Partida Rol por web

- ¡Gracias! - gritó, buscando que Sebas me oiga entre todas estas ratas.

La urgencia de Valentin para que tanto Sebas como yo vayamos a ayudarle me hace sentir eufórico, y así, llevado por esa sensación que se apodera de uno cuando recorre la adrenalina por las venas, hago movimientos más rápidos y más precisos, si es posible, para sacarme las ratas de encima. ¡Ya quisiera darle a este maldito Nosferatu su golpe en la jeta!, pero mucho me temo que así no podré ni envocar un golpe.

El empujón de Sebas me toma por sorpresa. Por un momento siento que voy a caer y que en el suelo se me subirán más ratas, pero al llegar contra la pared mi instinto me dice que deje a mi compañero hacer. Alientó mentalmente la empresa, diciéndome: ¡Váyanse, váyanse! ¡Lárguense de una vez!

Mientras Sebas y Lucas dispersan a uno de los grupos de las ratas, el Encapuchado sigue debatiendose con las ataduras convocadas por el rubio. Logra zafarse del segundo apendice, pero el primero sigue firmemente enredado...

El truco de Valentin es bueno. A pesar de su potencia, incluso el tipo este puede ser contenido, aunque sea a duras penas, por los tentaculos de sombra... Solo falta que hagan lo mismo con su animo combativo.

-Pero que coño!!! Exclama Selina asombrada al ver que su disparo apenas hace mella en su enemigo. ¿Acaso aquellos vampiros argentinos eran realmente inmortales?...Alguien le debía muchas explicaciones, pero ese no era el momento de pensar en tonterías, era el momento de apresar a aquel capullo encapuchado, pero... ¿quién o qué cojones es eso contra lo que luchamos?
Sin pensarselo dos veces Selina se lanzó sobre él, quería quitarle aquella maldita máscara metálica, quería ver a qué se enfrentaba y sobre todo, quería causarle dolor.
 

El rubiales sigue dandole todo lo que tieen, un puñetazo tras otro, y aunque lentos sus golpes parecen estar haciendo mella. Otro tanto la presa oscura en torno a las piernas del Encapuchado, quien empieza a cerrar los brazos, en un intento por atajarse de la lluvia de golpes que le esta cayendo. 

Selina raspa inutilmente contra la mascara del Encapuchado, pero esto de pelear a mano nunca fue lo suyo... Al intentar usar el picahielos contra el ojo del Encapuchado, su punteria es pesima, y en su lugar se pega el brazo contra el duro pico de la mascara, causandose un doloroso impacto en el brazo (1 daño contundente). Para colmo las ratas se siguen ensañando con ella y Valentin, royendo sus caras botas y pantalones ajustados, aunque sin lastimarla gravemente de momento, mas alla de raspones en la piel... que no se sienten tan mal, la verdad. Al menos para ella

No todo es negativo, sin embargo. Lugas y Sebas finalmente logran librar al primero de las ratas que le envuelven, y las que quedan vivas se dispersan, aburridas o asustadas, o quizas simplemente libradas de ese interes fanatico por morderlos. Al fin el Brujah puede volver a actuar!

Poco a poco, la balanza vuelve a favorecerlos.

Al ver que por fn el brujah queda libre Sebas corre a prestar ayuda a Selina indicándole el msmo modo que han utilizado.

- Id vos a ayudar a Valentín y dadle una buena zurra a ese boludo.

Dirigiéndose a Selina:

- Ya estoy con vos, cielo. Quitemos esas ratas, que no le favorecen nada. Comienza a empujarla poco a poco contra la pared mientras golpea con el cuchillo a las que puede, teniendo cuidado de no ser brusco provocando su caída. Una vez pegada a la pared comienza a golpear a las ratas para espantarlas y que pierdan el interés

¡Al fin libre! Después de pelear tanto con las ratas al fin me deshago de ellas, gracias a Sebas, y ahora estoy libre para atacar a aquel maldito Nosferatu. Sin pensarmelo mucho me lanzó en pos de éste con el puño en alza, dispuesto a clavarle un soberano puñetazo en todo el estómago. ¡Ya verá ese malnacido! ¡Ya verá si no nos va a decir lo que queremos saber, si no colaborara con nosotros! ¡Le sacaré las palabras de la boca golpe por golpe si es necesario!

Selina se ve arrastrada por el empujón de Sebas, Pero, ¿que coño? Se sintió frustrada porque su compañero la alejase del combate, aquel nosferatu estaba agotando su paciencia y pensaba llevárselo al Che aunque fuese hecho un colador. Se mordió el labio inferior con impotencia mientras trataba de quitarse las ratas de encima, después de todo tal vez fuese eso lo mejor, y, aunque no lo fuera, nunca podría con Sebas en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo...

Valentin y sus tentaculos agradecen la ayuda, mientras sigue aporreando al duro tipo. Lucas puede comprobarlo tambien cuando le pega, es como darle a una pared. Desde sus entrenamientos con David que no se topaba con alguien asi de resistente. Es de agradecer que los tentaculos lo restrinjan, sino no seria divertido pensar en como debe pegar.

-Ya boludo, calmate! O te jodemos todas las ratas de mierda! +grita el rubio, medio desesperandose.

Con un arrebato de furia, se libera finalmente de los tentaculos, y se gira para encarar a Valentin y a Lucas. La tunica le ondea amenazante, y los dos pueden tener idea que el tipo esta lejisimos de haber sido dominado. Pero ante la mencion del rubio, se lo replantea... El tono desesperado de Valentin no carece de fuerza. Si estos pendejos enloquecen y lastiman a sus bebes...

-mis... esta bien. Si las dejan en paz! +grita firmemente, mientras adopta una postura defensiva de boxeo, atento a la respuesta que de el grupo. 

Sebas deja de golpear las ratas que tiene Selina, en el segundo siguiente al que escucha la reclamación de tipo.

-Serás...! pero si sólo nos estábamos defendiendo!- Se queda expectante a ver como reacciona- Pero ya podrías pedirles que se quiten de nuestra compañera...

Sebas parece un empate técnico, al menos por ahora. Quedaba saber como se tomaría el nosferatu las palabras de Valentín y las de Sebas.

¡Vaya, este tipo es fuerte! A pesar de que le doy un buen puñetazo no le causo ni un rasguño. Pero no haber podido herirlo esta vez, en vez de ofuscar mi mente, me hace sentir renovadas fuerzas en devolverle golpe a golpe lo que él y sus malditas ratas me han hecho. Antes de pensármelo mucho, me preparó para un nuevo ataque, pero entonces ocurre algo inesperado (o al menos para mí).

El Nosferatu quiere hacer las pases con nosotros. Después de todo lo que ha pasado, de los intentos infructuosos de hacerle comprender que mis compañeros y yo no venimos en son de guerra sino para acudir a sus conocimientos, quiere parar porque teme que lastimemos a sus queridas ratas.

¡Bah! ¿Tan preocupado está realmente por esos malditos roedores? Aunque literalmente las crío, las ratas, como cualquier plaga, se esparcen sin control. Podrá tener más si así lo desea. Pero ¿y si dice la verdad? Por mi parte desconfió, mas como no quiero ser el que dañe la situación retiro los puños y me alejó un poco, de modo que no resulte como si estuviera dispuesto a lanzarme encima de él. Aunque todo mi cuerpo grita: "¡Pégale!", no hago ningún movimiento de ataque; aunque no por eso dejo de estar alerta por si este tipo quiere aprovecharse de nosotros.

Una leve sonrisa aparece en el rostro de Selina, se aleja de la pared al fin libre del placaje de Sebas mientras siente como algunas de las queridas ratas del nosferatu aún recorren su cuerpo.
-Bueno, parece que al fin entras en razón,conmenta dirigiéndose al nosferatu, -Podrías haberle ahorrado algunos golpes a tus amigas si hubieras accedido a acompañarnos desde el principio.
Así que ese era su punto débil?, las dichosas ratas...Selina no quería desaprovechar la oportunidad de hacerle sentir culpable por los daños que hubieran sufrido las ratas en su forcejeo con Sebas y Lucas. A pesar de que a ella le gustaba un poco de dolor no iba a dejar que aquel tipo se fuera de rositas sin sufrir ningún daño, aunque fuera en sus sentimientos.

Unos leves chillidos hacen que las ratas abandonen tanto a Valentin como Selina, aunque se refugian en los rincones del cuarto. Comienzan a subir por los escasos muebles, meterse al tubo, y algunas algo mas osadas (o hambrientas) al cuerpo de la chica atado a la columna…

El encapuchado no presta atención a eso, sino a ustedes. No baja la guardia un ápice.

-Jum, como si la dulce corrupción de la superficie no fuera un bocado suculento… Todavía puedo hacer muchas cosas hermosas con ustedes, si, cortarles esas partecitas que les sobran para que ellas coman… Pero me aburre y molesta tener visitas que ya están muertas. Así que, ¿Qué quieren? 

Si todavía respirara, suspiraría de alivio. El rubiecito abre las manos, mostrando su intención clara de no seguir pegándole a aquel puto saco de boxeo… y tratar de dialogar.

-Necesitamos datos, ¿ok?  Nada más. Hay alguna mierda pasando ahí en el Norte, y capaz vos o tus amigos saben algo. No podemos contactar a los nuestros. Y parece que la camarilla tiene alguna cosa rara, un arma o algo, que puede tumbar montañas.  

Se muerde el labio levemente, acomodando sus ideas. Si fuera un nosfe normal seguro que entendería de una, pero este capaz necesita más datos, para no irse por la tangente con cualquier respuesta. Mira a Lucas a su lado, y le da un suave golpecito en el codo, instándolo que hable.

-O sea, a ver… vos. Grandote. Explícale de nuevo esa historia, así se ubica bien. 

Asiento con la cabeza, y le explicó al Nosferatu:

- Vengo de la Archidiosesis de Tucumán. Hace unos días se presentó un tipo llamado José Medina, que venía de la Cueva de la Plata. Él contó que había ido a cazar con un compañero, y estaban regresando a su refugio cuando escucharon un ruido. Dijo que no era ningún sonido que hubiera escuchado antes, que reverberaba de la misma tierra; según él era sonaba como un grito que saliera desde el suelo. Entonces las rocas empezaron a partirse. El refugio de este hombre colapsó. Luego el sonido desapareció de repente, y cuando este Medina y su compañero pensaban que estaban solos, aparecieron unas figuras a su alrededor. Ellos escaparon y no supieron más. Ahora, al parecer, mi manada también esta desaparecida, quizá de la misma manera en como desapareció la de este Medina. Y no tenemos ni la menor idea de quien podría estar detrás de todo esto. 

Lucas recibe la grata sorpresa de que el tipo escuche todo sin interrumpir, mientras sus amiguitas van abandonando el cuarto. Al terminar de hablar, solo quedan los ruiditos rasposos de esas patitas, más algún débil chillido.

-Jejeje.

Son los primeros sonidos que emite luego de unos momentos. Una apagada y burlona risita.

-Jejeje. ¿Se creen esa? ¿La paloma que vuela ahora sobre las cabezas de los de arriba está cagando y piensan que es serio? No están viendo los gérmenes de esa mierda...

Hace una pausa, enderezándose. Sus nudillos crujen secamente. Otra vez esta como si nada, seguro y fuerte. Probablemente cualquier daño que le hicieran ya lo ha sanado… Pero no ataca.

-¿No entienden, no? Esa basura que siempre van predicando, no empieza con bombos y platillos. No va a ir con estruendos. La música de apertura es el silencio. Una voz que se apaga. Otra. Otra más. Cuando se den cuenta, la oscuridad donde acechan les va a devolver la mirada hambrienta. ¿Qué tan listos están para mirarse al espejo?

Seguidamente se mueve, caminando con paso lento hacia la sala de los cadáveres colgados. Antes de irse por la misma, deja una frase más en el aire.

-Sería mejor que se vayan. Ya empezó la tormenta…. Ah sí… y los de la camarilla esa, están igual de perdidos que ustedes. ¿No es gracioso? Jejeje…

Si respirase, Selina habría soltado un sonoro suspiro al escuchar la conversación. ¿Es que son subnormales todos en Buenos Aires? pensó de forma fugaz mientras ponía los ojos en blanco un segundo. Se supone que tenían que sonsacarle información al nosferatu, y sin embargo allí estaban, Lucas le había contado un montón de cosas y el nosfe les salía con evasivas.
Algo no funcionaba bien en ese intercambio de información, sin embargo la joven no actuó. No dijo ni una palabra, ni siquiera movió un músculo. Aún llevaba muy poco tiempo entre el grupo y no quería pasarse de lista.

Sebas no sabe que pensar de lo que les ha dicho el nosferatu, lo que les ha dicho y nada es casi lo mismo... Si creían lo que decía, al menos no eran los únicos que andaban perdidos. Pero entonces quien era el que andaba detrás de ese arma...

- Así que nos zurramos, para averiguar que la camarilla no está detrás de la agresión... ¿Quién dijo que este boludo nos iba a contar algo?