Partida Rol por web

El rostro de Collins cambió al ver la cercanía del poblado indio. Aquello podía no ser bueno, y más si los indios eran hostiles. Esperaba que no, pero no podía saberlo. 

El único signo de que el poblado esté habitado es una gran piel oscura tendida al sol. No se ve a nadie - al menos desde donde estás- ni hay humo ni nada parecido.

-Por el amor de...-dijo Collins, al ver algo. Se giró hacia el resto del grupo y volvió a hablar, aunque esta vez era una advertencia-voy a dejar caer el cuerpo, apartaos. Ah, y el poblado indio está cerca, en ésa dirección-añadió, señalando el lugar. Esperó a que todos se apartaran lo suficiente para intentar empujar el cuerpo de algún modo para que bajara. 

Me aparto como esperando la caída de los regalos de una piñata. Definitivamente, si regreso vivo a Boston pienso darme una fiesta por todo lo alto.

Me alejo discretamente de la caída del cuerpo, sé que mi mente no está para muchos sobresaltos más, tengo los nervios a flor de piel con tanto cadáver rarito. Canturreo un poco mirando al otro lado de donde caiga el cuerpo, disimulando como puedo.

- No pienso mirar.

El cuerpo cae como un guiñapo desde la copa del árbol, al golpear el suelo, los restos parcialmente consumidos del pobre desgraciado se hacen polvo, de manera que cuando Collins baja y miráis el cuerpo, os tenéis que fiar de la palabra de Collins, el cual aún respira con dificultad debido al esfuerzo.

Mirando la dirección en la que señala Collins no se ve nada, el bosque es demasiado tupido como para ver nada, al menos a esta distancia y a esta altura.

-Bueno...-dijo el periodista, resoplando aún-supongo que era de esperar... Que el cuerpo acabase así. ¿Qué sugieren... ahora?

- Señores, es tarde para introducirse en el bosque. No me apetece nada que nos pille la noche allí. En todo caso podríamos hacer una pequeña incursión para explorar el terreno pero siempre volviendo para acampar fuera del bosque. ¿Cómo lo ven?

—Es conveniente alejarse de los lugares donde esas criaturas nos lleven ventaja. Las zonas arboladas nos dejarían indefensos.

- No soy muy ducho en el trabajo de campo, así que tengo que fiarme de sus conocimientos. - comenté a mis compañeros pensando en dónde sería mejor acampar. - Pero sí que creo conveniente revisar ese campamento indio... aunque con cuidado. - no quería acabar como aquél guía.

-Está bien, ustedes guían. Aunque señor McGregor, en un campamento indio tiende a haber indios. Y éstos indios, por lo que sabemos, tienden a tener armas (por primitivas que sean) y ser hostiles a los extranjeros. Y un cuerpo humano con flechas clavadas en él, tiende a morir. Creo que, en caso de visitar dicho campamento, la tendencia está clara-dijo, con la acidez que caracterizaba al Collins que Marlowe conoció. 

- Vayamos donde vayamos solo encontramos muertos, quizá sea mejor caminar hacia los vivos, aunque estén armados. 

Recojo el hatillo y camino en pos de la dirección que Collins indique.

El grupo se dirige con cautela la dirección que Collins indica, camináis tan sólo unos pocos minutos entre la espesura, dejando espacio los unos con los otros. La nieve empieza a caer intermitentemente, para vuestra sorpresa, el señor Palance se va cubriendo con la ayuda de los árboles como si fuera un experto explorador.

De todas maneras es inútil, pues al acercaros a la aldea india, véis que está aparentemente vacía:

Tan sólo media docena de chozas y un claro circular en que podían verse pieles al sol.

—Esto no me gusta nada.

Aguzo el oído por si capto algún tipo de movimiento antes de acercarnos. Observo todo a mi alrededor, por si alguien nos espía.

No te cabe la menor duda de que no hay absolutamente nadie. Tu intuición no suele fallarte y ni se ve ni se oye a nadie. La única duda que tienes es cuánto tiempo estará el poblado vacío...