Partida Rol por web

O quizas si este. Te parece percibir que uno de los cuerpos se mueve ligeramente, uno en el costado derecho, enfrente a la siguiente puerta.

Cuando pienso que nada puede ser más grotesco en este lugar que aquella mujer en descomposición en la habitación anterior nos encontramos con esto. Este lugar parece un matadero, y las carnes humanas parecían dispuestas ahí como si estuvieran esperando ser compradas. ¡Bueno, después de todo creo que todavía podría ser mucho peor! Además, he estado en espectáculos así, cuando me divertía en mi manada, tomando juntos aquel manantial de vitae que caían de las víctimas aún vivas.

Veo la puertita de metal y empiezo a avanzar hacia ella, pero de repente me detengo. Le doy un golpecito a Sebas y rápidamente le indicó un lugar con el dedo. Me ha parecido ver que uno de los cuerpos cercanos a aquella puerta se estaba moviendo.

- Mira ahí... - susurró.

Selina estaba intrigada, se preguntaba porqué alguien en las alcantarillas podía campar a sus anchas, divirtiéndose como un bebé anclado al pecho materno y sin embargo, ellos debían fingir ser anarquistas de poca monta y guardar las malditas formas.
Estudió su entorno, esperaba encontrar algo. Todos los que se divierten de esa forma tienen patrones, siempre hay algo que se repite, lo había aprendido de Maira. Tal vez podía descubrir algo útil mientras el resto buscaba al nosferatu. La curiosidad se iba apoderando de ella mientras recorría la sucia estancia, observó con pasmosa tranquilidad cada resto en descomposición, a veces con asco y otras con una pícara sonrisa; dependiendo del órgano y de lo que imaginara en cada momento.

Por lo que puedes deducir, al cabo de una buena contemplación, hay un lazo bastante evidente. Todos los órganos son cosas que los vampiros ya no usan. Pulmones para respirar, estomagos y entrañas para procesar los alimentos, riñones y vejigas para orinar, y aunque tu propia percepción puede diferir, genitales de ambos sexos... Sin embargo, no hay corazones ni cerebros, ni otros organos de menor monta como ser ojos y lenguas. Ahora, el porque de esa selección, es algo que escapa a tu comprensión inmediata.

Entre las herramientas abandonadas encuentras picahielos, ganchos, pinzas, martillos de carpintería, sierras de mano y otras cosas que no encajan para nada, como un tenedor largo, cucharas de madera y una batidora manual. Es obvio que su uso fue como instrumentos de "juego", por las rojizas manchas que tienen... pero algunas podrian servir como armas improvisadas.

Selina coge un picahielos y se lo guarda entre la falda y la ropa interior. No le gustaban especialmente ese tipo de armas, no era buena en la lucha cuerpo a cuerpo. Lo suyo era la seducción, la mentira y los juegos; pero tal vez pudiera serle útil.
Esperaba que sus compañeros volvieran pronto con el nosferatu, le intrigaban sus "juegos", y porqué los hacía.
 

Mientras introduces el picahielos en tu cintura, el silencio incomodo del refugio se hace pesar, al adentrarse más Lucas y Sebas en la habitación que ellos exploran.

Nada te da la menor señal de aviso, cuando una mano surge por detrás de ti y te cierra la boca firmemente, mientras otra extremidad rodea tu torso, apresándote los brazos contra tus pechos, en un agarre de acero. Podes sentir junto a tu cabeza algo duro, frio, rozándote le costado y la oreja… y una voz carrasposa, gruñente, casi animal, que susurra.

-… Es raro… raro si… que la comida venga acá…

Si eso que te habla es humano vos sos la Madre Teresa, podes presentirlo. Tiene una tonada argentina, pero eso es lo más aproximado. Y la inhumana fuerza con la que te apresa, confirma cualquier duda que puedas tener.

El dueño de casa te encontró. Y seguidamente, pregunta, sin ninguna relacion con lo anterior... ojala.

-... ¿Te gustan las ratas? ¿Queres conocer a las mías? 

Sebas no sabía a lo que se refería Lucas, intentó esforzarse en mirar a la zona que le indicaba para intentar verlo el también

- Sabes que pienso, creo que deberíamos avisar a Valentin, al fin y al cabo es el único que conoce al boludo que vive acá... Que  parece no tiene muchas ganas de recibir visitas. ¿Vos que opináis?

Su puta madre, pensó al verse atrapada por el abrazo de su captor.
rapidamente supo que jamás podría librarse de su abrazo usando simplemente la fuerza, y eso que al convertirme en vampira el mundo se rendiría a mis pies... maldijo a Maira, maldijo a Buenos Aires y maldijo a cada puto vampiro argentino que poblaba aquella infecta ciudad.
Trató de pensar, aunque dadas las circunstancias no sabía si lo adecuado sería pensar o actuar... Desvió la mirada hacia su captor, quería verle la cara y mirarle a los ojos.Pero sobre todo, quería tratar de recordar si durante su inspección de la sala vió algo a lo que pudiera dar una fuerte patada. Si hacía ruido Sebas y el resto vendrían rápidamente hacia aquí, o al menos eso era lo que Selina esperaba.
Hizo un pequeño gestos con la cabeza, y con la cabeza, trataba de señalar a los órganos de la pared y decir que no para que el captor comprendiese que nada de aquello iba a salir de su interior. De pronto algo cruzó su alocada cabeza, era probable que aquel vampiro fuese mayor que ella y tuviera, por tanto, más recursos, pero no estaba del todo indefensa.
Recordó las palabras del Che, en Buenos Aires todo el mundo respeta a la camarilla, ¿y que piensa la camarilla de aquellos que matan a un semejante?
 

- Sí, me parece bien - respondó. - Pero creo que alguien debería quedarse aquí vigilando mientras el otro avisa a Valentin. No quiero que éste se escape antes de que Valentin llegue. Puedo quedarme yo - agregó -, al menos que lo quieras hacer tú.

No puedo evitar poner una sonrisa en mi cara, como si estuviera retando a Sebas a ver quién de los dos era el más valiente para quedarse aquí.

Al volver la cabeza lo poco que su presa te permite, logras entender algunas cosas… Un sentimiento algo olvidado, muy humano, recorre tu espalda y tus piernas.

Lo duro que rozo tu cabeza era el pico, de una extraña, bizarra, totalmente extravagante mascara de cuero con la que el tipo se cubre el rostro. Lentes de cristal negros ocultan sus ojos sin cegarlo, al parecer, aunque el cómo puede ver con eso en los ojos en la oscuridad de los túneles es un misterio. Ni siquiera vos o Sebas, con los sentidos agudizados, pudieron hacer nada contra esa completa oscuridad.

También notas que es muy alto, quizás un metro noventa, difícil decirlo con el gorro. De la misma forma, su figura queda empañada y difusa por una negrísima y húmeda túnica con la que se cubre, un estilo teatral que sin embargo va muy bien con su figura siniestra. Pero no es mucho más ancho que vos, así que debe ser delgado...

Sus dedos se cierran en torno a tu mandíbula de forma dolorosa. El no parece darse cuenta, aunque sin verle la cara es difícil decir si tiene alguna expresión.

-¿No te gustan las ratitas? Mmm… no me gusta la gente… y menos los que no les gustan las mismas cosas que a mí. +dice en un tono sentencioso.

Tenes que llamar la atención.  Tenes que hacerlo o te va a romper. Pero no podes zafarte de su presa así como así. Delante de vos está la alacena donde encontraste las herramientas. Si logras deslizarte, aunque sea un poco, y darle una patada… La otra es revolverte y esperar que el ruido del forcejeo los atraiga. ¿Pero serán lo bastante rápidos?

Mientras deciden, parece que alguien puede oir sus voces en el estrecho recinto, porque el cadaver mueve algo mas, y ahora si, incluso Sebas puede notarlo. Es algo ominoso, ver esos restos de quien sea que fuera, moviendose como un pedazo de una res colgada en un matadero... Lucas lo ha visto mas a menudo, pero incluso en el norte, no hay esta cantidad, ni este nivel de morbo. El tipo aca abajo, esta realmente jodido de la cabeza, si hay que compararlo con los rituales de las manadas desaparecidas. 

El balanceo mengua y lo que sea estuviera alli parece que se desliza hacia la puerta del fondo, sin el menor ruido!

Sebas escucha a Lucas, mientras ve como lo que estuviera allí escondido se ha escabullido.

- Me temo que fuera lo que fuera lo que había ahí, ya se ha ido. Lo mejor será que no avances mientras voy en busca de los otros dos... Ahora vuelvo...

Sebas se movió rápidamente entre en los bultos colgados y se dirigió a la puerta que habían atrevesado anteriormente en busca de Valentin y Selina.

Asientó con la cabeza mientras observó a Sebas irse, y espero agazapado en el lugar donde estoy a que éste vuelva, con Valetin y Selena. Aunque una parte de mí esta deseando moverse furtivamente hacia la puerta donde ha desaparecido aquella cosa extraña y seguirla por mis propios medios, la otra parte, la que pensaba más con el cerebro que por la excitación de la aventura, me retenía en el lugar. No era tan estúpido como irme detrás de esa cosa, y más aún cuando esa sombra bien podía ser el Nosferatu que buscamos. Ya había podido presenciar la manera en como el anfitrión trataba a sus huéspedes, y definitivamente no quería imitar a ninguno de los sacos de carne aquí expuestos.

Selina estaba a punto de perder el control, ¿que clase de mentiras le había contado Maira?,al parecer todos lo vampiros de aquella inmunda ciudad eran más poderosos que ella.
Ese puto nosferatu le estaba haciendo daño, y tenía pinta de que hiría a peor, trató de pensar, pero en su mente sólo podía imaginarse como la destrozaría. Decidió que era el momento de lanzarse a la acción. Tal vez no fuese fuerte, pero sí podía ser rápida. Esperó que el nosferatu no fuese tan veloz como ella, aunque ya le quedaban pocas esperanzas.
 

Selina patalea inutilmente el aire, pifiando a la alacena. No hay caso. El sujeto nota su resistencia, puesto que tira mas de ella, apegandola mejor contra si y por ende apartandola de que pueda golpear el mueble llamando la atencion. Es un abrazo intenso, posesivo, casi romantico... si no fuera por quien lo esta dando y la desmedida fuerza con la cual lo hace, la cual parece que romperá sus huesos.

Pero como llamado por la casualidad, Sebas regresa en ese momento, encontrandose con la escena. Selina esta apresada, con la boca cerrada y los brazos inmovilizados, por un sombrio agresor!

El sujeto, envuelto en una negra tunica, y con una extravagante mascara sobre su rostro, la sujeta con fuerza evidente por la forma en que el bien formado cuerpo de la chica se contrae al ser apretado. Es muy alto, mas del metro noventa, y aunque su cuerpo queda disimulado por los bultos de la tunica, se le nota es delgado. Cuando el Malkavian entra, vuelve la vista hacia el, murmurando sin la menor sorpresa.

-Tsk... odio que halla tanta gente sin invitar en mi casa... De verdad lo odio.

Mientras Sebas sale, sientes unas raspaduras metalicas. La puerta del fondo no se abre. Solo parece que algo se rascara contra la misma, o quizas, tanteara, buscando algo...

Extraño. Muy extraño. Y ahora estas a solas con ese tipo... o eso, quizas seria mejor decir. ¿Aplica el criterio de persona a alguien de esta clase?