que era, abrió muchos los ojos. El broche de La Cábala estaba caliente. Como cuando intentaban contactar con él. Rápidamente lo cogió y lo apretó contra si mismo para escuchar el mensaje, pero nada oyó. Ahora el broche estaba nuevamente frio. Inerte ¿Qué podía significar?

Apoyado en la balaustrada del barco una enorme figura sobresalía por encima de los demás. Un guerrero que había luchado valientemente durante la noche y que ahora miraba taciturno hacia el horizonte. ¿Cómo habían llegado allí? ¿Era realmente el destino? Su paz fue interrumpida por una figura que se le acercó acompañada de una niña pequeña.

- Perdona que te moleste. Ha sido una noche de locos y tal vez no lo recuerdes, pero me salvaste la vida. Uno de esos perros se me abalanzó y de no ser por ti me habría devorado. Y no solo eso, me arrastraste fuera del alcance de esas bestias y me protegiste en lo que otros sanaban mis heridas. –

El enorme guerrero se fijó en el hombre que le hablaba. Era un humano de rostro cansado, de piel dura y algo cuarteada por haber sufrido durante mucho tiempo. Su mirada era triste y su pelo oculto por una capucha que le cubría. Una barba incipiente le nacía descuidada en la barbilla.

- Lo que quiero decir es… -

Entonces fue la voz de la niña la que habló.

- Gracias por salvar a mi padre. –

Un escalofrío recorrió tu cuerpo al contemplar más atentamente a la niña. Su voz, el corte de su pelo, los ojos, se parecían muchísimo a ella. Tal vez fuera por las brumas del tiempo o un chiste malo del destino, pero aquella pequeña se parecía mucho a tu hermana. Solo el recordar que habían pasado muchos años y que era imposible que siguiera teniendo el mismo aspecto le contuvo de decir nada. El padre de la niña volvió a hablar.

- Si, eso es. Gracias. – Entonces se apoyó junto al guerrero – Que difícil es a veces hacer lo más fácil. – Se giró hacia el hombretón y le tendió la mano. - Mi nombre es Theodan. –

Y dibujó una medio sonrisa mientras la pequeña volvía a dar las gracias y se subía a la barandilla para mirar al horizonte.

Poco a poco, los barcos se fueron acercando a lo que parecía l desembocadura de un rio y pusieron rumbo a ella.

El dracónido sintió el regusto a hiel en la boca de cuando vió como amordazaban a la joven. ¿En serio era necesario aquel acto humillante? No solo la habían encadenado, si no que le impedian poder comunicarse. Pero ahora estaban embarcados, y aunque ese sabor amargo seguía en su paladar, estaba al lado de la bella Sarabhi y del valiente Thalosius con un marco de fondo increible de creer que fuera real

- Yo también lo agradezco - dijo posando su manaza sobre el hombro del hipótido con verdadero afecto. Su mirada se deslizó hacia el tipo enorme, ya que llamaba bastante la atención. Parecia haber estado en la defensa de la torre, pero no lo recordaba. Había habido tanto caos que era lógico pensar que no habian llegado a cruzarse.

Acomodó los codos en la barandilla para seguir observando aquella cascada hipnotizante mientras su mente evocaba el recuerdo de su hermana y el de aquella extraña humana.

Si se concentraba lo bastante, Erik Berglund aún podía recordar lo sucedido antes de despertar en aquella extraña isla. Llevaba ya semanas siguiendo el rastro de uno de aqeullos bandidos a los que quería ver muertos. Según la información que le había conseguido, le quedaban sólo dos jornadas de viaje hasta llegar a la ciudad en la que se estaba refugiando. Lo habçia planeado tantas veces en su cabeza... Le encontraría, sin importar cuántos cadáveres tuviera que dejar atrás para echarle el guante. Y antes de matarle le sacaría toda la información que pudiera, para encontrar al resto de la banda que se lo quitó todo. Pero el destino al parecer tenía otros planes para él.

Despertarse con la cara llena de arena y el sabor a salitre en la boca no era lo que el guerrero se habría esperado cuando se echó a dormir en aquella posada de carretera. Y no había sido el único en encontrarse en aquella situación. Al menos cuatro docenas de personas más habían despertado en aquella costa. Todos en pijama, todos confundidos, sin tener idea de dónde estaban o de qué hacían allí. Las primeras horas las pasaron intentando buscar un refugio y provisiones, explorando aquel lugar sin que nadie pudiera reconocer dónde estaban. Pero lo peor no era el hecho de estar perdidos en una isla desierta, no. La noche les ofreció algo que no fue del gusto de nadie: una lucha encarnizada por la supervivencia.

La batalla fue dura y terrible, contra unos adversarios nunca antes vistos por el guerrero. Y si no hubieran sido salvados en el último momento por aquellos misteriosos guerreros animales, probablemente habrían acabado perdiendo. La fortuna parecía haberles sonreído finalmente, ya que aquellos guerreros misteriosos no sólo les habían salvado, sino que les iban a llevar a un lugar seguro y en el que les iban a dar todas las respuestas. Casi era demasiado bueno como pare ser cierto, pero eh, les debían la vida. Al menos un voto de confianza se merecían.

Erik subió a uno de los barcos, maravillándose tanto por la construcción de los mismos como por el paisaje que se abría ante ellos. ¿Qué demonios era ese lugar donde el mar caía en una cascada infinita? ¿Y cómo podrían salir de allí? Su cadena de pensamientos fue interrumpida cuando un hombre se le acercó, acompañado de una chiquilla. El hombre empezó a darle las gracias por haberle salvado la vida, describiendo lo que había hecho para protegerle. El guerrero recordaba vagamente haber ayudado a alguien de ser devorado por aquellas bestias, pero no se había parado a verle la cara. Había visto a alguien indefenso y le había protegido. Fue casi más instintivo que premeditado, pero la cuestión era que su salvado le había buscado para darle las gracias. Y no sólo él estaba agradecido, sino que la niña que iba con él le dio las gracias también. Y al verla, Erik Berglund se quedó paralizado durante unos instantes, casi a punto de pronunciar un nombre que hacía años que no decía. Pero esa niña no era su hermana. Era la hija de un hombre que había tenido la mala suerte de llegar allí, al igual que él y que todos. Y él había evitado que esa niña perdiera a su familia, que lo perdiera todo. Como le había pasado a él. De algún modo, eso hizo que algo de la culpa que llevaba años arrastrando se disipara.

El guerrero estrechó la mano de aquel hombre con firmeza, aceptando su agradecimiento y su saludo.

 -Erik Berglund.

Los barcos parecían estar llegando a una especie de desembocadura fluvial, probablemente se estarían acercando a su destino.

 -¿De dónde sois, Theodan? ¿Habéis llegado aquí como los demás?

Erik Berglund

El hombre sonrió ante el guerrero al escuchar su nombre.

- Un placer Erik. – A su lado, la niña le tiraba de la capa, algo seria pero firme, señalando al hombretón que tenía delante - ¡Ah si! Y esta pequeña es Masae. –

Erik preguntó entonces de donde era Theodan a lo cual se puso serio y quedó mirando al horizonte.

- Hace años que no llamo a ningún sitio mi hogar. Siempre he llevado una vida nómada. Creí poder asentarme cuando conocí al amor de mi vida, pero pronto la enfermedad se la llevó y el destino quiso volver a ponerme en la carretera. –

El aire agitó su pelo, dejando ver mejor su rostro, un rostro triste y melancólico.

- En efecto, maese Erik. Cuando nos acostamos estábamos acampados en el claro de un bosque y a la mañana la arena inundaba mi boca. ¿Me pregunto con qué propósito? Se que debemos mucho a esta gente, pero en mi vida he aprendido a desconfiar de todo el mundo –

Entonces se volvió a girar hacia Erik.

- ¿Y tú maese caballero? ¿También habéis sido arrastrado de tu lecho? -

Estaba apurado, copiando toda la informacion interesante que pudiera ser importante para el futuro , rumores o palabras que escuchaba y cosas que veia fuera de lugar como esa ... CASCADA ... pero que demonios, todo era demasiado apasionante como par air tan rapido, pero sabia que pasarian de mi, pero bueno

Cornius

- Vaya locura de sitio ¿Eh? – Dijo mirando al horizonte partido - ¿De verdad crees que estamos en Fel’Sharaman? Si es así, sería un hecho histórico. Y yo sin mi pluma. –

 - Si amigo Cornius, esto es demasiado, es todo un descubrimiento y toda una aventura ... , la verdad es que es algo poco probable, pero despues de la magia mundial que nos ha traido, esas criaturas que nos han atacado, nuestros salvadores, su tecnología, su lengua ... etc ... las posibilidades de que estemos en Fel’Sharaman es muy alta, y es tan emocionante que sea asi ... , amigo mio, las pàlabras las apuntaremos, yo tengo al menos un poco, pero lo interesante seria estudiar esta tecnologia perdida, tan solo comprender uno de ellos podria hacer que el mundo pasara a una nueva edad del resurgir de la tecnologia de los Peregrinos ... -

Cornius

 Se llevó la mano a su hombro con una expresión de dolor.

- Lo de esta noche ha sido una experiencia horrible. Aun no me puedo creer que sigamos con vida. Aunque sois un mago excepcional mi buen amigo Zook –

 - No tengo poderes curativos para ayudarte amigo ... pero luchaste bien y salvaste a muchos, que es lo improtante , sin embargo yo hice lo que pude, al menos salvamos la vida para ver todo esto ... tal vez estemos ya muerto porque esto debe ser un sueño para mi ... bueno, tal vez ni en cielo creo que pudeira ser asi de bueno jajaja -

Cornius

Dijo alegremente Cornius.

- Espero que no te importe que, mientras investiguemos este lugar, no me separe mucho de ti –

- Al contrario buen Cornius, sera no solo un placer, sino una gran ayuda, soy pequeño y no muy fuerte y tenre a alquien fuerte a mi lado siempre sera de ayuda, asi como todo un estudioso de los peregrinos, yo no soy especialista en su tecnologia y de seguro nos seremos de ayuda en comprender todo estas cosas nuevas que descubriremos -

Zook

Cornius comenzó a reír ante la modestia y palabras de Zook. Mientras reía, extendía la cabeza y dejaba que el viento revolviera su pelaje acariciándole suavemente. Por un instante, todos los horrores vividos se disipaban y solo eran dos amigos compartiendo sus vivencias. Pero a medida que la risa se apagaba, así lo hacía ese breve momento de ensoñación y con cada segundo, la realidad volvía a golpear. Estaban perdidos en un lugar extraño y peligroso.

El mida se puso nuevamente serio y sin dejar de mirar al horizonte, volvió a hablar.

- Eres un buen tipo Zook, tal vez demasiado bueno. Esto es emocionante, pero permíteme darte un consejo. – Entonces se giró hacia él, sus ojos clavados en el gnomo. – Anda siempre ojo avizor. No te fíes de nadie. A mí siempre me ha servido. –

Entonces la embarcación comenzó a remontar el río.

El dracónido no dejaba de dar vueltas a la misma idea, así que al final, acabó por ir a buscar a Pekala. De todos era la que más coherente le parecía, a parte que era la cabecilla de todos ellos, como había quedado demostrado ante su alarde de poder. Había visto muy poca magia en su vida, así que aquello le había parecido algo divino, más que terrenal. Pero no preguntó sobre ello, pues lo mejor en esos casos en los que las cosas escapaban a la comprensión de un simple mortal como él era siempre mantenerse ignorante.

Logró localizarla enfrascada en sus quehaceres e intentó llamar su atención de forma educada. Sonrió con humildad cuando logró captarla y terminó de aproximarse a ella.

- Mi señora, quería saber si era posible pasar un rato con la prisionera. No hace falta que sea a solas. Solo quiero hacerle compañia - inclinó ligeramente la cabeza a la espera de una respuesta

Eres un buen tipo Zook, tal vez demasiado bueno. Esto es emocionante, pero permíteme darte un consejo. – Entonces se giró hacia él, sus ojos clavados en el gnomo. – Anda siempre ojo avizor. No te fíes de nadie. A mí siempre me ha servido. –

- Amigo  Cornius, por eso precisamente me serias de gran ayuda junto a mi ..., para que seas el ojo que mira alrededor mientras yo estoy escribiendo , jajajaja - digo de forma jocosa, pero sabia bien como descubrir e investgar podia traer enemigos peligrosos, muy peligrosos y mi pequeño tamaño y curiosidad insaciable me habia metido en muchos problemas, pero tambien salvado de muchos ...

- Por cierto Cornius, ese hombre estaba en el torreon defendiendolo? - digo señalando al fuerte hombreton que estaba en la pasarela (Erik) - no me suena haberle visto, aunque lleva nuestra mismas prendas ajadas ... , por cierto tenemos que ver al resto, a ver como estan, con los nervios y todo lo que tengo apuntado no los he visto ni preguntado ... y tenemos que hablar con la salvaje ... tal vez descubramos que hacia en el escondite del mago escondida ... eso seria de gran ayuda ... no deseo que sea sacrificada, peor puede que sea peligrosa, o al menos puede ayudarnos a saber mejor que demonios pasa aqui ... - decido ir a buscar a la jefa de todo aquellos para seguir preguntando y ver si podía ver a la prisionera 

me muevo con agilidad junto al mida, hasta llegas junto a la chica, donde puedo ver a Bharash conversando con ella, y me acerque sin importarme mucho y comprobé que queria ver a la salvaje

- Yo tambien quiero ver a la prisionera, tengo que preguntarle unas cuantas cosas i no es mucho problema ... - hago una sonrisa amplia en busca de aprobación.

Zook

Cornius alzó la mirada hacia el hombretón que ahora se encontraba apoyado contra el barco y mirando al horizonte junto a otro hombre y una niña.

- Lo cierto es que no me suena, pero claro, tampoco lo hacen la mitad de los que han subido con nosotros. Ha sido una noche de locos. Lo que podemos deducir es que no participó ni en la defensa del techo ni en la defensa de la zona este donde yo me encontraba. –

Cornius volvió a fijarse en el joven, analizando su postura, sus gestos, su mirada.

- No parece mala persona, aunque si alguien peligroso si se le molesta.  –

Entonces Zook siguió hablando casi sin dejar terminar a su amigo que sonrió mientras escuchaba sus elucubraciones de las que parecía disfrutar.

- Creo que tienes razón, tal vez podríamos… -

Pero no le dejó terminar y el mago se abalanzó hacia la Guerrera Chacal al ver al Dracónido solicitar hablar con la joven.