Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: In Vitae Veritas

Londres Nocturno

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12/02/2014, 13:04
Håkan den Svarta

Era un hecho: sus viejos amigos habían logrado eludirle, cogiéndole por sorpresa. Esa era la versión que daría, y a ella se iba a ceñir. Era la estricta verdad, por tanto no iba a existir ninguna clase de embuste que los Tremere pudieran detectar. Astrid ni siquiera sabía de qué iba el asunto, así que estaba a salvo. No obstante, no descartaba la posibilidad de tener que escapar luchando...

Cómo detestaba a aquellos seres inmundos.

Continuó caminando hacia el castillo, consciente de que probablemente estaría siendo vigilado por las gárgolas de los Brujos. O, si no, muy pronto lo estaría...

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12/02/2014, 13:09
El Narrador

Jarl gruñó y se mostró tenso a medida que se acercaban al portón principal. Hakan se sintió observado desde las torres, como si la propia piedra tuviera ojos que lo escrutaran. Antes de que pudieran siquiera acariciar la aldaba, la madera remachada se abrió y un lacayo de pelo largo los recibió.

-Mis amos os esperan -anunció invitándolos a entrar.

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12/02/2014, 13:44
Håkan den Svarta

-No les hagamos esperar, entonces.

Esbozó una taimada sonrisa durante un instante, tras la que su gesto volvió a tornarse severo, avinagrado. Pasó junto al siervo golpeándole con el hombro sin ningún tipo de cortesía. Hakan era rudo, desconsiderado... Astrid lo había descrito a la perfección y de forma sucinta: un asesino, un mercenario, un ladrón. Alguien que no tiene entre sus prioridades el bienestar de los demás o los simples modales.

Aún se preguntaba cómo iba a tornar toda aquella actitud y modus vivendi en uno que le resultara más natural y proclive a dejar tras de sí aliados y no enemigos.

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12/02/2014, 13:47
Rosalía Caeiro

-¿Entonces dónde puede haber ido? -preguntó cada vez más impaciente-. ¿Y Oana? -la odiaba. Qué bien había actuado en su papel de pobre Chiquilla preocupada y celosa. La odiaba por engañarla, pero sobre todo por engañarlo a él-. Hazle un último favor a Thomas, Elizabeth, ayúdame a encontrarlo. Quédate aquí llorando si quieres, pero dime algo, lo que sea, para que pueda dar con él y contarle la verdad.

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12/02/2014, 13:56
Elizabeth Ducard

-No sé dónde ha ido...porque sólo él sabe lo que sabe, pero si ha ido de inmediato a buscar las reliquias puede estar en cualquier parte. Incluso dejando el país...

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12/02/2014, 14:22
Rosalía Caeiro

-¡Maldita sea! -exclamó saliendo al instante de la habitación.

Descendió a la carrera las escaleras para abandonar el palacio y llevada por la urgencia comenzó a recorrer las calles de regreso al puerto.

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12/02/2014, 17:32
Sonja Keller

El criado los condujo por laberínticos pasillos hasta la escalera de caracol que subía por el interior de uno de los torreones y allí a una habitación cerrada. Llamó y abriendo él mismo la puerta los hizo pasar.

En su interior, Sonja Keller cerraba en es mismo instante lo que parecía ser una jaula de la forma ovalada sobre un soporte de madera cubierta por un paño negro. Hert permanecía de pie junto a una mesa desordenada con papeles y legajos.

-Pasad -insistió la Tremere.

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12/02/2014, 17:43
Håkan den Svarta

Cruzó el umbral sin poder desprenderse de la incómoda sensación que le había embargado desde que había puesto el pie en el maldito lugar. Siempre que trataba con Tremere tenía la impresión de que todo podía salir por los aires de un momento a otro. Dejó la espada de Thomas sobre la mesa. Su asco y la antipatía que sentía le venían bien en esta situación, pues perfectamente podían los Usurpadores pensar que se debía al fracaso en su misión.

-Daister manipuló mi mente para hacerme creer que le había matado. Y ahora han escapado. Lograron eludirme antes de que pudiera ponerles la mano encima. Temo que hayan acudido en busca del amparo de la Corte de Mithras... Y debo admitir que este asunto empieza a ponerse lo bastante feo como para que piense en renunciar... 

No tomó asiento, por supuesto. Y no perdió de vista a Hert.

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12/02/2014, 18:18
Sonja Keller

La Tremere enarcó una ceja.

-¿Renunciar? ¿Acaso con Daister has encontrado la horma de tu zapato, Vikingo? Quizás te hemos sobrestimado y no valgas lo que dices -le dijo con una hiriente sonrisa que buscaba una reacción.

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12/02/2014, 18:21
Håkan den Svarta

A Francesco aquella provocación no le habría importado lo más mínimo. Pero se suponía que a Hakan debía importarle. Y, en cierto modo, también le importó a Francesco. Ver aquella impertinente sonrisa era... Enervante. Así que complació a Sonja Keller. Mostró los colmillos en una expresión feroz y apoyó los puños lentamente sobre la mesa de la bruja.

-Vosotros pensáis que no soy mucho más que una espada de alquiler. Un necio incapaz de ver más allá de sus narices... -negó con la cabeza, esbozando su característica sonrisa-. Os equivocáis. Esto que perseguís es mucho más importante de lo que me vendisteis en un principio. Empiezo a temer seriamente por las implicaciones de este trabajo. Dicho de otro modo: si seguís interesados en mis servicios, y todo me indica que así es, vamos a 'renegociar'. 

Alzó las cejas y ocultó de nuevo los colmillos, dando la vuelta a la situación. Comenzó a enumerar con los dedos.

-Necesitáis a la castellana viva y al inglés muerto. No queréis que nadie sepa que vosotros estáis detrás de los ataques. Al parecer estáis lo bastante interesados como para tener varios ojos encima de ellos, sobre todo teniendo en cuenta que hasta hace poco ni siquiera sabíais que Daister vivía. Oh, y mientras les acechaba me pareció escuchar algo interesante en cuanto decían... Mencionaron a una tal Sandra Keller. Estaban preocupados, al parecer. Me parecen, de pronto, muchos esfuerzos depositados en dos simples vampiros. ¿Es posible que no sea yo el único que haya encontrado la horma de su zapato? 

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12/02/2014, 18:43
Sonja Keller

La Bruja frunció el ceño.

-Te pagamos por hacer y no por preguntar Hakan. Los cómos y porqués no te conciernen. Sólo el dónde y el cuándo.

La Tremere sacó de un pequeño armario un vial con un líquido rojizo en su interior. Al verlo, Herte desenrollo un plano de Londres y otro de Europa sobre la mesa.

-La Sangre de la castellana. Perdimos la muestras de los demás en el incendio de la Capilla, cuando diste muerte al lombardo. Con esto volveré a localizarla a ella y a cualquiera que haya bebido su Sangre después de que la embrujáramos. Veamos donde están y tú te encargas. Si quieres rendirte eres libre. Encontraremos a otro que lo haga. Eso tenlo por seguro.

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12/02/2014, 18:53
Director

Notas de juego

Tira Inteligencia + Callejeo para recordar el camino hasta el puerto. Dificultad 7 porque habéis ido corriendo.

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12/02/2014, 18:56
Rosalía Caeiro
- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto Fuerza de Voluntad.

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13/02/2014, 10:15
El Narrador

Rosalía corrió fuera del refugio de Elizabeth, buscando un camino hacia el puerto, pero en cuanto entro en los barrios más aglomerados las calles parecían moverse a su alrededor como un siniestro laberinto, haciendo que su desesperación creciera más y más.

Callejón tras callejón por fin escuchó el sonido del mar, y siguiéndolo llegó al barrio de los marinos y de ahí al puerto. No se detuvo hasta estar al borde del muelles. A su alrededor las naves, los barcos y lo botes iban y venían sin descanso pero no había rastro de Thomas... Entonces vio la carabela del Capitán Santos, zarpando ya a un ancho trecho del punto de su atraque.

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13/02/2014, 10:31
Rosalía Caeiro

-¡No! -gritó rabiosa al ver alejarse el navío de regreso a Asturias. O allá donde Thomas hubiera ordenado al capitán.

Corrió hasta el borde del muelle y se detuvo con los pies en el límite sobre el agua. Agudizó su vista hasta distinguir con claridad las figuras en cubierta y buscó al Ventrue entre ellas, deseando al mismo tiempo verlo y no verlo.

Quiso gritar su nombre pero sabía que ya no la escucharía.

-Thomas... -musitó en su lugar para llamarlo por medio de la sangre.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada de Percepción es para ver bien la cubierta. Les veo hasta las espinillas.

Para la de Invocación gasto Fuerza de Voluntad. Es dificultad 4 porque ya he usado Presencia sobre Thomas antes.

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13/02/2014, 10:46
Håkan den Svarta

Hakan frunció el ceño ante la negativa de la testaruda Tremere. Aunque para él era obvio que no iban a compartir con un simple mercenario, un rajabarbas cualquiera (por eficaz que fuera), asuntos relacionados con la Corona y los Clavos. Por fortuna, él ya conocía aquellos detalles.

Al menos sí había descubierto algo más sobre los métodos Tremere y algo más sobre las circunstancias del pasado y de su muerte. ¡Qué ironía que la 'muerte' de Francesco fuera el mejor de los avales que tenía Hakan con los Brujos! Y ni siquiera podían sospechar lo que ocurría en realidad. Observó con suma curiosidad el pequeño frasco y sonrió para sus adentros. A partir de ahora sería muy cuidadoso con su sangre, para evitar que los Brujos accedieran a ella.

Contuvo las ganas de escupir a la cara de Sonja y carcajearse ante su imprudencia.

-Por los muertos... -musitó, asombrado. En verdad lo estaba-. Haz tus adivinaciones, entonces. Aún me quedan tres días para terminar el trabajo.

Se acuclilló junto a Jarl y, sin apartar los ojos de lo que fuera a hacer la Tremere, acarició su lomo. Su curiosidad, no obstante, estaba puesta en la extraña jaula que la mujer tenía sobre su mesa, la que manipulaba al principio. Agudizó sus sentidos y dejó que los olores penetraran por su nariz, en busca del que pudiera desprender lo que hubiera debajo de la tela.

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13/02/2014, 11:02
El Narrador

Rosalía clavó su mirada en la cubierta de la carabela, pero no logró ver a Thomas, no hasta utilizó sus oscuros dones para llamarlo. Entonces desde la trampilla de la cubierta inferior apareció el Ventrue, quien se apoyó en la baranda apretando con fuerza la madera mientras sus ojos dedicaban una furiosa mirada a Rosalía.

Oana apareció a su espalda y pasó sus manos por los hombros del Vampiro para susurrarle algo al oído. Thomas Daister apretó los diente, concentrándose en sobreponerse a la Invocación de Rosalía y tras una última mirada le dio la espalda y se perdió entre la tripulación mientras el barco seguía alejándose.

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13/02/2014, 11:05
Rosalía Caeiro

Cuando por fin lo vio aparecer apenas fue capaz de soportar su mirada sin volver el rostro, pues el odio en sus ojos la hizo sentirse absurdamente culpable.

-No es cierto, Thomas, no es cierto... -susurró negando con la cabeza.

Pero Oana surgió entonces a su espalda y la tristeza dejó paso a la ira. Apretó los puños hasta que le dolieron y se forzó para no apartar de ellos la vista hasta que se perdieron entre la tripulación, y en silencio se juró matarla la próxima vez que la viera.

Cuando ni siquiera su mirada pudo ya distinguir la silueta del barco en el oscuro horizonte se dio la vuelta y comenzó a desandar el camino con paso lento. Ya no tenía prisa por llegar a Londres, ni lugar al que ir en aquella ciudad.

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13/02/2014, 11:28
Sonja Keller

La Tremere vertió una sola gota, que cayó, lenta y pesada sobre el mapa de la ciudad. Entonces extendió la palma hacia la mesa y de sus labios manó una impía letanía, que casi hería lo oídos de Hakan de tan solo escucharla. La gota se dividió en cinco más pequeñas y animadas por la brujería se arrastraron por el papel. Una de ellas se deslizó hasta una callejuela cerca del puerto. Sonja pasó se mojó el dedo con ella y la probó en su boca.

-Un mortal. Un criado -dijo.

Otra de las pequeñas perlas de Vitae avanzó más allá, hasta posarse en los muelles, casi al borde del mar.

-La Toreador -dijo la Usurpadora tras catarla.

La tercera gota viajó hasta el mar y continuaba moviéndose poco a poco.

-Qué extraño -murmuró Sonja y probó la Sangre-. Es el Ventrue. ¿Se marcha la misma noche en que llega y sin ella?

Las dos últimas partes de la gota original salieron del mapa de la ciudad hacia el mapa del continente. Una de ellas hacia el Reino de Aragón, junto al Mediterráneo.

-Otro mortal.

Y la última hasta un lugar conocido por Francesco. Hasta la Península Itálica y según su conocimiento, hasta la misma Roma.

-Toreador. El esquivo Christian Adler, su Chiquillo. Deberías ir al puerto ahora. Ella está sola. Aunque me preocupa que él se esté marchando. Quizás él sea ahora la pieza más valiosa.

 

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13/02/2014, 11:32
Rodrigo

-¡Mi Señora! -la llamó su criado acercándose a la carrera desde detrás-. Mi Señora. Al fin os encuentro. Volví a aquella casa y no estabais. Lo lamento pero no he dado con la llamada Oana.