Partida Rol por web

La ley de Ueki (+18)

La Ley del Concurso de Talentos: Música, espectáculo... ¡Acción!

Cargando editor
18/10/2017, 23:01
Ryôga Mitsurugi

Aunque su cuerpo femenino era más pequeño y de cintura estrecha que su cuerpo masculino, como correspondía al cuerpo de la mayoría de mujeres japonesas, sus caderas se negaban a permanecer en el interior de los pantalones por alguna razón. Por si fuera poco, la parte superior de su uniforme también se negaba a permanecer cerrado conteniendo aquellos pechos que le habían salido sin previo aviso. Mitsurugi vio cómo toda su ropa se abría y se encogió un poco, tapándose con las manos mientras se quejaba en susurros de todo aquello, como si hablando en voz un poco más alta fuese a provocar que todo el mundo en la casa le escuchase.

Miró a su alrededor y valoró sus opciones. No sólo iba a necesitar ropa de su nueva talla, sino también ropa interior... de mujer. ¿Podría tomar prestado algo de su madre? Y lo más importante, ¿tendría su madre algún conjunto bonito? ¡¿Pero en qué estaba pensando?! No, no iba a ponerse ropa interior de mujer, ¡¿a quién se le podía ocurrir aquella idea?! Pero, ¿qué alternativas tenía? Pocas, a decir verdad, pero...

No. Llevar ropa interior de mujer ya no le parecía tan descabellado, pero... no iba a usar la ropa interior de su madre, eso no. Tal vez podría pedirle a Yoshinaga-sensei algo de ropa, aunque los pechos de la profesora eran más grandes que los suyos, a pesar de que los suyos tenían un tamaño decente y una forma bonita... ¡Céntrate, Mitsurugi!

Tomó una decisión. Tal vez su solución fuese algo cutre, pero era lo que había. Se puso los calzoncillos más ajustados que tenía, y si aún se le caían cogería la goma del calzoncillo y le haría un nudo para hacer la apertura más pequeña, o si hacía falta lo sujetaría con algún tipo de goma o cordel. Se puso unos pantalones más holgados, no los del uniforme. Después, para la parte de arriba, se sonrojó al ver su torso desnudo y de nuevo procuró mirar hacia arriba. Cogió una camiseta más bien ajustada y se la puso, sonrojándose de nuevo al sentir el roce en sus nuevos pechos. Sobre la camiseta se puso alguna chaqueta o sudadera más holgada, confiando en que la camiseta ajustada hiciera las funciones mínimas de sujetador, al estar apretada. Cogió también una gorra e intentó esconder todo el pelo que pudo en su interior. Por último se puso la máscara para el resfriado que había cogido del baño.

Unas últimas preparaciones: cogió su pijama y lo colocó hecho una bola cerca de la entrada de su habitación. Luego cogió alguna otra prenda y la arrugó a conciencia, y la dejó junto al pijama. Le había dicho a su madre que tenía el pijama y alguna otra prenda para lavar, así que eso tendría que valer.

Cogió su mochila y procuró llevar su móvil con ella. Con él. ¡Agh! Se ajustó la gorra y abrió la ventana, listo para saltar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Voy a palmar. Pero ten en cuenta que me he preparado antes de saltar, al menos xDDD

Cargando editor
18/10/2017, 23:30
Director

Una vez te preparaste bien para saltar por la ventana, te colocaste bien en la cornisa, bien apoyada en esta... o eso pensabas. Cuando saltaste, uno de tus pies resbaló con el alfehizar, haciendo que cayeras al vacío en una postura extraña con las piernas abiertas de alante para atrás. Y por ese hueco que tus piernas habían abierto... fue por donde te topaste con el muro. Caiste justo encima del muro con las piernas abiertas, y dolía un puto huevo... pero ahora imagínate si los hubieras tenido en ese momento. Eso si, podías notar con demasiada exactitud como el pantalón se te había roto por debajo... dejando ver ese calzoncillo mal atado. Símplemente perfecto... para el director, para ti no.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo primero, es que el golpe te ha costado... -5 de vida... tengo que dejar de tirar los dados. Al final te vas a morir antes de empezar un examen a este paso.

Y esto es sólo un comentario viendo tu plan: si vas a pasar por casa de Yoshinaga primero... ¿porque te disfrazas? Podrías haber pasado por una chica normal; el problema eran tu madre y el instituto XD

Cargando editor
19/10/2017, 00:04
Ryôga Mitsurugi

Genial. Simplemente genial. Ay... Genial, sí. Ryôga soltó un gruñido mientras se levantaba y descendía el trozo de muro que le faltaba para llegar al suelo. Se frotó la zona afectada por el golpe sin darse cuenta de que su cuerpo no era el de siempre. Tras una pequeña reacción, un sonrojo y un hondo suspiro para mentalizarse, abstraerse del dolor y todo lo demás, se apresuró a abandonar el recinto de su casa y salir a la calle en dirección a la Clínica donde vivía Yoshinaga-sensei. Conociendo sus hábitos, seguramente se levantaría bastante más tarde que él.

Aún así, decidió sacar su móvil y llamarla. Se puso el móvil en la oreja, esperando que alguien lo cogiera, mientras corría hacia la Clínica sintiendo el aire colarse entre sus piernas por la apertura del pantalón. Era como si algún tipo de dios vengativo estuviese jugando con él y divirtiéndose con sus desgracias...

Cargando editor
19/10/2017, 13:47
Otae Yoshinaga

Mientras corrías, llamaste por a la casa de tu profesora, quien te respondió, primero, con un bostezo -Uaghh... hola, casa de Yoshinaga y Ryosuke... ¿quien es?... Uaghh...- preguntó desde el teléfono mientras bostezaba -Perdón si bostezo mucho seas quien seas... aún no he podido ni tomarme un café y estoy espesa... ¿necesita usted algo? ¿es para hablar con el doctor Ryosuke o conmigo?- preguntó con un tono que hasta entraba sueño de oírla. Sonaba recién despertada... cada día se te iba cayendo más y más la imagen de profesora perfecta que la mujer tenía.

Cargando editor
19/10/2017, 13:54
Ryôga Mitsurugi

-¡Yoshinaga-sensei! - dijo Mitsurugi al teléfono. Desde luego, la mujer parecía recién levantada. - ¡Soy Ryôga, Ryôga Mitsurugi! Estoy... ¡estoy yendo en dirección a la clínica! - explicó el chico mientras corría. ¡Era complicado pensar qué decirle! - La medicina que me tomé ayer... para lo del pie... ¡me ha hecho algo... algo muy extraño, Yoshinaga-sensei! No sé... no sé cómo explicarlo... será mejor que lo vea... - dijo. Sería muy difícil convencerla de que se había transformado en mujer a través del teléfono. - Si me nota la voz distinta es normal... es... es lo que me ha hecho la medicina. ¡Yoshinaga-sensei, por favor, espéreme en la Clínica! ¡Estaré allí en un momento!

Y corrió.

Cargando editor
19/10/2017, 14:28
Otae Yoshinaga

La profesora, puede que de su empanamiento, simplemente te dijo "Si" y colgó... desde luego, si a una adicta al café le quitabas el café y no empezaba el día. Llegaste a la clínica a toda pastilla, la cual estaba abierta. Entraste y te dirigiste corriendo al piso de arriba, donde vivían los dos candidatos celestiales y llamaste a la puerta.

La puerta la abrió Otae, quien aunque ya la hubieras avisado, parecía recién despertada. Tenía el pelo revuelto, los ojos entrecerrados, y una taza humeante de café en la mano. Vestía con una camiseta de manga corta bastante más grande de su talla, que le cubría más allá del trasero y la ingle tapando sus bragas... porque de cintura para abajo estaba desnuda. La ahora mismo no muy espabilada mujer vio lo que tenía delante: a una chica con gorra y mascarilla, en sudadera, y con los pantalones rajados. Le dio un sorbo al café con toda la parsimonia del mundo y continuó mirándote -Lo siento... no quiero comprar nada, estoy esperando a alguien- dijo con toda la pereza del mundo.

Cargando editor
19/10/2017, 15:01
Ryôga Mitsurugi

Adiós, imagen de profesora responsable y capaz. Pero no era momento para eso. Ryôga retiró la máscara y se quitó la gorra. Su aspecto era el de una chica, sí, pero al menos sus rasgos seguían pareciéndose a los de su cuerpo original. Si la profesora se fijaba en sus rasgos... claro que en ese momento no parecía capaz de fijarse en nada más allá de su taza de café. Ryôga adelantó un paso hacia la sensei.

-¡Yoshinaga-sensei! - dijo un poco alterado, pero intentando mantener las formas. - Soy yo, Ryôga. Mitsurugi. - dijo poniéndose en un acto reflejo la mano en el pecho para señalarse a sí mismo, objeto de la discusión, aunque la retiró rápidamente al notar lo obvio. - Esto... ¡esto es lo que me ha hecho la medicina que tomé ayer para el pie! - dijo preocupado. - Me ha... cambiado... transformado... ¡bueno, ya lo ve! - dijo. - ¡Es el efecto secundario de la medicina que me dio Farin-san! - dijo. Había dado suficientes datos que sólo Ryôga o Chiyo deberían saber... eso la convencería.

Cargando editor
19/10/2017, 22:23
Ryosuke

Tu profesora simplemente se quedó con cara de "lo siento pero estoy muy dormida como para razonar". Al menos se apartó un poco para que pudieras pasar... parece que la parte de que eras Ryôga si la pillo.

Por suerte para ti, de la habitación salió un hombre que parecía estar más espabilado que tu profesora: su marido Ryosuke -¿Pero se puede saber porque hay tantos gritos tan temprano? Que al final la pequeña se va ha despertar- se quejó el doctor... quien también parecía recién sacado de la cama. Llevaba el pelo despeinado, el torso descubierto y pantalones de pijama... la verdad es que tenía buenos abdominales el doctor, y esos pectorales, combinado con esos serios ojos verdes que encandilaban solos, ojala hubiera estado en boxers... eso era lo que pensabas, y entonces te diste cuenta de algo: te atraia el marido de tu profesora... y no solo en plano amistoso... sino con eróticos resultados.

El doctor se te quedo mirando... pero el era espabilado, y lo entendió rápido -No me digas más... eres Ryôga... y ahora eres una mujer. Por lo que... supongo que las medicinas de Jerry siguen siendo de científico loco. ¿Estas bien?- té pregunto. De mientras, su mujer seguía espesa y ni siquiera había cerrado la puerta. El médico suspiró y fue ha cerrar la puerta antes de volver contigo -Ains... disculpala. Ayer nos quedamos hasta tarde despiertos... y Otae hasta que no se toma cinco tazas de café no es ella. No la tomes en cuenta- termino diciendo. La profesora, como si una zombi fuera, se dirigio a la cocina, a por otra taza de café.

Cargando editor
19/10/2017, 23:17
Ryôga Mitsurugi

-No... ¡no estoy bien! - dijo Ryôga. Era cierto. No estaba bien, nada bien. Le había dado algo de vergüenza ver a su atractiva profesora sin pantalones, pero en su estado alterado no le había hecho demasiado caso y había ido directo a hablar del tema que le interesaba... pero lo que no esperaba es que también se le iban a ir los ojos para contemplar el cuerpo del marido de su profesora, Ryosuke. Era algo que no tenía previsto, y la sensación le pilló tan poco preparado que recorrió el cuerpo del hombre con la mirada, de arriba a abajo, varias veces antes de responder. ¡Claro que no estaba bien! - ¡Ryosuke-san, por favor! - le dijo, intentando fijarse en su rostro y no en su cuerpo. ¡Estaba acostumbrado a tener aquella atracción solo con chicas, no con chicos! Se sonrojó de aquel simple pensamiento, y le costó aún más esfuerzo no volver a mirarlo de arriba a abajo otra vez. De hecho, le dirigió una mirada disimulada en más de una ocasión. - ¡Necesito un antídoto para esto, y rápido! ¡Hoy tengo que hacer los exámenes!

Cargando editor
19/10/2017, 23:45
Ryosuke

Ryosuke se abrumo un poco ante tus gritos, y hasta se enfadó -¡Relájate Mitsurugi! ¡Y deja de gritar que al final despiertas a Arai! ¡Y dudo que tenerla aquí gritando y corriendo vaya a tranquilizar!- te exigió con un rostro serio e intimidante, que te hizo callar de golpe... que guapo estaba cuando se enfadaba -Vamos a ver Mitsurugi... lo primero no puedes venir exigiendo aqui a mi casa tan temprano. Si hasta mi esposa esta zombificada ahora mismo- dijo señalando a su mujer... quien ahora estaba tratando de mover el café con un tenedor -Ains... muy zombificada- suspiro el hombre con costumbre y resignación.

Luego volvió contigo -Y lo siento, pero no te puedo dar un antídoto para un efecto secundario... y menos sin muestras tuyas o del medicamento en cuestión. Además soy médico... no farmacéutico. No puedo crearte una medicina de la nada- te explicó tratando de calmarse el mismo -Esto es como la historia que te conté de cuando me salieron dientes de morsa; con el tiempo desaparecerá. Puede que hoy no, y sea mañana o dentro de una semana- te dijo, algo intranquilo por como reaccionarias -En esto no te puedo ayudar... si alguien puede, es Jerry Farin- término de decir.

Cargando editor
20/10/2017, 00:04
Otae Yoshinaga

-¡Pffffff!- sin previo aviso, oiste como Yoshinaga-sensei escupia su quinto café -¡Ryôga-kun!- exclamó preocupada mientras está se acercaba a ti y te miraba. Parecía que por fin había despertado -¿Pero que te ha pasado cariño? ¿Porque eres... una chica? ¿Y porque vas así vestido con los pantalones rotos y...?- te pregunto algo roja hasta que se tapó los ojos -A tus calzoncillos se le han desecho el nudo- dijo para informarte... mientras notabas bajarse los gallumbos. Los dos adultos se giraron rojos con los ojos tapados, para no ver por la raja del pantalón.

Cargando editor
20/10/2017, 00:24
Ryôga Mitsurugi

-¡N-No estoy exigiendo! ¡Si he dicho 'por favor'! - dijo, pero reflexionó durante unos instantes. Tal vez el tono con el que había hecho su petición sí que había sido un poco ansioso... ¡pero es que era lógico! ¡Se había convertido en mujer! Aún así, Ryôga tomó aire profundamente y lo soltó, relajándose. No quería alterar a la pequeña hija de su sensei, y tenía que mantener las formas. Él era un chico educado. O una chica educada. ¡Lo que fuera! - E-Entonces... t-tal vez pueda contactar con Jerry Farin-san y pedirle algún antídoto o... o datos sobre cómo invertir el proceso o... ¿algo? - preguntó, con un tono más desesperado que esperanzado, y sin poder evitar mirar de arriba a abajo al marido de su sensei una vez más.

En ese momento apareció Yoshinaga-sensei, que ya parecía más despierta. Mitsurugi se giró para mirarla y fue a contestarle, pero ella se dio la vuelta antes de que pudiera hacerlo. Extrañado, vio que también Ryosuke se daba la vuelta y dejaba frente a él, o frente a ella, su bien puesto culo. ¡RYÔGA!, se regañó a sí mismo. ¡No debía centrarse en traseros, y desde luego no en el de Ryôsuke! ¡No, tampoco en el de la sensei! Debía centrarse en la razón por la que se habían girado. Y esa razón era...

-¡A-Ah! - soltó un gritito al darse cuenta de lo que pasaba y se agachó rápidamente a recoger su ropa interior y volver a subirla, sujetándola con las manos con fuerza, sonrojado. Sonrojada. - E-Es que... mi ropa normal ya no me sirve y... y no tenía ropa de... de mujer, claro, y no iba a coger de mi madre, porque claro... - se excusó.

Cargando editor
21/10/2017, 01:26
Otae Yoshinaga

Una vez te sujetaste los calzoncillos, los dos volvieron a mirarte, y tu profesora asintió a tu explicación y se cruzó de brazos -Si, desde luego necesitas algo de ropa más adecuada... y así no puedes hacer los exámenes- dijo mientras pensaba -Quizás pueda lograr que hagas el examen aislado... aislada del resto de alumnos, y que sea yo tu única examinadora- terminó comentando, algo más relajada -Ryosuke, como médico podrías darnos un justificante de que Ryoga tiene algo contagioso y que por la seguridad del resto de alumnos y profesorado no tiene que entrar en contacto con nadie ¿cierto?- terminó diciendo más contenta a su marido, quien sonrió algo más relajado -[color=#FF0000]Si que puedo hacerlo...[/color]- dijo mientras agarraba por la cintura a su mujer y se la acercaba para darle un beso en la mejilla -[color=#FF0000]"Muac" Si es que cuando estas espabilada eres más lista...[/color]- terminó diciendo.

La mujer se lo agradeció devolviendole el beso. Luego, te miró a ti -Tranquilo Ryôga... te prometo que vas ha poder hacer los exámenes y vas ha tener un día decente- te dijo para tranquilizarte -Mira el lado bueno: quizás estar un tiempo en el cuerpo de una mujer, te ayude a superar un poco tu problema con ellas... el dicho dice "ponerse en los zapatos del otro", y tu te lo has puesto todo- terminó diciendo. Quizás trataba de hablar de forma tan tranquila y algo animada para que trataras de relajarte; si ellos también estaban estresados, de poco te iban a servir para ayudarte -Ahora vamos a darte algo de ropa... que te hace falta- dijo llevandote a su dormitorio -Lo siento Ryosuke, esto es cosas de chicas- dijo a su marido cerrando la puerta.

Tu profesora abrió el armario de su cuarto, y empezó a sacar distintas prendas de ropa femenina: conjuntos de lencería (bragas y sujetadores), vaqueros ajustados, leggins, camisetas, camisas, zapatos... todo para que pudieras escoger. En tu cabeza ya ibas haciendo combinaciones de que ropa podría quedarte mejor... la profesora tenía mucha ropa.

Cargando editor
21/10/2017, 12:17
Ryôga Mitsurugi

-¿S-Sí? ¡E-Eso sería perfecto! Muchas gracias, Yoshinaga-sensei, Ryosuke-san. - agradeció Mitsurugi con una cara llena de ilusión impropia de cualquier adolescente al que le hubiesen dicho que en vez de saltarse un examen para el que tenía una excusa realmente buena para no asistir, habían encontrado la forma de que pudiese hacerlo igualmente. Pero él era así, estaba deseando hacer el examen. Observó a los dos adultos darse un beso, y la vista se le desvió hacia Ryosuke. Además de guapo, se puede confiar en él. Yoshinaga-sensei sabe elegir... qué envidia, se dijo a sí misma interiormente. ¡No, Ryôga! ¡Vuelve, vuelve!, se reprendió a sí mismo.

Asintió sin demasiada convicción cuando Yoshinaga-sensei sugirió que eso podría ayudarlo a perder su fobia a las mujeres. Volvió a asentir lentamente, esta vez avergonzado ante la idea, cuando la sensei le dijo que le iba a dejar algo de ropa. Aún más rojo se puso cuando Yoshinaga-sensei dejó fuera a Ryosuke diciendo que eran cosas de chicas, aunque interiormente pensó que no le importaría que Ryosuke la mirase mientras se cambiaba. Pero se reprendió a sí mismo pronto, interiormente también.

-¿Q-Q-Qu...? - tartamudeó, poniéndose rojo como un tomate, al ver a la sensei sacar su propia ropa del armario sin ningún pudor. ¡Ropa interior incluída! Aquello lo ponía demasiado nervioso, ¡no se suponía que un alumno debiese ver la ropa íntima de su maestra! E-Esa ropa interior es... es demasiado atrevida..., pensó Ryôga al ver los detalles y las transparencias de algunas prendas. A-Aunque es un conjunto bastante mono, a decir verdad... añadió Ryôko para sí misma.

Estaba pasando uno de los peores ratos de su vida, probablemente. Su mente seguía siendo la de Ryôga, con todo lo que ello conllevaba: miedo a las mujeres, la vergüenza propia de un joven al encontrarse con su atractiva sensei en una habitación viendo su ropa íntima al detalle... y por si eso fuera poco, también sentía claramente los impulsos y tendencias de su nuevo cuerpo de mujer: atracción hacia hombres de buen ver y ganas de combinar aquella ropa tan bonita, y hablar con la sensei de dónde había comprado aquel vaquero tan divino. ¡Todo lo malo de un sexo y el otro, combinado en el mismo chica! ¡En la misma chico! ¡Aaaagh!

-Y-Yo... yo no sé qué d-debería escoger, sensei... - dijo Ryôga, tartamudeando un poco por los nervios. Aunque ya había llegado a un nivel de confianza importante con su sensei, aquello era demasiado íntimo... - Tampoco... tampoco quiero ensuciarle algo que... algo a lo que le tenga mucho cariño, así que... eh... ¿m-me recomienda algo sencillito y... que no use demasiado...? A-Ah, y que sea más bien... discreto. - murmuró con su petición, viendo el escote que tenían casi todas las prendas. La sensei tenía unos pechos bastante voluminosos, eso estaba claro... Y, por desgracia para él, se descubrió mirando los pechos de la sensei de reojo al pensar eso. Se sonrojó al darse cuenta, por la vergüenza propia de un chico. Y lo peor: también se descubrió admirando los pechos de la sensei desde otro punto de vista... ¡la envidia femenina! Ojalá ella tuviera una figura tan madura y adulta como la de la sensei. ¡Por favor, que acabe este día ya!

Seguramente cuando se relajase un poco, avanzado el día, podría controlar mejor todos aquellos instintos. Pero era muy pronto por la mañana y se había impactado mucho, así que... era inevitable. ¡Hacía menos de una hora que se había levantado de la cama, y...! ¡Agh! ¡Mamá! Se acordó de repente y sacó su teléfono. Envió un mensaje a su madre.

Mamá, perdona. He tenido que salir de casa con mucha prisa. Siento no haber avisado. Hoy es día de exámenes, ya sabes, pero además tenía que hablar con mi tutora antes de hacer los exámenes, y si no salía cuanto antes de casa no me daba tiempo. Lo siento. Un beso, mami.

Nada de eso era mentira, realmente.

Cargando editor
21/10/2017, 17:45
Chiyo Ueki

Al despertarme ví la cara de Hikari-chan a pocos centimetros de la mía, en cuestión de pocos segundos, mi rostro se volvió rojo cual tomate y no sabía como actuar, menudo inicio de día. Para rematar la jugada, la poco timida Hikari, había dado una frase un tanto muy sugerente que ya sí me dejó en pleno agosto y sin cerebro, pero el beso dado de Susano-o, me despertó haciendo que me levantara de golpe - Bwuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! - Recorrí la habitación buscando agua y bebí bastante - Y-ya pasó... - Miré a Hikari con seriedad/broma - No juegues con los primeros besos de la gente - Además hoy le toca el suyo - Y yo que pensaba que se trataba de un sueño. - Miro entonces al reloj para ver la hora.

-En fin toca prepararse para irnos. Y después toca el concierto - Le guiñé el ojo y le pregunté - ¿Nerviosa?

Cargando editor
24/10/2017, 18:50
Otae Yoshinaga

La profesora, al oir tus motivos para no querer escoger nada, río un poco -Tranquila Ryôga-chan... que no me importa que ensucies nada, no me voy a poner esta ropa- te explico -Esta es mi ropa de cuando era joven. Siempre la guardaba por si algún día tenía una hija y se la pudiera arreglar y ella la llevará... menos mal que tuvimos a Arai, si llega a ser un chico me hubiera desecho de ella y no te podría prestar nada- te explico con tranquilidad. Era verdad, la ropa que te enseñaba ya no parecía de la talla de Otae -Perdona si tanta ropa te está agobiando... pero siempre he querido hacer esto con mi niña; y ella aún es muy joven- se disculpó contigo. Entonces la entendiste un poco mejor, porque se tomaba tantas confianzas y no le importaba compartir su ropa: ahora mismo, para la profesora, te habías convertido en la perfecta hija adolescente que le gustaría tener pronto cuando Arai creciera.

Cuando le pediste algo discreto, la mujer sólo sonrió -Ahora eres una chica... seguro que tu sola consigues encontrar el estilo que te guste y te favorezca. Y luego te puedo arreglar un poco el pelo, que lo tienes un tanto apretado y despeinado- te comento con una sonrisa -Se que ahora estarás asustada... pero quizás no sea una experiencia tan mala. Anda, confía en tu sensei- te dijo con tono familiar mientras se iba a la puerta -Coge la ropa que quieras y cambiate... seguro que mi nueva niña estará guapa con lo que sea. Cuando hayas terminado, da un par de golpes a la puerta- te dijo, dejándote a solas con un montón de ropa de mujer y un espejo. Ella era muy optimista... pero a lo mejor tu seguías igual de asustado... o no, sólo tu lo sabías.

Recibiste un mensaje de tu madre:

Ains... pues tendrías que haberme avisado, que te he preparado el desayuno para nada. La próxima vez avisa cariño. Supongo que te veré luego. Adiós, y suerte con los exámenes.

Cargando editor
24/10/2017, 21:10
Hikari Nadeshiko

Tu amiga se rió satisfecha por su trastada -Jijiji... deberias haberte visto la cara- dijo mientras se reía con inocencia mientras se incorporaba -¿Que de malo tiene que te bese este briboncete? Con lo mono que es... al menos era un sueño adorable- dijo contenta mientras acariciaba a "tu peludo principe azul" -Seguro que no ha sido para tanto... te habré gastado más bromas como esas en el pasado ¿no?- te pregunto mientras se levantaba y ponía de pie.

Ante tu pregunta, la chica se extrañó -¿Porque debería estar nerviosa? Quien va ha actuar es Yûki... a quien deberías preguntarle eso es a el- entonces se acercó a ti -Ooooo... ¿existe algún motivo por el que tenga que estar nerviosa?- te preguntó alzando una ceja, sospechando algo.

Cargando editor
24/10/2017, 23:43
Gin

El profesor escucho lo que Midori te habia hecho, y entre tiriteos suspiró -Puff... lo si-siento Shugo... pe-pe-perdona- se disculpó en nombre de su hermana, quien ahora parecia más centrada en preparar el desayuno que en escucharos. Conseguiste duplicar la toalla que tenías en la mano, y probando o desmintiendo tu teoría, la toalla salió seca, sin ningún líquido en ella; por lo que tu profesor la cogió encantado aunque su cara no lo expresara -Gra-gracias- te agradeció mientras comenzaba a secarse, dejando de tiritar poco a poco. De mientras, su gemela estaba ajena a todo... únicamente cocinaba.

Una vez seco, el profesor te miro -En serio chaval... disculpa si Midori te ha molestado. No lo hace a proposito- se volvió a disculpar en nombre de su hermana -Ella... es "especial" desde que nació. Dejémoslo en eso- dijo explicandote -Es una mujer brillante... pero no ve las cosas como nosotros. Para ella por ejemplo, la intimidad o la vergüenza no existe. Se centra en sus tareas sin enterarse de nada más de lo que pasa a su alrededor... y ya has visto que a veces le da por... hacer ciertas locuras- te terminó de explicar -Así que dé nuevo... perdón. No es mala persona... es diferente- término diciendo.

Al poco de decir esto, la mujer dejó de cocinar. Cogió sus frutos, y los llevo a la mesa en silencio donde empezó a comer sin esperaros. Había hecho tres platos de huevos, bacon y tortilla francesa. Uno para cada uno, aunque no os espero para empezar ni aviso.

Cargando editor
25/10/2017, 02:28
Rose Miller

-"No te preocupes por eso, tampoco podías hacer nada estando tan lejos y al menos todo acabó bien." -Respondió a las palabras de la contraria correspondiendo una vez más al abrazo de la misma. Una vez que se separaron de nuevo y la contraria no tuvo problema en acompañarla Rose volvió a retomar el camino de ida al instituto, ciertamente estaba deseando poder terminar aquel día para olvidarse de los exámenes de una vez por todas y, así, tener algo más de tiempo libre que seguramente le haría falta de ahora en adelante si los ojeadores se fijaban en su grupo además de poder concentrarse en la competición donde Yuya la había metido.

Le sorprendió escuchar que sus padres se habían separado, después de todo si que habían cambiado bastante las cosas desde que ella se fue. En cierta parte le gustaría volver para ver como estaban todos por allí, tenía curiosidad por saber si habían cambiado tanto como Franky. -"Lamento escuchar eso, Franky, supongo se podría decir que nos hemos visto en las mismas. Me alegro haberme encontrado contigo entonces, al menos ya sabes en que ciudad vivo y lo más importante de todo... ¡Podemos intercambiar números! Así si tienes que volver a marcharte podremos estar en contacto y vernos de nuevo cuando coincidamos en la misma ciudad o cuando podamos viajar sin problemas~" -Le alegraba saber que ahora podría mantener el contacto con su vieja amiga, fue una lástima no tener móvil en aquella época para poder apuntar los números de todos y mantener el contacto aunque fuese mínimo. -"No se si te dejarán entrar al centro cuando comiencen las clases, pero de no ser así siempre podemos quedar después y te las presento, de hecho hoy vamos a dar un pequeño concierto por la tarde delante de algunos ojeadores así que estás invitada si quieres pasarte por allí. Seguramente también esté Yuya por la zona, aunque ten cuidado de estar con ella mucho tiempo..." -Miró hacia los lados como si buscase a algo o alguien con la mirada antes de proseguir. -"Se le va un poco la olla, sobretodo cuando lleva unas cuantas cervezas encima." Pero en el fondo es buena gente. -Menos cuando estaba de mal humor, ahí era mejor buscar un refugio nuclear y encerrarse unos años. -"En cuanto al nombre del grupo es Purple Fire. Lo se, lo se, no es un nombre con un gran impacto pero lo que cuenta es que a la gente le guste la música que hagamos~ En todo caso asegúrate de llevar algo de dinero, seguro que hay más de un puesto de comida interesante por allí."

Notas de juego

Perdona la tardanza pero es que ando con -100 en inspiración últimamente :(

Cargando editor
25/10/2017, 16:50
Ryôga Mitsurugi

Ryôga prácticamente perdió la cuenta de las veces que estuvo a punto de corregir a Yoshinaga-sensei. ¿Ryôga-chan? ¿Y por qué le hablaba en femenino, como si realmente fuese una chica? Vale, tendría muchas ganas de tener una hija adolescente, pero... ¡Él seguía siendo un chico! De pronto se sentía mal por haberse confundido durante tanto tiempo con su amiga de la infancia y haberla llamado Marako-kun sin parar. Ahora entendía lo que dolía eso. Nunca, nunca volvería a hacerlo.

Aún así, no replicó en ningún momento a Yoshinaga-sensei. Bastante favor le estaba haciendo su profesora al cuidar de ella... ¡de él! y prestarle su propia ropa. Asintió a Yoshinaga-sensei y suspiró cuando salió de la habitación. Al menos así tendría algo de intimidad, lo cual era mejor... o no, no estaba seguro de querer vestirse él mismo como una mujer. Tal vez hubiera sido mejor que su sensei lo vistiera... no, no, no. Eso también habría sido realmente vergonzoso. Volvió a suspirar, sumido en sus pensamientos, y leyó el mensaje de su madre. Bueno, al menos aquello había salido medianamente bien.

Miró la ropa y empezó a seleccionar. Cogió unas braguitas cualquiera y un sujetador, aunque luego las cambió para que fueran a juego. Unas braguitas a rayas azules y blancas y un sujetador blanco, mono, con un lacito azul. Se reprendió a sí mismo haber pasado tanto tiempo para escoger el conjuntito y continuó. No pensaba llevar falda, así que escogió unos vaqueros y una camiseta azul. Tras seleccionar la ropa, empezó a quitarse la que lleva puesta. Eso no le llevó mucho tiempo.

Se colocó las braguitas sin dificultad. Lo del sujetador le costó un poco más, bastante más, y en todo momento estuvo rojo como un tomate a pesar de que aquel era su propio cuerpo. ¡Seguía viéndolo con la mentalidad de un hombre! Al final consiguió encajar dentro del sujetador todo lo que tenía que ir ahí, pero su rojez no se disipó. Se puso los tejanos y se dio cuenta de que eran muy ajustados. Cambió de pantalón, pero al parecer todos ellos iban igual de ajustados... no era que no le entrasen, es que eran así. Se conformó con uno al azar. La camiseta que se puso tenía más escote del que pensaba, así que se puso una chaqueta fina por encima.

Suspiró y recogió un poco la cama, dobló la ropa y la metió de nuevo en el armario. Era lo mínimo que podía hacer. Después, llamó a Yoshinaga-sensei con un par de golpes en la puerta.