Partida Rol por web

Conciente de que lo suyo no es el combate cuerpo a cuerpo y que sus amigos pueden necesitarlo mientras él se encuentra alejado del grupo, con su cuervo al hombro, Caesar decide alejarse del enemigo al que a quemado para tratar de reunirse con sus compañeros y pelear espalda con espalda, seguro de que sus conjuros serán mucho más efectivos contra grupos mayores de enemigos o bien, para ayudar a los suyos... En cuanto el clérigo se coloca tras el mediano se da tiempo para murmurarle... Siento lo de aquel rayo, para ser franco intentaba darte a ti, no me había dado cuenta de que los guardias eran falsos... Sonríe al tiempo que se encoge de hombros y se prepara para seguir combatiendo, escudo y maza en mano...

El mediano levanta la mano diestra para tratar de sentenciar al guardia ya herido a un destino faltal mientras que con la zurda se prepara para ensartarlo por si las moscas... Como por suerte predijo, el ataque de la distra erro en el blanco, pero el otro arma estaba preparada para asesinar al otro guardia enmascarado.

No me importan que intenciones tubieras, de no haber sido por ti, ahora estaria muerto.-Le dice el mediano con el semblante serio e incluso furibundo por la pelea que sostenia con quienes le habia causado tanto dolor en el pasado.

Luego extrae el arma de los intestinos del guardia, quien aun se retuerce en torno a su vientre, ti~endose de sangre la mano con la que intenta contener la hemorragia.

Su arma sigue en manos de la Dama, la cual echa un vistazo. -¿Qué diablos hace..?, vete de aquí, o te matarán..- No le da tiempo a avisar a la mujer, pues en cuestión de segundos un guardia salta de la tarima para encontrarse con Aslan.

-Aún tenéis una oportunidad de rendiros y de tener un juicio justo-

Al verse sin armas, solo con su arco y una escondida daga en su bota decide que lo mejor será apresarle, o intentarlo.

Hima continúa enfrentado en el combate con sus dos exóticas armas. Esta vez tiene enfrente a dos guardias, uno de ellos bastante herido. Sin dudarlo ejecuta su primer golpe hacia el guerrero más malherido. Después la ráfaga de golpes continúa en dirección contraria trantando de buscar el pecho del guardia. La punta del arma rompe la armadura y penetra en el pecho del guardia, dejándole completamente moribundo.

Extrae con violencia el arma del pecho y después aprovecha un corto periodo de tiempo para ver como va Methgar..

-Que alguien se encargue de la mujer. ¡Atrapadla!- Grita uno de los guardias al resto, señalando hacia el cadalso. Sin duda el guerrero más retrasado parecía ser el lider de la manada.

Dos de ellos corrieron como si les fuera la vida hacia la escaleras, donde se encontraba Querelar combatiendo contra otro de los guardias. Querelar percibe el movimiento de los guardias al tiempo que detiene la hoja del enemigo que tiene enfrente.

Gárret en cuestión de segundos se ve flanqueado por dos guardias, aunque no está solo esta vez ya que el hechicero de cabello blanco se encuentra con él. El mediano detiene ambos ataques, el primero lo esquiva agachando su cabeza y el segundo lo detiene cruzando sus dos armas entre si. Caesar que permanece al lado se pregunta como diablos lo ha conseguido, pero al poco tiempo él consigue, aunque no tan espectacular, emular el movimiento del mediano para detener el golpe del líder.

Por último, el guardia aparta con seguridad el movimiento de Aslan que utilizaba para apresarle.

Valla error más estúpido... que no te vuelva a suceder..

Ante la desenvoltura de Hima con sus objetivos, decide centrar su atención en la pareja de guardias que pretenden subir por las escaleras. COn el fin de tener una mejor línea de tiro, no duda en moverse unos pocos pasos por la tarima antes de disparar a su objetivo*. Tensa el arco asegurándose rápidamente de que esta vez no caerá en el mismo error estúpido de antes y suelta la flecha. Esta vuela recta y certera hasta clavarse profundamente en el pecho del descuidado guardia que no esperaba el ataque

Caesar observa que el enemigo pretende rodearlos y se prepara para su siguiente conjuro... Da un paso hacia atrás para que pueda usar mis conjuros sobre los dos que tienes a tu espalda!! Le murmura al mediano.

 Querelar, que se había deslizado a un lado para desviar el ataque del bandido, tiene una mala posición para atacar al bribón. Ve como dos guerreros más se apresuran a la tarima para atrapar a la Dama y, decide apresurarse con su ataque para intentar derribar a su oponente.

 -¡Dejadla!. Ella no os importa, ¡¡llevadme a mi con vuestro jefe!!- Provoca el valletano a los bandidos.

El místico retrocede un paso para protefer a la mujer y le susurra. -Vamos, tomaté el frasco que te entregué y marchaté ahora que puedes-

Tras lo ocurrido, Methgar se apresura sobre el escenario para encontrar una buena posición de ataque con su arco. Hecha mano a sus escasas flechas y fija su siguiente objetivo. El infortunado guerrero es uno de los que se apresuran hacia las escaleras para atrapar a la Dama y en cuestión de segundos recibe un duro flechazo en el pecho (-8 pg).

El Valletano decide hacer un fuerte ataque con un movimiento cruzado de su hoja, pero su cimitarra es detenida por el bandido. Seguidamente da un paso hacia atrás mientras se ofrece como prisionero, protegiendo ligeramente el cuerpo de la Dama.

..

La mayoría de los aldeanos ya se han marchado debido al fiero combate que se está disputando en mitad de la plaza, aunque los más atrevidos intentan buscar un buen escondrijo para ver como termina todo esto. Algunos de ellos incluso saquean los cuerpos de gente que ha debido de caer inconsciente al suelo. En cualquier caso no es impedimento alguno para continuar con vuestra pelea.

Se mira la última herida recibida por el guardia y decide que no puede seguir jugando o acabará siendo un coladero a este paso. Le responde con una intensa mirada al guardia.

-Acabemos con esto de una vez-

Da un paso atrás, dándo especio entre él y su adversario. Se desenfuda una daga y le espera, provocándole con un gesto de sus manos para que se adelante el primero en el combate.

-Vamos, estás a punto de vencerme, puedes hacerlo..- Le ánima irónicamente el encapuchado.

Garret ataca de reves a su enemigo de la derecha, rebanandole la garganta, y haciendo que uno de los bandidos caiga muerto en cuestion de segundos, el rincon de la plaza en el que se situa el mediano se comienza a cubrir de sangre, y da la sensacion de que el mediano va dejando un rastro de sangre y muerte a su paso. Tras el primer ataque se centra en su otro adversario, al cual, tras de girar sobre si mismo, ejecuta un corte a la altura abdominal de arriba a abajo.

Ocupate de ese, no tengo problema con matar a dos de ellos yo solo.- Luego se desplaza un paso hacia su derecha para no interrumpir al hechicero.

El hechicero da un paso atrás y estira las manos hacia el par de enemigos que tiene enfrente, al tiempo que en sus labios se dibuja una sonrisa... Chéria Cafsi Sin embargo se ha olvidado de elevar una plegaria a su amada diosa por lo que esta vez tiene la mala suerte de que la manga se le atore en un alambre suelto del metal de la armadura y el ultimo pase mágico es deficiente haciendo fallar el conjuro...

La Dama asiente al susurro del Valletano. Su mirada le contagia seguridad y quién sabe si se volverán a cruzar los caminos.

-Gracias por todo-

Al instante, sin perder más tiempo, pues se apresuran unos cuantos guardias para capturarla ingiere un liquido y rompe el frasco contra al suelo al notar el sabor. En cuestión de segundos el cuerpo de la mujer se transluce hasta desaparecer por completo..

La postura defensiva de Aslan se protege en último momento del gran ataque del guardia. Su gran destreza con las armas le permite desviar la espada hacia un lado, dándole una gran opción para el ataque.

El líder de la manada de guardias falsos sigue atacando al hechicero. El ataque no es propio de un guerrero de su talla y Caesar lo puede esquivar facilmente a pesar de su grave error de concentración para su hechizo. Seguidamente Gárret ejecuta un golpe mortal a su victima, dejándole con muy pocas opciones para vivir. Tras el brutal ataque, detiene la hoja del guardia y se dispone a ejecutar a su siguiente victima de un solo golpe como tiene acostumbrado a hacer.

Querelar, que permanece al lado de la Dama, percibe como dos guardias corren para atrapar a la Dama. Sorprendentemente ven como desaparece y detienen la carrera. -¿Qué ha pasado?. ¿Dónde diablos se ha metido?- Los dos guardias pierden el tiempo buscándola sin ninguna opción de verla, mientras que, Querelar vuelve a esquivar el golpe del mismo guardia de las escaleras.

Por último, un poco más allá se encuentra el oficial Hima frente a dos guerreros. Uno de ellos consigue hincar su espada en un costado, rompiendo la defensa de Hima. La herida es muy fea, pero el elfo aguanta de pie, dispuesto a terminar con los dos cuanto antes. (-10 pg)

Hima! grita al tiempo que la preocupación inunda su rostro cuando ve que uno de los guardias clava su espada en el cuerpo de Him. Sin embargo ésta es rápidamente substituída por fría cólera. Desplazándose una vez más por la tarima en busca de una buena posición de tiro, Methgar no duda en disparar a uno de los soldados que atacan al oficial*. Una vez más, la flecha alcanza su objetivo clavándose profundamente y haciendo patente la presencia protectora de la elfa.

 Tras el susurro de la Dama y percibir que se toma la poción y esta surte efecto, siente como si un intangible peso que oprimía su corazón se aligera y algo parecido a una media sonrisa aflora entre sus labios.

 -¡Seguid buscando si quereis, ya es demasiado tarde como para que le podais hacer algo, está a salvo!- Dice con voz firme.

 Una vez dichas estas palabras adopta una posición marcial distinta, con la guardia fija en el adversario y lanza un nuevo ataque, el acero obliga al guardia a escudarse. Una sonrisa burlona aparece.

 - Esperemos a tus compinches, tal vez entre los tres logreis resultar medio desafío.

La flecha vuela desde el arco hasta su objetivo. El disparo podía haber sido traicionerio si hubiera venido de otras manos que no sean de la elfa, pues el proyectil roza milimetricamente el cuello del oficial hasta seguir su viaje y clavarse con fuerza en la frente del soldado, atrevesando el yelmo que oculta su rotro. -muerto-

Unas palabras un tanto provocadoras vienen del Valletano, satisfecho y cada vez más seguro en si mismo al saber que ha salido todo más o menos bien. Tras percatarse de que la Dama no está busca atacar con pericia al guerrero que tiene enfrente, el cual obliga a utilizar su espada para defenderse.

Aslan hace un juego de pies para colocarse en otra posición distinta. Tras haberle esquivado el gran ataque al guardia, Aslan, con una simple daga consigue destrozar la defensa del enemigo.

-Vaya, veo que las cosas empiezan a igualarse. Vamos, te sigo esperando- El encapuchado mira por encima de su hombro, hacia atrás, como si los que le de verdad le preocupasen fuesen los dos que están a punto de subir las escaleras para atacar a Querelar. O quizá es que tenga algo en mente, pero lo que es evidente es que está jugando con el guardia que tiene enfrente, si hubiera querido ya habría acado con él.

 Gárret carga el peso de su cuerpo en su mano diestra, de modo que el ataque a uno de los guardias lo hace sin la pericia acostumbrada pero con una precisión mayor, la suficiente para atravesar entre las placas de la armadura y llegar a la carne blanda del abdomen. 

La sangre empieza a brotar del estomago del bandido, el cual cae de rodillas al suelo de piedra antes de desplomarse a los pies del mediano. Por un momento se queda mirando al bandido muerto, luego mira al mago que a penas unos minutos antes había intentado lanzarle un rayo mágico que le habría debilitado y que en realidad le salvó la vida.

Ocúpate tu de éste, voy a ayudar a Quérelar- El mediano se sitúa detrás de uno de los tres guardias del escenario que acosan al humano, el cual los rechaza con toda la pericia que puede.

El hechicero da un paso en diagonal para abarcar con su conjuro a sus enemigos... Chéria Cafsi De sus manos surge una llamarada que rodea a los falsos guardias, sin embargo al desaparecer el fuego los enemigos apenas y lucen algo chamuscados.