Partida Rol por web

-Noouuuuuuuuuuuuuhhhhh.....- Digo mientras vuelco lo que me queda del segundo whisky en lo que quedaba de un chupito encendido

Y me lo tomo.
 

-Bien... creo que he perdido mis pantalones...-

Brendan os conduce a la taberna. Cuando llegáis, veis una escena muy peculiar. Ian está sentado en una mesa con varios enanos, todos algo bebidos por los gritos y las risas. Hay varios vasos de chupitos sobre la mesa, algunos de ellos encendidos. Unos cuantos enanos están en calzoncillos, los pantalones encima de la mesa, e Ian parece dispuesto a quitarse también los suyos. Debe ser algún tipo de apuesta de borrachos, y está teniendo éxito, porque los parroquianos del bar se han congregado alrededor de la mesa y están gritando y animando.

Brendan se queda mudo de la impresión

- Vaya juerga ha montado el amigo...

Al llegar a la taberna el espectáculo es impresionante. Maldita sea. Se ha vuelto loco. Ahora se empieza a parecer a su padre. - pienso al ver la situación.

- ¿Qué pasa aquí? - pregunto llegando hasta la mesa y poniendo una mano sobre el hombro de Ian. Ian, tenemos que hablar. Tenemos mucho que hacer y poco tiempo para llevarlo a cabo si queremos salvar a Cybil.

Había escuchado en silencio toda la explicación del enano.

Sangre de AEsir... La mía no valdría si me atenía a las palabras en su modo literal, pues, al fin y al cabo, Uller era un Vanir. Colmillos de una cría de Fenrir. Borri ha asumido fácilmente que serán fácil de encontrar, pero es algo que no depende de nosotros, así que me preocupa ligeramente. Una herramienta de los Svaltarf. Si conseguimos encontrarles, no debería ser tan difícil negociar con ellos, aunque nuevamente no es algo en lo que pueda ayudar demasiado. Hilo de cabellos de Sif. Esto último me deja pensativa. ¿Hasta qué punto están los dioses dispuestos a ayudarnos, a salvar la vida de Cybill?

Agito la cabeza, dejando a un lado todos mis pensamientos. Al fin y al cabo, todo esto es secundario hasta que no consigamos el Corazón del Invierno. E incluso si lo hallamos, tendríamos que descubrir cómo utilizarlo para evitar el Ragnarök antes de poder transplantárselo a la hija de Loki. Maldita sea, todo son problemas...

Acompaño a los demás al bar, donde Ian parece estar jugando al streap-poker con varios enanos. Enarco una ceja, asombrada. Sólo a un hijo de Loki se le ocurriría algo así. Me cuelo entre los enanos para ponerme en primera fila, mirándole de arriba a abajo con expresión crítica.

- Decepcionante - afirmo plenamente consciente del doble sentido de mis palabras. Le miro fijamente a los ojos con expresión severa. - Y ahora, si has terminado de jugar, tenemos trabajo...

Giro la cabeza, observando a los enanos con un gesto de reproche que tan solo una mujer es capaz de poner. Cualquiera que haya tenido madre se habrá encontrado alguna vez con esa expresión después de haber hecho alguna trastada o dejado su habitación sin recoger y el efecto que pretendía causar en los enanos era precisamente ese. Después de haber perdido a varios de los suyos en la lucha contra los gigantes, deberían estar planificando sus defensas en vez de perdiendo sus ropas con un vástago de Loki.

Apoyando un dedo en el pecho de James le digo con aliento etílico -...Ustes tienen poco tiempo?... Ustedes quieren salvar a Esa- 

Quedo en boxers y con mi chaqueta. Dejo mis pantalones sobre la mesa y recojo mi remera, que ya me había quitado antes. 

-Si, mira a otro lado...- Dirigiéndome a Hilda 

 -...que a este gigante de escarcha no le gustan las chicas frías- En todo burlesco, acompañado por los vítores
                 y silbidos de los demás ebrios

-Ahora que es tan importante James?-

- Ven con nosotros. Podemos salvar a tu her... a Cybil pero tendremos que trabajar rápido pues varios son los objetos que tenemos que conseguir. - le digo.

- ¿Contamos contigo o vas a dejarla morir? - añado levantando una ceja mientras formulo la pregunta.

Aprieto los dientes con rabia para no pegarle a James.

Me vuelvo a la mesa y miro mis ganancias... casi unos veinte a favor... -queda con lo que gane, me compro mi pantalón- Riendo por la ocasión. Levanto mis pantalones de la mesa y me los cuelgo al hombro.
-Nos volveremos a ver y les quitare hasta los calcetines- 

-Esta bien, pueden amargarme mi fin del mundo- Digo abriéndome paso entre los vástagos hacia fuera. Donde me apoyo contra la pared, algo mareado, para ponerme los pantalones.
Media botella de whisky y otra de tekila no me hacen nada...
 

Al entrar en la taberna y veo el espectaculo, tan solo intento controlar mi mal humor, el cual me ha causado ese maldito hijo de... Loki, y por si fuera poco me aparta como si de nadie me tratase, salgo tras de él aun mas enrabietado y con ganas de asestarle un buen puñetazo. Abro la pierna de un golpe y me encaro a Ian -¿Que tienes, cinco años o que idiota?- digo alzando mi puño y le asesto un golpe.

Ian ve llegar el puñetazo y se aparta a tiempo. 

Arqueo las cejas a modo de sorpresa cuando el hijo de Odín intenta golpear al de Loki. Por si la situación era poco complicada, ahora empezamos a pelearnos entre nosotros.

- Hombres... - susurro hastiada por tanta testosterona.

Me dirijo de vuelta a la puerta del bar.

- Cuando hayáis dejado de medírosla a ver quién la tiene más larga, estaré esperando en el jeep. Si en quince minutos no habéis llegado, será mejor que encontréis un vuelo barato para llegar a Colorado.

Hago unos cálculos rápidos. Entre el tiempo que tardaríamos en comprar los billetes de avión, pasar todos los controles del aeropuerto y llegar a Colorado Springs, nos sale más rentable viajar directamente en coche, especialmente teniendo en cuenta los problemas que podemos tener por llevar las armas a través de los controles del aeropuerto.

Niego con la cabeza a modo de desaprobación mientras salgo a la calle dejando a los dos hombres peleándose como si fueran niños en el patio del colegio.

Levantando los brazos me aparto. -Wow... que te pasa gordito? Quien eres tu para venir a causar problemas, he? Te conozco?- Y dándole la espalda me alejo del lugar, terminando de subirme la bragueta. 

Me dirijo hacia lo de Ola, deje mi bella moto ahí.

Eck visualizó la escenita Ian-Hagger y desistió, ¿Para qué reprender, eliminar lastre o gastar energías si ninguno iba a razonar? Se fue al jeep con Hilda y esperaría a que James se uniera al equipo en el mismo. No era su mejor compañero, pero al menos era eficiente y con compostura, cosa que era escasa en el equipo.

- Bueno, mientras estos deciden quien es el Berserker del mes, pensemos qué hacer en el lugar de destino.

- Primero deberíamos decirle a Ian todo lo que hemos descubierto para que se ponga en contacto con su padre. - digo llegando al Jeep y apoyandome en el mientras observo a los otros 2 Vástagos.

-¿Cual es el plan?- Desgraciados -Evitar el fin del mundo en familia?- Susurro con rostro irónico.

- Si te hubieras quedado habrías escuchado los ingredientes que necesitamos para salvar la vida de Cybil. - le digo. Necesitaremos una pinta de sangre de AEsir, o en su defecto de uno de sus vástagos, para rebajar la concentración de sangre de gigante. Dos colmillos de una cría de Fenris, para anclar bien el nuevo corazón, una herramienta cortante hecha por un artesano svartalf, la única que podría seccionar con limpieza las venas y arterias sin derramar sangre, e hilo fabricado con los cabellos de Sif, que son lo suficientemente fuertes y mágicos como para suturar la herida y curar del todo a Cybil.

- Los dos primeros son relativamente fáciles de conseguir; nosotros somos vástagos de los AEsir y nuestra sangre servirá tan bien como cualquier otra, y las crías de Fenris no son difíciles de encontrar en compañía de gigantes y jotun; el problema es matarlas, aunque mo creo que tengamos muchos problemas. El tercero... tendremos que buscar a alguien que nos consiga contactos con algún svartalf o colonía de svartalfs, y aunque no creemos que nos vendan un objeto artesanal tan fácilmente. El cuarto ya es otra cosa; eso requeriría audiencia con los propios AEsir, concretamente con Thor o Sif... o puede que con Loki.

- En ese punto es donde descubriremos lo que valora tu padre la vida de sus hijos pues ahora mismo es el único al que tenemos acceso. - digo señalando a Ian.

Recuerdas una cosa: el forro interno de tu chaqueta está hecho con cabellos de Sif