Partida Rol por web

-Entiendo- dijo Ellie con una sonrisa en el rostro a pesar de que hablaba por teléfono-. Tienes que calmarte y tranquilizarte. Te enviaré a alguien pronto para que te lleve al hospital- sus ojos fueron hacia Karl y los periodistas-. Es normal que te sientas así. El embarazo y los nervios son una mala combinación- taponó la bocina para decir-. Es Ellen. Esta de siete meses y siente algunas molestias. No puede salir de su casa...

​Continuó intentando tranquilizar a la joven, dejando que los demás evalúen como ayudar en esta situación.

Siguiendo a Körper hasta su oficina, Strarrosa y Doorgod no podían ni imaginar que quería decirles. La oficina era pequeña, con una camilla y algún equipo para realizar exámenes. No tenía ventanas y la atmosfera era un poco rara. Era obvio que estaba incómodo y evitaba mírales a la cara. Se sentó y les ofreció asiento, señalando con una mano temblorosa dos sillas frente a su escritorio.

-Primero, lamento informarles que Harold Swacht falleció en la noche- sus ojos recorrieron a ambos, adoptando un tono de voz neutro, que solía usar cuando daba ese tipo de noticias. Su voz tembló al continuar-. Pero no les hice apartar por eso...- tragó saliva-. El cuerpo del fallecido ha desaparecido.

-Muchas gracias por atendernos doctora- habías visto a Agatha un par de veces, tenia la mania de traer a su hija a consulta cada mes. También era normal que apareciera por los mas simples síntomas, aunque su hija tenia una salud de hierro-. En medio de la tormenta, el techo comenzó a filtrar agua. Mi niña quiso advertirnos y subió las escaleras corriendo. Resbaló y este es el resultado.

La niña te miraba con algo de temor, sobre todo cuando te acercabas para tocar su brazo. Tenia un feo moretón donde había recibido el golpe, pero no hubo movimiento del hueso, fue una fractura limpia. Por las dudas te aseguraste haciéndole una radiografía. Según Olivia, el aparato era nuevo, pues antes se hacia a ojo y tacto. No podías imaginar como ese pueblo había sobrevivido sin contar con algo como eso.

Al oír el relato de su madre, la niña la miró con cautela y pudiste sentir que su cuerpo tembló ligeramente. Pero no dijo nada, solo se quedó con la mirada perdida en la nada, como pensando en algo. La llevaste a hacer la radiografía y luego comenzaste a ponerle el yeso, alegrándote que no tuvieras que acomodar el hueso en una niña tan pequeña. Su madre esperaría en la sala de espera.

La mujer que entro en el otro consultorio contigo, llevaba un pesado abrigo, el cual sostenía con fuerza y parecía ser su mas preciado objeto. Solo cuando la puerta se cierra, pareció sentirse algo mas tranquila. Con lentitud se abrió el saco, donde notaste que a la altura de la cadera, en la parte izquierda, tenia un feo corte que seguramente necesitaría sutura. bajo el abrigo tenia un simple camisón blanco, que traslucía su ropa interior. Quizás por eso lo llevaba de esa manera, para que nadie viera "sus vergüenzas".

-Me alegra que me atienda usted y no Körper- no era raro que los del pueblo prefirieran a cualquiera menos a ese doctor y algunas mujeres preferían ser atendidas por una medica que un medico. Te hacia pensar que algunas personas tenían una mentalidad mas propia de principio de siglo.

Un nudo de preocupación se instaló en la boca del estómago de la doctora. Aún así intentó que no se notara en su semblante.

- Si que has sido muy valiente al querer avisar a tus padres - su tono era dulce y suave mientras le volvía a coger el rotulador a la niña - Me dejas que te haga un dibujo? - miró con disimulo a la niña evaluando si seguir o no mientras comenzaba a pintar

- Yo en cambio era muy traviesa y mis padres se enfadaban muchísimo conmigo. Algunas veces con razón y otras no - hablaba con naturalidad y en todo momento miraba el brazo de la pequeña esperando ver si la niña decía algo o no.

 El alcalde toma su teléfono rápidamente, buscando atender lo más rápido la llamada del ayudante del sherriff. Era evidente que la ciudad se encontraba en una situación de emergencia, por lo que llamadas como estas no podían hacerse esperar. Luego de escuchar al hombre, Wilson intercedió.

- No hace falta que vaya hacia la represa, Sr. Lee. He ido ahí lo más rápido que pude y me he puesto en contacto con el encargado de la represa, Hedeon Dukovich. Hemos hablado sobre el estado de la misma y... esta estable, pero hay una mala noticia sobre el puente de salida del pueblo. Necesito que se dirija hacía mi dirección... me encuentro en el camino hacía la represa, a unos minutos de ella. Encontré a una muchacha desorientada... y creo que necesita ayuda...

- Lo espero...

 El alcalde corta la llamada apresuradamente,

 El alcalde corta la llamada apresuradamente,

 Wilson no podía decir que la escena no le provocaba una sensación extraña. Y no era como las demás sensaciones extrañas que le habían provocado los sucesos anteriores, como la tormenta o los rumores de ayer. Era un escalofrío ladino que recorría todo su cuerpo y un temblor inesperado en las palmas de sus manos. Como si fuera una situación que lo hizo sentir... inquieto. Inquieto y ansioso. La mirada perdida de esa joven le había afectado de una manera extraña.

 Pero ante todo, el alcalde debía entender que significaba esa situación: un habitante desorientado. Una persona que requería ayuda; por lo menos la más mínima que le pudiera ofrecer un servidor público como él. Se bajo del auto y atinó a acercarse a la mujer, manteniendo una distancia prudente como lo haría cualquier caballero ante una dama con poca ropa. Rápidamente podía ver que se trataba de una persona que había tenido que lidiar con la tormenta, debido a sus ropas y a la desorientación.

- Señorita... esa es su casa, ¿no? ¿La tormenta le ha afectado? ¿Está con alguien en la residencia?

Se tratará de la atractiva y desorientada chica que vi ayer al lado del árbol...

Sin dilación Harry se dirige hacia la represa en búsqueda del alcalde y de la chica. Conduciendo apresuradamente por el pueblo pero sin encender la sirena ya que posiblemente no es el momento de llamar la atención Harry va mirando la situación actual en la que se encuentra Sonnenlicht en primera persona. Esta tormenta ha hecho mucho daño, pero juntos podremos solucionarlo, aguantaremos como lo ha hecho el árbol. Harry es optimista pero la situación no ayuda. De todos modos el que la represa se encuentre en buen estado era una alivio ya que un daño estructural supondría la evacuación inmediata de todo el pueblo. 

Ahora mismo se encontraría con el actual alcalde... veremos si es tan honesto como dicen o no.

Por supuesto alcalde, me dirijo hacia usted. En pocos minutos estoy allí.

Harry decide comunicar al sheriff la situación. 

Sheriff, aquí Harry. He hablado con el alcalde por teléfono y me ha comunicado que parece ser que la presa está bien. Actualmente él se encuentra a unos minutos de esta. Pero también me ha icho que se ha encontrado con una chica que, a su juicio, necesita ayuda. Voy a ir para allí a ver de quien se trata. Puede que sea la chica que me encontré ayer, ya veremos. También iré a ver la represa para verificar lo que comenta el Sr Batterman. Corto

Saludó de forma breve y concisa al Sheriff y al padre antes de dirigirle una mirada de ánimo a sus compañeros, sobre todo a Lara quien le esperaba una larga lista de pacientes por delante. Tenía trabajo por hacer y poco tiempo en comparación, así que rápidamente se puso en marcha. Se puso una bata de enfermera donde podía leerse su nombre en una pequeña plaquita de plástico pinzada al pecho, cogiendo el informe con los pacientes que había.

- Farbe, Mira Farbe.- Levantó el rostro buscándola y sonriendo al encontrarla, abriendo la puerta para que pasara.- Por aquí, por favor. Siéntese.- Cerró la puerta para conseguir un mínimo de intimidad en la consulta, cogiendo el tensiómetro y poniéndolo sobre la mesa, un procedimiento que debían hacer a todos los pacientes de urgencias.- Dígame, ¿qué le ocurre?

Esperó a que se quitara el abrigo para ver el camisón que llevaba. Se agachó a su lado para ver mejor la herida, poniéndose un guante para no infectarla y levantando levemente el tejido a su alrededor para comprobar si estaba infectada.

- Körper es un gran médico, aunque ahora está ocupado. Puede imaginarse que es un día de locos.- Defendió a su compañero, aunque supiera que lo decía por verla con aquellas ropas, o eso esperaba.- Posiblemente necesite sutura.- Se levantó y se quitó el guante, tirándolo a la basura.- ¿Cómo se lo hizo?

Cuando Timothy terminó de hablar, un escalofrío me recorrió la espalda. ¿Quién demonios robaría un cadáver de la morgue? En ese momento habló Lee por el walkie, y apartándome un poco de ambos, le contesté.

-De acuerdo Lee. Yo estoy en el hospital, al parecer Harold Swacth murió anoche y el cadáver ha desaparecido. No sé quién robaría un cadáver en medio de una tormenta como la de anoche, pero mantén los ojos y oídos abiertos, por si te enteras de algo. Estamos en contacto. Corto.

Ante la noticia de Timothy fruncí el ceño de forma notable, ¿era aquello algún tipo de broma? Observé detenidamente su rostro y vi claramente que el hombre estaba hablando en serio. Fruncí el ceño todavía más.

-¿Desaparecido? ¿Así sin más? ¿Quién demonios querría robar el cuerpo del pobre Harold? -aunque la hice en voz alta, era mas bien una pregunta retórica-.

Por si no fuera poco con toda la destrucción en el pueblo, ahora teníamos que preocuparnos de un ladrón de cadáveres. Además, ¿cuando demonios había sido? Era imposible que la robaran por la noche con la tormenta que había caído. Suspiré, aquel día mejoraba por momentos.

-Cuéntamelo todo. Necesitamos saber cuándo se produjo el robo, por lo que todo lo que sepas será de ayuda.

Saqué una pequeña libreta y un bolígrafo del bolsillo de la chaqueta y me dispuse a tomar nota. 

Me disponía a darle las gracias a Karl e indicarle que iríamos al hospital para reunirnos con el sheriff y el Padre Doorgod cuando escuché a Ellie hablar sobre aquella mujer embarazada que parecía tener ciertos problemas para salir de su casa. Podíamos simplemente haberlo dejado pasar y que Karl o alguno de los otros vecinos de Sonnenlicht se ocuparan de ayudar a Ellen, pero no me sentiría bien haciendo eso.

-Creo que Luana y yo podríamos echaros una mano con eso -indiqué, tomando la iniciativa-. Podemos ir a recoger a Ellen y ayudarla a salir de su casa si tiene problemas para hacerlo sola. ¿Qué te parece, Luana?

- Me parece perfecto - asentí sonriendo a Eric... Eran tan, pero tan, amable.  - Y de paso sacamos algunas fotos de la situación del pueblo y esas cosas de periodistas. Vamos a ayudar a esa pobre mujer. Ya veremos al viejo Felix luego.

La niña te miraba como si estuviera intentando decidir algo, apartó la mirada un par de veces, mordisqueándose el labio. Al fin pareció decidirse, se acercó hacia ti con los ojos grandes y temerosos, bajando la voz hasta hacerla un susurro.

-En realidad tenía miedo- dijo la niña tragando saliva-. Vi algo por mi ventana…

Se quedó callada, mirando hacia la nada y volviendo a temblar. ¿Se habrá asustado con los miles de relámpagos que se sucedieron durante la noche? ¿Qué había visto?

-Siempre digo que hay un mostro bajo mi cama… pero esta vez estaba fuera- dijo con más energía y conteniendo sus lágrimas-. Mami dice que es mi imaginación…

La mujer dio un pequeño respingo al sentir tus dedos cerca de la herida, pero intentó no moverse mucho más. La herida era bastante grande, pero lucía limpia y había sangrado bien. Sutura y antibióticos.

-Pues…- empezó algo dubitativa-. Fue un accidente. Mi esposo estaba cortando un filete y… La luz parpadeó y creo que tropecé con él- tragó saliva y se quedó callada-. Un accidente tonto.

No dijo nada con respecto a Timothy, pero era obvio que la idea de ser atendida por él no le agradaba para nada. Viendo la herida y el relato, era obvio que fue realizada por un cuchillo, aunque el cómo, era una cuestión ya más espinosa.

-No lo sé- dijo con la voz algo afinada a causa de la tensión-. Jamás había ocurrido algo así. Ni aquí ni en la funeraria- movió su boca como intentando decir algo más, pero no salió el menor sonido de su pecho.

Cuando se le pidió una declaración, asintió débilmente, tomó una carpeta de su escritorio y la releyó unos segundos. Luego, con un suspiro, comenzó a hablar adoptando un tono de voz neutro y sin vida.

-A las 00:05, el paciente Harold Swacht fue declarado muerto. Ya había sido revivido dos veces antes de eso- leyó el informe-. 21:50, 22:30 y 23:43. Su cuerpo luchó tanto como pudo- levantó la mirada del informe-. Llevé el cuerpo a la morgue del hospital, la señora Swacht vio todo, las constantes recaídas de su marido y su posterior defunción. Le dejé durmiendo en una de las habitaciones de los pacientes pues la tormenta hacía imposible que se fuera, por mucho que insistiera- otra vez miró el informe-. A las 01:40 la enfermera Olivia Jhonnes me ayudó a desvestir y limpiar el cuerpo- sus labios temblaron, como dándose cuenta de algo. Cuando continuó, su voz neutra cambió totalmente-. Lo… lo coloque en una de las planchas y cerré la puerta con llave. Solo yo tengo la llave, aunque hay una copia en el escritorio de la entrada- lanzó un largo suspiro-. La tormenta habrá terminado a las 5 de la mañana, Anna se marchó apenas pudo. Yo bajé a la morgue a las 06, más o menos, para terminar el informe y la puerta estaba abierta- levantó un dedo-. La puerta se cierra por afuera, pero se puede abrir por dentro, solo por si alguien queda encerrado por error- se mojó los labios antes de continuar-. Al entrar el cuerpo no estaba… ni su ropa. Lo buscamos con Olivia por todo el hospital, varias veces y nada. No… No sé qué pudo haber pasado.

La mujer apenas atiende lo que le dices, se gira cuando nombras su casa, pero su vista no parece fijarse en nada. ¿Estaría drogada? Le preguntas su nombre, si está herida, pero todas sus preguntas caen en saco roto.

La mujer no presenta heridas, aunque se la ve sucia y desorientada. No sabes mucho sobre los efectos de las drogas, pero esa mujer no parece estarlo. No logras sacar nada en claro, hasta que ella murmura con total claridad.

-Verkoruvalec- ahora se nota el miedo en sus ojos-. Debo… debo…

La patrulla de Lee apareció por una esquina, esquivando una rama que descansaba en mitad del camino.