Partida Rol por web

Cuando le veis llegar tiene un paso algo renqueante, pero decidido, saluda a todos, casi parece enfermo, como si tuviera una gripe en avanzado estado, pero con una fuerza interior inusitada, insiste en realizar la sesión.

También podéis ver que viste con ropas tradicionales indias, bastante pasadas de moda. Hace tiempo que un indio solo viste así en festividades.

Caballeros, señora (difigiéndose a Vera), hoy será un gran día, les garantizo resultados excelentes.

Señor (mira entonces a Sir Larek), como Ud. sabrá, necesito preparar la instancia, hoy los espíritus están muy activos y he de discriminarlos a todos y elegir solo al adecuado.

¿Tengo la sala dispuesta?

Sir Larek contesta de modo afirmativo. En ese momento, entra Tadam.

Ruego no me molesten, esto es más delicado de lo que parece.

Entra en la sala, cierra la puerta y corre las cortinas, sabe muy bien lo que hace. En ese momento empieza como a realizar cánticos indios, algo que casi parece ridículo, no lo hizo la primera vez.

Los ropajes de Tadam fueron lo más llamativo de su entrada, más parecía un traje de fiesta que un ropaje tradicional. Después, su aspecto demacrado fue la segunda señal que necesitaba comprobar, aunque no era sorprendente dado el previo anuncio de Evans.

—¡Señor Tadam! ¿Se encuentra bien? ¿Ha dormido? —dijo con sorpresa aparente—. Si lo desea, entraré con usted y le ayudaré a limpiar la sala dedicada a la sesión. Si hoy es el día de los resultados excelentes, lo mejor será asegurarse de que todo sale perfecto. ¿No cree? ¿Podrá usted solo? —insistía.

En el caso de que Tadam entrase solo al cuarto, Robert se quedaría al lado de la puerta, intentando captar al menos con sus oídos lo que estaba sucediendo en su interior.

El sr.Río-Largo hizo su aparición, su aspecto no era el más adecuado, pero parecía firme y determinado. El capellán también observó lo llamativo de sus vestimentas tradicionales nativoamericanas. Era la primera vez que le veía de esa guisa. El sacerdote pensó que eso significaba que se preparaba para su numerito final. No había que bajar la guardia.

El pertinaz Robert mostró su mejor cara, pues había desarrollado cierto vínculo con el médium, para poder colaborar con él en la supuesta preparación de la sala.

De todas maneras, Kominski estaba preocupado por otro asunto, y sus socios podían hacerse cargo temporalmente de eso. Dijo:

-Como les dije, voy a orar antes de la sesión. Si estoy a tiempo, me uniré a ustedes. Que Dios les guarde.

Acto seguido, se levantó, dedicó una inclinación de cabeza sir Larek y a sus socios y se fue hacia el primer piso, no iría directamente a la capilla improvisada, si no que se desplazaría con cautela a la biblioteca, donde habían declarado estarían Evans y la señorita Semiramis, y pondría la oreja en la puerta y obtener el máximo de información posible sobre lo que ocurría allí dentro.*

Tras un tiempo prudencial, iría a la capilla improvisada, para realizar una oración de "Salve" a la Virgen María, devocionada por el nieto de polacos. Después, volvería hacia la sala adyacente a la estancia donde se haría la sesión de espiritismo, y si no había empezaco, se uniría a ellos, con la confianza de que la virtuosa cocinera señora Segarra mantedría la debida atención en la manipulación de alimentos para la cocina. En caso que llegase tarde, se quedaría en la estancia aledaña a la de la sesión.

Ambos tirar por escuchar FACIL (+10)

Y para dejarlo claro: No son puertas blindadas, independientemente de la tirada conseguiréis escuchar algo, lo que se busca es el detalle de esa escucha.

Si además explicáis como escucháis, ese "mínimo" se ve modificado por las condiciones.

Sandra me dice que anda muy liada y os pide que la esperéis hasta el viernes, si puede contestará antes.

El sacerdote Kominski llegó a sala adyacente a donde se celebraría la sesión espiritista, pasados algunos minutos, con aire determinado pero semblante confuso. Observó a sus socios, por si tenían algo que aportar en sus pesquisas en estos últimos minutos. El capellán esperaría su turno para compartir con ellos lo que había oído tras la puerta de la biblioteca. Parecía convencido a tomar parte en esa desafinada orquestra con Tadam a la batuta.

Bentley y Haynes acababan de entrar a la habitación de la sesión cuando súbitamente apareció Kominski al otro lado de la puerta. Habían pasado pocos segundos y no dio tiempo a decir nada, pero el suspense hacía que el silencio hablase por ellos.

El inglés observó el decorado de la habitación, muy diferente a la primera vez. Hoy parecía totalmente profesional, como un ritual verdadero de invocación espiritual. Miró a Tadam, a la señorita Haynes y al padre Kominski asomado por la puerta.

—Señor Rio-Largo, esta vez es muy diferente. La técnica es apurada, como nunca había visto. ¿A qué se debe ese cambio de proceder? —le mantuvo la mirada sin dejar que sus pestañeos lo interrumpieran.

El inglés rodeó la mesa redonda y con su mano acarició la madera negra. Los extraños símbolos que Tadam había dibujado recordaba leerlos en los pergaminos, pero esos estaban arriba, en su habitación. No creía que el nativo tuviera la memoria o el intelecto de inventar símbolos arcanos como esos. ¿Sería algo que había olvidado por revisar o será que el sueño pudo con él la noche anterior? De todas maneras, Bentley sabía lo que debía hacer en esta sesión.

Tirad por ANTROPOLOGÍA + DISFRAZARSE, fácil (+10)los tres

Tanto Evans como Sir Larek están sensiblemente incómodos, hacen caso a las indicaciones de Tadam, pero parece ser más porque estáis vosotros que por voluntad propia.

Semíramis no hace alto de presencia.

El sacerdote Kominski llegó el último a la sala donde se realizaría la sesión. Allí pudo ver, o más bien, intuir, debido a la oscuridad que reinaba en la sala, a sus socios, la stra.Haynes y el Sr. Bentley. Además de sir Larek, y Evans, quién había ingresado en la sala mientras el sacerdote debía estar realizando la oración devocional a la Virgen.

El habitualmente rostro afable del capellán se tensó al ver la estampa.* La simbología de la mesa era desconocida para Kominski, pero no le parecieron símbolos de su agrado, ni de bondad, ninguno era cristiano ni precristiano. Probablmente eran símbolos arcanos de invocación más propios de enfermizas sectas y de amantes de lo maligno y lo diabólico, como aquel rufián chamán de Tadam.** ¿ Era un símbolo de "transporte" o de "viaje" como había indicado la señorita Haynes tras la primera sesión¿ ¿Eran símbolos parecidos a los que ella conoció en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic, hacia unos años? No podía recordar con exactitud.

Una solitaria vela en el centro de la mesa parecía hacer de faro perfecto para contravenir toda disciplina contemplada en las Sagradas Escrituras. Debía estar ahí, por la Cofradía pero le resultaba incómodo, tan siquiera, pensar sentarse ante esa mesa. Le pareció percibir que para el resto también .Notó la cruz latina de madera en su tórax, la madera era dificil de mellar, como la coraza de la Fe, reflejo de la única y verdadera voluntad de Nuestro Señor.

Finalmente, intentó aserenar su voz, para que fuese firme, y dijo:

_Dama, caballeros, supongo que no tendrán inconveniente para que me una a ustedes hoy...

Cuando la puerta se abre, Vera se pone en pie medio a tientas, como si tuviera una insoportable jaqueca, y busca el brazo de Bentley para no tropezar y poder entrar en la estancia con los ojos cerrados. Bentley enseguida debería darse cuenta de lo que hace la joven. Quiere entrar con la mayor sensibilidad posible a la oscuridad y así buscar cuantas más trampas posibles.

Una vez dentro, evita mirar la puerta para no deslumbrarse. Suelta a Bentley para palpar la mesa sin mirar directamente la llama. En la inocente palpación, aprovecha a buscar posibles cables, resortes o anomalías. Vuelve la mirada hacia Bentley para saber dónde va a sentarse y hacerlo ella de acuerdo a su plan. Le extraña los cambios en la sala y en el ambiente, pero deja que sea Bentley quien lleve la batuta.

Al sentarse con la calma que el momento requiere, continúa buscando anomalías por toda la sala.

Tadam empieza la sesión, pero cambia totalmente el estilo, se pone a cantar, casi a gritar ¿Dónde está el vaso? No se encuentra en la mesa.

¡Estamos aquí para llamarte! ¡Te damos la bienvenida! ¡Serás nuestra fortuna y salvación!

Recita entre cánticos.

¡Todos gritad conmigo y vendrá!

¡SERUBIA ESTAMOS AQUÍ TE INVOCAMOS, VEN!

Grita a pleno pulmón.

En ese momento la vela se apaga (casi seguro producto de los gritos convenientemente dirigidos a la vela)

¡Ya está , ya llega! ¡Invocar conmigo y nada os detendrá!

¡SERUBIA! ¡ÁNGEL BENEFACTOR!

Espera vuestros cánticos. Por supuesto Evans y Sir Larek hace tiempo que han "roto el círculo" y se encuentran totalmente aturdidos, no saben lo que pasa.

Si notáis una cosa vosotros, la mesa parece que se mueve.

Robert Bentley miraba al médium con cautela, el ritual que había comenzado era muy diferente al de la primera vez. Cuando pudo, aireó el mantel de la mesilla para ver el suelo, buscando si había algo más que pudiera serle revelador, sin interrumpir el ritual. Que el hombre se pusiera a cantar y luego gritar no le sorprendió, pues lo consideraba parte del show, pero una seria mirada hacia sus compañeros indicaba que el médium estaba improvisando o, al menos lo que realizaba no lo recordaba haberlo leído en los escritos. A diferencia de los anfitriones, no se veía temor en el rostro del inglés.

En el momento que Tadam pidió que compartieran la llamada a Serubia, Bentley se unió sin pudor. Quería descubrir el resultado de este acto y desmoronar las artimañas de los nativos. No estaba seguro si el tóxico del día anterior seguiría funcionando, pero a su lado había dos investigadores que no habían probado la mezcla.

—¡SERUBIA ESTAMOS AQUÍ TE INVOCAMOS, VEN! —repitió con el médium.

El sacerdote Kominski se sentía como un peregrino en tierras infieles y paganas.  No era un experto en ese tipo de rituales, pero la mesa le pareció algo improvisada. Recordó las palabras  del anterior médium, el Sr.Levinston, preparándose mentalmente para que algo sucediese, cualquier estratagema más o menos elaborada, no obstante, no estaba ni en su terreno ni cómodo.

Observó, algo sorpendido, como el chamán cheyenne, quien finalmente sí parecía pretender ser un invocador se ponía de pie y a viva voz, llamaba a ese ente conocido como Serubia. Lo que más le enervó fue que el sr.Río-Largo tuvo la osadía de comparale con un ángel.  Los ángeles servían a Nuestro Señor, como seres intermedios entre Dios y los humanos. Jamás un ángel sería llamada mediante ese procedimiento impío.

La vela se apagó, probablemente, debido al aliento y a los grito del Sr.Tadam.

Kominski , que tomaba parte en la sesión, por deber profesional, decidió no abrir la boca, no interferir, pero tampoco apoyar tan oscuro ritual. Su mandíbula tensa, sus ojos despiertos , aunque no tanto como los del sagaz sr.Bentley, que escudriñaban toda la escena en busca de pruebas, detalles, pistas... Se sumó a la depravada misa por Serubia sin perder un instante.

 Los Blackriver parecían algo descolocadas, casi en shock, sobretodo SIr Larek, quien se había mostrado más impresionable durante todo el caso..
 

Sabiendo que tanto su socio como su socia, más vivos que él, buscarían lo evidente, Kominski miró hacia el médium, le observó las manos, el rostro... ¿Estaba bajo los efectos de esas setas o de productos alucinógenos? ¿Tenía la desfachatez de hacer esa sesión en un estado mental alterado?*  Buscó similitudes con lo visto durante días en Evans e incluso muy recientemente en Robert. 

Vera había entrado a la sesión con escepticismo y con intenciones de cazar al farsante. Buscando trampas por todas partes. No era capaz de encontrar nada. Cuando Tadam les pide a todos que invoquen a Serubia, ella mueve los labios, pero ahoga su voz haciendo parecer que sigue las órdenes del anfitrión. Algo le da mala espina y opta por callar y simular que invoca a "Serubia".

De pronto nota que la mesa se mueve un poco, y mira a su alrededor buscando al responsable. Cada vez más en guardia, gira su rostro hacia Tadam, y de pronto, lo ve. En un tenue y ligero brillo de la vela, ve un perturbador rostro que no es el de Tadam.

Abre los ojos con seriedad, furia, sorpresa.... mirando intensamente a sus compañeros para hacerles saber que algo va mal. Que ese hombre no es Tadam. No abre la boca, sólo niega con esos ojos abiertos como dos lunas llenas.

Vera está a punto de saltar de su silla. No precisamente asustada, pero por el bien de la familia Blackriver duda en interrumpir la sesión. Da un toque con el pie a sus compañeros por debajo de la mesa. Por si su cara no lo ha dejado suficientemente claro.

El maestro de espectáculos observaba a Tadam sin ver nada más allá de su recién adquirida habilidad de engaño. Esta vez su interpretación estaba siendo espectacular, capaz de convocar el miedo a sus testigos. La inquietud en la familia Blackriver era evidente y el nerviosismo de sus compañeros no hacía más que indicar que algo extraño estaba sucediendo allí. Entonces, ¿era todo real o solo imaginario? ¿Si decía ser un ángel, por qué daba miedo?

Bentley sintió el calzado de Vera bajo la mesa, pero él estaba entretenido con otro asunto. Más que buscar pruebas del truco realizado por el chamán, sus gestos indicaban los síntomas de una intoxicación acrecentada por el ambiente del ritual. Frotó sus ojos con la mano mientras se tambaleaba y después colocó la palma sobre la mesa.

Lo que fuera que estaba haciendo Tadam, Bentley podía resistirlo, quería llegar hasta el final. De alguna manera el farandulero conseguía que el inglés dejase de buscar el truco para responder a sus síntomas. Su mano, reposada en la mesa, subía y bajaba mientras la miraba desconcertado, como si su mano sintiera que la mesa se estaba ablandando al tacto. Pensó en el producto que le dio el día anterior, pero dudaba que el estupefaciente utilizado fuera tan potente para continuar los síntomas el día siguiente. Pensó después en el desayuno y en concreto la persona encargada de realizarlo.

Mientras intentaba comprender lo que le estaba ocurriendo, Bentley alzó la mirada hacia Tadam con ojos de desconcierto, algo del chamán le había llamado la atención. El inglés se fijó en su boca y gesticulaciones, buscando el aparato que estaría utilizando. Parecía que su voz era diferente y, por la distracción de los mareos, no había atendido el momento en que accionó lo que pensó que era un aparato sonoro que le distorsionaba la voz de los cánticos. Esa técnica era normal en los circos, pero en esta habitación no había un telón de vestuario y no creía que lo llevase puesto de antemano. Había quienes podían aplicar diferentes entonaciones como recurso sorpresa, pero directamente parecía que otra persona hablaba en su lugar.

De repente Bentley se centró en la mesa con ojos desorbitados y el aliento se estancó en sus labios. Posiblemente el brillo luminoso de lo que surgía en el centro de la mesa brillaba en sus ojos. Miró a Vera y Kominski, buscando respuestas. ¿Ellos también lo veían o era su imaginación?