Partida Rol por web

- ¿Qué demonios es esto? - susurro ante el silencio del bosque. Espero no encontrarme otra vez con un cadáver desagradable, no estoy para muchos sustos más.

Collins volvió a dejar su arma a mano mientras echaba una ojeada. Aquello podía acabar muy mal, y nadie le hacía caso nunca.

"Claro Collins, sólo eres un periodista... Leed las inscripciones antes de adentraros en la pirámide... Pues nada. Puede no ser buena idea acercarse al campamento de los que presuntamente han asesinado a un hombre... Tampoco..."

—Señores, esto es un desierto. Hay que adentrarse para averiguar más.

Dicho lo cual, con cuidado, comienzo a caminar hacia el poblado, teniendo siempre el arma a mano. Una vez allí empiezo a examinar choza por choza con maniática minuciosidad. También las pieles.

Apresté el revólver y seguí a Marlowe... no sabía si yo estaba loco o sencillamente envalentonado por el coraje del detective, pero en cualquier caso le seguí de cerca.

A los Indios de esta zona del Canadá se les conoce genéricamente como Atepaskan, aunque en realidad, engloban a una gran cantidad de tribus diferentes tales como Chipewyan, Castor, etc...

De su cultura no se sabe apenas nada pues se les da por prácticamente desaparecidos según habéis leído, fueron siendo desplazados por los tramperos y el hombre blanco en general en los siglos XVIII y XIX , el haber encontrado un campamento es toda una rareza.

Se piensa que son adoradores de animales totémicos y se organizan en un sistema de clanes. Viven en tiendas de piel y cada clan tiene una zona de caza delimitada. También recordáis algo sobre que eran constructores de enormes trineos llamados toboganes.

El poblado está en efecto vacío, hay varias pieles de oso puestas al sol para que se sequen y puedan ser luego usadas como mantas.

Véis una cerca de madera vacía y un tronco a medio pelar casi en el centro del poblado. En el interior de las chozas hay pieles, mantas y vasijas con trozos de carne que han sido salados. En la última tienda en la que miráis os llama la atención un trozo de piel decolorada en el que parece haber una especie de dibujo.

- Parece que se fueron deprisa... ni se molestaron en recoger las pieles ni la carne salada... - comenté mientras echaba un ojo al dibujo a las pieles sin tener ni idea de lo que representaba. - ¿Qué es eso? - pregunté esperando que alguno de mis compañeros me lo aclarara.

—Ni idea, no se me ocurre qué puede significar.

El periodista se relajó un poco al ver que el campamento estaba vacío, aunque éso no quería decir nada. Podían volver en cualquier momento. Cuando comentaron el hallazgo de aquella piel, Collins se acercó y extendió la mano.

-Traigan, a ver si soy capaz de ver algo-una vez con la piel en su poder, se subió las gafas por el puente de la nariz y estudió aquellos símbolos. 

Examinas detenidamente la piel durante unos minutos. Realmente es algo confuso, pero no entiendes cómo tus compañeros no han sido capaces de verlo:

Es un Mapa, no cabe la menor duda. En él está dibujado de forma infantil el campamento indio, una especie de círculos alrededor que identificas como árboles del bosque y una especie de línea que sale desde el norte del bosque hasta lo que parece un valle entre montañas o algo parecido. En lo que quiera que sea eso, hay dibujada una bola de color naranja: Esas criaturas.

El Mapa indica el camino hacia el poblado de esas bestias.

Que quietud, pareciera que la calma que inunda el campamento precediera a una cercana tempestad. Paseo lentamente entre las tiendas y las pieles observando atento cada detalle para llegar a la última y descubrir el extraño dibujo en la piel.

- Veamos...

Palance se le acercó a examinar también el trozo de piel. Aunque era algo confuso, el periodista pronto pudo comprender qué era aquello. Maldita sea, después de todas las veces que había tenido que rebuscar en los archivos del periódico, descifrar aquella cosa no era tan difícil. Señaló un punto:

-Mire aquí y aquí. Ésto es un mapa. Primitivo, pero un mapa. Y parece que nos lleva directos al premio, pues éste punto naranja al norte entre montañas debe ser la morada de las bestias. Creo que vamos a necesitar mucha dinamita. 

—Tiene usted razón. E incluso necesitaríamos refuerzos. Esas criaturas han demostrado ser hostiles, puede que nosotros cuatro no seamos suficientes para hacerles frente.

- ¿Y qué proponen? Dudo mucho que los agentes de la ley vayan a ir hasta un lugar en medio de las montañas por mucho que les digamos... - comenté alicaído. La suerte no estaba con nosotros. - Quizá podríamos ir con sigilo y explorar la zona sin entablar contacto... a lo mejor podemos determinar su número y cómo están de preparados antes de volver. - sugerí.

No me agradaba nada la idea de enfrentarme a aquellos indios, pero era la única pista que teníamos.

—¿Qué opinan ustedes?

Frunzo el ceño. Esos bichos deben poder hasta olernos, mucha suerte tendríamos que tener para poder acercarnos.

- Sin duda es peligroso, ¿pero a quién pedir refuerzos? Estamos alejados de el mundo civilizado y no creo que nadie acuda a nuestra ayuda con pruebas tan difusas como tenemos.

Toda solución se me antoja errónea, así que no sé muy bien hacia donde tirar.

—El señor Croft puede que esté interesado en ayudarnos, tienen a su amigo, y con él mediante, la gente del pueblo. Ya sabemos lo que esos monos pueden hacer, nuestras condiciones físicas ahora mismo no son las más óptimas si lo que toca es hacer una cacería o incluso huir. Y bueno, todavía podemos encontrarnos a otra de esas «cosas» que vimos en Groenlandia.

-A éstas alturas, me espero hasta un mamut alado-dijo Collins-pero la verdad es que lo de la gente del pueblo puede ser buena idea. Con suficiente potencia de fuego, puede que podamos tumbar a ésos engendros. 

- Yo sólo me defiendo un poco con mi revólver... - comenté mientras echaba un vistazo a mi arma. - Aunque quizá otro revólver con más potencia no me vendría mal... Me parece bien volver a ver si el señor Croft quiere venir con nosotros. Quizá algún agente más de la ley se apunte, pero tal y como funcionan normalmente lo dudo. -

- Está bien, volvamos y reorganicemos nuestras fuerzas. Eso sí, yo no le explico al señor Croft porqué volvemos sin Bill.