Partida Rol por web

Garraty mira con los ojos cada vez más abiertos la conversación surrealista que está teniendo lugar sobre dildos anales. Casi se le pasa por alto la pregunta de Aki.

¿Tu también eras pescador?

-No, no. Yo era estudiante. Pero ni mi novia ni yo hemos encontrado trabajo. Me metí aquí con la esperanza de ganar y poder darle a mi madre y a ella una vida llena de felicidad. Me están esperando en Freeport ¿Qué fue...? ¿Qué fue de tu mujer?

Sin poder pensar a causa del miedo se olvidó de la camisa y siguió caminando en la misma dirección que los demás, abrazándose el cuerpo aterido mientras porfiaba por dentro a cada paso, maldiciéndose a sí mismo por su propia estupidez.

McVries, que iba justo detrás de Bachman, pescó la camisa de este con un grácil movimiento. Después se la tendió.

-Cuidado amigo. Sin camisa y con este frío no llegarás a ver el amanecer.

-Joder tío, el puto 82 sí que mola. Él sí que le pone cojones... y dildos por lo visto. Si no fuera porque también quiero verte muerto, me gustaría que ganaras. Bueno, espero que quedes segundo entonces.

Bram soltó una risita contenida entre dientes, aunque nadie supo exactamente de qué o de quién se reía. Caminaba con la vista fija al frente y su rostro era una máscara pétrea, sin ninguna expresión reconocible, sus ojos azul claro miraban fijos el negro horizonte. De nuevo había disminuido el ritmo sin darse cuenta, arrastraba un poco los pies.

Ahora todos caminaban más juntos para aliviar el frío y que el viento no los castigase tanto, de vez en cuando cambiaban posiciones.

-Cuidado amigo. Sin camisa y con este frío no llegarás a ver el amanecer.

Tienes toda la razón, no habría durado mucho sin ella -. Dijo tiritando mientras la recuperaba, la retorcía para que se secara algo y se la volvía a poner, esta vez con todo el cuidado del mundo. 

Peter ¿no? En otras circunstancias te prometería una cerveza bien fría en algún bar de carretera de la cálida Arizona cuando quisieras. Es una lástima. En cualquier caso, gracias, te debo una, amigo.

Conmovido por el detalle no supo que más decir para agradecer el amable gesto. 

Peter ¿no? En otras circunstancias te prometería una cerveza bien fría en algún bar de carretera de la cálida Arizona cuando quisieras. 

-Sí, me llamo Peter. No me hables de cerveza. Llevo un rato pensando en eso desde que pasamos a aquellos chicos en la furgoneta. Aquel idiota de Wallace ya podía haber cogido una y que hubiera valido la pena el estar tan cerca del pasaporte.

La Autopista, a 79,9 kilómetros de Old Town. 3:46 horas.

Old Town estaba cada vez más cerca. Los marchadores sabían que uno de los principales puntos para lograr el éxito en la Marcha era el ir marcándose pequeñas metas a cumplir. Old Town, Bangor, Waterville, Augusta, Freeport. Puntos en el mapa del estado de Maine, pero importantes hitos para los que sobrevivieran. La noche continuaba con su inexorable avance y, según las cuentas de Barkovitch, había ya cuatro marchadores que estaban a tan sólo treinta segundos de recibir el pasaporte. Se podía escuchar todavía a gente que tosía. El viento había desaparecido y en la última hora había caído una ligera llovizna. Ahora el cielo estaba despejado y, en la oscura autopista, se podía ver el firmamento cuajado de estrellas.

Akinlabi responde con voz neutra.

- Murió, al dar a luz a nuestra hijo.

No pasa un día sin que me acuerde de ellos.

-¿Y tu hijo? ¿También...? -Garraty se arrepiente de haber estado preguntando por la familia del pobre Aki.

Ah, entonces tu lo que quieres es lo mismo que yo, dinero y poder, eliminando a toda competencia posible, la diferencia es que yo no quiero dar palo al agua y tú por el contrario tendrías que seguir trabajando y sacando articulos.

- Supongo que tienes razón. Es una manera de hacer algo que me gusta y, además, ganarme la vida sobradamente. - Asentí. - Luego, si gracias a mis publicaciones puedo influir en las opiniones del mundo y, quizá, cambiar cosas, eso es secundario. - No quedó claro si mi tono de voz cargaba ironía, quedó a la libre interpretación de cada cual.

Luego comenzaron a hablar de consoladores anales y demás parafernalia sexual y no pude evitar reír. Aquella pareja amenizaba la marcha, y eso era un tesoro que no pensaba que encontraría en aquel lugar.

- Creo que te ha salido una admiradora, Simon. - Dije señalando con el pulgar a McVries.

La noche permaneció impasible, castigándonos con exceso de humedad y frío. Por el momento, aguantaba bien, pero aún quedaba mucho para el amanecer.

Pero todo fue un espejismo, mientras más caia la noche, más débil se sentia, las piernas eran como cemento, y la espalda le daba cada vez con más frecuencia, latigazos de dolor.

Chris ahora corría jadeando bastante, bebió agua y le supo a nada, y estuvo tentado de comer, pero seguramente sería su final en la carrera, pues tenía seguro de que vomitaría todo lo ingerido.

No hizo caso a la conversación que tenían sus compañeros, pues apenas podía mantener una respiración acorde a la marcha

Maldita sea, cada vez voy a peor, ¿Por que? apenas llevamos un dia...no no no, tienes que aguantar..

- Si.

La respuesta no puede ser más lacónica, cae entonces un silencio que es como una pesada losa que aplasta la conversación hasta dejarla profundamente enterrada en el suelo.

Agotado a mas no poder escucho la respuesta de mi amigo Simón, quien afirmaba convencido de su masculinidad a pesar de usar dildos. - Ya te veo, muy machote si. Por mi haz de tu trasero lo que gustes total no es el mío aunque bien sabes que los muy hombres de esta competencia te tratarán de gay o algo peor. Da igual, yo te banco amigo. - afirmo convencido, si disfrutaba de ello quien era yo para contradecirlo. 

Al mirar el cielo luego de un agobiante y cansador silencio quedo maravillado con las estrellas, era muy bello en verdad lástima el contexto y que esto me llevaría a mi propia muerte. Pocas cosas en estos momentos era posible conservar y aquella noche sin dudas sería una. 

- Simón, mira el cielo... Es precioso pero no te pongas cariñoso, deja a Bob Terwilliger en paz que ya tiene mucho con esa cara de triste y ese cabello. -  comento riendo, demasiada ironía en pocas horas.

Akinlabi sigue haciendo lo que siempre ha hecho, caminar en la vida como quien atraviesa un campo de minas, sorteando los obstáculos con indiferencia y tratando de estar preparado para lo que sea que venga detrás.

Echa un vistazo a su alrededor y ve extrañado las caras de agotamiento de sus compañero, niega con la cabeza y piensa:

- Este grupo de atletas no parece estar especialmente bien entrenado, el 94 incluso tiene algo de sobrepeso, y yo que creía que mis tiempos de competición habían quedado atrás... en fin, sienta bien verse joven y fuerte de nuevo.

Hizo oídos sordos a lo que tuvieran que decir aquellos dos. Ahora les había dado por tratarlo de puritano cuando él protestó por el destino de esa chica. Eran unos ignorantes, qué sabrían ellos de estar realmente jodidos. Estar jodido era tener una familia y no poder sacarla adelante, no unos puñeteros cuernos. El chico pensó que si se comportaba siendo un capullo con ella, como lo hacía aquí, bien se tenía merecido aquello.

Ni loco me metería yo en esta mierda por algo así, sino habría corrido esto hace años... O me habría metido un tío con la derringer que la abuela guardaba en el desván.

Negó y siguió caminando. Se lamentó de las palabras del veterano, había perdido a su familia y alguien le había enmarronado para acabar en este suicidio colectivo. No sabía siquiera cuál era el premio de aquella locura. De haber sido cristiano, Timothy habría rezado por su alma y por la de su familia, él no se veía viviendo una vida sin sus pequeñas.

Buff, las piernas ya empiezan a sentirse pesadas.... cada paso cuesta un poco más que el anterior....

El Chaval del nido en la cabeza ha decidido separarse un poco del grupo, me lo imagino con un par de huevos de codorniz en la cabeza y no puedo evitar dejar escapar una sonrisa malvada, supongo que la conversación le desagradaba, hay muchos reprimidos por el mundo que no saben aceptar su sexualidad o la de los demás... en mi caso no estoy reprimido, sino que simplemente soy homófobo, eso no quita que me guste compartir aficiones con ellos.

Tienes razón Jesse....El cielo realmente está precioso...lleno de estrellas, una noche perfecta para dar un paseo a caballo.. ¿verdad?  Mira, se me ocurre que a tu ex- la podrías disfrazar de pony y hacer que te lleve de paseo por las noches estrelladas en una bonita calesa... así te vengarías del paseito que te está haciendo dar ahora mismo.... le puedes poner plumitas, una colita... (de dildo por supuesto), unos cascabelitos en los pechos y unos bonitos arneses.... incluso puedes ir tentandola con una zanahoria para marcar el paso.... y si baja el ritmo le das un azote con la fusta en el culete gritando.... Numero 69, primer aviso!!!!.... lo cierto es que eso no lo he probado...aún.!.... pero  me encantaría hacerlo algún día... jejeje

La caminata estaba siendo dura, cada vez se minaban más las fuerzas y eso no era nada comparado con lo que vendría después; Henry trataba de no pensar en ello, no caer en el círculo vicioso de alimentar su propio temor y conducirse él mismo a la muerte.

Ya me preocuparé cuando pase ¡Joder!

Vio un cartel, iluminado por el foco del vehículo oruga que se movía constantemente sobre el enjambre andante, que rezaba:

Old Town  80 Kilómetros*

Hacía nada que Aki había dejado cortado a Garraty con lo de su difunta familia, era una verdadera pena, él sabía lo que era perder a un ser querido y le constaba que dejaba una profunda secuela. Por el otro lado sonaban las voces de Simon y Jesse, empeñados, al parecer, en crear su propio y particular reality show. El aburrimiento empezaba a pesarle e intentó iniciar una conversación -: ¿Alguién ha estado alguna vez en Old Town? -. Intentó bromear, pero más parecía triste ironía -.Estaría bien saber si merece la pena hacerse 80 kilómetros andando para una breve visita. 

Old Town, allá vamos.