Partida Rol por web

Durante el viaje, habian intentado comer lo que Prag cazaba, sin embargo, el ruido causado por el grupo y el viento que soplaba en dirección hacia el sur, habian ahuyentado seguramente muchas presas.
El semiorco se alejaba mientras hacian campamento, y gracias a eso logro cazar un jabalí el primer dia, nada el los dias subsiguientes y un pequeño venado la noche anterior.

Estas dos presas sirvieron para que todos pudieran variar un poco la monótona alimentación, sin embargo, aunque Zenram, Elara y Elandris llevaban raciones para varios días y Prag para ninguno, la comida había al final escaseado.

Niamar y Sharp aun tenían unas raciones para ellos, que en caso de compartir no durarian más de un dia, pero las reservaban por si llegaban a tener la mala suerte de no encontrar ninguna presa en los próximos dias de marcha.

Por suerte, al fin, habian llegado a avistar a un grupo de personas. Lo más extraño no eran los hombres de tres metros de altura, (quienes al parecer estaban usando herramientas pesadas en rocas muy altas) ni los pequeños humanoides de diez centimetros (quienes se movían lentamente, puliendo pequeñas formas en las montañas).
Lo en verdad extraño, era un hombre de apenas un metro de altura, que señalaba unos planos, mientras de otra mano, un dedo se estiraba tres o cuatro metros, para tocar aqui y alla una extraña formación mientras daba indicaciones....

Todo el grupo los ignora, y siguen trabajando muy concienzudamente. Desde donde ustedes estan, no alcanzan a escuchar lo que dicen.

En la entrada de una tienda, bajo un techo de lona que se expande un poco más desde la abertura, pueden ver un grupo de humanos también de variadas estaturas, cocinando algo. Un fuego pequeño, calienta unas enormes ollas, mientras una humareda suave y agradable se disipa en lo alto.
El viento helado golpea sus espaldas, pero escuchando el ruido del estomago de Prag seguramente imaginan que debe oler muy bien.

El capataz del extraño dedo extensible, se sienta en un confortable y acolchado catre luego de dar unas ordenes. Automaticamente envidian también su cómodo mueble, tras cinco dias de dormir con solo unas telas entre ustedes y el rustico suelo.

Elara se sorprende asi misma pensando en como es posible que no se haya traído a esta aventura alguna varita o pergamino de festín de los héroes.
Otra ves será...No lo olvidaré......
Recordando los exquisitos manjares, se divierte pensando en lo interesante que será convencer a estos trabajadores tan raros de que compartan la comida.

Mientras tanto...se le hace agua la boca. El venado fue exquisito...pero demasiado poco.

Parecen amigables no?
Elara mira al resto y avanza hacia donde está el capataz ignorando a los demás obreros.
Si, es muy extraño ver una mujer sin miedo.
Saludos constructor, yo soy Elara, yo y mi grupo viene viajando desde hace tiempo, es interesante encontrar criaturas en estas tierras, y raro también.
Hace una reverencia.
No es mi intención importunar, pero viajamos desde hace días y quisiéramos unirnos a su comida, los bosques no son muy abundantes sabe?.
La mujer mira al capataz con ojos cálidos, su mirada se transforma en la de una damisela que busca protección.

Antes de que pudiera responder a Elara, esta ya dirigía sus pasos hacia el que parecía ser el capataz, sin dejar de mirar a su alrededor un tanto extrañada siguió los pasos de su compañera. De momento sería mejor dejarla hablar no quería equivocarse y decir algo indebido, de modo que se quedó justo tras ella observando tanto al pequeño capataz como a los que le rodeaban. Esperaba que hablasen su idoma pues aunque les restaban algunas raciones de viaje era seguro que no durarían para el resto del viaje que les quedaba y aquellas gentes podían representar su salvación.

A pesar de los esfuerzos de los últimos días, la caza no era excesivamente abundante, y sólo un par de buenas pieces no eran suficientes para alimentar a todo el grupo. El cansancio y el hambre comenzaban a hacer mella, y el carácter del semiorco se agriaba a cada segundo.

Cuando por fin descubren la extraña cantera con seres de todo tipo de tamaños trabajando, el olor a comida inunda sus fosas nasales hasta casi hacerle perder el conocimiento. Sin tiempo para pensar demasiado, sigue a Elara hasta el lugar donde parece estar el responsable del lugar, y sobre todo, donde está la comida.

Sharp había llevado la mano a su arco nada más ver a los extraños humanoides, siempre quiso conocer mundo, pero ni en sus más extraños sueños había visto seres como estos. Al ver que no son hostiles se relaja un poco y deja en paz su arma, pues no quiere provocarles, pero guardando una distancia prudencial sigue los movimientos de Elara, de forma que si alguien intenta atacarla, una flecha volará hacia el antes de que pueda siquiera levantar su arma...

Tal vez podamos pagarles de alguna forma a cambio de la comida... piensa el elfo cuando el olor del guiso le hace empezar a salivar más de la cuenta.

El estómago de Elandris comienza a rugir, acostumbrado a una vida de abundancias y de lujo cuando era joven el semielfo aún no lleva bien los sacrificios de la vida de aventurero, pero como ha oido decir alguna vez durante sus viajes, "sarna con gusto no pica".

Elara se acerca al capataz y Elandris oye decirle algo sobre comida, por lo que se acerca rápidamente a ella para ver si puede ayudar en algo, pues como es natural, convencer a la gente se le da bien.

El paladín observa a Elara acercarse al grupo, por algún motivo tiene un extraño presentimiento...

Mientras su compañera intenta dialogar con una de las criaturas el paladín observa atentamente a las mismas mientras eleva una oración a su diosa...

Ayudadme Atena a discernir entre amigos y enemigos...

Negó con la cabeza al ver como su compañero Zenram comenzaba a orar, esperaba que estuviera pidiendo que aquel grupo les dispensara algo de comida, porque poco importaría el lado de la balanza en que se encontraban unos y otros si en unos días morirían de hambre. Niamar se acercó a su compañero esperando a que terminara para no interrumpirle, y cuando creyó finalizada la oración le susurró. - Sea lo que sea que te haya dicho tu diosa, no te precipites, son muchos.

Cita:

El extraño individuo parece ignorarla al igual que al resto de ustedes.
En un instante, hace un alto, y contrayendo su dedo hasta unas dimensiones normales dice las pasar.

¡Demasiado lentos! Los operarios trabajan como si estuvieran medio drogados, o
demuestran una estupidez más allá de lo esperado.

Luego mira a la joven que le ha hablado, y responde al fin hacia ustedes.
¡¡¡No soy constructor!!! Soy Jefe de Obra...o capataz.
Grita secamente.
Como puedes ver, yo soy hombre de cuatro anas. Alcancé la posición de Golpeador en un año, de Moldeador de Formas en tres, de Ayudante de Obra en diez, y llevo sirviendo como Jefe de Obra desde hace diecinueve años. Mi predecesor era un dos anas, y el Jefe de Obra anterior a él fue un diez anas.
Ufff

No es digno llamarme constructor...

Luego continua dando ordenes al resto de los sujetos.

Cita:

El paladín observa a Niamar, de entre todos era con quien mas confianza sentía ya que de uno u otro modo había iniciado aquella cruzada acompañado por ella. Acostumbrado ya a las interpretaciones erróneas de sus motivos o los de su deidad el paladín sonríe aunque aclara...

Os equivocáis si juzgáis que actuaria intempestivamente, aun cuando mi diosa me indicase que nos encontramos rodeados de monstruos del averno, si bien he jurado exterminar al mal y el caos, también es cierto que he jurado proteger la vida de los inocentes y desde luego ustedes son personas de bien y mi deber es protegerles, la vida siempre tiene prioridad ante la muerte, y los inocentes siempre tienen prioridad ante la maldad, pero este no es el momento de una disertación, esperad aquí...

Ahora que ya sabe que esperar el paladín se acerca hasta el Jefe de Obra, por lo que alcanza a escuchar prácticamente toda la conversación. Una vez que se encuentra al lado de sus compañeros y del humano se presenta...

Disculpad la abrupta irrupción de vuestro trabajo, no ha sido nuestra intención el molestaros y desde luego no ha sido nuestra intención el ofenderos a vos ni a los que estuvieron antes en vuestro puesto, simplemente somo viajeros cansado y hambrientos que necesitamos algo de alimento por el cual estamos dispuestos a pagar generosamente, si vos pudieseis auxiliarnos os estaríamos agradecidos enormemente...