Partida Rol por web

La maldicion de Sonnenlicht(+18)

Dia 1: Después de la tormenta

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11/02/2020, 06:28
Wilson W. Batterman

 Un gran sentimiento de furia invadió al alcalde cunado Martha lo increpó usando a su madre como escudo. Eso sí que era caer bajo, incluso para una mujer metida en tantos negocios oscuros como la Sra. Legrand. Wilson solamente tenía una cosa sagrada, y era la imagen santa de su madre. Que tuvo que soportar los agravios de su esposo y las miradas de prejuicio de los pueblerinos a los que no les gustaban que adoptase un niño negro. Una mujer de incansable lucha para salir adelante. Una persona humana de pies a cabeza. Wilson no dejaría que le quitasen esa imagen. Ese ideal.

- ¡Lávate la boca antes de hablar de mi madre! Ella nunca hubiera accedido a algo como esto. Ella es un alma pura, y ahora no puede defenderse de tus viles acusaciones.

 El alcalde se levanta y comienza a dirigirse a la puerta de la casa. Ya había escuchado suficiente de aquellas personas. Tanto Legrand como Rot habían demostrado ser personas manchadas con la sangre de inocentes. Wilson no quería ser uno más en la lista. Él quería ser la persona que pudiese poner fin a todo ello. Por más iluso que fuese aquella meta.

- Yo no puedo acceder a esto... esto está mal. Tiene... tiene que haber otra forma.

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13/02/2020, 12:55
Evelyn Walker

Llevaba no sé cuántos intentos para salir de esa habitación con las embarazadas y ya no sabía si estaba cargando con una de ellas, con Ronan o su perro disfrazado de persona. La confusión se adueñó de la enfermera mientras instaba a todos a abandonar de una maldita vez la casa* cuando escuchó el ruido de fuera, esperando que fuera ayuda que necesitaban. Han atacado a esas bestias, no parece de los suyos.

Lara, no podemos hacer nada.- Miró a la puerta mientras agarraba una mano de la doctora aunque no tirara para no ponerle en excesivo peligro, teniendo claro que no iba a dejarla ahí sola.

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* Llevo no se cuantos intentos de salir de la habitación, pero con el cacao mental que llevo no sé dónde estoy ni qué estamos haciendo ^^U

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26/02/2020, 16:15
Director

Tanto Ronan como Karl salieron por la puerta del frente, esperando que esa persona que estaba disparando a los niños muertos sea confiable… Si es que se podía confiar en alguien que no dudara en disparar a un niño, este muerto o no. Uno solo quería salir de ahí, el que llevara a una embarazada en brazos era lo de menos, y el otro solo quería salvar a su familia, incluso si tenía que dejar atrás a alguna de las otras mujeres. No racionalizaba que necesitaba a ambas si quería lograr ese cometido.

Lara intentaba hablar con la niña, llegar a su yo real y lograr algún tipo de cambio. Le recordaba demasiado su pasado, ese que intentaba sepultar una y otra vez, consiguiéndolo a veces y otras, como esta, volviendo con todas las fuerzas. Era una herida que no había logrado sanar y esto no hacía más que hacerla sangrar más.

Eve y Elizabeth, se colocaron detrás de la doctora, empezando a llevarla hasta la salida. Por alguna razón, la niña se había quedado en su sitio, mirándoles fijamente, quizás esperando la oportunidad de atacar otra vez… Pero el ataque nunca llegó y las tres mujeres lograron salir sin problemas. Al mirar a su alrededor, vieron a otros niños, alejados, mirando la escena con mirada ausente. En la entrada descansaba una vieja camioneta, donde Karl y Ronan habían dejado a las embarazadas y les esperaba Trevor Waffe, armado con una escopeta.

Trevor Waffe

Pronto pudieron ver que Lee iba corriendo hacia ellas, esperando poder ayudar en lo que sea que pudiera. Su mirada iba de un lado a otro, esperado el ataque de alguna de esas cosas con formas de niños. La suerte estaba de su lado: los niños no atacaban, tenían un guardián y un vehículo para escapar de ahí. Entonces lo sintieron...

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26/02/2020, 17:26
Martha Legrand

-Jajajaja Siempre tan correcto y diplomático- dijo burlona ante el exabrupto de Batterman. No parecía molesta o impresionada, aunque el alcalde le sacaba varias cabezas de altura y podría partirle el cuello si se dejara llevar por la rabia. Esa anciana osaba hablar de su querida madre, su siempre amorosa madre que le dio todo. Tenía que ser mentira. Su mundo está siendo pisoteado y no podía concebir que incluso lo que más adoraba estuviera corrupto y manchado-. Pero ciego es quien no quiere ver…

Parecía estar a punto de hacer lo mismo, levantarse y largarse de ahí, sobre todo al ver que uno de los presentes no quería cooperar y el otro con toda seguridad tampoco. No quería perder tiempo, no cuando la maldición continuaría y haría presas a sus mentes. Pronto todos sucumbirían. Se sacarían las entrañas los unos a los otros. Ella reiría luego…

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26/02/2020, 17:41
Felix Strarrosa

-Espere Wilson- dijo el sheriff al fin, sosteniendo la radio esperando alguna otra indicación de Lara o Eric. Era una de las pocas veces que llamaba por el nombre al alcalde de Sonnenlicht-. No hemos decidido nada, no sabemos nada- parecía que estaba intentando encajar todo lo que le dijeron, lo vivido y demás-. Solo lo que nos dicen estas personas y francamente me cuesta creer ni la mitad. Esto tiene que terminar de alguna manera.

Necesitaba de alguien coherente, que trajera realidad a todos ellos. Pues él mismo empezaba a creer en esas tonterías y en lo que deberían hacer para terminar con esa locura. Si hasta estuvo a punto de disparar sobre Dylan solo porque era la opción más “sencilla”, pero incluso ahí tuvo que ver hasta donde eran capaces de llegar esas personas con tal de lograr su cometido.

-Creo que es una pelea que debemos hacer todos juntos…- entonces algo pasó, todos sintieron “Eso”.

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Sigue, no pongas a Strarrosa de destinatario a partir de aqui

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26/02/2020, 18:25
Director

Eric depositó el cuerpo de Luana en el suelo, lo más delicado y rápido que pudo, observando a la maldita niña que había segado su vida. El tacto con el hacha, la cual recogió en el mismo movimiento en el que dejó a su amiga, se sintió bien, era mejor que tener sus manos desnudas. Cuando habían creído tener todo bajo control, otro horror salió de la nada para demostrarles que siempre debían temer, que nunca estarían a salvo.

Oyó detrás suyo como Swellson pareció aceptar sus órdenes, provocando un tremendo sonido de mesas o sillas, quizás usándolas de ariete, pues le gemido de dolor de la niña no tardó en escucharse. Esperaba que fuera suficiente para contenerla al menos un rato.

Lanzó un golpe con el hacha, sin plantearse mucho que estaba atacando a una niña con un arma terrible, pero lo racional hacia mucho que había desaparecido. El golpe fue muy malo, lento y fácil de esquivar… pero la niña no lo esquivó, se llevó el hachazo justo en la costilla, debajo del brazo izquierdo. Oyó como el aire escapaba de la herida, así como un poco de sangre negruzca y parcialmente coagulada. A pesar del daño, la niña no reaccionó, se quedó ahí, con el cuchillo en la mano, mirándole sin pestañear. Arrancó el hacha, provocando un horrible sonido cuando algunas costillas se quebraron del todo y fueron parcialmente arrancadas.

La joven quedó totalmente tiesa, mirándoles sin hacer nada. Eric de reojo pudo ver que Swellson arrojó a la otra niña hacia la habitación que había dejado antes Luana, trabando la puerta con un banco. Por medio segundo, sintieron cierto alivio, pues incluso Korper había logrado contener la hemorragia de ese asesino… Entonces lo sintieron.

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26/02/2020, 21:18
Director

Sintieron un escalofrío. Todos. Incluso aquellos que se habían ocultado en sus casas, encerrados en áticos o armarios, también esos que intentaban llegar a algún ser querido, luego de haber acabado brutalmente con sus otros parientes. Todos detuvieron sus discusiones, huidas, ataques, pensamientos, solo pudieron quedarse expectantes, mientras algo hurgaba en sus mentes. No pudieron más que sentir como eran examinados, elegidos al azar, como si les apuntara una enorme pistola a la cabeza. El miedo más primordial fue inyectado en sus venas, pero solo podían quedarse ahí donde estaban, conteniendo la respiración y esperando el gran veredicto. Nunca entendieron que ocurría, solo sabían que sus vidas habían dejado de tener importancia, eran manipulados por algún ser tan poderoso que ni siquiera podían imaginárselos.

Y entonces algún “afortunado” residente de Sonnenlicht fue elegido. Todos lo supieron, pero no pudieron sentir el alivio de no ser los elegidos, no porque todos pudieron apreciar de primera mano su sufrimiento. Eso quería que todos lo vivieran, que nadie fuera excluido del espectáculo, solo para que entendieran a que se enfrentaban.

Alguien, muchos, pocos, no importaba. Sintieron como sus huesos se doblaban, como el dolor atenazaba sus cuerpos de forma horrible, pero siendo incapaces de moverse o gritar. Su espalda se fue hacia atrás, pudiendo ver el mundo al revés, las imágenes de personas y lugares se mezclaban, pues veían por esos ojos que sufrían al mismo tiempo. En sus oídos rugía una música de lamentos y dolor, mezclado con huesos rotos y piel desgarrada. Adoptaron una pose grotesca y antinatural, obligados por esa monstruosa fuerza.

Entonces todo acabó, algunos pudieron notar que seguían en el mismo lugar, que sus cuerpos seguían estando intactos y que el dolor solo permanecía en sus mentes. Pero otros continuaban sintiendo ese dolor, pero solo eran marionetas, no podía revelarse a los hilos invisibles que les manipulaban.

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27/02/2020, 18:54
Director

Todos pestañearon, cuando las imágenes y sensaciones se fueron apagando, Eve, Lara y Elizabeth se habían visto a sí mismas, solo por un segundo, mezclados con otras imágenes que no lograron entender. Ahora veían quien les estaba observando durante ese trance, quien era el elegido para ese horrible juego. Lee se encontraba frente a ellas, ahí donde esa fuerza le encontró. La forma horrenda que presentaba era tal que les costó reconocerle, su piel parecía cuarteada ahí donde los músculos se habían roto para adoptar esa nueva pose. Su cabello, se había caído junto con los trozos de cuero cabelludo. Una perpetua faz de agonía quedó fijada en su rostro. De no ser por su ropa y estar justo donde antes estaba Lee, no le reconocerían jamás.

-Sigaaaanmeeeeee- dijo la abominación con la cara de Lee, girándose y arrastrándose con buena velocidad, encarando hacia el centro del pueblo. Esa aberración que segundos antes les había ido a ayudar, ahora era la guía hacia un sitio donde no querían ir… pero a donde sus pasos llevaban sin poder evitarlo. Era como si una mano invisible aferrara la base de sus cráneos y les empujara en esa dirección. Incluso las embarazadas caminaban, sintiendo dolor y con sus ropas manchadas de sangre a la altura de la entrepierna. Tambien vieron que los niños muertos les seguian, siguiendo el mismo sendero mas ya no buscando sangre y muerte.

Más y más personas se reunían en la procesión. Algunos tenían el rostro aterrorizado, llenos de lágrimas e intentando evitar esa poderosa fuerza. Otros sonreían, con sus ropas llenas de sangre y algún arma en sus manos. Otros, ya pasados a mejor vida y revividos de forma impía, también avanzaban como podían, siempre con la mirada al frente. Una enorme turba del inframundo parecía acercarse inexorablemente al centro de la plaza, ahí donde el viejo y destrozado árbol esperaba. Era como acercar a una enorme boca, lista para engullirlos a todos y enterrarlos en la más profunda oscuridad.

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27/02/2020, 19:02
Director

Todos pestañearon, cuando las imágenes y sensaciones se fueron apagando, se vieron a sí mismos, solo por un segundo, mezclados con otras imágenes que no lograron entender. Estaban parados en esa misma habitación, solo que se veían desde otra posición. Supieron quien les estaba observando durante ese trance, quien era el elegido para ese horrible juego. Felix Strarrosa se encontraba frente a ellos, ahí donde esa fuerza interrumpió sus palabras. La forma horrenda que presentaba era tal que les costó reconocerle, su piel parecía cuarteada ahí donde los músculos se habían roto para adoptar esa nueva pose. Su cabello, se había caído junto con los trozos de cuero cabelludo. Una perpetua faz de agonía quedó fijada en su rostro. Rachel ahogó un grito de miedo y horror, mientras los demás observaban aquello sin poder articular palabras.

-Sigaaaanmeeeeee- dijo la abominación con la cara de Strarrosa, girándose y arrastrándose con buena velocidad, encarando hacia el centro del pueblo. Esa aberración que segundos antes intentaba llegar a un entendimiento, para poder acabar con esa locura, ahora era el guía hacia un sitio donde no querían ir… pero a donde sus pasos llevaban sin poder evitarlo. Era como si una mano invisible aferrara la base de sus cráneos y les empujara en esa dirección. Salieron por la puerta principal como autómatas, algunos más rebeldes que otros. Solo Rot y Legran parecían saber de qué se trataba o al menos lucían menos asustados que el resto.

Más y más personas se reunían en la procesión. Algunos tenían el rostro aterrorizado, llenos de lágrimas e intentando evitar esa poderosa fuerza. Otros sonreían, con sus ropas llenas de sangre y algún arma en sus manos. Otros, ya pasados a mejor vida y revividos de forma impía, también avanzaban como podían, siempre con la mirada al frente. Una enorme turba del inframundo parecía acercarse inexorablemente al centro de la plaza, ahí donde el viejo y destrozado árbol esperaba. Era como acercar a una enorme boca, lista para engullirlos a todos y enterrarlos en la más profunda oscuridad.

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27/02/2020, 19:08
Director

Pestañearon, cuando las imágenes y sensaciones se fueron apagando, se vieron a sí mismos, solo por un segundo, mezclados con otras imágenes que no lograron entender. Estaban parados en esa misma habitación, solo que se veían desde otra posición. Supieron quien les estaba observando durante ese trance, quien era el elegido para ese horrible juego. Strauss se encontraba frente a ellos, ahí donde esa fuerza le halló, tirado en el suelo y sobre un charco de su propia sangre. La forma horrenda que presentaba era tal que les costó reconocerle, su piel parecía cuarteada ahí donde los músculos se habían roto para adoptar esa nueva pose. Su cabello, se había caído junto con los trozos de cuero cabelludo. Una perpetua faz de agonía quedó fijada en su rostro, totalmente diferente a la sádica que había mostrado momentos antes.

-Sigaaaanmeeeeee- dijo la abominación con la cara de ese asesino, girándose y arrastrándose con buena velocidad, encarando hacia el centro del pueblo. Esa aberración que segundos antes intentaba matarles y torturarles, ahora era el guía hacia un sitio donde no querían ir… pero a donde sus pasos llevaban sin poder evitarlo. Era como si una mano invisible aferrara la base de sus cráneos y les empujara en esa dirección. Salieron por la puerta principal como autómatas, algunos más rebeldes que otros. Eric comprobó con horror que a su lado caminaba Luana, pálida y con sangre cayendo aun por su estómago. La muerta tomó su mano, notando la frialdad de esta y le sonrió.

Más y más personas se reunían en la procesión. Algunos tenían el rostro aterrorizado, llenos de lágrimas e intentando evitar esa poderosa fuerza. Otros sonreían, con sus ropas llenas de sangre y algún arma en sus manos. Otros, ya pasados a mejor vida y revividos de forma impía, también avanzaban como podían, siempre con la mirada al frente. Una enorme turba del inframundo parecía acercarse inexorablemente al centro de la plaza, ahí donde el viejo y destrozado árbol esperaba. Era como acercar a una enorme boca, lista para engullirlos a todos y enterrarlos en la más profunda oscuridad.

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27/02/2020, 19:37
Director

Todo el pueblo comenzó a reunirse, tanto vivos como muertos, guiados por muchas otras aberraciones que se arrastraban como sabandijas. ¿Para qué usarles de guías si ni siquiera tienen la voluntad para resistirse? Sencillamente para demostrar poder. Aún más poder del que venía demostrando esa cosa que algunos ni siquiera conocían y otros no querían creer. Pronto todos rodearon el gran árbol, mientras esas cosas formaban un circulo y movían sus cuerpos en contorsiones grotescas, como simulando algún tipo de danza. Solo aquellos muy atentos habrían visto caras conocidas en esos seres horribles: como el ayudante Lee o el mismísimo Strarrosa. Luego los otros estaban tan irreconocibles que era mejor no saber quiénes fueron los desafortunados elegidos. Pero no eran los únicos. Gran cantidad de gente muerta, hombres, mujeres, niños, se agrupaban entre la gente normal. Incluso vieron a dos embarazadas con les entrepiernas llenas de sangre al lado de la enfermera Walker y la doctora Scofield. Más no eran las únicas embarazadas, había un par más por ahí, en la misma situación. Como si todas hubieran decidido parir al mismo tiempo. Eric, el reportero, avanzaba de la mano con Luana Riquelme, su compañera de trabajo… solo que esta tenía un horrible tajo en su estómago y lucia la palidez cadavérica de la muerte. La joven reportera sonreía, sin poder dejar de mirar a Tucker. Batterman, Rot y Legrand caminaban uno al lado del otro, el acalde y al anciana se miraban con una mezcla entre repugnancia y odio difícil de disimular. Rot tenía su mirada en la muchedumbre, buscando a alguien con anhelo.

Casi pegado al árbol había un joven de aspecto tosco, delgado y con barba, mirando a todos con horror y compasión. Estaba vestido con harapos y su piel muy sucia, los pocos afortunados que estaba más cerca, notaron el olor a suciedad y pudrición que venía de él.

Adam

Algunos le conocían como Adam, otros nunca le habían visto, demasiado ocupados salvando sus vidas o las de otros para conocer su rostro o su mera existencia. De todos modos, desde el alcalde al más simple habitante de Sonnenlicht, supo que ese hombre era sumamente importante. Él era el que podía reparar todo aquello, quien terminaría con el sufrimiento de todos allí.

Sintieron otra vez ese cosquilleo en sus mentes, sus conciencias se elevaron a lo alto, para caer en picada y atravesar el suelo a toda velocidad. Vieron pasar cavernas y lugares siniestros con cadenas y sangre, hasta traspasar esos túneles y llegar aún más profundo. Vieron otro pueblo sumido en la oscuridad, lleno de sombras y cadáveres andantes, matándose unos a otros sin morir jamás. Por las construcciones, ese lugar era incluso más viejo que Sonnenlicht, hasta tenía un árbol similar en donde colgaban varios cadáveres que se agitaban intentando liberarse de sus cuerdas… Otra vez se sumergieron aún más profundo, volvieron atravesar las entrañas de la tierra o lo que fuera, llegando a otro pueblo, esta vez indígena, en igualdad de condiciones. En este caso apenas eran esqueletos con algo de carne, pero pudieron sentir la locura y el dolor mientras les miraban con sus cuencas vacías. Todos los habitantes de Sonnenlicht sentían exactamente lo mismo: ese es nuestro futuro.

Tan rápido como habían caído, subieron a velocidad de vértigo, hasta volver a sus cuerpos. Ilusión o no, sentían que apenas podían mantenerse en pie y que su cordura estaba al borde de derrumbarse. La presión de ese “viaje” logró que algunos cayeran entre llantos y risas inconexas. Entonces las aberraciones hablaron. Tenían las voces de quienes fueran antes, solo que teñidas de dolor y miseria.

-Elijaaaaaan pueblo de Sonnenlicht- todos hablaban al unísono, como si fueran una sola voz alzándose por sobre los murmullos de terror y los llantos-. La vida de este hombreeeeee o la perpetuidad de locura e infamiaaaaaa.

Otra vez el hormigueo en la base del cráneo, solo que no hubo vuelo o visitas a lugares tétricos. Vieron al mismo hombre barbudo, sentado en la oscuridad, encadenado, con la ropa llena de gusanos y mierda, con marcas de torturas en su cuerpo y la desesperanza en su rostro. Ese era el destino de ese hombre… si decidían aceptarlo. ¿Por qué? La verdad que solo unos pocos sabían el por qué, pero ahora mismo solo debían saber que la decisión estaba en sus manos.

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Listo.

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28/02/2020, 07:47
Wilson W. Batterman

 El Día del Juicio Final había llegado para los habitantes de Sonnenlitch. O por lo menos de esta versión de Sonnenlitch; parecía que otros pueblos levantados en el mismo terreno habían sufrido la caída en la más profunda de las miserias terrenales que el alcalde jamás hubiese visto. Parecía incluso mucho peor de lo que actualmente estaban viviendo los presentes. Batterman no podía empezar a creer que este era el destino que aguardaba a todo el pueblo en caso de que no llevaran adelante aquella vil y detestable tarea de... matar a otro ser humano.

 En esencia, eso era lo que le estaban pidiendo los demonios que manejaban aquel infierno. Un sacrificio. Renunciar a su humanidad con tal de escapar de aquel inmundo destino. Poner los intereses de toda una población por sobre la vida de una persona. Este hombre, Adam, que durante su vida solo había conocido el desprecio y la tortura por parte de la gente que sabía lo que pasaba en aquel pueblo.

- Esto es... nosotros no podemos... es simplemente... ¡Está mal!

  Wilson, quizá demasiado iluso para ser el alcalde de un pueblo embrujado, intentaba vanamente seguir aferrándose a la integridad que sus habitantes debían seguir teniendo. En el fondo de su ser. Él mismo era víctima de aquella disyuntiva, sintiendo un gran peso en el corazón al decir las palabras que enunciaría a continuación. Pues entendía que, defendiendo esta postura, condenaba a los habitantes de su amada ciudad a la perdición.

- Mis habitantes... mis hermanos... ¿Qué clase de futuro le espera a nuestro pueblo, si basamos nuestra supervivencia en el asesinato de inocentes? ¿Qué clase personas seremos si aceptados este trato? Colmados por el egoísmo de sobrevivir a costa de otros. Este muchacho, Adam, quiere ser presentado como una ofrenda para estos seres que nos tormentan, pero... ¿Por qué lo querrán? ¿Acaso lo necesitan? ¿O tiene algo que ver con nosotros? Creo que ellos quieren corrompernos. Volvernos seres despreciables y oscuros, capaces de lo peor con tal de no ser nosotros los que pongamos la vida en juego. Y eso... eso no es lo que nosotros somos... eso no puede ser Sonnenlitch... no puede...

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28/02/2020, 12:48
Eric Tucker

Quería cerrar los ojos para evitar contemplar tanto horror, tanto sufrimiento... Sin embargo, no podía. Observé que Donald Strauss se había convertido en aquella criatura horripilante, sin cuero cabelludo, la piel cuarteada y la parte inferior de su cuerpo doblada hacia atrás, lo que le hacía caminar sobre sus manos como si fuera una especie de criatura extraña. Era horrible. ¿Era esto lo que el Corruptor tenía reservado para nosotros?

Pero lo peor fue ver a Luana, de nuevo en pie, pese a que hacía solo unos minutos la había visto perdiendo la vida. Puede que tuviera su apariencia, pero ya no era ella. Del mismo modo en que Harold no había sido nuestro amable vecino, aquella ya no era Luana.

Cuando llegué hasta la plaza, la visión de aquel hombre joven con barba me hizo entender que no teníamos otra alternativa. Era el sacrificio que se requería para que Sonnenlitch se librara de la locura eterna. Un precio bastante pequeño de tomar en mi caso, puesto que aquel joven era un completo desconocido para mí. Y sin embargo... ese hombre no me había hecho nada. Escuchar las palabras de Batterman me hizo comprender de quién se trataba: Adam, el supuesto primo de Dylan Kuchen. El joven cuya desaparición había sido el inicio de todo lo que había sucedido posteriormente. Por lo que sabía, Adam ya había vivido una vida lo suficientemente triste como para merecer semejante final.

No iba a decidir sobre la vida o la muerte de Adam. Aquella era una decisión que sólo debería tomar el propio joven.

-Tiene que haber otra manera -dije, dirigiéndome al alcalde y tratando de ignorar a las aberraciones-. Estoy con usted. Permitir que una persona inocente reciba semejante destino también destruirá nuestro pueblo. ¡Porque todos sabremos el precio que hemos pagado por mantenerlo en pie! -Se volvió hacia los habitantes de Sonnenlitch que aún seguían vivos-. ¿Podréis vivir con ese peso, haciendo como si nada hubiera sucedido? El Padre Geli me habló sobre un ritual. Quizá aún haya otro modo... ¿Alguien le ha visto?

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02/03/2020, 10:29
Lara Scofield

Sentir como manejaban su cuerpo, su voluntad, era.... La doctora sentía la bilis ascendiendo por su garganta, llegando incluso a saborearla aunque no llegara ascender hasta la boca, pero no podia vomitar, o al menos ese ser no se lo permitia. Sus ropas estaban manchadas por la tierra, la sangre de la embarazada con la que había estado y del feo corte que tenía en el brazo. Intentó estirar la mano hacia Eve de nuevo, cogerle la mano como hizo ella cuando intentó que saliera con ella de la casa, pero ... no podia. Al igual que no podía acercarse a Sharon, o a las embarazadas.

Llegaron a la plaza y lo que allí había.... rechinó los dientes de impotencia, o al menos lo intentó, mientras lágrimas involuntarias se agolpaban en sus ojos. Había llegado el fin de Sonnenlicht. Buscó las miradas de sus vecinos, aunque más la de uno en concreto, pero llevaba de la mano a su compañera y ni siquiera se fijó. Quizás así era mejor.

Cayó de rodillas cuando el "viaje" que les obligó aquel ser a realizar dió a su fin y les devolvió su libertad. Enterró las manos en sus cabellos, rascando, intentando mitigar ese maldito hormigueo. Y cuando cedió, alzó su cabeza asustada, temblando, escuchando las palabras del alcalde. No le caia muy bien ese hombre, pero....pero tenía razón. Miró a Sharon, deseando abrazarla, protegerla, pero... aquella niña ya no volveria a ser la que era. Dijera lo que dijera aquella cosa. Ni aunque mataran a aquel hombre. No respondió a Eric más que nada porque ya no sabia donde estaba ese hombre.

Se levantó tambaleante, buscando apoyo en quien tuviera al lado, y se acercó a Adam. Lo recordaba, se había topado con él el dia del desfile. Cuando llegó a su altura revisó sus heridas - Tranquilo. No dejaremos que mueras. Si tenemos que sufrir, sufriremos todos juntos con nuestras conciencias limpias. Somos buenas personas. Somos buena gente. No matamos solo porque alguien nos amenace - hablaba como ida, como si quisiera autoconvencerse de sus palabras, pero por dentro seguía temblando.

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10/03/2020, 13:35
Evelyn Walker

Sin duda estaban viviendo una pesadilla. Sus entrañas se revolvían, los huesos crujían con cada extraño andar y su conciencia viajaba de un lado a otro, dibujando un camino de bilis y sangre que recorría poco después su torturado cuerpo. No sabía muy bien qué estaba pasando y dudaba que ninguno de los presentes pudiera darle una respuesta clara, muertos que caminaban después de hallar una mejor vida, criaturas sacadas de las peores películas de terror que guiaban la senda a recorrer…y allí, en el centro de todo, estaba aquél que había intentado ayudar antes de que el mundo se fuera literalmente a la mierda.

¿Adam? – Como en aquella primera ocasión, sintió una presión en su garganta que le impedía articular demasiadas palabras. Tan herido, tan asustado como cuando lo encontró, un hombre torturado por la eternidad con la mentalidad de un pequeño. Eve no podía evitar que ese punto maternal, el de cuidar a los más indefensos y lo que hizo que se sacara la carrera de enfermería saliera a la luz, queriendo volver a acercarse para acogerlo entre sus brazos y decirle que todo iba a salir bien. Por desgracia sabía que ni podía hacerlo, ni saldría de esa forma.- Adam estoy aquí, no te preocupes. No dejaré que te hagan daño.

Sin embargo dio un paso adelante mientras alzaba la voz esperando que él la escuchara aunque fue en ese vago movimiento cuando su mirada oteó a su alrededor, viendo rostros desconocidos, pacientes que había tratado en el hospital, y a aquél que había estado buscando desde que llegó la noche.

Dios mío.- Aligeró el paso para encontrarse con él, quitándose una fuerte presión sobre sus hombros al verle vivo. Y así fue como la joven Eve abrazó con fuerza al ex alcalde Andrew Rot, olvidándose por un momento de todas las pesadillas y muertes que había visto.

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17/03/2020, 13:01
Martha Legrand

Las miradas de los pueblerinos eran muy variadas. Aquellos cuyas mentes ya no les pertenecían, tanto vivos como muertos, lucían extrañas sonrisas torcidas, moviendo sus cuerpos de adelante hacia atrás, ya liberados de la fuerza de esa cosa, pero sin la necesidad de matar. Los que aun conservaban sus facultades, estaban aterrorizados, lloraban, se abrazaban a sí mismos o a quienes tuvieran cerca y compartieran su miseria. Otros lucían el rostro de la rabia, lívida e impotente, trasluciéndose en su rostro.

Estúpidos!- rugió Legrand, ya despojándose de sus palabras rimbombantes para decantarse por las hirientes y directas. Sus ojos furibundos iban de un lado a otro-. ¡Miren a su alrededor! Hay niños aún vivos, gente buena esperando poder salir de esto… Incluso embarazadas, ¡por el amor de Dios! – señaló a las varias mujeres en ese estado, así como algún niño que parecía estar aún “bien”. No era difícil distinguirlos de los otros, eso que tenían la piel cenicienta y la ropa ensangrentada-. Si le damos lo que quiere. Los muertos morirán, los enfermos sanaran- su voz se volvió tirante, como si fuera un alambre a punto de romperse-. El pueblo sobrevivió a esto muchísimo tiempo, no por ello fue peor. No nos condenen a todos.

Un par de mujeres mayores, de esas que siempre seguían a Legrand, corearon su aprobación. Otros siguieron ese mismo razonamiento, pero las palabras de Batterman estaban muy vividas en sus mentes, no por nada había sido electo con un amplio margen. Todo se derrumbó para Legrand cuando el padre Geli dio un paso al frente.

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17/03/2020, 13:02
Padre Geli

El rechoncho párroco lucia cansado, ojeroso y más viejo que de costumbre, miraba a todos sus feligreses intentando darles consuelo con la intensidad de su mirada… Pero se le veía quebrado, derrotado, inseguro… Solo un pequeña chispa de determinación ardía en su ser y todos se aferraron a ella. Se acercó a Adam, apoyando una de sus enormes manos en su cabeza. El joven le miró con miedo, preocupación, como si estuviera rogando algo en silencio. Pocos sabían que Adam no podía hablar, hace mucho tiempo que le habían cortado la lengua, apenas podía escribir usando dibujos. Era un ser inocente e infeliz.

-Lo siento- dijo a Adam, soltando una lagrima antes de girarse-. Lo siento- repitió, mirando luego hacia donde estaba Eric y la revivida Luana, quien no soltaba a su compañero por mucho que este no quisiera ese contacto-. No hay otra forma. No existe un camino más sencillo… O aceptamos hacer sufrir a uno por el bienestar de todos o nos condenamos todos- ahora las lágrimas eran más abundantes, pero su voz era firme, segura, esa que usaba en cada uno de sus sermones-. Sé bien lo que es un sacrifico, llevo leyendo de él hace mucho- alzó su vieja y confiable biblia-. Pero este fue voluntario, por amor, por la salvación de todos… Esto es una aberración. No consentiré arrojar a este joven a una vida de pesadilla para que pueda vivir un minuto más. No fui criado así, mis creencias no son esas… Hermanos, tenemos ganado el cielo. Esto no es el final…

Sonrió, con infinita tristeza, intentando abarcar a todos. Sus palabras terminaron de inclinar la balanza hacia un lado, hacia el lado “correcto”… o eso esperaban.

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17/03/2020, 13:29
Andrew Rot

El ex acalde Rot lucia apesadumbrado, totalmente diferente a lo que solía mostrar al público en general. Solo cuando el pequeño cuerpo de Evelyn Walker le abrazó logró sonreír. Le acarició la cabeza con lentitud, logrando ignorar totalmente a todos los de su alrededor. Más de uno observó la escena extrañado, pues nunca se les vio juntos. Solo Legrand reaccionó con asco, pero sus envenenadas palabras no interrumpieron el momento. Ya no tenía sentido.

-Lo siento Eve- le dijo con ternura-. Intenté arreglarlo, en verdad lo intenté- plantó un beso en sus labios, mirándola a los ojos-. Esto… va a ser muy duro. Pero estaremos juntos. Para siempre.

Se le veía triste y extrañamente feliz, aunque fuera por ese mínimo segundo en el que podían demostrar quienes eran ante todo el pueblo. Estaban todos demasiado ocupados con el inminente final como para preocuparse por una relación que rompía con los cánones establecidos.

-Encontré a Dobby- otra sonrisa, acompañada de una lagrima que cayó hasta su barba. Era el final.

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17/03/2020, 13:42
Karl Poriadok

-¡Hey! No, no pueden…- Karl abrazaba a su esposa, embarazada, en pleno parto, con los ojos desencajados de miedo. Pero su voluntad no podía imponerse por sí sola a la de la mayoría y ya todos habían elegido. Intentó dar un paso, pero su esposa Ellie cayó de rodillas soltando un grito de dolor. Ellen hizo lo mismo, más otras embarazadas del pueblo. Todas al mismo tiempo, aferrando sus barrigas con fuerza, sintiendo como algo cortaba sus entrañas desde el interior.

Los horribles seres que rodeaban a Adam, lanzaron un alarido al aire, entonando lo que podían ser canticos o gorgoteos de un moribundo al que le cortan la garganta. Todos los que habían perdido la cabeza, comenzaron a reír a carcajadas. Hombres, mujeres, niños, alzaron sus voces al aire riendo con demencial alegría. ESO les había dejado a su libre albedrío, para que hicieran lo que les viniera en gana. El pueblo ya no le interesaba, ahora se alimentaria de todos.

Todos oyeron con terrible claridad como los estómagos de las embarazadas se abrieron con violencia, desgarrados por las criaturas que había en su interior. Ya no eran recién nacidos, sino seres con garras y dientes que buscaban ver el exterior. Lo que salió de ellas tenía muy poco de humano, eran pequeñas, pero se movían con rapidez y chillaban con vehemencia. Abandonaron a sus madres entre una mezcla entre quejidos y risas, buscando donde saciar su hambre. Esas madres quedaron ahí tiradas, con las entrañas abiertas como flores carmesí y sus parejas intentando remendar esa carnicería. No podían morir, no vivirían, sufrirían eternamente ese dolor y verían como sus retoños devoraban a algún incauto. Incluso esos que caían bajo las garras de estos seres tampoco morirían, no importaba cuanto comieran o lo poco que quedara de ellos. Ese era el castigo final.

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17/03/2020, 13:52
Director

Desde los bordes del pueblo, más allá de la frontera, algo empezó alzarse, algo que parecían acerrados y titánicos dientes. El temblor fue tal que muchos cayeron al piso y algunos edificios se rajaron e incluso cayeron en ruinas. Lentamente el pueblo fue envuelto en la oscuridad, solo lograron ver un leve rayo del naciente sol antes que los dientes se cerraran en la cúpula del cielo. Las luces aun funcionaban, pero era más por una cuestión de crueldad pura, pues así podían ver a todo color lo que pasaría a continuación.

Los más sanos mentalmente, más listos o rápidos, buscarían refugio, compartirían unos pocos momentos de paz o compañía con aquellos que querían. Los demás sucumbirían ante los locos, los recién nacidos o a su propia miseria. Lo peor es que jamás habría un final. Geli se equivocó. No habrá cielo para nadie, no había paz. ¿Cómo podrían ir al cielo si jamás morirían? ¿Cómo podrían ser dignos si caían bajo el influjo de ese ser antiquísimo que jugaba con sus vidas por pura diversión? Quizás en sus mentes tuvieran esa paz que viene por hacer algo desinteresado, pero con el tiempo, más tarde o temprano, el sufrimiento que verían y sentirían les harían replantearse esa decisión.

Sonnenlicht fue engullido. En su lugar solo encontrarían restos fangosos y cualquier autoridad competente creería que la represa se partió y arrasó con todo el lugar. Jamás sus habitantes serian encontrados, seguirían sufrimiento infinitamente en el estómago del Corruptor. Este ser buscaría otro sitio, en otra parte, para comenzar de nuevo. Había miles de lugares para eso, donde el humano podría fácilmente caer bajo su poder. Lo quisieran o no.