Partida Rol por web

Entramos en la iglesia, un lugar bastante familiar para ambos, y Geli fue a coger su libro. Aunque en su día fue reticente a aceptar el regalo, yo estaba más tranquilo sabiendo que, en el peor de los casos, tenía una manera de defenderse. Miré a mi alrededor, no había nadie dentro, pues toda la gente estaba fuera celebrando. Eso facilitaría las cosas. Inspeccioné el interior de la iglesia, comprobando lugares donde cubrirme en caso de tiroteo, o elementos que se pudieran usar como armas arrojadizas. Aunque la situación lo requería especialmente, era una costumbre que había desarrollado al entrar en cualquier sitio. Nunca se sabía cuando se iba a desencadenar una pelea, y el que tuviera mayor conocimiento del entorno tendría la ventaja. Aunque los altercados grandes no eran comunes en el pueblo, las peleas de bares a altas horas de la noche sí que me daban trabajo de vez en cuando.

Suspiré, ansioso. No me gustaba estar tan desinformado. Estaban ocurriendo muchas cosas a la vez y algo me decía que todo estaba relacionado, sin embargo, no era capaz de encajar todas las piezas. Sin duda era porque había muchas piezas que no conocía. Toda aquella precaución venía en parte por aquel sentimiento de descontrol. Si no sabía lo que estaba pasando, al menos actuaría como si fuera a ocurrir lo peor. Cogí el walkie, y me dispuse a contactar con Harry.

-Harry, estoy en la iglesia. Si queréis quedar, aquí os espero. Pero daos prisa o me iré a seguir trabajando, esta siendo una tarde ajetreada.

Intenté mantener el tono habitual, y les esperé apoyado en la columna frente al confesionario, sin perder de vista la entrada principal.

Eric se mantuvo en su posición, dejando que la señora Crown y su ayudante siguieran de largo. Luana, luego de teclear algo en su móvil, también se ocultó lo mejor que pudo, aprovechando que el oficial Lee venia caminando hacia su posición con Dylan. Curiosamente, Dylan y Lee se encontraron de frente con la señora Crown y el desconocido, quien ya no tenía su capucha puesta. En sus manos llevaba pesadas bolsas de las que emanaba un delicioso aroma a pastel. Viéndolo de frente, Lee le conocía, era Ronan algo. Varias veces había estado en el pub, aunque se relacionaba poco con la gente. Trabajaba en la represa y hacia poco que estaba en el pueblo, aunque bastante más tiempo que Lee.

Las palabras que Lee les dedicó fueron fácilmente audibles por los dos periodistas.

-Buenos días Mrs Crown. Hace un día estupendo. Espero que esté disfrutando de la fiesta. A ver si paso este sábado a la tertulia de la novela de este mes, la encuentro muy interesante y elaborada.... ¿Por cierto, que se ha echado novio?

-Jajaja que gracioso- dijo al anciana tapándose la boca con una mano delgada y arrugada, como si le diera vergüenza las palabras del oficial-. Buenos días. Este amable joven se ofreció a ayudarme. Vengo muy retrasada y mis pasteles serán el postre- pareció reparar en Dylan, quien se mantenía a la izquierda de Lee-. Oh, ¡Dylan! Que gusto verte. Dile a tu padre que luego compraré mas harina y azúcar. Uno de mis pasteles se arruinó y deberé hacer otro.

-No hay problema- dijo con rapidez y respeto el chico-. Se lo llevaré en la tarde. Ahora estoy algo ocupado, sino seria mi prioridad- su sonrisa era grande y luminosa, como cuando atendía la panadería de su padre. Luego miró directamente al grandote antes de agregar-. El oficial me ayudará a encontrar a Adam, te agradezco que me ayudaras a descartar la plaza...

-No hay problema- dijo encogiéndose de hombros, levantando ligeramente su carga con ese gesto-. Solo lleva donas un día a la represa y estamos a mano- sonrió pero en su cara parecía casi un gesto amenazante, aunque no fuera su intension-. La acompañaré hasta la plaza y luego buscaré en otros lados, si veo algo, nos encontramos en la plaza.

-Usted es un gran estudioso de la historia señor Batterman- dijo mirándote directamente, evaluando tus gestos y casi sin pestañear-. Suelo pensar que la misma siempre es escrita por los vencedores, así que siempre me aseguro de estar en el bando vencedor- otra vez sonrió con esa forma autosuficiente que tenia e irritaba a todos-. Así que si, creo que una situación dura o trágica puede revelar el verdadero carácter de la gente- hizo un gesto con su mano, abarcando a todos a su alrededor-. A veces hace falta mano dura y una mente privilegiada, incluso para un pueblo como este.

​Sentías que no se estaba refiriendo solo a los pequeños problemas que aquejaban a ese pueblo, sino a algo mas especifico. Aunque era imposible saberlo a menos que preguntaras directamente, aunque eso seguramente la decepcionaría. 

La voz del Sheriff sonó en la radio de Lee.

Harry, estoy en la iglesia. Si queréis quedar, aquí os espero. Pero daos prisa o me iré a seguir trabajando, esta siendo una tarde ajetreada​

Comenzaba a pensar que probablemente había sido sólo la paranoia lo que nos había hecho seguir a aquel grandullón. Tal vez hubiera sido su gran tamaño y su imponencia lo que nos había hecho pensar que podía ocultar algo. Pero, ¿de verdad tenía algo que ver con el comportamiento de los pájaros y el ladrido del perro del Padre Doorgod?

El mensaje de Luana no hacía sino demostrar que quizá la investigación se nos estaba yendo de las manos. Mi compañera había mencionado a Legrand como posible implicada sólo porque una de sus amigas había estado hablando con el grandote. Debíamos de ser críticos y objetivos, sobre todo una situación tan extraña como aquella.

Me acerqué hasta Luana y Lee, llevando en mis manos mi inseparable cámara de fotos.

-Creo que deberíamos reunirnos con el sheriff -dije, en tono seco. Bajando mi tono, añadí-: No estoy del todo seguro en que esos tres estén haciendo nada ilegal. ¿Qué puede hacer la señora Crown? ¿Envenenar sus pasteles? Hablemos con el sheriff. Probablemente no sea nada.

- Concuerdo, Sra. Legrand... obviamente este pueblo no requiere a un líder autoritario o a una persona despótica en el poder, pero que el orden es el cimiento de toda clase de progreso es innegable. Y en cuanto a la historia, en el caso de Sonnenlicht es verdad que ha sido escrita por los vencedores: estos son los laboriosos e incansables hombres y mujeres que construyeron y fortalecieron durante siglos este hermoso pueblo. Los vencedores de toda adversidad que esta tierra pudiera poner delante de ellos. Y así seguirá siendo, hasta que la última hoja del Gran Árbol caiga en el invierno más helado...

 Wilson se permitía una cierta "licencia poética" cuando se trataba de hablar de la historia de Sonnelicht y de su dialogo optimista de político. Eran temas que le apasionaban tanto que el romántico adentro suyo salía a endulzar sus monólogos.

 Notaba que Martha podía estar haciendo alusión a algún tema más serio que el simple día a día del tranquilo pueblo. Pero él no se dejaba llevara por lo sobrenatural o lo que estaba fuera de lo cotidiano: eso es de gente poco práctica y supersticiosa. Además de que no era muy fanático de la idea de tomar consejo o guía de aquella mujer...

Al oír el mensaje del Sheriff, Harry sonríe aliviado. - Menos mal que lo ha entendido- Girándose hacia Dylan y Eric, Harry les comenta. -Pues mira, parece que el Sheriff anda por la iglesia. Vayamos un poco rápido que parece que está un poco atareado. Si alguien te puede ayudar a buscar a tu primo Adam ese es el sheriff. - Y mirando a Eric añade. - ¿Vienes con nosotros Eric o has de hacer algunas fotos de la fiesta? - Tras esperar la respuesta del periodista Harry acompañado de Dylan (espero) acaban dirigiéndose hacia la iglesia en busca del sheriff. En el camino  Harry se sumerge en sus pensamientos. 

- Espero que es sheriff sepa cómo actuar o como mínimo que tenga alguna idea de lo que está sucediendo. Aparentemente todo parece muy normal. Dylan buscando a su primo. Roman ayudándolo. Pero es cierto Dylan parece que estaba mintiendo cuando le pregunté el nombre y apellido de su primo. Y Roman... es un tipo bien raro, pero que se haya involucrado tanto en la búsqueda..... Y no sólo eso, sino que donde están el resto de encapuchados que estaban buscando al "primo" de Dylan. A ver si el Sheriff tiene más datos y podemos sacar algo en claro.- 

Inmerso en sus pensamientos Harry tiene una idea. Pero tendrá que esperar a llegar hasta el Sheriff

-El Gran Árbol lleva seco varios siglos*- dijo moviendo su mano delicadamente-. Me sorprende que no luzca podrido o que ningún chaval idiota marcara sus iniciales en él- miró al árbol, alto e imponente a pesar de su falta de verdor-. Y si, durante siglos hombres y mujeres mantuvieron este pueblo en orden...- abrió su boca como para agregar algo, pero solo sonrió-. Creo que debería irme ya, le he hecho perder demasiado tiempo con esta anciana.

-Claro, voy con vosotros -indiqué, tras la pregunta del ayudante del sheriff.

Por lo que había podido entender de las palabras de Lee, Dylan había estado buscando a su primo, aunque no terminaba de comprender qué estaba sucediendo. ¿Se había perdido aquel muchacho durante la fiesta? ¿Habrían estado Dylan y Ronan buscando al tal Adam? Dudaba mucho que fuera el caso, sobre todo cuando Ronan no había mencionado nada de un chico perdido a la señora Crown.

Sin darle más vueltas a lo ocurrido, decidí seguir a Harry en dirección a la iglesia.

Evelyn sabía que algo tenía que pasar. A lo largo de casi toda su vida se había visto acosada por malos presentimientos que de una forma u otra habían cobrado forma en la realidad. Aquel día, durante la fiesta, supo que algo no iba bien. Por supuesto, sus temores se hicieron de carne y hueso cuando Karl, el oficial de policía, se acercó a ella y a su compañera para transmitirles la noticia. La enfermera se había montado sin decir una palabra en el coche para poner rumbo a la granja. Aunque no le gustase demasiado ir a las afueras del pueblo, su deber como miembro del personal sanitario era acuciante en aquella situación. 

—Por Dios —fue lo único que atinó a decir una vez que vieron el lugar del accidente.

Aquello era ciertamente extraño. 

Cuando le tomaron el pulso y vieron que aún seguía con vida, intentó mantenerlo constante. 

—Si lo movemos mucho seguramente sea una mala idea —dijo en voz alta mientras se arrodillaba ante él. —Seguramente tenga huesos rotos y los pulmones perforados. Tenemos que intentar quitarle el tractor de encima sin moverlo a él demasiado —sentenció.

La anciana miró a Eric con una sonrisa, sin sorprenderse mucho de que apareciera detrás de ellos. Arrugó los ojos como intentando reconocerlo, solo le tomó unos segundos de mas situar su rostro. Ronan saludó moviendo su cabeza de forma casi imperceptible, se le veía ligeramente tenso, como si no le agradaba mucho lo que veía.

-¡Señor Tucker! Buenos días- dijo observando a los agradables sujetos que le rodeaban, haciendo que su estatura y complexion fuera mas pequeña-. Espero que encuentres a tu amigo- dijo a Dylan y movió su mano para que continuaran el camino hasta la plaza-. Vamos, ya voy retrasa con esos pasteles.

Luana podría seguirles o unirse al grupo, al llegar a la plaza, seguramente se separarían otra vez. Ronan con la señora Crown y Lee, Eric y Dylan que marcharían hasta la iglesia.

Karl arrojó al suelo varias cajas en su búsqueda, pero sonrió al encontrar al fin varias cadenas y sogas gruesas. Dejó que las mujeres mantuvieran al señor Swacht vivo, mientras él ideaba la forma de sacarlo de allí. La esposa del pobre hombre iba de un lado a otro, murmurando palabras ininteligibles mientras sollozaba. Parecía que quería ayudar, pero su mente estaba aún aletargada por la tensión del momento.

Lara ayudó a su compañera, liberando algo de tensión en uno de los pulmones con una jeringa. Sacó una buena cantidad de sangre del mismo, lo que aliviaría ligeramente su situación. Pero intercambiaron una mirada que lo decía todo: moriría casi inevitablemente. De todos modos no se rindieron y cuando Karl pasó varias cadenas por sobre el tractor para luego colgarlo en una roldana del techo, se dispusieron a ayudarle.

La soga les quemaba la mano, sus brazos les dolían por la tensión, incluso Karl se veía colorado por el esfuerzo, pero entre los tres lograron levantar el vehículo lo suficiente como para sacar al anciano.

No aguantarían mucho, por lo que sacaron al anciano arrastrándolo por sobre el suelo. Una vez fuera de la prensa de su propio tractor, la sangre empezó a correr por la comisura de su labio. Ahora podían ver la herida en todo su esplendor. No había desgarrado la carne, pero el frágil pecho se encontraba totalmente aplastado en uno de sus lados. Como si agarraras un vaso de plástico y lo presionaras con tu mano, así se veía el cuerpo del anciano.

-Querido- dijo al fin la anciana arrodillándose a su lado-. ¿Me escuchas?- el hombre no respondió y ella llevó sus brillantes ojos hacia las mujeres, buscando una respuesta-. ¿Se pondrá bien?

​Tenia ambas manos aferradas entre si, como si estuviera en la iglesia y pidiera un milagro, solo que ahora eran Lara y Evelyn el objetivo de su suplica. 

Mientras, Karl buscó una tabla para intentar inmovilizar al hombre y llevarlo hasta la patrulla. No era la mejor forma de trasladarlo, pero era la única que había. Solo tenia que bajar uno de los asientos y quizás pudieran llevarlo así.

-  El tiempo perdido no existe, Sra. Legrand. De toda experiencia una logra sacar conocimiento y sabiduría. Y esta charla no ha sido la excepción. Un placer verla, y disfrute el día...

  Wilson saluda a la dama mientras esta se alejaba. Que perdida de tiempo hablar con esta mujer... se fija entre la multitud si puede localizar a su secretaria. Tenía que consultarle si él tenía más tareas en aquella celebración, o si podía ir a relajarse un poco en su oficina. La oficina del Alcalde Batterman... me encanta poder decir eso.

—Señora Swacht, haremos lo que esté en nuestras manos — le dijo asintiendo con la cabeza aún arrodillada ante el cuerpo del granjero. 

Lo cierto es que este estaba bastante comprometido en cuanto a salud se refería. Tenía la mitad del pecho completamente demacrada y aquello era la señal de que a cada minuto que pasase, la vida, como arena, se escaparía de entre sus dedos. 

—Tenemos que llevarlo al hospital lo antes posible. Aquí no tenemos medios suficientes para tratarlo y llamar a una ambulancia sería perder un tiempo demasiado valioso — sentenció Evelyn mientras ayudaba al oficial de policía. —No tenemos tiempo que perder. 

Aunque no me gustase asumir el mando de la situación, ni mucho menos dar órdenes, era necesario que se movieran a toda la velocidad posible. Si había alguna esperanza, por remota que fuese, debían intentarlo. Corrió hacia el coche patrulla para acomodar los sillones... no había tiempo. Antes de abandonar el local, intentó buscar algo que demostrara qué demonios había pasado allí.