Partida Rol por web

Había comenzado la mañana en su total normalidad cuando de repente todo cambió y la circunstancia la llevó a ver que estaba pasando, no podía creerse que alguien hubiera activado aquello a no ser que estuvieran siendo atacados. Al menos eso era lo que pensaba Nalha cuando un tanto confundida, pudo ver que en la pantalla aparecía el logo de la liga y todo lo que vino a continuación la había dejado muy pálida. ¿Qué estaban pensando?

Sin más buscó con la mirada a sus compañeros, es que ya esto era demasiado y al ver que era una cuestión de obedecer o morir, así que no dudó ni un segundo en negarse porque no tenía sentido. Eran una organización respetable, pero esto le pareció una verdadera tomada de pelo, considerando que no solían trabajar así. Quizás un infiltrado o algo peor, lo cual tras negar la cabeza inició su búsqueda. 

Quería encontrarse con los suyos y también averiguar de quien había sido esa loca idea que ahora estaban llevando a cabo. No estaba muy segura de que la liga estuviera preparada para una guerra, no lo veía así. 

La noche había sido tranquila.  No es que necesitara tantas horas para recargarme, pero habíamos acordado con Adnzata mantener "costumbres humanas".  Entonces me había pasado las últimas tres horas previas al amanecer procesando información (que mi cerebro sintético colectaba de la red en tiempo real) sobre noticias de la zona.  Era algo trivial? Quizás... pero también quizás esto pudiera ayudarme a encontrar algo interesante... algo necesario... un propósito.

Me levanté, fui a la cocina, y cociné para uno... como siempre.  Adnzata no tenía la capacidad de procesar alimentos, pero me obligaba a hacerlo a mí, que sí podía.  Una tasa de café de la perisferia de la galaxia, unos huevos de algún animal que prefería no recordar, y una jalea de un planeta de un sistema vecino.  Me importaba poco... pero comí, y disfruté del sabor en la boca.

Una pregunta volvió una y mil veces... es el sabor que mis sensores detectan siquiera remotamente similar al que perciben los humanos con su sentido del gusto?  Cómo podría Adnzata conocer esos sabores?

Salí del balcón hacia la plataforma que llevaba a la planta superior, donde estaba ubicado el laboratorio, y aproveché para dar un vistazo a la ciudad, mientras bebía mi café.  El frescor del amanecer erizó mi piel.

Buenos días.  Dije, en un ritual tácito con Adnzata.  Qué te mueve hoy?

Después de mi entrenamiento fui a darme una ducha fria y a desayunar, y cuando terminé recibí una orden de alerta de acudir al hangar principal, cuando escuché que se activaba el comando Gamma y vi poco depués como era acallada una "insubordinación" por Scarlet una asesina conocida en la Liga.

Poco más hubo que explicar,  pues nos ordenaron volver a nuestros puestos, debía acatar aquella orden, era algo drástica pero pertenecía a la Liga y órdenes eran órdenes-obedeceré cualquier orden que venga de la Liga-le dije a Scarlet poco después de que ella anunciase su amenaza, asi que pensativo me marché hasta mis habitaciones, tenía mucho en que pensar, pues desde la desaparición de Némesis se decía que la Liga estaba perdiendo influencia y poder, antes de comenzar el recorrido que me llevaría a mis aposentos, eché una mirada fugaz y fria a aquella cabeza decapitada y luego me puse en camino, odiaba las amenazas.

En el pasillo continuaba pensativo, todo había sucedido demasiado deprisa, pensaba que esa orden era un tanto drástica pero había que obedecer, lo que no entendía era porque se hacían asi las cosas y esas malditas amenazas, no me gustaban las amenazas, ¿querían gobernar a sus servidores con miedo?, para las presas el miedo era útil, para las víctimas y para el enemigo el miedo era una herramienta muy ocurrente y a veces necesaria, no eramos traidores para necesitar de amenazas que nos amedrentaran, yo era un esasino y como todos, leal a la Liga, pues asi lo exigía mi juramento de sangre.

¿Porque entonces esas amenazas?, no tenía sentido, entonces levanté la cabeza y vi a Nahla sin duda ella también obedecería dichas órdenes.

-Hola Nahla-le dije mirándola a los ojos con aquella mirada fria.

En medio del alboroto y sin saber cual era mi puesto a ocupar, observo que se me acerca Malek para hablarme. Agradezco que esté aquí y rápido le indico que caminemos mientras respondo a su saludo. 

—Hey, que desastre esto. ¿No?

Sin más luego del tiempo que llevo dentro de este lugar, era la primera vez que me pasaba algo semejante y la verdad es que no sé muy bien como reaccionar, más aún cuando las órdenes son tan claras y no importa lo que pienses en verdad porque las decisiones están más que tomadas. Por muy descabellado que sea. 

—¿Qué opinas de esto?

Había sido una misión sin muchas complicaciones, nadie del equipo había salido herido. Para algunos lo podrían considerar demasiado bien para ser real, siempre daba igual que tan bien organizaras un plan o lo ejecutaras siempre habían problemas en el momento de ejecutar la misión. 

Tu intercomunicador sonó dándote una alerta de grado 4, aquella alerta significaba que no solo estaba en peligro la misión, sino todos tus compañeros e incluso La Sentella. Seguramente al ver la alerta, no tardaste demasiado en revisarla. En seguida te saltó un mensaje que claramente te informaba que La Liga había activado el comando Gamma.

El comando Gamma era una especie de Ley Marcial en que La Liga se encargaba de manejar y controlar cualquier movimiento que pudiera haber entre gobiernos o planetas, ya sea de origen militar o comercial. Lo que significaba que si salías ahora a la Sentella te podrías encontrar alguna nave de La Liga y tener un encontronazo con ellos pero si te quedabas, no sabrías cuando podrías salir del planeta, lo que los agentes locales o de la misma Liga que se encuentren en el planeta te perseguirían. Sea como sea tenías que buscar la manera de manteneros a salvo.

- Básicamente no me fío de los ineptos...- dijo tajante. Seguía observando al resto de los guardaespaldas desde el borde la ventana y sabía perfectamente que no tenía demasiado tiempo. Esta vez se dirigió directamente a él.- Mira... no estoy aquí para hacerte un favor, para que me pagues o por una simple misión humanitaria... estoy aquí por que para quien trabajo necesita tu ayuda y muerto o encarcelado en el mejor de los casos no le servirás de nada...- la chica chasqueó la lengua y se acercó a la puerta del dormitorio donde puso su oído viendo quien o quienes habían entrado a la casa.- No tengo más tiempo para hablar...- Allison sabía que lo suyo no era convencer a nadie, a ella se le daba bien sacar el blaster y ponerse a disparar a la diestra y siniestra.- ...no voy a obligarte si no quieres tu decides pero necesito que te decidas en este momento.- la chica era alguien brusca y que hablaba sin pelos en la lengua, no parecía que estuviera mintiendo pero lo que importaba en ese momento... ¿te fiabas de ella?

Edward hizo el mismo gesto y miró por la ventana a sus guardaespaldas asignados. Luego miró a los ojos de aquella mujer, se le daba bien leer a la gente, era una de sus mejores armas en las negociaciones y los tratos de negocios. A veces uno tenía que lanzarse y 'flippear' la moneda.

— Bien, vamos. — dijo con seguridad.

Ese día le estaba resultando difícil concentrarse en su trabajo. Últimamente le sucedía con más frecuencia de lo que a Kaia le gustaría. Algo que no podía permitirse ya que, bajar la guardia en su trabajo, distraerse con pensamientos ajenos a sus obligaciones o caer en estúpidas ensoñaciones eran un riesgo innecesario. Su propia vida dependía de ello.

La alarma consiguió sacarla de su estado de gilipollez y centrarla de una vez en lo importante. Se dirigió al hangar principal al igual que todo el mundo en aquella nave, preguntándose qué demonios habría pasado para reunirlos a todos. Pero fuera lo que fuera tenía que ser algo gordo, y más convencida estuvo de ella al comprobar que todos los cargos de La Liga estaban presentes.

Y ¡joder!... Vaya si era gordo el tema; nada más y nada menos que la activación del comando Gamma.

Kaia enarcó una ceja sin variar el resto de su expresión; la pétrea máscara tras la que escondía sus emociones al resto del mundo... La Liga tenía que estar muy desesperada para atreverse a llegar a tal extremo, sabiendo que lo que se jugaba no era solo su credibilidad o su pérdida de influencia sino que lo que verdaderamente estaba en juego era la paz en el universo. Si es que algún día había habido verdadera paz...

Ni siquiera se inmutó cuando Scarlet decapitó a aquel pobre desgraciado que no había sabido cerrar la boca. De qué servía tener cojones si se perdía la cabeza... de manera literal. El tipo tenía razón, eso era algo que Kaia no ponía en duda, pero cualquiera que perteneciera a La Liga sabía perfectamente a qué se exponía si se osaba replicar.

O desobedecer órdenes... Pensó Kaia mientras se alejaba del resto una vez concluida la reunión.

Al pasar al lado del cuerpo decapitado le echó un rápido vistazo, al igual que miró a Scarlet y al tipo que había visto en alguna ocasión, Malek creía que se llamaba, hablar con ella. No oyó lo que decía, pero eso era algo que a ella poco le importaba.

Distinto aspecto, idéntico comportamiento... Los asesinos de La Liga parecían cortados por el mismo patrón; hasta ese punto podía llegar el duro entrenamiento al que eran sometidos.

Ahogando un suspiro de resignación Kaia siguió de largo sin detenerse; encaminándose a su puesto de trabajo para continuar con sus quehaceres sin dejar de pensar en las consecuencias de aquella desesperada orden. Rumiando en todo lo que se iba a perder por el camino y en que, una actuación semejante, solo llevaría a crear más odio y recelo contra La Liga.

Némesis... No pudo evitar pensar en el asesino más eficaz que habían tenido. El único que había logrado abandonar La Liga y seguir aún con vida. ¿Cómo había sido capaz de conseguirlo?

-No me corresponde a mi, poner en tela de juicio órdenes del alto mando, mi juramento de sangre me obliga a obedecer, sea la orden que sea-no iba a traicionar a la Liga, aunque confiaba en Nahla ella me atendió en una misión cuando fui herido, sin embargo era de las pocas personas con quien hablaba, conocía a otros asesinos pero no confiaba en nadie, asi era el trabajo de un asesino, no fiarse ni de su propia sombra.

Sin embargo con Nahla tenía una relación distinta con ella podía hablar a veces, sabía que ella no me traicionaría pues ella trabajaba para la Liga también, pero aunque Nahla era de confianza no solía hablar mucho, mis ojos frios la observaron, mi rostro nunca revelaba mis emociones solo una frialdad absoluta de alguien acostumbrado a matar-no tengas miedo-dije recordando su expresión de pánico en la reunión-no estas sola en esto, podemos investigar juntos.

Mis palabras eran frias porque asi era mi caracter, asi estaba acostumbrado a ser, pero quise hacerla entender que me tendría cerca si había peligro. 

Asintió ante las palabras de Malek, conocía un poco su historia y como era él, así que no le llamó la atención que sea fiel a la Liga y en cierta forma yo también lo era, así que compartíamos en verdad esa incondicionalidad con respecto a la organización. Sólo que esta situación ante los ojos de Nalha era extraordinaria y le suponía el triple de tensión porque sentía que todo se había ido al cuerno de repente. No obstante agradeció lo cercano que se estaba mostrando con ella, era un alivio. 

—Eso haremos, nos pondremos a investigar porque me preocupa en demasía la situación. Es muy raro todo y temo que están haciendo una especie de revolución aquí mismo. ¿No crees? 

Es que sí, había un orden y ahora ya no está. ¿Qué había cambiado? No tenía idea, pero al menos era importante saber por donde tirar ya que las circunstancias eran adversas. Este apoyo, estar juntos en la búsqueda de respuestas es algo positivo, al menos para Nalha. 

A tu alrededor habían muchas personas ya que era pleno día y había mucha gente alrededor por lo que podías intentar despitarle entre la gente pero no sabías si aquel hombre se podría poner a disparar a diestra y siniestra contra gente inocente. A tu alrededor habían algunas tiendas e incluso algún callejón pero desde ahí no sabías a donde podían llevarte o si eran un camino sin salida. Cualquiera que sea fuera tu decisión había algún inconveniente y no era totalmente seguro pero si querías despistarte tenías que correr el riesgo, si no la otra opción era enfrentarte directamente a él...

El hombre que estaba a tu lado, se sacó la capucha y viste el rostro del hombre que parecía humano pero había algo en él diferente que no conseguías distinguir en ese momento. El hombre pidió una copa con total tranquilidad mientras revisabas la orden pero cuando comenzaste a realizar las preguntas su rostro se endureció aún más.- No necesitas saberlo, si quieres puedes aceptar el trabajo o no pero de no ser así...- el hombre dejó la frase en el aire y antes de continuar te dijo.- ...tienes todas las indicaciones ahí...- el hombre no quería o no debía hablar más detalles en público donde cualquiera podía oírles. Las indicaciones eran de ir al lugar, recoger algo, por la pinta de la orden debía ser algún tipo de cargamento y por último custodiarlo y llevarlo hasta los lugares señalados.

Tardaste unos segundos en oír como la voz del trizani te respondía.- Bien... ahora te daré unas indicaciones...- la conversación comenzó a interferir e incluso pudiste ver a tu amo no muy lejos que iba en tu dirección. Seguramente para volver al mismo sitio de donde llevabas días encarcelado.- te daré una señal... en ese momento corre...- no hubo más información al respecto por lo que solo podías hacerle caso y esperar alguna señal o decidir tomar manos en el asunto y esperar que coincidiera con el plan del trizani desconocido.

Arthur no paraba de gruñir mientras se intentaba acomodar por donde podía en la casa y mirando a su alrededor aunque a causa del dolor le costaba centrarse en sus sentidos por lo que solo cerró los ojos con fuerza e intentó estar medio incorporada por si necesitaba actuar.

- El andoriano es un hombre al que conozco de siempre, él es quién me ayudó a crear esas identidades...- gruñó y llevó su manos a un costado de su cuerpo.- ...su nombre es Nykirian...- viste a Arthur mirar su mano manchada por la sangre de su propia herida pero casi como si no tuviera importancia te miró directamente a los ojos.- Los soldados de La Liga que me han atacado me están buscando y no tardarán en encontrarme...- tragó saliva difícilmente.- ...si me llegan a atrapar quiero que te mantengas a salvo junto con Nykirian. Él es el único del que me fio y sé que si me llega a pasar algo, se encargará de ayudarte...

Arthur buscó en su bolsillo hasta que sacó un cubo con varios grabados alrededor, no parecía tener ninguna junta ni acceso por ningún lado. Aunque en ese momento tampoco era el lugar más oportuno para revisarlo.- No te preocupes por mi, cuidate...- el hombre volvió a toser un par de veces antes de gritarte de manera tajante que te marcharas.

En fin, está claro que no voy a sacar nada en claro de aquí. Piensa Ted mientras juguetea con la tarjeta en sus manos. Echa un ojo a la cara bajo la capucha del hombre que se la ha entregado. En cualquier caso, aunque huela raro, no puedo montar una escena aquí y ni siquiera estoy seguro de poder derrotar a semejante mole. Más me vale intentar realizar el encargo rápidamente y dejar el asunto atrás. 

Tras todas estas cavilaciones Ted se pone en pie sin hacer ningún comentario, se guarda la tarjeta a buen recaudo y se marcha del bar. Son muchos trabajos ya como mercenario y sabe que, pese a que pueda no entender qué está ocurriendo, en este mundo el dinero es el rey. Por ello, por el momento, se dispone a cumplir con lo acordado. Así pues, "activa" el modo cumplir órdenes y, cuando sale del bar, se monta en su nave y pone rumbo a las coordenadas que le han entregado.

El día había empezado totalmente tranquilo pero no tardó mucho en saltar una alerta en tu sensor, la alerta de grado 4 era de la más preocupantes ya que no afectaba en la zona que residías, ni tampoco en el planeta si no a todo el universo. En cuanto abriste el mensaje de la alerta, leíste como La Liga había decretado activar al comando Gamma, algo que para muchos era el equivalente a otra posible guerra al haber declarado la ''ley marcial'' de La Liga. Posiblemente para un IA no significaba mucho las palabras temor o miedo pero si el cuerpo podría dar síntomas de estos sentimientos que era normalmente ajenos para un IA. 

El comando Gamma era una ley que había establecido La Liga con los gobiernos en caso de que hubiera una catástrofe y La Liga tuviera que tomar medidas. Aunque en ese momento nada había pasado y La Liga solo parecía querer hacerse con el control del universo conocido. Los gobiernos que estaban ligados con La Liga mediante contratos no les quedaba otra que aceptar y el resto de gobiernos tendrían que ceder o si no enfrentarse contra La Liga. Sobretodo solo con los recursos de sus sectores o planetas ya que La Liga se iba a encargar de manejar y control todo el comercio de alimentos, armas y cualquier otro recurso que se atreviera a manejar durante la galaxia...

En el momento en que decidiste irte con ella oíste una voz al otro lado de la puerta de la habitación, era uno de los guardaespaldas que te había puesto la compañía y que preguntaba por ti: Señor, no tenemos mucho más tiempo por favor dese prisa... - la pelirroja se ocultó en la parte trasera de la puerta. Mientras el guardaespaldas la abrió para ver en su interior.- ¿Señor, todo...? - no tuvo oportunidad de continuar la frase por que Alison empujó la puerta con toda la fuerza que tenía y golpeó al guardaespaldas en la cabeza haciendo que éste se cayera de culo y fuera de la habitación. 

Alison cerró la puerta detrás de si y miró a su alrededor, se tomó varios largos segundos antes de decidir a donde ir.- ¡Al baño! - ordenó. Pegó dos disparos con su blaster a través de la puerta para mantener alejados a tus guardaespaldas y te siguió hasta el baño cerrando la puerta tras de si. Alison conectó un auricular que tenía en el oído.- Better, necesito que me vengas a buscar... ¡YA! - gritó la muchacha enfurecida. Chasqueó la lengua cuando oyó varias indicaciones a través del auricular y te preguntó.- ¿Tienes alguna arma o algún explosivo en el baño? - te preguntó al pelirroja mientras se quitaba la chaqueta y dejaba expuesto su cuerpo esbelto. Debajo de la chaqueta llevaba una malla que marcaba su cuerpo, cubriendo la parte de delante con la malla sujeta a su cuello y la espalda al descubierto. 

Alison buscaba desesperada por el inmenso baño esperando que algo pudiera ayudarla y fue sacando y colocando en el piso algunos artículos de baño que habría en cualquier sitio normal. Jabón, una esponja e hilo dental, lo peor de todo eso fue cuando sacó su blaster y dejó a descubierto la carga de color rojo neón al igual que el pelo de ella y comenzaba a preparar... ¿un explosivo?¿Aquella chica quería salvarte o matarte? no había ningún sitio al cual escapar y si hacía explotar esa carga en un lugar como el baño solo podría acabar de una manera y era con sus sesos y sus entrañas esparcidos por todo el baño.

Arthur me da la sensación que pretende detonar ese cubo de su mano y no dejarse atrapar, cosa que todos haríamos pero quiere asegurarse que yo llegue hasta su contacto, suena claramente a despedida y no me gustan nada ese tipo de despedidas.... y con esas heridas desconozco si me dará tiempo a salvarle antes de ser encontrado.

Por si estás decidido hacer una locura, te quiero como un padre, intentaré salvarte igualmente... no puede marcharse sin saber realmente lo que hizo por mi, existe la probable opción de que no nos veamos mas y no quiero arriesgarme a que lo haga sin saber eso. Tras mis palabras me marcho decidido tratando de no perder mas tiempo del necesario por si puedo evitar el peor desenlace para Arthur.

Apenas pudo reaccionar cuando empezó a torcerse el asunto.

— No era necesario, podría haberlos distraído yo.... espe-espera.. ¿qué demonios estás haciendo? Tengo un arma en el despacho y en el baño no tengo nada que explote... lo peor las baterías de mi maquinilla de afeitar.

Miraba con atención todo aquel montaje sin acabar de entender que estaba haciendo. Se fijó en ella cuando se quitó la chaqueta pero no era el momento de fijarse en esas cosas o hacer algún comentario al respecto.

— Tengo una idea mejor. Salimos a fuera y me tomas como si fuera tu rehén. Yo les daré ordenes para que no disparen incluso les haré creer que tengo algún comunicador o algo encima mío, para que se confíen y nosotros podamos escapar.